Ocho diferentes en un dia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En el cole y gracias al depravado profesor de francés, quien no me gustaba para nada pero accedi a pasarle el culito; consegui que otros profesores y algunos alumnos de cursos superiores me culearan bastante seguido.
A veces en la sala de profesores cuando no había nadie, otras en los baños de alumnos y algunas veces en la dependencia de los nocheros.
Eso no era de todos los días pero si bastante seguido.
No obstante que en el colegio tenía asegurada una buena racion de vergas y semen, en las tardes se me despertaba la libido y como no podía volver al cole, me las arregle para seducir a los empleados de una estación de servicio donde vivíamos con mi madre.
Ellos también sucumbieron a mis encantos de mariconcito jovencito, casi femenino; lo que hacía que el sexo conmigo no fuese considerado tan pecaminoso ni antinatural.
Además yo con ellos me esmeraba en ser muy putito y complaciente asi que, en las tardes y casi a diario tenía asegurado a lo menos un par de polvos en los baños del servicentro.
Pero, las hormonas en la adolecencia generalmente pueden mas que la razón por tanto, muchos días en que consideraba que las vergas que me había zampado y todo el semen que inundaba mis interiores no había sido suficiente, salía a buscar sexo con desconocidos.
Vivía en un barrio residencial de Santiago bastante acomodado, lo que me aseguraba cierto nivel de modales de mis ocasionales amantes.
Nunca me gustaron las vulgaridades y si había algo que lograba ponerme a mil, era el perfume caro de los calientes conductores de los autos que me levantaban.
Una tarde de sábado que mi madre salió con sus amigas ( cosa extraordinaria ya que me controlaba bastante y nunca me dejaba solo) y yo andaba con las hormonas revueltas, decidi salir a ver que mas encontraba, por lo que me vestí con unos pantalones de verano ajustaditos, una polera a rayas, tenis de color blanco y me calce unos lentes oscuros de mi mama, asi como para completar el modelito.
Me puse unas gotas de perfume de ella ( no muy exagerado para no espantar a los machos ) y sali a la calle a ver que podía enganchar.
Como era recién media tarde y tendría desocupado hasta la noche avanzada, me dirigí hacia un barrio donde habían varias casas de diplomáticos, consulados y embajadas lugar sonde intuía que levantaría algunos tipos.
Dicho y hecho.
Apenas si había avanzado un par de cuadras desde mi depa cuando paso por mi lado un enorme Ford LTD color azul metálico y con patente de algún Consulado.
Me di vuelta y lo quede mirando mientras giraba en la primera esquina, perdiéndose de vista.
Un tanto decepcionado continué caminando despacio hacia ninguna parte cuando, veo venir de frente a mi nuevamente el mismo auto que disminuyó la marcha y paro a mi lado por la ventana del pasajero.
Se detuvo y mientras bajaba el vidrio eléctrico ( cosa escasa en esos años ) me peguntó por una dirección de un local comercial que todo el barrio conocía; por tanto le di las indicaciones al conductor, un tipo bastante guapo, un tanto gordito y de unos 40 a 45 años de edad.
Una vez dadas las indicaciones, el conductor me dijo que ya que el no era de Santiago y que podía demorarse en encontrar el local y que me parecía si lo llevaba para mostrármelo y después – si quería – me volvía a dejar en ese mismo lugar donde lo había conocido.
Accedi a llevarlo hasta el local comercial que no distaba a mas de 3 a 4 cuadras, asi que en teoría estaba desocupado a los 5 minutos.
Una vez que me regresó al lugar donde me había levantado, el conductor que exhibía un marcado acento centro americano, con mucha cancha en esas lides se sento de medio lado en la butaca del chofer y se abrió de piernas para que yo notara que ya tenía su verga enhiesta y con ganas de combate; al mismotiempo que estirando un brazo hacia mi y mientras me tocaba la tela del pantalón me decía " y no te da frio con esos pantaloncitos tan delgados" ¿ Yo conteste que no, que siempre habían maneras de entrar en calor y que a mi juicio los pantalones se me veian lindos.
