Padre e hijo me usan como putita
-Estas mojado, papá te acaba de follar. Yo me callé ante la agudeza de Liam..
Me parece que me que extendido demasiado, perdonen si les parece mucho.
Mi bonito amigo madrileño, de principio, muchos besos.
No tengo muchas novedades que contarte, la vida normal como quien dice. Bueno, voy a intentar relatarte lo último.
Primero comentarte tus correos:
A lo de que tengo buen cuerpo y buena polla, gracias, gracias amor, me alegro mucho que te guste, que te despierte las ganas de darme tu rica polla, no creas que la tienes pequeña, tus 19 centímetros de jugosa y gorda polla harán maravillas.
Al comentario de que NO me conformo con poca cosa, y hablas del pollón de David, bueno, no se el motivo de que ahí aparezca tan gorda, porque no lo es tanto, larga si, ya te lo he dicho otras veces, pienso que es más bien efecto de la foto.
El viaje a la granja lo hicimos sin problemas, no nevaba aunque en el campo había mucha nieve. Los chicos ubicados atrás se lo pasaban en grande, gastándose bromas entre ellos, se lo pasan mejor los tres juntos con Miles que cuando hacemos el viaje separados.
Hablaban de la fiesta que tendrían el sábado. Al parecer Avery, la madre de Miles, le había dicho que preparaban la fiesta para celebrar los carnavales, en esa zona del país la mayor parte son descendientes de europeos y conservan algunas costumbres.
Luego llegaron las bromas que le gastaban a Miles, sobre todo por parte de Ryan, sobre su novia Erika que estaría en la fiesta. Liam en eso guardaba silencio, quizás pensando en que él se había follado a la tal Erika la novia de su primo, me daba pena Miles porque se tomaba las bromas en serio.
En fin, fue un viaje agradable, también Eis estaba muy cariñoso, cuando veía que no había peligro me ponía la mano en el muslo y me lo acariciaba, estaba encantado en esos momentos, además de que era todo tan bonito y tan blanco.
La abuela estaba molesta por que Oliver no hubiera venido y preguntaba continuamente a Eis por si le veía y si estaba bien ya que no llamaba demasiado. Pensándolo bien creo que la última persona que lo vío fui yo, que como sabes estuve con él, Eis decía que no había pasado por la oficina en toda la semana.
Las caricias de Eis culminaron provechosamente en la cama, ya se interpretarle los indicios que me transmite y sabía que esa noche me necesitaba más que otros días.
En la granja no tienen la temperatura de nuestra casa, se está bien pero no es lo mismo. Me tapé completamente con el edredón y así desnudé por completo a mi novio bajo la ropa, le chupe la verga a pesar de que Eis me la quería meter a la primera, luego se animó y me colocó para hacer el sesenta y nueve clásico, me gusta mucho que me coman el culo, mejor, me vuelve loco, y Eis lo hace de maravilla, al estar cubierto por el edredón podía gemir y gritar sin tanto problema, luego me colocó boca arriba para metérmela. Ya sabes que así me gusta más, aunque teníamos la luz apagada y no podía verle, ahora ya estábamos calientes y desnudos sobre la cama, para evitar que gritara Eis me me metía los dedos en la boca o me la tapaba.
Buff! Pablito era tan bueno aquello, no me canso de que me den por el culo, debo de estar enfermo, o algo me pasa, no debe ser normal esto.
No podía ni levantarme para lavarme y expulsar el semen de lo rendido que estaba, Eis se fue a lavar y me trajo una toalla para que me limpiara el semen que iba saliendo de mi culo.
Me estaba quedando dormido después de la rica cogida y Eis me dice que mañana se levantaría temprano, tenía que acompañar a su cuñado George, necesitaban traer algún secador que usaban para quitar la humedad al maiz, así se podía calentar la nave donde se haría la fiesta. Hubiera preferido despertar a su lado, pero todo no se puede tener, pasé el brazo por su pecho y rápido me quedé dormido.
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No me enteré de la hora en que Eis se levantó, de pronto me desveló notar que Eis me abrazaba por detrás, iba a volver a mis sueños y entonces me di cuenta de que me levantaba una pierna y metía el pene entre ellas, ronroneé de gusto y me tiré para atrás para pegar mi espalda a su pecho.
-Lu, no te asustes soy yo. Di un rebote en la cama y me intenté levantar, digo levantar, pero un brazo pasado por mi pecho me sujetaba con fuerza a la cama y no me dejaba mover, la otra mano la tenía colocada en mi boca para evitar que gritara. Al dejar de moverme la mano que me tapaba la boca se aflojó sin llegar a apartarla.
