Nuestro primer trio 8
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mientras Fernandito y yo descansábamos de la rica culeada y mamada que nos habían propinado esos cuatro hombres que nos acompañaban y permaneciendo yo aun con deseos de mas, comencé a mirar con detenimiento a Roberto.
Se trataba de un chico de alrededor de 16 años, o al menos eso parecía, de 1,70 aproximado de estatura, delgadito pero con un muy hermoso culo levantado, blanco y esponjoso y que ostentaba un par de pequeñas tetitas planas como las que se ven en las "garotas" Brasileras, con una areola marrón clarita y unos pezones ya formados.
De facciones parecía mas una minita que un chico, lo que se acentuaba con el maquillaje que usaba.
Discreto, nada recargado, pero notorio.
En un momento en que me levanté al baño a hacer "pipi", Roberto me dijo te acompaño.
Me sentí femenino ya que ellas siempre van al baño de a dos.
Debido a la cantidad de leche que me habían regalado Carlos y el padrastro, al forzar la micción se me escapó un jugoso peíto con semen que sonó igual que cuando metemos la pata al barro y la retiramos rápidamente.
Un fluoshhhh muy erótico pero a la vez muy vergonzoso.
Roberto acudió en mi ayuda ya que como el estaba a mis espaldas, noto que el semen se me había salido desde mis interiores y que me resbalaba por las piernas.
Me lo secó con un trozo de papel toilet y a sugerencia de él, me senté en la taza para hacer pipi como toda una damita.
Alli pude expulsar todo el semen que aun quedaba en mi interior a lo cual Roberto acotó.
Es impresionante la cantidad de moco que es capaz de tirar Carlos en una eyaculada y la fuerza con que lo lanza, pese a que ya no es un jovencito.
Me limpié mi cuevita y salimos del WC tomados de la mano y, antes de entrar a la habitación le pregunté si me lo podía culear, respetando las reglas de Carlos.
Que la cacha fuera delante de todos y sin besarlo en la boca.
Me dijo que si "tontita" que no solo esperaba que lo culeara yo sino que comenzara Fernandito, después Román, su Carlos y para terminar con el padrastro.
Cuando entrábamos a la habitación , salió hacia el baño Fernandito, al que en un susurro le dije "apúrate en volver ya que nos vamos a culear todos a Roberto, tu empiezas" lo que lo hizo regresar casi corriendo.
Una vez estando sentados unos y tendidos otros en la enorme cama, Carlos nos dio que quería ver como un chico de 10 años se follaba a Roberto; que después vendría yo y mas tarde el resto, así como para terminar la velada.
Carlos se despojó coquetamente del calzoncito rosado de mujer que aún vestía y se acostó de pancita en la cama abriéndose de piernas.
En ese momento vi algo que no sabía que se pudiese hacer y que, me decidí a practicar para imitarlo yo en un futuro.
Roberto contraía su anito y al aflojarlo, el esfínter permanecía abierto, se dilataba por si solo como invitando a ser culeado.
Fernandito que ya estaba con su pichulita parada se acostó sobre el y con una de sus manos guio su verguita de niño hacia la hambrienta cueva que se le ofrecía, perdiéndose completamente dentro de ella.
Roberto era un puto sabio y experimentado y no obstante que el ariete de carne que lo penetraba no era como para sacarle quejidos, este gimió como toda una puta, cerró sus ojitos, volvió la cara hacia nosotros y se dedico a hacer gozar a Fernandito.
El infante quien hasta ese momento solo había sido usado como sólo como pasivo ( que era el rol que mas le gustaba ) abrazó a Roberto y como si fuese un perrito chihuahua que esta ensartado a un can de mas alzada, lo comenzó a follar como un real macho.
Duró poco en esa maniobra y cuando llegó al orgasmo, Roberto lo acompañó en sus eróticos gemidos haciendo que el chico delgadito de 10 años se sintiese todo un hombre.
Cuando se salió desde dentro de Roberto, este último se sentó en la cama y le estampó un sonoro beso a cada lado de la carita a la vez que le decía "estuvo muy rico, me hiciste gozar" y la verdad no creo que hubiese estado fingiendo.
Realmente lo había disfrutado.
Mientras Fernandito se alejaba de él, Roberto me llamó con sus dedos.