Eso lo hizo darse cuenta de inmediato que yo no era un hijo de vecinos cualquiera y que en realidad andaba en búsqueda de guerra, lo que le hizo poner en marcha el auto y digiriéndose a una calle sin salida cercana al lugar, se estacionó y subio todos los vidrios de las ventanas.
Una vez allí, procedió a tomarme por el cuello y bajándome hacia su bragueta, me hizo abrirla con mis manos a la vez que me exigía que le sacara la verga afuera para darle una sesión de sexo oral.
Le saque la verga y oh sorpresa, era mas corta que la del profesor de francés pero bastante mas gruesa.
Era un monstruo gordo y duro que no lograba rodearlo con toda mi mano.
Eso hizo que se me llenara la boca de agua y me volqué a propinarle la mejor mamada ( según yo) que alguien le haya hecho.
Apenas me entraba en la boca pero me esmeré en intentar comérmela completa.
Sabia que para hacerlos bramar de placer, debía juntar harta saliva, asi la felación era resbalocita y jugosa.
Mientras le mamaba con fruición, el me bajaba la cabeza obligándome a comérmela hasta las amígdalas, lo que en un principio me hizo dar un par de arcadas pero, al relajarme logré que su garrote entrara completo en mi boca, lo que le hizo acabar rápidamente.
Yo era mamon y tragón asi que me prodigue en comerme todo el semen que manaba de esa fiera y no obstante que era abundante y espeso, logre tragármelo todo sin desperdiciar ni una gota.
Mientras me incorporaba mirando hacia todos lados y con temor de que alguien nos hubiese visto, el personaje ese notó que por la comisura de mis labios escurría algo de semen lo que le hizo recogerlo con uno de sus dedos y mientras me lo daba a chupar me decía que no me asustara que los vidrio eran polarizados y que nadie nos vería desde el exterior.
Una vez saciado, el conductor me dijo que me dejaría en el mismo lugar donde me había levantado y que ojalá nos volviésemos a ver ya que "lo hacía muy rico".
Antes de bajarme del auto me limpie la boca con un cleenex y mientras le decía que bueno, que ojala nos volviésemos a ver, el conductor me pasó varios billetes, los que recogí feliz ya que con eso me graduaba de puto.
Era el primero de esa tarde y recíen eran las 16.
30 horas.
Después de bajarme del auto diplomático y a poco andar, se me acercó un Peugeot conducido por un tipo como de 25 años, guapísimo y, al igual que el anterior, me pregunto si yo era de ese barrio y que el buscaba una dirección.
La misma historia que el anterior.
Me ofreci a llevarlo hasta donde decía y a medio camino me ofreció una bebida helada pero esta vez en su departamento que quedaba a poca distancia de allí.
Accedi a ir a "tomarme una bebida helada" pero lo único que bebi fueron los jugos que manaban de su uretra.
Resumiendo: me culeo bien rico y no obstante que tenía una verga menor que el promedio, mis artes dramáticas le convencieron que me había "hecho doler".
Tambén me dejo en el mismo lugar donde le había levantado y después de darme un profundo beso con lengua, – cosa extraña al contratar a un putito – al bajarme del auto me metió al bolsillo trasero del pantalón unos billetes.
Ya era el segundo y apenas corrian las 17,30.
El tercero fue un señor de mas edad, bastante cohibido, al que tuve que presionar un poco para convencerle de que yo no lo asaltaría y que solo buscaba la compañía de personas agradables.
No hay mucho que decir de el.
Era muy caballero y el polvo que me puso en el asiento trasero de su auto, fue un acto gentil, sin mayores aspavientos, con poco semen y con mucha vergüenza de su parte al confesarme que era casado y que no " era su costumbre" levantar chicos en la calle.
Cando me preguntó si me debía algo, le dije que nada , que yo no era un "puto" y poniéndole mi mejor cara de enojado se marcho lleno de sentimientos de culpa lo que me hizo sonreir para mis adentros.
Ya llevaba tres.
El cuarto auto fue un Austin "Mini" con dos ocupantes en su interior.
Estos al apoyarse uno a otro fueron mas audaces y me preguntaron que cuanto le cobraría por una "cachita" dentro del auto.
Les dije un valor cualquiera, con lo que accedieron y mientras manejaban por calles secundarias, uno de ellos me culeaba en cucharitas en el asiento trasero mientras el otro nos miraba por el retrovisor y se manoseaba el paquete.