-Liam, ¿qué haces aquí? Antes de hablar me besó el hombro desnudo y luego me mordió la oreja riéndose con suavidad. Al besarme me di cuenta de que yo estaba desnudo también, no me puse la ropa antes de quedar dormido.
-Por favor, no grites Lu, voy a soltarte la boca.
-Pero…, pero… Liam, tu padre dónde está? Intenté darme la vuelta para encararle sin conseguirlo.
-Ya ha salido con el tío a trabajar. Rápidamente iba completando el puzzle en mi cabeza y tomaba nota de la situación.
-Liam márchate a tu habitación por favor, esto no esta bien, pueden descubrirnos en cualquier momento. Pero Liam solo pensaba en acariciarme el pecho, el vientre con su mano izquierda, se movía levemente follándome con su verga entre mis piernas a la vez que me besaba la espalda y la cabeza.
-Será solo un ratito Lu, se está tan a gusto a tu lado, estás tan calentito.
-No, Liam! Subirá tu abuela o tu tía, Dios mío que va a pasar.
-Nada Lu, no pasa nada, por favor!, no tardaré, déjame que te la meta, no discutas y tardaremos menos tiempo. El muchacho me aprisionaba, me besaba incansable, cada vez más animado, ahora me lamía el centro de la espalda dándome escalofríos, y al asegundo me mordía el cuello como perro de presa, me estaba gustando y mucho esa actitud casi violenta y ver al chiquillo decidido a coger lo que quería como fuera.
Gemí cuando después del mordisco me lamió el cuello.
-Así me gusta Lu, coopera y todo será mejor. Y como siempre cedí.
-De acuerdo Liam, conforme, pero guardemos silencio, antes tengo que ir a lavarme, no quería decirle que aún tenía el semen de su padre dentro de mi culo.
-Es igual Lu, no te muevas, así mismo te la meto.
-Es que estas loco, estoy sucio. Liam se reía entre dientes mientras me los hincaba en la oreja.
-Tu no estas sucio, esas delicioso y no quiero que te enfríes. Seguía oprimiéndome el vientre al sujetarme. Me daba un no se qué que me metiera la polla donde aún mantenía presente el recuerdo de Eis, pero si seguíamos discutiendo también el tiempo pasaba.
-Esta bien, como tu quieras, pero suéltame para colocarme.
-Solo levanta la pierna. El mismo dejó se sujetarme por el pecho y con esa mano me levantó la pierna, apoyé el pie en una de sus piernas y abrí la que tenía encogida dejándole mi hoyito preparado.
-Ahora mantenla así mientras te la meto. Obedecí y me agarré del pié para tener elevada la pierna y dejarle las nalgas entregadas y mi culito dispuesto.
Liam retiró su pene que me forzaban los huevos, y con rapidez lo dirigió, buscando a ciegas mi ano, hasta que lo encontró con la punta de sus dedos primero, me acarició el ano y me introdujo un dedo.
-Estas mojado, papá te acaba de follar. Yo me callé ante la agudeza de Liam. Me relajé para recibir su verga que ya apretaba en la puerta de mi culo para entrar, con, o sin permiso.
Me la clavó despacio y sin detenerse, la polla entraba con total facilidad ayudada por la lubricación del semen de Eis y mis propias secreciones anales, en segundos sentía sus pelotas topar con mis nalgas y la punta de la verga marcando terreno en mi interior.
-Ahhhhhhh, Liam, que bruto has sido. Al menos ahora mantenía quieta la polla en mi interior y solo notaba el bombeo de sangre circular por ella. Yo movía el culo y el cuerpo buscando la mejor posición, el mejor ángulo de la penetración para que la polla discurriera sin problemas por mi interior. Luego que me quedé quieto respirando agitado cada vez que Liam hacia empujones para encajármela hasta el fondo.
-Ya, ya Liam, estoy bien. Y Liam empezó a joderme el culo, entraba y salía con suavidad gozando según parece por sus suspiros que le escuchaba.
-Que rico Lu! Engrasado por papá mi pene entra mejor, lo notas Lu?
-Ummmm! dame más rápido, esta bueno Liam. Ayyyy, que lindo mi amor, más Liam, más fuerte.
Te gusta ehh? Yo solo sabía gemir, pero giré la cabeza para que me besara la boca.
-Bésame Liam, bésame…
-Dime que te gusta como te doy!…
-Si amor, me gusta mucho mi vida, pero dame más, Ayyy que rica verga Liam.
-Si verdad, te gusta mucho, lo se. Seguía con la cabeza girada suplicando sus besos, que hubiera amor además del sabroso sexo que me daba. Dejaba de besarme cuando cogía velocidad de crucero metiendo y la sacando la verga.
