Nuestro primer trio 9
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un día de semana y a espaldas de Román, acordamos telefónicamente ir a lo de su padrastro al siguiente domingo ya que ni a Fernandito ni a mi se nos había salido de la cabeza la imagen de la vergota de Angel y queríamos con ansias volver a encamarnos con ese hombre.
Almorzamos livianamente y muy a la rápida en casa de Fernandito y nos levantamos corriendo de la mesa para ir al baño y prepararnos convenientemente con unos buenos enemas.
Así ganábamos tiempo y mas antes podríamos disfrutar en
la gigantesca cama de Angel.
Yo use el tiesto de la abuela de Fernandito y el me dijo que ya estaba preparado pues se había lavado con la manguerita de la ducha.
Su nana se lo había enseñado con cierta mirada de malicia.
Como ya sabíamos el camino, llegamos en menos tiempo que la vez anterior.
Angel nos abrió en cuanto tocamos el timbre y antes de entrar él miró hacia ambos lados de la calle.
Nunca se es demasiado cauteloso en estos casos, máxime cuando los vecinos saben que en esa casona vive un señor solo y que de tanto en tanto hace fiestas con mas amistades, todos varones.
Eso que eran otros tiempos en los cuales aún no aparecía ningún inquisitivo periodista que hiciese un reportaje acerca de la "" inmoralidad d adultos que follan a jovencitos""; como tampoco salían a la luz el abusivo actuar de algunos sacerdotes para con los guapos feligreses de sus parroquias ni existían jueces inconsecuentes que juzgaban a algunos connotados personajes por meterse con menores de edad.
No obstante algunos de estos últimos participaban de las fiestas en casa de Angel y allí si no tenían tapujos en culearse a chicos de la edad nuestra.
Una vez que traspasamos la puerta, nos besó a ambos el los labios y llvándonos a ambos abrazados nos condujo dentro de su casa.
El vestía nuevamente la bata negra con bordados chinos.
Mientras subíamos la escala al segundo piso, yo le hice saber a Angel que ya habíamos pasado por el proceso de hacernos unos ricos y saludables enemas, razón por la cual nos dijo que fuéramos directamente al dormitorio entonces y que nos "emplilucharamos" y nos metiéramos a la cama de inmediato, mientras el nos preparaba una sorpresa.
Al entrar a su dormitorio, nos desnudamos sobre corriendo, regando las ropas regadas por toda la habitación, para meternos ambos debajo de las sábanas totalmente desnuditos y donde procedimos a abrazarnos tiritando de nervios.
Angel sin sacarse su bata, extendió a los pies de la cama un telón portátil de cine y acto seguido preparó una proyectora de películas tipo "super 8", que era lo único que existía en esos tiempos.
Aún no aparecían ni los BETAMAX ni los VHS ni menos la internet y las gigantescas pantallas de plasma que se usan el día de hoy.
Cuando comenzó a correr la película, Angel se desnudó y con un gesto para que nos apartáramos se metió a la cama en medio de nosotros abrazándonos sobre su pecho.
La película que hacía un ruido espantoso, exhibía a un par de niños rubios y blanquitos y de unas edades menores a las de nosotros dos y un hombretón enorme, muy peludo y con una panza prominente.
Al igual que las películas actuales esta carecía de mayor argumento y se limitaba a mostrar mamadas, pajas y la verga y los culitos de los chicos extremadamente dilatados y chorreantes de semen.
Angel nos confidenció que un amigo que trabajaba en el aeropuerto se las traía de contrabando.
En este caso la peli provenía de la URSS.
De allí el color del pelito y la blancura de ambos niñitos.
Angel nos dijo que tenía otras películas de latinos, de USA, bisexuales, de travestis y hasta de zoofilia, pero esa era la única donde aparecían chicos, por tanto la había encontrado apropiada para "entusiasmarnos" y calentarnos.
Nosotros mirábamos la película con los ojos como platos, no obstante que muchas de las cosas que allí aparecían nosotros ya la habíamos practicado pero, siempre resulta " motivador " el ver material pornográfico, por tanto nuestras vergas estaban a punto de explotar y nuestros hambrientos culitos ya nos latían de pasión.
