Oscarcito obtuvo lo que quería y mucho más
Primer encuentro sexual con mi amigo..
Oscarcito obtuvo lo que quería y mucho más.
Una de mis primeras experiencias homosexuales fueron en mi época de secundario, siendo yo el activo.
Vivía en el campo y teníamos vecinos a unos 2 o 3 kilómetros de distancia. Una de esas familias, para nosotros, era bastante numerosa, creo que eran 4 hermanos y 4 hermanas intercalados por sexo y de alrededor de uno a dos años de diferencia entre ellos, no más.
Los que se acercaban más a mi edad eran El Óscar y La Ofelia, así le decíamos. Oscar tenía un año más que yo y Ofelia era unos tres años mayor. Yo quería tener algo con ella pero hasta ahora solo habíamos llegado a algunas vistas privilegiadas con algunos pocos tocamientos . Con Oscar pasaba más tiempo, a veces caminábamos de su casa a la mía o me acompañaba hasta la mitad del camino, que era a través de campos con plantaciones de trigo, girasoles o maíz. A veces nos acostábamos boca arriba ocultos a la vista entre el sembrado y nos masturbábamos haciendo competencia quién llegaba más lejos o quien terminaba antes.
En varias oportunidades Oscar propuso.- Por qué no nos cogemos, total acá nadie nos va a ver.-
No me pareció mala idea. Yo ya me había metido un dedo y estaba bueno. Claro que solo pasé el esfínter y no tenía idea de que más adentro estabas esperando la próstata ser masajeada.
Hubieron algunos intentos de penetración con un poco de saliva pero, por falta de experiencia, ninguno de los dos tuvo éxito.
El tiempo transcurrió sin que tuviéramos oportunidad de juntarnos, entre mi secundaria que estaba en otra ciudad y las vacaciones pasó casi un año.
A esa edad muchas cosas pueden pasar en un año. Uno visita a parientes, mayores que uno y aprende muchas cosas que no tenía idea que podían suceder, como que las ovejas y las cabras son fáciles, que la vagina de la mujer se lubrica naturalmente al excitarse y el ano no, por eso hay que lubricarlo bien para que pueda ser penetrado más fácilmente. Uno descubre que esa crema de ordeñe que usa su padre para las manos cuando realiza esa tarea es un lubricante maravilloso. Uno crece por todos lados, hasta el pene puede agrandarse y engrosarse considerablemente más cuando uno es bastante corpulento.
La cuestión es que volví al pago y sabía que me encontraría con Oscar e intercambiaríamos nuevas experiencias. Yo andaba siempre con una mochila en la que llevaba alguna remera limpia, algún abrigo, alguna toalla, jabón, desodorante y por supuesto “La Crema”.
Los astros se alinearon, me encontré con Oscar, fuimos hasta su casa caminando y charlando, llegamos en el momento justo que sus padres junto a algunas de sus hermanas salían al pueblo a buscar al resto de la familia y abastecerse. Por esas cosas de la vida quedamos Oscar, Ofelia y yo solos en la casa. Creo que se veían los ratones revoloteando por el cerebro de Oscar mientras nos mirábamos con su hermana cómplice. Oscar comentó que hasta el momento no había encontrado a nadie con suficiente confianza para pedirle que lo penetrara por primera vez y quería que fuera yo. Y yo que a eso venía!
La idea era no hacerlo en la casa sino detrás de ella por si llegara a venir alguien pudiéramos verlo y tener tiempo para vestirnos y disimular.
Detrás de la casa había un lugar al sol donde su madre lavaba la ropa y hacía algunos otros quehaceres de la casa. Vi allí un banco que podría ser perfecto, daba la altura justa para que Oscar se recostara boca abajo en él y con las piernas cayendo al piso, me dejara su trasero bien expuesto a la altura justa.
Oscar ya estaba muy caliente, sin ropa y con una firme erección, le dije que se recostara en el banco y así lo hizo, yo todavía estaba con ropa puesta y también me había excitado bastante.