-Dime Lu, quien te folla mejor, quien te da más placer, papá o yo. No le quería responder, pero porque no lo sabía muy bien. Entonces detuvo todo movimiento, yo reculaba buscando la pija que casi había salido de mi culo.
-Te he hecho una pregunta Lu, Quien? Me desesperaba su pasividad pero si yo reculaba él también para que no se me metiera la polla.
-Quien Lu?.
-Tu Liam! dije casi gritando, tu me follas mejor, no seas cruel Liam, fóllame, por favor. Empezó un brioso mete y saca que me hacía suspirar estremecido.
-Que rico Liam mi vida, fóllame más amor. Y volvió a detenerse de igual manera, dejando dentro de mi ano solamente la punta de la verga.
-Y quien es tu macho principal Lu, piensa bien la respuesta. A estas alturas ya no sentía remordimiento alguno, me daba lo mismo lo que sucediera, me importaba un comino que entrara la abuela en ese momento y viera a su nieto enculándole al novio de a su hijo, solo quería sobre todas las cosas que Liam continuara con el mete y saca, cuanto más violento mejor.
-Tu Liam!!!!, tu eres mi macho, pero sigue, sigue dándome, mi culito espera amor. Y a partir de ahí Liam no se contuvo, solo paraba para respirar y poner los temblorosos labios en la piel de mi espalda.
Cuando pensó que ya le venía el semen, me agarró la polla y empezó a moverla hasta que empezó a salirme la leche con fuerza.
-Ahhhh Liam, me corro mi amor. Nos estremecíamos los dos con violentos tiritones, pero él estaba a su vez llenándome el culo con su semen. Permanecimos un par de minutos así, enchufados por mi culo y su verga, volviendo a abrazarme por el vientre y y con la polla entera dentro de mi, me sentía tan bien, tan a gusto así abrazado por mi niño que hubiera permanecido todo el día en la cama junto a él.
Lentamente salía de mi placentero ensueño, sintiendo la dureza de su polla en mi vientre y recordé en la situación y el lugar donde nos encontrábamos.
-Venga Liam, tienes que marchar a tu habitación.
-Oh no Lu!, todavía la tengo dura y quiero echarte otro polvo. A eso ya no estaba dispuesto, no era tan imprudente, y me retiré de él antes de que me sujetara, lo primero que miré fue el esplendor de su polla rígida como la madera, estaba pringosa de semen y algo de suciedad, le di la toalla que había utilizado a la noche.
-Límpiate Liam y marcha ya, me voy al baño. Le di un beso en los labios y me retiré con rapidez para que no me atrapara.
Me duché con parsimonia, gozando del agua purificadora que caía tibia sobre la piel, hice fuerza para expulsar el semen que mis dos machos me había metido, pero no me lavé con la ducha rectal, deseaba mantener sus esencias todo el tiempo posible conmigo.
Recordaba la follada que me había dado Liam y de repente me llegan las imágenes de la de Eis. Y no pude evitar estallar en risas al recordar lo que me había obligado Liam a decirle, a asegurarle más bien.
“-Tu Liam! dije casi gritando, tu me follas mejor,”
“-Tu Liam!!!!, tu eres mi macho,”
El chiquillo era todo un diablo, un atrevido y osado diablo que tentaba a su suerte sin pensar, dejándose llevar por sus deseos, o puede que también fuera porque me amaba, imposible, me lo negaba a mi mismo, eran solo las hormonas juveniles despertando su libido.
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La mañana transcurrió tranquila, ayudé a las dos mujeres en lo que podía, la criada se ocupaba de las habitaciones y necesitaban ayuda, pensaba que quizá las estorbaba más que ayudar pero lo hacía con gusto, los cuatro muchachos marcharon a la nave donde sus padres trabajaban, se servían de la ayuda de dos empleados preparando el local para la fiesta y la ayuda extra de lo chicos no les vendría mal.
Le pregunté a Avery si no era peligrosa la celebración por el problema del virus. Me dijo que lo hacían para que los muchachos no buscaran alternativas más peligrosas, y que allí en el pueblo y el campo las cosas eran muy diferentes a la ciudad, en principio el virus no tenía una incidencia destacada entre ellos, que las autoridades lo tenían bien controlado, incluso que su madre, como persona de riesgo ya estaba vacunada, terminó por decirme que no me preocupara demasiado, que allí estábamos seguros.
A Elena la vi preocupada por Oliver, vivirían separados, de acuerdo, pero pensaba que aquella mujer continuaba amando a su marido.