Cuando trató de darse la vuelta para ofrecerme su hambriento y experimentado culito, le dije que se quedara de espaldas en la cama para culearlo como a veces Román lo hacía conmigo.
Abrí las pernas del adolecente y subiéndolas a mis hombros, dirigí mi verga hacia en dilatado ano, el cual penetré sintiendo apenas el roce de las paredes de su recto.
Al notar esto Roberto, contrajo su musculatura y allí si, su cueva se adaptó a la perfección a mi pija y en cada embestida el aprietába las paredes rectales para proporcionarme a mi aún mas placer.
De verdad era un puto realmente experimentado.
Yo quise desde ese momento llegar a conseguir la elasticidad del ano, esfínter y recto que en esos momentos se me ofrecía.
A los 12.
13 años uno es como un conejito.
Uno culea rápido, llega al orgasmo en un breve tiempo y, se recupera casi de inmediato para seguir follando.
Yo a veces conseguía, cuando estaba muy caliente, llegar al orgasmo, eyacular rico y que mi pene no se desinflase.
Podía volver a culear sobre la misma.
No obstante esa juvenil y no poco común capacidad, Roberto se movía con tal maestría que me hizo acabar en un par de minutos y aunque ya había eyaculado un par de veces esa tarde, arrojé en sus interiores una respetable cantidad de leche la que al retirarme desde dentro de el, resbaló hacia las sábanas, al igual como momentos antes me había brotado a mi.
Gocé la cacha y creo que Roberto también la gozo ya que al salir de el, me guiño un ojo y me hizo un coqueto mohín de agrado.
Me sentí en ese momento, todo un macho aunque momentos antes mi cuerpo hubiese servido para que tres adultos me poseyeran muy rico y yo también disfrutara al máximo las culeadas.
Cuando me salí desde adentro de Roberto, Román ocupó de inmediato mi lugar y dejándolo en la misma pose, procedió a meterse casi con furia dentro de el y, agarrándole ambos glúteos le comenzó a culear como una fiera.
Roberto giraba su cabeza a lado y lado demostrando un gran placer y, al mismo tiempo que sus gemidos subían de tono
y Román quien se preciaba de ser aguantador en la cama, lo que nos había demostrado ya varias veces puesto que nos culeaba a Fernandito y a mi sucesivamente sin llegar al orgasmo, esta vez la maestría sexual de Roberto para moverse como una víbora en la cama lo que aunado a la capacidad de contraer su recto hasta adaptarse al tamaño del pico de activo que lo culeaba, hicieron que Román se fuera cortado en pocos minutos, bufando y bramando como un toro en celo.
Trató de besarlo en los labios como recompensa por su sapiencia sexual pero Roberto dio vuelta su carita para mirar a su "dueño" y guiñarle un ojito
Acto seguido Carlos entro en los intestinos de Roberto y mientras hacía eso, nos dijo " miren como goza mi putito".
Una vez que hubo llegado a fondo le dio dos profundas estocadas que le hicieron salir reales gemidos, no obstante que el "calibre" de su ariete ni se comparaba al del padrastro, quien esperaba su turno pacientemente, exhibiendo una monumental erección, la que hacía que su glande brillase como una ciruela madura y las venas del tronco estuviesen a punto de explotar.
Una vez que Carlos hubo llegado a fondo , se acostó sobre Roberto y comenzó besarlo con una pasión que revelaba su inmenso amor.
Roberto le devolvía los apasionados besos mientras le sujetaba la cabeza con ambas manos y le miraba con unos ojos que dejaban ver cuanto le quería.
Ese era su amo y su dueño, no importa con cuandos culease en el día.
Mas tarde supimos por boca de Carlos que, un día en que ambos concurrieron a un sauna gay muy conocido en Santiago, delante de él se lo habían culeado doce tipos diferentes en el transcurso de una noche.
Eso si cumpliendo el compromiso, no se había besado con ninguno.
Mientras Carlos lo culeaba y le besaba con una pasión que se desbordaba, lo dijo a todos " miren como lo hago acabar".
Se incorporó del pecho de Roberto para que no nos perdiésemos detalles y en el mismo momento en que Carlos comenzaba a regar sus interiores con su leche, Roberto eyaculaba chorro tras chorro de semen.
Le hacía acabar por el culito sin siquiera tocarle.
En vista de eso yo pensé para mis interiores : " voy bien encaminado, ya puedo acabar por el culito; solo me falta aprender la técnica de contraer el esfínter y lograré ser tan buen puto como él.