– Esto te va a gustar, mirá lo que traje-. Le dije sacando la crema de mi mochila. Se la coloqué en el apretado agujerito y metí mi dedo índice hasta el fondo, cosa que Oscar recibió con ansias. Lubriqué bien su ano.
– Metémela, metémela – era el pedido ansioso.
Para que se calentara aún más, puse crema en su pene y lo masajeé un poco. Oscar lo disfrutaba y su hermana privilegiada espectadora sentada en la otra punta del banco sonreía visiblemente excitada.
Bajé mis pantalones y saqué mi agrandado pene. Por la posición en que estaba Oscar no lo vio pero a Ofelia le brillaban sus ojos verdes, estaba con la boca abierta que luego pasó a un silencioso Uuuuuh.
-. Te vamos a violar.- le dijo a Oscar.
-. Si!, si!, violame, violame!.-. Pedía él
Me puse bastante crema en el pene y comencé a pasarlo por su agujerito. Yo tenía, de los anteriores intentos, registrada en mi memoria la relación entre el trasero de Oscar y mi pene. Y sí, mi pene había crecido bastante, y si, le va a doler. Frotaba con mi pene el ano de Oscar poniendo un poco más de crema mientras el insistía . – Metémela, metémela.
Ofelia asintió con la cabeza como diciendo.- Si dale, cogételo!!!.
Mi pene estaba bien lubricado y con ganas de guardarse. Deslicé hacia adelante toda la piel del prepucio hasta que cubriera la cabeza de mi pene y lo apoyé en su agujero. De esa forma al estar cubierta por la piel tendría menos fricción y se abriría camino rápidamente. Le hice una seña a Ofelia y me entendió. Se sentó sobre los brazos de Oscar aprisionándolos contra el banco.
-Te van a cogeeeer.- Le anunció a Oscar.-. Y me parece que te va a doleeeer-.
.- Si, si, Metémela!!. Que me duela – Era todo lo que pedía Oscar.
Ubiqué mi pene en la entrada, me agarré de su cadera y gracias a la crema se la metí y hasta el fondo. Primero fue un Uuuuhh, y tres segundo después el alarido. Oscarcito bufaba, gritaba y trata de zafarse pero le fue imposible. Ya la tenía adentro y no se la iba a sacar.
.- Sacámela que duele, sacámela!.- pedía ahora.
-. No no,- dijo Ofelia.- Si la saca va a ser peor, tenés que dejarla adentro hasta que se te pase un poco el dolor, después lo vas a disfrutar.
Intenté moverme un poco pero Oscar me pidió que no lo hiciera que ya se le estaba pasando pero si me movía era peor. Su pene había perdido la erección, señal de que sí, le había dolido. Lo tomé por detrás y alenté a su pene a erguirse nuevamente. Cuando volvió su excitación comencé a moverme dentro de él. Ofelia había soltado sus brazos, Oscar ahora jadeaba agarrado al banco acompañando mi movimiento de vaivén.
.- Ahh, pero que rico que está esto!! – era lo que alcanzaba a decir entre los “Mmmfff” “Aaahhggg” “Ooou” “Uuuuuhhh”
Yo seguía moviéndome mesuradamente tratando de que lo disfrutara, que sintiera todo el recorrido.
Una vez que ya estaba acostumbrado a tenerme adentro y lo estaba disfrutando vino la arremetida violenta de un par de minutos, siempre apuntando hacia abajo, para darle el mayor masaje a su próstata. Creo que lo estaba haciendo bien, Oscar jadeaba agarrado del banco. Paré un poco la embestida y me recosté sobre él. Vi que debajo del banco habían algunas gotas de semen que habían goteado de su pene.