A la fiesta acudió bastante gente, la mayoría disfrazados de lo más inverosímil, incluso pude ver una pareja de astronautas, pusieron bailes, y concurso de baile country, Eis no necesitaba disfraz, añadió a su ropa vaquera de siempre el sombrero y botas altas de montar.
Los chicos me vistieron con un disfraz que había pertenecido a su madre cuando era joven, de aldeanita francesa con peluca de largas trenzas rubias, mejillas coloreadas con pintalabios, los labios pintados de rouge chillón. Every me maquilló y Eis no me reconoció al verme. En un aparte Liam me susurró al oido que estaba preciosa.
Al principio del baile veía a Miles al lado de una señorita de la que no se apartaba, supuse que sería su novia, la Erica de la que Liam me habló, A la chica se le apreciaba una bonita figura, pero pensé que Miles se merecía algo más, no nos encontramos de frente y hubiera sido igual, su disfraz consistía en un traje Luis XIV y llevaba antifaz de brillantes.
Bailé mucho, el country de pareja con Eis, en corro tomados de la mano, otros bailes donde chicos por error me solicitaron bailar con ellos, Liam, su hermano y primos también, querían confirmar el acierto del disfraz elegido. Allí todos nos olvidamos del dichoso virus.
Como hubo comida en los mostradores, fue suficiente como cena y la fiesta terminó, o al menos para Eis y para mi. Nos fuimos a la cama a 3:30, y por cierto era la primera vez que veía a Eis mareado y achispado por lo que bebió, tuve que ayudarlo a desnudarse y meterle en la cama. Resultó una bonita fiesta y, a pesar de las palabras de Avery, yo rogaba porque tuviera razón y no nos hubiéramos contagiado.
El domingo nos levantamos muy, pero que muy tarde, los muchachos a la hora de la comida y porque su abuela los subió a buscar, luego me enteré de que la fiesta había concluido con el alba.
Durante la comida, nadie parecía tener ganas de ingerir alimentos, y eso que tenían un aspecto delicioso, parecía que había pasado una apisonadora sobre todos. Los cuatro muchachos guardaban silencio, nunca les había visto así de cabizbajos, vaya que la fiesta al final había dejado sus estragos.
Emprendimos el viaje de vuelta después de la comida para no tener que conducir de noche, en el asiento trasero dejaron que Ryan ocupara el del centro, con Liam y Miles a sus costados, confirmaban así mis sospechas de que había pasado algo entre ellos, no se dirigían la mirada y aparentaban dormir o mirar por las ventanillas el paisaje.
Seguramente se trataba de que comenzaba a padecer algún ataque de neurosis obsesiva, que seguramente todo era producto de mi imaginación y del cansancio que todos teníamos, así que cerré los ojos para descansar y olvidar mis temores.
Llegamos a casa sin que los chicos hubieran intercambiado una palabra en todo el trayecto, Luis Enrique no había vuelto aún de la reunión de su congregación religiosa, en las que participaba los fines de semana, y en nuestra habitación me esperaba un gran paquete encima de la cama, tenía un enorme corazón rojo pegado y el letrero: “Para mi amor”. Eis me había seguido y me di la vuelta interrogándole con la mirada.
-Día de los enamorados! Me dijo con una gran sonrisa y me abría los brazos, me refugié en ellos colgándome de su cuello y alzando la cabeza ofreciéndole los labios.
Con la fiesta y lo preocupado que estaba por el enfado de los chicos, no me acordaba de que era San Valentín.
-Es para mí? Le pregunté sabiendo de antemano la respuesta.
-Para quién si no? Respondió cogiéndome de las nalga para elevarme a su altura y volver a besarme.
Empecé a romper el papel que lo envolvía nervioso, no me esperaba un regalo y estaba impaciente por saber lo que contenía. Dentro venía un maletín y al abrirlo me llevé la gran sorpresa. Hace tiempo le había pedido, en broma, que me comprara un plug anal, tenía el capricho de usarlo después de que me follaba como tapón, y que su semen no se saliera de mi culo, pensaba que así no mancharía la ropa, creo que no se lo dije en serio, pero él lo recordaba y ahora me lo regalaba, claro que no era solamente el plug anal que yo quería, tenía en el maletín todo un surtido de elementos sexuales, además de plugs de distintos formatos, bolas chinas, diferentes consoladores, todo un arsenal para practicar el sexo, sentí que me ardía la cara, le di las gracias por su detalle, más que nada por acordarse del día y pensar en mi, veríamos si alguna vez utilizaba algo de todo lo comprado.