Cuando hubo terminado la película, Román apagó la proyectora y al regresar a la cama, vimos con agrado que su monstruo sexual ya estaba preparado para el desigual combate.
Allí notamos que el también se recortaba el vello pubiano, dejándolo casi al "cero".
Eso era lindo ya que sus testículos y pene se veían aún mas grandes.
Se volvió a tender en la cama y tomándonos a los dos por la nuca, nos acercó a su enhiesto pene para que comenzáramos a propinarle una mamada simultánea.
Yo agarre la pichulota por la base y echando el prepucio hasta lo mas abajo, comencé al igual que la otra vez a lamer su frenillo, mientras Fernandito se ocupaba del glande, acción den la que empeñamos en aplicar todo lo que habíamos aprendido con su hijastro.
Mientras le felábamos, en voz bajita nos decía que nos besáramos con Fernandito; razón por la cual comenzamos a jugar con nuestras lenguitas pero sin despegarnos del violáceo glande.
Alternadamente nos incorporábamos para besar a Angel ambos en la boca, chupándole la lengua y, de regreso a la pichula para seguir mamando.
En el intertanto, Angel nos acariciaba nuestros culitos con la cremita mentolada y anestésica de la otra vez que nos habíamos acostado.
Jugaba con sus dedos en redondito por todo el esfínter anal, a la vez que nos metía los dedos hasta donde mas podía.
Uno primero, luego dos, tres y hasta los pulgares.
Hizo que yo me arrodillara en la cama y poniéndome en 4, le dijo a Fernandito que me diera su verguita para mamársela entera, mientras el se dedicaba a mi culito.
Me chupaba, me mordía suavecito, me metía la lengua afilada para luego, lamerme todo el ano con la lengua ancha.
Reconocí las maniobras.
Eran las misma que nos hacía Román en su casa cuando nos acostábamos con él.
Había tenido buen maestro.
Mientras yo mamaba en cuatro a Fernandito, Angel sacó desde su velador un pene de goma de unos 40 cm de largo, no muy grueso pero premunido de dos cabezas.
Eso no lo había visto nunca en mis revistas porno pero, intuía perfectamente el uso que le íbamos a dar.
Mientras yo permanecía en cuatro, Angel llamó a Fernandito y pasándole el aparato de goma, le dijo que me lo fuera enterrando despacito y hasta donde lo aguantara.
El de rodillas y a un costado de mis nalgas, tomó el consolador doble con ambas manos y mientras <Angel me separaba los glúteos me lo fue enterrando siguiendo sus instrucciones.
Despacito, adelante y atrás, gíralo mientras lo metes, sácalo un poco y vuélvelo a meter mas adentro hasta que sentí que ya no podía entrar nada mas pues me dolía el bajo vientre.
Una vez que hizo fondo, Angel se arrodilló sobre la cama y me dio a mamar su verga enterita para mi, dedicándome a ella tratando de imitar lo que Roberto me había hecho a mi, hacía una semana atrás.
Angel notó que yo había aprendido de Roberto y me felicitó diciéndome que lo hacía mas rico ahora, al mismo tiempo que le ordenaba a Fernandito que se pusiera en cuatro al igual que yo, pero en pose popi con popi.
Angel tomo el extremo desocupado del largo consolador y también se lo fue lo fue enterrando de a poco en su infantil pero hambriento anito.
Fernandito se lo comió con un poco de dolor pero, nada insoportable y fue retrocediendo poco a poco hasta sentir que mis pompis tocaban las suyas.
Alli nos desatamos y nos comenzamos a restregar culo con culo mientras el intruso de goma nos abría las carnes haciéndonos gozar de algo nuevo pero muy delicioso.
Angel en el intertanto se pasaba de mi boca a la de Fernandito, dándonos de mamar su vergota alternadamente, a la vez que nos hacia separarnos un poco dejando un tramo de consolador que el tomó con una de sus manos y comenzó a hacerlo vibrar dentro de nuestras cuevitas.