Como ya me habían inyectado con dos dosis de semen via anal, la verga del primero tamaño promedio entró sin mayor dificultad.
Me esmere en prodigarle un rico polvo; lo que le hizo acabar rápidamente.
Tenía las bolas bien cargadas ya que fueron como diez espasmos los que le sentí en mi recto.
Al salir desde dentro de mi cuerpito, su verga acompañó un sonoro FLOOOSHHHH, lo que hizo que el semen se regara abundantemente por el tapiz del asiento.
Medio que se acomodó los pantalones y pasándose el asiento del chofer, comenzó a conducir mientras el otro joven se pasaba al asiento trasero.
Me hizo darle una mamada para entrar el en calor y poniéndome en una posición muy forzada para mi me culeo con mis pies en sus hombros, para lo cual debio echar el asiento del acompañante hacia adelante: lo que le dejo mas espacio para maniobrar dentro mio.
Me culeo rico, tenia buena verga y una bolas cargadas de leche al igual que su amigo.
Con este también hice un buen teatro, haciéndolo creer que su verga era monstruosa y que me había hecho doler, lo que le llevo a vaciarse copiosamente dentro de mi y a mi disfrutar de su polvo.
Me pasaron un poco de papel toilette para enjugar todo el semen que me escurria afuera y mientras nos acomodábamos la ropa, cada uno me largo sendos billetes a la vez que me dejaban en una calle cercana al lugar donde me habían levantado.
Eran las 18,30 y ya llevaba 5.
Tenía fuerzas y ganas de seguir.
Después que me baje del "Mini", me senté en una plaza y procedí a contar el dinero que había logrado hasta allí.
Huy era bastante mas del que me había imaginado.
Eso me despertó aun mas la libido y no obstante que había salido solo a culear y no a ganar plata, ese ultimo acto le agregó un sentido perverso a mi aventura, lo que hizo que mis hormonas se pusiesen en marcha rápida.
Mis pobres bolitas me dolían.
Yo no había acabado con ninguno de mis "clientes" asi que apenas podía caminar.
El dolor en el bajo vientre era lacerante y sabía que solo se pasaría con una buena acabada o con un rato en reposo.
Me decidí por lo ultimo y como andaba " forrado " en billete me decidí a tomar un helado en el primero negocio que encontré.
Pedí el helado mas caro.
Creo que me lo merecía.
Mientras tomaba el helado de cono y chocolate, el dependiente del local un tipo de facha bastante vulgar, excedido de peso y con un mandil grasiento comenzó a dirigirme la palabra asi como para ver " que le salía".
Que de donde era, que nunca me había visto por allí, que tuviera cuidado al exhibir tantos billetes ya que siempre hay "gente mala "
Aprovechando que ya se había clavado conmigo, le pedí si me dejaba pasar al baño del local a lo que accedió a regañadientes manifestando que el baño no era para clientes pero que en esta oportunidad el "haría una excepción".
Entré a un baño igual de sucio que el mandil del dependiente y para orinar me bajé los pantalones a medias, dejándole ver mis blancas nalguitas.
Me demoré en esa función y al ver que se paraba en la puerta, medio mirándolo por encima del hombro le dije que ojala no lo metiera en problemas con el dueño del local por dejarme usar su baño.
Mientras orinaba los últimos y forzados chorritos y mientras me sacudía aparatosamente, me di vuelta sin haberme acomodado las ropas, lo que le permitió ver además mis blancos, suaves, lampiños y lechosos muslos.
En ese momento me sentí que la cortina metálica del local se bajaba estrepitosamente y note como el dependiente entraba a su vez al baño diciéndome el local es mio y es baño de hombres, asi que no hay problemas si entramos los dos no¿ a lo que respondi sólo con un levantamiento de hombros pero no hice amago de salir desde el sucio baño.
Lo espere mientras sacaba su pene afuera y comenzaba a orinar a la vez que le decía que como no puedo salir del local asi que lo voy a esperar.