Los muchachos habían subido a sus habitaciones y me dispuse a esperar a Luis Enrique para que nos diera de cenar…
Durante la cena los chicos nos dieron el mismo espectáculo que en la comida, el único que decía algo era Ryan, tanto Liam como su primo permanecían mudos, pensé que ya era demasiado y que mañana debía hablar con ellos, saber lo que les había pasado y sobre todo buscar una solución.
Todos estábamos cansados y nos fuimos temprano a la cama.
**********
Había decidido hablar con Oliver, alarmado de alguna manera por que no hubiera pasado por la oficina de sus empresas, según dijo Eistein, también porque no cogiera el teléfono cuando le llamaban, era posible que algo le hubiera sucedido después de nuestro encuentro. Insistí en varias ocasiones sin que me cogiera, al final hablé con la recepción del hotel donde me confirmaron que estaba bien y que había terminado de salir de allí hacía una hora.
Me mantuve trabajando ya que no terminaba de acabar con los pendientes y ya me había enviado otro pliego para un concurso, para que lo fuera mirando.
Era la hora de comer cuando apareció Oliver, llegaba con el jefe de las obras, para analizar los pequeños flecos pendientes y, desde luego, con la intención de que le pagara lo que aún se le debía.
Tardaron poco tiempo y Oliver no quiso quedarse a comer, dijo que tenía un compromiso de comida de trabajo. Le pedí que llamara a Elena o a su hija porque estaban preocupadas.
Cuando llegaron lo chicos se metieron en sus habitaciones y salí para ir en busca de Liam, quería saber si podíamos hablar e intentar arreglar el desacuerdo que se traían, tenía la puerta cerrada y con pestillo, toqué con los nudillos y me dijo que no podía abrirme, que además en poco tiempo vendría su amigo Jace para ayudarle con algunos problemas. Entendí que no era el momento de insistir, y además parecía haber hecho extensivo su enfado hacía mi, no quería hablar conmigo de momento.
Ryan y Miles salían en ese momento para bajar a la sala de gimnasio y le pedí a Ryan que se quedara un momento, Miles volvió a entrar en su habitación, nos quedamos solos en el cuarto de Ryan.
-A ver Ryan, me puedes contar lo que os sucede, a que ha venido este enfado. El chiquillo se sentó sobre la cama cabizbajo y yo me senté a su lado.
-Debías hacerle la pregunta a Miles o a Liam, yo no tengo nada que contarte. El chico se frotaba las manos nervioso, le cogí de los hombros y le giré para que me mirase.
-Tu sabes lo que ha pasado, vamos Ryan, solo quiero saberlo para intentar que esto acabe, no te das cuenta de que así no podemos estar? El chico parecía que iba a ponerse a llorar de un momento a otro, parecía un pobre chiquillo asustado, ni que hubiera cometido un delito y estuviera por medio un cadáver.
-Se enfadarán si te lo digo. Le abracé y con la mano elevé su barbilla para mirarle a los ojos.
-No se van a enterar, no les diré nada te lo prometo, no sabrán que me lo has contado. Debía estar lleno de dudas porque rehuía mi mirada.
-Esta bien, pero me lo has prometido. En la fiesta de la otra noche… Erika, la novia de Miles le pidió a Liam que bailara con ella, estaba yo delante, no es que Liam quisiera…. Se quedó callado y dudoso.
-Y qué más pasó?
-Desaparecieron… Ryan me preguntó si había visto a Erika, le dije que no, la verdad es que no sabía si se había ido con Liam, y Miles me pidió que le acompañara a buscarla… Y…
-Sigue Ryan, por favor…
-Pues la estuvimos buscando y no estaba, no aparecía, también buscamos en la casa, y por último miramos en el coche de Erika que estaba con los demás dentro de la cochera, no había casi luz pero escuchábamos los ruidos y nos aproximamos…. A Ryan le costaba terminar y levantó la mirada para añadir.
-Estaban los dos en el coche, desnudos, follando, Miles cayó de rodilla y entonces ellos notaron que alguien los espiaban, no se quien encendió la luz de la nave, entonces pudimos verlos con detalle, estaban desnudos, Liam tenía su pene dentro de la vagina de Erika. Creo que debí ponerme pálido ya que Ryan me miraba asustado.
-Y entonces se pelearon? Saqué fuerzas de donde no las tenía para seguir indagando.
-No, Miles se marchó corriendo para encerrarse en su habitación, no han vuelto a hablarse desde entonces, no hablan conmigo tampoco… Y no se que hacer… Le abracé contra mi pecho.
-Tranquilo Ryan, tu no tienes culpa de nada, no te preocupes, eh, ahora lávate la cara y baja a hacer tus ejercicios al gym.