Volvía moverme, esta vez pausadamente, Yo estaba muy excitado y no quería terminar antes que Oscar, quería que él tuviera un orgasmo para recordar. Masajeé su pene tomándolo desde atrás con bastante lubricación en mi mano y froté bien su glande. Por lo que notaba en su pene su excitación estaba al máximo. Cuando notaba que más se endurecía, a punto de explotar, dejaba de masajearlo y retrasaba su orgasmo embistiendo mas fuerte sus caderas y masajeando su próstata con mi pene también a punto de explotar.
Aceleré el masaje al pene de Oscar al tiempo que dejé mi pene introducido hasta la mitad, quería que mi glande quedara rozando su próstata, que él eyaculara más fuerte y yo pudiera sentir cómo se iba endureciendo. Oscar gemía cada vez más, se retorcía y le temblaban las piernas, se había agarrado firmemente al banco y con la espalda arqueada despegando su torso. Sentía su próstata hincharse contra mi glande, al igual que su pene se puso mas duro, como para explotar. Cuando Oscar dejó de moverse, tensó su cuerpo y largó un profundo “Aaaahhhh” supe que se venía un maravilloso orgasmo. El primer chorro de semen fue expulsado de su pene con tanta fuerza que se escuchó su aterrizaje contra la pata del banco.
Oscar dejó caer su torso sobre el banco con un profundo y espasmódico suspiro. Yo inmóvil dentro de él, sentía el palpitar de su ano abrazando mi pene al compás de los chorritos que salían, ya no tan impulsados, de su enrojecido pene.
El cuerpo de Oscar seguía convulsionando cuando dijo.- Ya está, sacámela.-
.- Dame un minuto que termino yo también.- le pedí. Que aunque no me lo diera me lo tomaría igual. El palpitar de su ano había hecho que mi pene estuviera siempre a punto de terminar por lo que con un par de movimientos lentos y profundos empecé a sentir que llegaba mi gran final. Quería que Oscar sintiera mi semen saliendo expulsado de mi pene, así que cuando llegó el momento lo saqué y lo apoyé en la ya agrandada y más sensible entrada de su ano. El primer chorro salió impulsado tan violentamente que, una gran parte, fué a parar al interior, el resto del tibio líquido quedó escurriéndose de su palpitante recipiente. Ofelia que había presenciado todo silenciosamente extendió su mano y tomó con sus dedos un poco del jugo recién salido y se lo llevó a la boca diciendo.- Tengo que probar esto-. Quedé mirándola, esperando su reacción, porque imaginaba lo que iba a decir. (Y no sería la primera vez que me lo dijeran).
.- Está riquísimo!!! Que rico que es tu semen!!. Es dulce !!. Que vos eyaculás leche condensada? En algún momento me vas a dar más?
.- Si le dije, pero no hoy, en otro momento, y vas a ver que si lo tomás del envase es mucho más rico.-
.- No lo dudo- . Contestó.
Mientras nosotros manteníamos esta conversación Oscar, que seguía recostado sobre el banco, no podía dejar de probar lo que su hermana decía, se dio vuelta para agarrar mi pene y llevárselo a la boca. Mi pene seguía bastante firme, al verlo su comentario fue .- Ah, con razón me dolió tanto y me sentía tan lleno, te creció bastante!!.
Tomó mi pene y se lo llevó a la boca, cuando pasó su lengua para sacar las últimas gotas que emanaba, unos últimos espasmos recorrieron mi cuerpo mientras cruzábamos miradas con Ofelia imaginando lo que podría suceder en el futuro.
Oscarcito por su parte feliz, había conseguido lo que quería y creo que mucho más.
como sigue
Ya pasaron demasiados años. Lo estoy buscando por la red y no lo encuentro, si está es con otro nombre. sigo, si llego a encontrarlo seguro habrá una parte 2
Que asco que haya estado la hermana
Siempre estaban juntos. Para mi era ideal porque yo me quería coger la hermana.
Me dieron unas ganas locas de ser Oscarcito y estar en su lugar.
Muy excitado con este relato. Quedé muy caliente deseando.!y6
Gracias por el comentario. Me alegro que haya podido transmitir por lo menos algo de lo que pasó en ese momento.