Otra en la calle
El señor del flete..
En otro relato ya había hecho una breve descripción mía, pero seguimos con historias cuando tenia 14 o 15 años.
Esta historia dudo que sea muy larga, pero recuerdo de una de las varias veces que no podía dormir. Pensando que estoy hablando de mas o menos hace 20 años atras, no había muchas formas de divertirse si uno se desvelaba. Menos si la casa de uno era pequeña, cualquier ruido era un problema.
Como ya había hecho en otras ocasiones, decidí por salir al patio y luego a sentarme en la vereda de mi casa. Cerca de las 3 de la mañana no había mucho por hacer o ver, así que siempre terminaba en la plaza de la esquina de casa jugando un poco. Quería ver si sucedía algo como en otras ocasiones pero ese día, era mucho mas tranquilo.
Lo único que llegue a ver varias veces fue una misma camioneta de flete (un camión que tiene una caja detrás para hacer transporte de muebles). En ese momento ya estaba pensando que era raro que pase tan seguido el mismo tipo, así que supuse que podía intentar hacer algo para ver si estaba buscando acción.
Espere que pase dos veces mas, la primera para identificar si la camioneta era la misma realmente, y no era parte de mi imaginación. Cuando vi que era la misma, al pasar frente mío le hice una seña de «chuparle la pija» (seña universal) muy descarada y el tipo clavo los frenos de inmediato. Luego de parar mira, me hace con la mano que me acerque y me pregunta:
H: Hola nene, tengo unos mangos para tirarte si te va.
Sin mediar palabras me subí y de inmediato me pregunto ¿Cuánta plata quería?
E: Primer déjame mostrarte lo que puedo hacer y después me das lo que creas (nunca cobre, así que no sabia)
H: Dale, sabes un lugar tranqui para estar.
E: Ada a una cuadra hay una canchita que es oscura y ya hice un par de cosas ahi.
En ese momento arranca, y me empieza a tocar la pierna.
H: Que lindo que sos, ¿te gusta la pija? ¿chuparla? ¿Qué te cojan?
E: Prefiero chuparla solamente.
Le fui mostrando por donde tenia que ir, llegamos rápido y me dice:
H: Vamos atras, que hay mas lugar y ahi la podes chupar tranquila.
Bajamos, abrió la caja del camión y me ayudo a subir. El se acomodo entre unos trapos, no había nada en la caja, se saco los pantalones y se sentó en el piso.
H: Veni, ponete entre mis piernas y lamela un poco.
El se apoyo en la pared de la caja, abrió las piernas y me puso entremedio, boca abajo. Recuerdo que tenia una verga muy dura, con unos huevos que le colgaban y tocaban el puso. Era bastante peluda y no era grande, pero era bastante cómoda para chupar.
Empecé a lamerle los huevos como su fuera un helado, lamidas cortas y rápidas. Luego le agarre la pija, y empecé con la cabeza y arranco con los bufidos, era mi pie para saber que tenia que lamerle la cabeza bastante. Le pase la lengua por los huevos y subía por el tronco hasta la cabeza, y cuando llegaba le daba una vuelta por el borde del glande y el respiraba fuerte.
H: Uy bebito sabes chupar re bien la pija, ¿hace mucho la venís chupando?
E: Si, no es la primera.
H: uff bebe, sos un putito desde chico. Mostrame si podes tragarla toda.
Así que sin muchas vueltas la comí entera, hasta que me llegaron sus pelos a la nariz. En eso me pide que lo mire a los ojos, y me dice.
H: Si bebe, te la sabes comer entera. Déjala así adentro un ratito.
Yo en ese momento tenia un poco de arcadas, pero las podía controlar, no era muy grande y no me generaba molestias. Una de las mejores sensaciones era sentir que el tipo la quería meter mas adentro y sentía los latidos de la verga en mi boca y garganta.
El me empezó a pedir que la saque y la meta toda de una. A lo que accedí, mientras el bufaba como animal. Eso duro unos minutos, volví a concentrarme en la cabeza y sentía como se estaba hinchando mas, me dijo que iba a acabar si seguía lamiendo la cabeza y como quería que acabara se la seguí chupando igual hasta que acabo.
Cuando acabo fueron 3 o 4 chorros de leche espesa. El primer me salto a la cara y los otros me acomodo el para que me entraran en la boca.
El tipo me ofreció mas plata para que la tragara y no me dejo limpiarme el lechazo de la cara.
Me dijo que no era de la zona, que había pasado porque le dijeron que había un putito que chupaba la pija por ahi (dudo que fuera yo, porque no hacia eso con regularidad) y que le gusto que fuera tan buen chupa pija, que esperaba pasar otro día para repetir.
Me dejo en la esquina de casa, me dio unos billetes, y me dice: tenes todavía lechita en la cara, la próxima toda en la pancita.
Me baja y se va. Yo me quede un rato mas en la plaza y luego voy a mi casa, con un buen trago de leche y unos pesos en el bolsillo.
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