No se que cara de caliente le puse al decir eso puesto que se abalanzó sobre mi y mientras me manoseaba las nalguitas me daba vueltas apoyándome contra la muralla y con los pantalones caidos en una ridícula y grotesca pose y mientras se sujetaba la verga enhiesta, intentaba metérmela entre las piernas.
Le ayude agachando un poco mi cuerpito y abriéndome de piernitas.
Al quebrarme de cinturita y echando el culito para atrás, logre que la verga entrase en mi.
Se sentía gorda y dura.
Me dio una mezcla de placer, morbo y repulsión al ser culeado casi a la fuerza por un tipo que era la antítesis de todos los que ya había follado esa tarde.
El semen de los anteriores sirvió como lubricante y permitio que la vergota del dependiente entrase en mi hasta los pelos sin mayores dificultades.
Le di varios meneos en los cuales yo ya era maestro y le hice acabar de un dos por tres.
Permaneció resoplando sobre mi hombro mientras se le relajaba y disminuía el aparato.
Apriete las nalgas y mis esfínteres para evitar que el semen de este ultimo escurriese fuera mio.
No por morbo sino que por higiene ya que había sido abundante, lo que sumado a todo el otro moco que ya había recibido adentro, me dejaría mis albos pantalones hechos una miseria.
Cuando se salió desde dentro mio, cerre la puerta dejándolo afuera y aproveche esa intimidad para medio sentarme en la taza del WC y pujar afuera a todas esas inocentes creaturitas que nadaban dentro de mis tripitas.
Sono rico cuando salieron fuera y aproveche ese momento para darme un pajazo.
No lo necesitaba en el plano sexual sino que quería que se me aplacaran los dolores en mis bolitas recargadas.
Salieron varios chorros que deje estampados a guisa de recuerdo en las paredes del baño.
Me limpie con abudante papel toilete y al salir lo mire displicentemente y le dije que yo no estaba acostumbrado a eso y que solo lo había hecho en esta oportunidad.
No me cobró el helado y siendo las 19,10 horas me fui del negocio pensando en nunca mas volver a pasar por esa calle.
Y ya llevaba seis diferentes.
Con mi cabeza dándome vueltas por la pasión, segui caminando por diferentes calles sin prestar mayor atención y solo mirando a los conductores y girándome al pasar ellos para que se dieran cuenta de que yo les coqueteaba y , ver si podría de lograr una buena otra encamada.
El sexo me causaba una sed que solo se podía aplacar con mas sexo.
Esa técnica no falla asi que, lentamente se poso a mi lado un auto deportivo.
Reconoci a su conductor de inmediato.
Se trataba de un conocido futbolista de moda, quien me invitó a subir a su auto y sin mediar mayor conversación entre nosotros, salió de ese barrio en dirección a uno de veras lujoso.
Llegamos a su edificio y mientras se estacionaba en el subterraneo del inmueble, me dijo que fueramos hasta su ascensor privado, el que nos dejaría dentro de su departamento sin que nos vieran los vecinos.
Llegamos a su depa.
Era enorme.
Lleno de cosas doradas, de jarrones, de pinturas, de muebles de dudoso gusto lo que hacía que se viera como un chabacano bazar.
Lo que hace la plata pensé para mis adentros.
Conversamos un poco de cosas triviales y me invitó a darnos un baño en un enorme jacuzzi.
Yo acepte de buena gana ya que quería sacarme el inconfundible olor a semen que manaba de mi.
Además, necesitaba ser regaloneado un poco.
Nos desnudamos y al meternos al agua caliente note que el pene de este afamado personaje publico era apenas superior al tamaño del mio, lo que le hizo ruborizarse dándome toda suerte de explicaciones.
Que mas tarde le crecía, que el tamaño no importa sino la técnica, que lo importante era como se usaba.
En fin todas aquellas explicaciones absurdas y para si mismos que dan los poseedores de una verga minúscula.
Estando dentro del agua caliente, el sopor de la temperatura y las ganas de ser regaloneado me llevo a abrazarme a mi nueva y ocasional pareja, con la finalidad de buscar algo de ternura ya que intuía que el sexo con el sería bastante frustrante y aburrido.
Por lo menos eso sacaría.
Después de estar un rato enjabonándonos y dándonos tiernos piquitos en los labios, el conocido deportista echo mano a una caja al costado del jacuzzi y desde ella saco toda suerte de consoladores.