De verdad que me desconcertaba que Liam le hubiera hecho eso a su primo, yo conocía lo caliente que era pero llegar a follarse a la chica con la posibilidad que le descubrieran, me parecía increíble. Tenía que hablar con Liam como fuese, alguna solución habría aunque lo veía difícil.
Intenté abrir la puerta del cuarto de Liam pero continuaba cerrado. Bajé al primer piso, Luis Enrique estaba en ese momento con Jace, le dije a Luis que yo le acompañaría arriba.
El chico sonreía sin dejar de mirarme, pasaba la vista por mi cuerpo de la cabeza a los pies, pensé que igual llevaba algo extraño conmigo, pero también yo le observaba, el chico realmente era guapo, no tan alto como Liam, portaba una mochila al hombro que le apretaba la ropa de la espalda, resaltaban sus hermosas y largas nalgas, tenía un culo alto y redondo, bien marcadas las dos medias esferas por el pantalón que se le metía en la raja, pensé que Jace era gay, lo mismo que yo aunque quizá ni él lo supiera.
Bueno Jace, ya se que tu conoces el camino y puedes subir solo, pero quiero darte las gracias. El chico puso cara de sorprendido.
-Las gracias?
-Si, creo que eres un buen amigo para Liam, ademas de compañero, me ha dicho que vienes para ayudarle y se que puede andar retrasado por lo de la enfermedad, por eso quería agradecerte la ayuda que le prestas. Después del asombro se le pintó una enorme sonrisa.
-Ayudar yo a Liam!? Creo que te equivocas, es él quien me ayuda a mi, no me van mucho las ciencias y vengo a que me ayude.
Liam no tiene problema en clase?… Ahora era yo el que me quedaba con la boca abierta. Le dije segundos después, cuando reaccioné.
-Bien, bien, ya puedes subir. Ah!, tienes que llamar a la puerta, la tiene cerrada por dentro.
Me entretuve un rato con Luis Enrique en la cocina, más que nada pensando en Liam, por lo menos había tenido una buena noticia sin buscarla, confirmaba la opinión de los profesores de los hijos de Eis, también pensaba en lo mal que lo estaría pasando Miles, a pesar que dentro de poco haría 19 años y del cuerpazo que tenía, en parte era muy niño. Entonces decidí subir para hablar con Miles, le habíamos dejado solo en su habitación y este era un buen momento.
Terminé de subir las escaleras justo cuando Liam abría la puerta junto con su amigo, al verme volvió a meterse y la cerro en mis narices.
Yo llamé en la puerta de Miles, no se había enterado de que Ryan ya estaba abajo, estaba tumbado boca arriba en la cama, lucía muy sexi con con su camiseta sin mangas y el panty que usaba para el gimnasio, su cara de niño no iba muy entonada con el estupendo cuerpo que poseía. El apretado panty mostraba la figura de sus atributos viriles, elevé la vista de su paquetón y me puse rojo al verle que me miraba.
-Podemos hablar un momento?, Ryan está ya en el gimnasio y te espera. Se sentó en la cama bajando los pies, de su pecho abombado, sobresalían los bien formados y abundantes pectorales, era parecido a su padre, más voluminoso que Liam y Ryan, pero sería por que era mayor.
-Bien Miles, desconozco lo que puede haber pasado entre tú y tu primo, lleváis más de un día sin hablaros y esto tiene que acabar. Qué es lo que pasa entre vosotros?
Entre dudas, parones y vuelta a empezar logré que, más o menos, me contara su versión, difería de la que Ryan me contó en los detalles, pero igual de contenido. Con Miles me era más complicado contactar, él ya era mayor y aunque enfatizar era fácil no le podía enfocar de la misma manera que con Ryan.
-De verdad que ha estado muy mal lo que ha hecho, pero no se le puede dar más vueltas Miles, pienso que te debe pedir disculpas a ti y a esa chica, y quizá aceptar el castigo que tu le pongas, el que se te ocurra, seguro que lo aceptará con gusto. Cogí su mano para apretarla e infundirle ánimos.
-No sigas Jam, No estoy enfadado con Liam, bueno al principio si lo estaba, por su culpa empezó todo, pero esa noche me llamó Erika, es con ella con la que estoy molesto y dolido. Yo le escuchaba muy atento y también sorprendido por lo que decía.
-Rompió lo nuestro, dijo que no había querido herirme, pero que no me amaba lo suficiente para seguir, y que se había dado cuenta después de las veces que había estado con Liam. Según iba hablando me daba cuenta del lío que se llevaban, les pasaba como a todos cuando fuimos jóvenes, pero entendía que un desengaño amoroso siempre duele.