Que placer mas grande.
Le seguimos mamando alternadamente hasta que llegó al inevitable orgasmo.
Allí agarró su pene con toda su mano apretándolo para que la eyaculación no saliera de la uretra, mientras que con la otra nos retiraba el consolador casi de un tirón, lo que nos hizo doblarnos de placer y dolor.
Con una voz que denotaba su acabada, nos dijo imperativamente que lo volviésemos a mamar y tragar todo el semen que expulsaba.
Madre mía, que manera de salir leche.
Fueron varios espasmos, los que nos arrojó semen a la cara, a los ojos, a las boquitas abiertas.
Que delicia.
Con Fernandito hicimos algo en forma espontánea y que sabíamos que a los machos activos les encantaba.
Nos comenzamos a besar limpiándonos las caritas con la lengua, mientras tragábamos todo el semen con que nos habían bañado: para posteriormente, besarnos apasionadamente y compartir el delicioso semen.
Angel quedó encantado con esa acción, lo que le llevó a sacar de su inagotable velador, dos plug anales, los que nos enterró hasta lo mas profundo de nuestras cuevitas.
No obstante que el ya había acabado, quería reponerse rápidamente para culearnos a los dos como se debía.
Yo me comí el mismo cono de la vez anterior, mientras que a Fernandito le correspondió usar uno un poco mas delgado pero no obstante ello, el juguete le hizo gritar de dolor cuando pasó la parte mas gruesa pero, se repuso en breve y lo comenzó a gozar.
Como nos sentíamos empalados y estábamos demasiado calientes, frente a Angel comenzamos a hacer un calentón 69.
Queríamos acabar y gozar de nuestros cuerpos como estábamos acostumbrados con el incentivo que además podíamos jugar con la base del plug que estaba asomado entre nuestras nalgas y moverlo mientras nos chupábamos las vergas el uno al otro.
Yo acabé eyaculando una buena cantidad de semen, el que fue degustado y tragado con fruición por parte de Fernandito mientras que el, aún acababa en seco.
rico pero sin nada de lechita.
Mientras descansábamos y nos recuperábamos, le preguntamos a Angel si era verdad que había sido el quien había desvirgado a Román a los 10 años y que por varios años y follaban a diario.
Efectivamente, el le había partido el culito a Román a los 10 añitos y mientras era pareja de su mama pero, habían comenzado en el sexo hacía ya dos años antes pero, solo en forma oral y con los dedos.
Eso se fue dando de a poco mientras el lo bañaba.
Primero un dedo en la entrada del culito, caricias y mas adelante, el dedo entero dentro del recto.
Simultáneamente a eso, refregones y manoseos mientras estaban enjabonados y se rozaban resbaloso y rico.
Besos en los labios, de allí a la lengua y de allí a la cama para enseñarle a practicar el sexo oral y a tragar semen.
Indefectiblemente terminaron follando a diario mientras su mama estaba en turno de enfermería, hasta que un día en que lo tenía ensartado hasta el fondo, entró de improviso la madre a la pieza y se encontró con que le ponían los cuernos bajo sus narices y su hijo era en realidad, su madrastra.
Eso le costó el divorcio y fue a parar a las manos de un Juez con el que se hicieron amigos y quien terminó siendo un invitado mas a las fiestas de Angel, pero como ambos estaban enamorados, Román continuó siendo su amante hasta el día de hoy a espaldas de su madre.
Sólo había cambiado su relación en que la hicieron mas abierta y de tanto en tanto invitaban a un tercero o a un cuarto ( como fue nuestro caso) para hacerla mas entretenida y valorar por comparación, lo que aun tenían entre ellos.
En ese momento decidí que ese era el futuro que yo quería para mi.
Ser un buen putito pero con alguien "firme" con el que compartiría mi vida.
No se Fernandito pero, creo que esa idea también se le pasó por su caliente cabecita.
Preguntamos la hora a Angel y constatamos que aún teníamos suficiente tiempo para gozar de un polvo mas; el que terminaré de describir en mi siguiente relato.
Un beso para todos (as)
Dolmance.
2016
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