Omar y yo. 2a parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me subí al camión de regreso a mi casa, y no pude esperar, saqué la carta y la empecé a leer. Era un texto hermoso, muy romántico, casi cursi, leí cada palabra emocionado, quería llorar, quería regresar a su casa y besarlo, quería gritar de emoción. Con la sensación de ir flotando llegue a mi cuarto, le iba a marcar, pero decidí esperar, le iba a mandar un texto, pero igual, decidí esperar más, después de un rato tomé el teléfono, ya no aguantaba, quería habla con él, en cuanto tomé el teléfono, empezó a sonar, era él.
-Hola!- le dije
-Hmmm… hola- dijo con pena. –Lo leíste?-
No me pude contener, comencé a llorar. Estaba muy feliz.
-Claro que lo leí, yo también estoy enamorado de ti, desde siempre- le dije
-Ven. Por favor- me pidió.
Pero ya era tarde, le prometí ir a verlo en la mañana. Me dijo que no podía hablar gran cosa porque estaba cerca su mamá. Nos despedimos y colgamos.
No dormí, solo esperaba el momento de que sonara el despertado para ir a verlo. Al fin, sonó, me bañe, me puse el uniforme de la escuela y me fui a su casa. Toqué su puerta y me abrió su mamá. Me sonrió y me dijo que esperara un momento en la sala. Omar bajó lentamente, con su uniforme, se veía guapísimo como siempre. Yo creí que no iría tan pronto a la escuela, pero según dijo su mamá, él ya moría por ir a la escuela.
Nos subimos al coche de su mamá, yo seguía sin entender, pensaba no llegar a la escuela y pasar la mañana con él, pero parecía que mi plan había sido en vano. Llegamos a la escuela, caminamos a la entrada, su mamá me agradeció el detalle de ir por él. Yo le agradecí que me hubiera llevado a la escuela. Tomé mi mochila y la suya, lo veía con mucha emoción y él me correspondía. Nos acercamos a la entrada y volteó su mama ya estaba dando la vuelta a la esquina. Y así, en frente de todos, me tomó la mano y me jaló en otra dirección, caminamos unas cuatro calles y cuando vio que no había nadie cerca se paró frente a mí, tomo mi cara con sus dos manos y me besó, esta vez fue largo y sin miedo. Sentí que se me doblaban las piernas, cuando me soltó sentí un ligero mareo. Era amor.
Pasaron los días, se recuperó por completo, a las dos semanas ya estaba como nuevo, platicábamos mucho, mucho más que antes, a diario nos regalábamos algún detallito, un chocolate, una notita, estaba embobado con él.
Una tarde lo invité a comer a mi casa, llegamos de la escuela, comimos y mis padres se fueron a trabajar, nos quedamos solos, subimos a mi cuarto y nos besamos un ratito. De pronto se puso serio, me tomó la mano y me dijo:
-Espero que no te parezca ridículo, desde que te conozco siento esto por ti, y ahora sé que tú estás igual- Le tembló la voz. –Quieres ser mi novio?-
Sonreí, suspiré y le dije que estaba claro que era lo que quería. Que quería ser su novio por siempre.
Me acerqué a él, lo besé, más profundamente, con pasión, él respondió con su lengua, nos recostamos en la cama, abrazados, besándonos.
Toqué su pecho, comenzó a besarme el cuello, le desabotoné la camisa, me quitó el cinturón, nos quedamos en interiores, erectos, sudando, felices.
Lo tumbé boca arriba, le besé el cuello, comencé a bajar hasta llegar a sus pezones, tenía ya un poco de vello en el pecho, jugué con sus axilas, con mis manos acariciaba su cadera y comencé a bajarle su slip. Ya había crecido su vello púbico de nuevo, le lamí el escroto y luego el pene, suspiraba, yo por primera vez probaba ese sabor, era de lo mejor. Se lo chupé torpemente, me tomó de la cabeza y jadeaba. Volteé a verlo, su cara era de amor. Regresé a besarlo, se sentó y yo quedé hincado, comenzó a chuparme el pene. Se sentía delicioso, me tocaba las nalgas mientras yo acariciaba su pelo.
Después de dos o tres minutos se volvió a acostar y abrió las piernas, me pidió que lo penetrara. Con la misma torpeza solo le unté saliva a mi pene y comencé a meterlo. Hizo cara de dolor, le pregunté si seguía, él me dijo que sí. Me quedé quieto dentro de él. Comencé a moverme como en las películas porno, metiendo y sacando lentamente mi pene de su recto, el jadeaba y me besaba, pasaron unos cuantos minutos cuando le dije que ya me iba a venir, justo cuando lo anunciaba, empecé a llenarlo de semen, no se parecía para nada a mis acostumbradas sesiones con la mano.
Nos incorporamos y me dijo si podía metérmela. Yo con gusto acepté, sentía curiosidad. Me puse en cuatro y el comenzó a penetrarme, dolía mucho, pero me encantaba saber que el hombre a quien tanto deseaba estaba entrando en mí. Comenzó a moverse, me preguntó si me gustaba, yo le dije que sí, siguió dándome hasta que empezó a acelerar su respiración y finalmente se vino en mí.
Aún con su pene dentro nos acostamos, sentía sus latidos, oía su respiración, me besó el cuello y me dijo:
-Novios para siempre, ok?-
-Siempre es siempre ehh!- le contesté
Hoy, siete años después, se acaba de graduar en Ingeniería, yo estoy por entrar al internado para terminar mi carrera en medicina. Hemos terminado dos veces, una por celos tontos y otra por una pelea más tonta aún, pero en ambas ocasiones, terminamos hablando y regresando a los pocos días.
Siempre es siempre, y quiero seguir siendo su novio por siempre. TE AMO OMAR!!!
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