Seguimos hablando unos minutos más, los suficientes para darme cuenta que todo se resolvería con unas palabras de disculpa y un abrazo entre primos, Miles siendo el mayor de los cuatro, tenía hacia su hermano y sus primos cierto sentimiento paternal. Le animé a que bajara para hacer ejercicio con su primo que lo esperaba, sin soltarme la mano se aproximo y sorpresivamente me dio un beso en los labios, quedé atónito por su reacción, no me separé y me quedé alelado, no sabía lo que me pasaba pero su beso me había…, no se lo que me había hecho, solo sentía mi corazón desbocado, sabía que no era un beso cualquiera de los que recibía de otros hombres.
-Gracias Jam por preocuparte de mi. Y así finalizó todo, hasta que sentí a Liam que salía con Jace de su habitación y al pasar delante de mi puerta el chico me saludo.
-Voy a bajar con Liam para hacer deporte, espero no molestar. Me levanté para salir al pasillo.
-Venga Jace, no digas eso, Jam está encantado de que todo el mundo aproveche ese lugar. Afirmó muy convencido Liam. Me guiño un ojo risueño y me preguntó.
-Tú no vas a bajar un rato y dejar de trabajar? Solo lo pensé un segundo, pero me sentía atraído por observar a los cuatro chicos abajo y decidí que al menos tomaría una sesión de UVA para coger color.
El tiempo que pasaron juntos resultó distendido y amistoso, de alguna manera Ryan y Jace servían muy bien de colchón y animadores del grupo, yo me desnudé y me metí en la cabina despreocupándome del resto.
Durante la cena pude constatar que la tensión había disminuido un montón, aun no se dirigían la palabra, les sorprendí en varias ocasiones mirándose, claro que cuando uno levantaba la vista el otro la apartaba.
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El martes lo pasé tranquilo y solo, trabajando hasta el momento de la comida y vuelta al trabajo hasta que los chicos volvieron a casa. Además de trabajar también había pensado en los chicos, entre otras cosas. Hoy tenía que hablar con Liam, pedirle que se disculpara con su primo y terminar definitivamente el enfado.
Aproveché cuando Ryan y Miles bajaron al gym como todos los días, la puerta de Liam estaba cerrada, llamé pensado que tenía el seguro puesto como el día pasado.
-Entra Lu. Como si me esperase sabía que era yo quién llamaba. Permanecía sentado en su escritorio ante el ordenador encendido, sin camisa y con el torso desnudo, con solo un pantalón corto, me quedé unos segundos admirándole, nadie se cansa de admirar la belleza, la perfección de aquel cuerpo, él no se giro y continuó trabajando en una tabla de excel que tenía abierta en la pantalla.
Me acerque y le besé los cabellos, olía tan bien a fresco con un ligero perfume de la piel. Pulsó unas cuantas teclas y se oscureció la pantalla. Giró la silla de ruedas y se quedó enfrentado de mi.
Me sujetó de una muñeca y me sentó sobre sus piernas.
-Te veo preocupado Lu, no seré yo el culpable? Metió una mano bajo mi camiseta y me pellizcó un pezón entre sus dedos, como respuesta busque su boca para besársela, él me sujetó de la nuca con la mano libre y me apretó para hacer más intenso el beso, cuando me soltó me sentía aturdido y me abracé de su cuello.
-Ya sabes lo que quiero Liam. Le murmuré en el oido.
-Claro que lo se, deseas mi verga. Soltó una risita seca.
-Venga Liam, no estoy para bromas. Me apartó de él sujetándome de los hombros y me miró a los ojos.
-De acuerdo Lu, no se como hacerlo, como pedir perdón a Miles, Se que le ha dolido pero no me siento culpable de lo que pasó, me había hecho el propósito de no mirarla, y sucedió, nada más. Me crees verdad?
-Claro que si mi niño, se que fue ella la que te provocó, pero a pesar de todo tienes que arreglar esto, depende de ti y se que hallarás la forma de para pedir disculpas a Miles, solo eso será suficiente y todo este enredo terminará. Lo harás cariño?
Me llevó hasta su pecho y descanse mi barbilla en su cuello, Liam sabía como embrujar a cualquiera, le bese la clavícula volviendo a a aspirar su aroma.
-Es lo que estoy deseando desde que nos encontraron, no creas que no.
-Oh Liam, eres un tesoro. Busqué sus labios y prendí los mío en ellos lamiéndolos con mi lengua.
-No viene tu amiguito Jace? Me dio varios besos antes de sacar una risa socarrona y responderme.