Cortos y gordos, largos y gruesos, de dos puntas, inflables, etc.
Me dio a elegir cual me atrevía a zamparme yo.
Escogí uno algo mas grande que el promedio normal y acodándome en los costados de la tina, pare la cola para que el hiciese con el dildo lo que mas le viniese en gana.
Me lo enterro suavemente al mismo tiempo que lo giraba para acceder a lo mas profundo de mi ser.
Lo retiraba y lo volvía a meter causándome oleadas de placer.
Mientras hacía eso con una mano, con la otra me metía los dedos en mi culito, logrando introducirme 4 junto con el dildo.
Con una mano tironeaba hacia arriba separando mis esfínteres, mientras que con la otra introducia el consolador hasta su tope.
Como ya me había dilatado bastante, saco la copia de la verga de Jeff Stricker, un consolador de casi 30 x 6 y me lo fue enterrando de a poco hasta que hubo tocado fondo.
Me sentía abeirto al máximo y empalado hasta el estómago.
DELICIOSO.
Estando en esa posición de perrito y ensartado hasta lo mas profundo, el futbolita saco un guante de latex y poniéndolo en una de mis manos lo subio hasta mas arriba del codo.
Yo no entendía mucho lo que se venía asi que me deje llevar.
Este tipo unto el guante con abundante gel lubricante y poniéndose en la misma pose que tenía yo cuando me sodomizó con el enorme dildo, me dijo que le metiera mi mano dentro de su culo, que no tuviera miedo que el aguantaría.
El caso es que poco a poco lo fui fisteando hasta que le perdi la mitad de mi brazo dentro.
El se qurjaba como la mas baja de las putas y me pedía que lo hiciese mas y mas duro.
Llegue a fistearlo empuñado lo que le produjo en sus tripas un sonido extremadamente erótico.
Estando en esas acabo a gritos y mientras me decia el nombre de su ex mujer; una conocida modelo; lo empuñe hasta el fondo sintiendo como su esfínter, recto y parte de su intestino se acomodaba al largo y grosor de mi brazo.
Después que el acabó, procedió a hacerme una rica mamada en la cual se notaba que era experto y mientras se paladeaba todos mis mocos, me sonreía como el mas feliz de los niños.
Conversamos un par de cosas relativas al sexo, desde hace cuanto era bisex, que quien lo había educado en el fisteo etc.
para posteriormente llevarme en su auto deportivo hasta donde yo quisiera.
Me dejo en la misma estación de servicio ya que yo sabía que mi madre aun no debería llegar a casa asi que nadie notaría mi arribo.
Eran las 21.
00 pasasfitas y ya me había encamado con 7 diferentes.
Una vez que me baje del auto y mientras caminaba a mi depa con el alma tranquila y el cuerpo satisfecho, me llamo uno de los empleados de la estación de servicio quien se había percatado del personaje que me había traido de regreso a casa.
Su auto era inconfundible.
Una vez al lado del empleado , quien era uno de mis ocasionales amantes express, me dijo que hacía yo con ese tipo y si acaso no sabía que era un conocido gay.
Le conteste que no que no sabía pero que al fin y al cabo no tenía nada de malo que el fuese homosexual con lo que de inmediato desperté la fiera dentro del empleado quien me tomo de la mano y me condujo hasta el baño testigo de mis diarios encuentros sexuales.
Se bajo los pantalones del uniforme y agachándome me llevo hasta su arato el que procedi a comerme completito mientras le practicaba una rica mamada.
Lo mame un rato para posteriormente ser yo quien se diera vueltas para que me la pusiera dentro.
Rico.
Me dio dos o tres vergazos y me la zampe completamente.
Me agarro de las caderas mientras permanecia yo apoyado en el lavamanos.
Me culeo bien rico, esmerándose en hacerme gozar y en gozar el también.
Acabo abundantemente y después de darme una sonora palmada en el trasero a modo de despedida me dijo : Ya mi niño vaya a acostarse antes de que llegue su mama y lo pílle que salio a putear toda la tarde.
Eran las 21,30 y me comi a ocho
Dolmance.
2016
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!