OLOR A LECHE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por chupaverga.
A los 11 fue cuando largué mi primera leche, asustado por la potencia del orgasmo y ver cómo saltaba tanta leche, desde ese instante no paré de querer ver cuanta leche más me podría llegar a salir.
En mi cuarta o quinta paja, empecé a probarla de a poquito, y si bien al prioncipio me disgustaba el sabor tan fuerte, al mismo tiempo era adictivo. Así fue que en otras oportunidades probé distintas posiciones para hacer que la leche me cayera totalmente en la boca y así tragarla. Cuando lo logré me sentía en la gloria, había descubierto que la leche masculina era mi mayor droga, el olor tan potente era un atrayente imán para mis bajos instintos.
Con el timpo empecé a ir a cines y cabinas privadas, y en un primer momento me daba intriga saber qué olor tenían otras leches de hombres, entonces miraba en los basurines y solían haber preservativos usados con semen en su interior, los que olía fervorosamente y luego me los colocaba y me pajeaba con ellos, es una excitación enorme mezclar tu leche con la de otros machos. Acto seguido sacarmelo e inundarme de el olor más poderoso que largamos los machos era un éxtasis para mí, que inmediatamente andaba oliendo cuanto forro veía usado.
De repente, me llegó la oportunidad con un tío mío, que en una buena tarde tuve la oportunidad de darle una buena mamada. ya venía de un tiempito con él teniendo unos arrumacos, si bien él era casado y tenía sus hijos, siempre fue muy afectuooso conmigo . Su hijo del medio ya que tenía 3 hijos, o sea mi primo era el que más me gustaba y siempre le había tenido ganas, aunque sabía que por su condicion de hetero jamás iba a suceder nada, pero un día me dije a mí mismo: cuando se la esté chupando a su padre, voy a probar la lechita, y tragarla para que de algún modo matar dos pajaros de un tiro, me sacaba la duda de cómo era el sabor de otra leche además de la mía, y al mismo tiempo el morbo de tragarme la leche que le dió vida asemejante primo mío.
Pues en el próximo encuentro que tuve con mi tío Alejandro, me prendí a su vergota gruesa que apenas me cabía en la boca con un ternerito. se la chupé de tal forma que lo hice acabar a los pocos instantes, cuándo él se estba por venir en mi boca, quiso apartarme la cabeza como en otras oportunidades, pero ese no era mi meta, asi que forcé mi cara para recibir toda la leche que largase, y así fue como sentí cada borbotón de espesa y caliente semen fue pasando por las paredes de mi garaganta.
Ahí empecé a comprobar que el sabor es básicamente igual entre los hombres pero con algunas variantes, la de él era más saladita que la mía, me considero un adicto al olor de la leche que como hombres que somos largamos!!!
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