"
Una vez que Carlos se retiró desde el interior de Roberto, notamos como una sonrisa iluminaba su rostro.
Había gozado como toda una "hembra" bajo los embates de su "macho".
Como el padrastro ya presentaba una erección digna de revista porno,.
agarró a Roberto y le hizo arrodillarse en la cama para culearlo en cuatro y a lo perrito, con lo que conseguiría que su tremenda herramienta, entrase sin dificultad en el recto del joven, quien no obstante haberse comido ya 4 penes seguidos y haber recibido 3 abundantes descargas de semen, aún era toda una proeza devorar la vergota del padrastro .
Yo pensé en ese momento que, si Fernandito se la había comido sin chistar, eran pocas las posibilidades de que al afeminado chico esa monstrusidad le causase mayor problema en la penetración.
Todos vimos como usando su maestría sexual, Roberto hacía que su esfínter se abriese hasta el tope y se acomodaba para recibir las estocadas de carne.
El padrastro fue entrando en el lentamente pero sin detenerse.
Mientras entraba en su jugoso recto, el semen que le servía de lubricante escapaba por las paredes mientras sonaba como un prolongado y jugoso pedo.
Cuando hizo fondo, Roberto profirió un largo gemido, entre placer y dolor y se dejo culear sin moverse.
Fue totalmente pasivo y sumiso.
lo que hizo que el padrastro le agarrase por las caderas y, usándolas como verdaderas manillas, le comenzase a culear duro duro.
Esta vez el padrastro se demoró un buen rato en acabar y cuando lo hizo, se dejó caer acezando en la espalda de Roberto mientras el pene se reducía de tamaño, hasta salirse solo desde el interior del delicado joven.
Mientras eso ocurría nos decía a todos "ahora si cagué, no soy capaz de volver a culear en un buen rato".
lo que nos hizo reír a todos, menos a Román, quien observaba el cuadro sentado en un sillón, fumando y, con evidentes señales de estar sufriendo un mal disimulado ataque de celos.
Como ya había pasado casi toda la tarde, Fernandito y yo nos fuimos al baño y nos aseamos superficialmente para irnos a nuestras casas.
En ese momento, el padrastro nos ofreció una toallas femeninas tipo Lady San para que no fuéramos a manchar la ropa interior y pantalones con el semen que aun faltaba por escurrir desde nuestros cuerpos y eso despertase las sospechas en casa.
Una vez vestidos regresamos al dormitorio donde aun permanecían desnudos conversando Román, Carlos y Roberto.
Nos despedimos de ellos con delicados besitos en las mejillas y mientras el padrastro nos acompañaba a la puerta de calle, nos despedía con un largo beso con lengua a cada uno al mismo tiempo que nos pasaba un papelito donde estaba escrito su teléfono y su nombre; Angel.
Al fin sabíamos como se llamaba.
Antes de cerrar la puerta de calle nos dijo a ambos, llamen antes y vuelvan cuando quieran pero no dejen de llamar antes para yo despachar a la servidumbre y poder estar tranquilitos.
Pueden venir los dos juntitos o de a uno.
Igual lo pasaremos bien y nos despidió al final a cada uno con una suave y cariñosa palmada en el poto.
Tomamos la micro e regreso a casa y no obstante que estábamos bastante cansados, hicimos todo el recorrido de pie.
No éramos capaces de sentarnos.
Nos dolían y ardían demasiado nuestros potitos por la rica experiencia vivida.
Con Fernandito nos juramentamos para regresar otra vez, eso si solos para no causar celos en Román.
Llegamos a nuestras respectivas casas y antes de dormirnos, nos llamamos por teléfono con Fernandito , así como para sentir que la experiencia sexual vivida esa tarde no había sido un sueño, sino que por el contrario la mas intensa y sabrosa que habíamos vivido hasta allí.
Rondaba en nuestras cabecitas de niño la real posibilidad de volver a encontrarnos y volver a tener una nueva sesión de sexo grupal.
Yo lo había decidido.
Sería un puto al igual que Roberto.
Con su misma maestría y entrega.
Me dormí soñando con eso con una gran sonrisa en los labios.
Ya les contaré como fueron las nuevas experiencias con Angel y otros de sus muchos amigos.
Besos a todos (as)
Dolmance.
2016
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