-Hoy no vendrá, tiene algo pendientes que hacer. Nuestros besos subían de intensidad y terminó de subirme la camiseta para besar mis tetillas.
-Ahhhh Liam, me pones a cien. Saqué el pecho para que tuviera más donde chupar. Entonces me di cuenta de que teníamos la puerta sin seguro, le hice un gesto señalándola y me soltó para ir a cerrarla con el pestillo, me había llevado de la mano y alli mismo, de pié comenzó a quitarme la camiseta y yo bajé mis pantalones quedando desnudo, él solo llevaba su pantalón corto puesto y se los baje, su pene estaba todo duro, imponente, todo un obús de carne palpitante. Se lo agarré a la vez que él me abrazaba.
-Parece que al final si que deseabas mi verga. Me dijo recordando el comienzo de nuestra charla.
-Si Liam, la quiero, deseo comerla como sea.
-Te gusta Lu? Quieres la polla de tu hombre? No paraba de besarme, y de abrazarme cogiéndome de las nalgas y elevándome del suelo.
-Dámela, por favor, déjame que la chupe un poco. Con su beso y mis deseos se me hacía agua la boca. Me fue llevando hasta su cama sin parar de darme besos, y yo no soltaba su polla, la apretaba cada vez más y se iba poniendo roja.
Se sentó sobre la cama y yo me arrodillé en el suelo para empezar besando la verga que me volvía impaciente y loco. Liam tenía que estar muy bravo y excitado porque un momento que la solté daba brincos y los huevos se le contraían en el escroto, los miraba hipnotizado el movimiento que hacían, sufrían porque los tocara y eso hice, cogerlos con una mano y sobárselos sintiendo como se movían dentro del nido…
-Liam cariño, como lo haces? soltó una pequeña risa y al compas de ella se le movían los testículos.
-No se como los muevo, será el deseo de que me los comas con tu linda boquita. Debía haberse cansado de la espera y puso una mano en mi cuello indicándome que bajara la cabeza y empezara mi mamada.
Se la chupé con deseo, con ganas de sacarle la leche pero también queriendo que no se vaciara aún. Amo las pollas de mis hombres Pablito, las amo con locura, todas me saben ricas y no me canso de verlas, besarlas y comerlas, y se que no son tan maravillosas, pero para mi son mi festín al que no renunciaré mientras pueda.
Llevaría unos quince minutos chupando aquella delicadeza exquisita, y a la vez Liam se estiraba para llegar con la mano a mi culo y allí me acariciaba dándome escalofríos. Pero al punto me apartó la cara sacando la verga de mi boca para que que no continuara chupando, quería enfriarse un poco y me empujó para meterme más entre sus piernas y tener mejor acceso a mi culo.
-Mi culito que voy a comerme Lu, tienes un lindo culo amor. Para entonces me había metido dos dedos con los que jugaba en mi recto, podía llegar a mi próstata con la punta y entonces hacía fuerza, yo gozaba, gozaba como puta Pablito, sollozaba y gemía sin moverme de entre las piernas del chico, como perrita a la que el dueño da caricias y le toca las orejas, pero a mi me tocaba el culo y me metía los dedos después de chupárselos una y otra vez.
Tenía mi culo que me hervía, y se abría boqueando, mordiendo sus dedos, no solo por la fuerza mecánica que sus dedos ejercían, también por el deseo impaciente de ser dominado.
Al final me sujetó por las axilas para levantarme, sus brazos eran férreos tirantes de acero alrededor de mi cintura besándome la boca, metiendo su lengua mientras balbucía.
-Ahora te la meto Lu, te voy a romper el culito precioso. Y varios besos me llovían impetuosos, ardientes.
Fue colocándome como quería, el mandaba y yo solo obedecía las indicaciones para satisfacer sus deseos. Hizo que me pusiera con las manos apoyadas en la cama y él se puso tras de mi, me abríó las piernas y yo las abrí más, seguía pasando la mano por toda la raja de mi culo, desde los huevos hasta el coxis, hasta sustituir la mano por el pito, oh, que placer Pablito, sentir el calor del glande pasando por mi raja.
Así hizo varias pasadas y luego apoyó la pelvis en mi culito, con la vergota entre mis nalgas y el pecho en mi espalda, así mismo me daba besos mientras me sujetaba del cuello para que colocara la cabeza sobre la cama subiendo más el culo. Cuando se levantó de mi supe que ahora me la metería, y así fue. Apunto la verga en mi culo y haciendo fuerza la metió, pero lo hizo con lentitud, sin prisas, gozando de la metida y sintiendo el abrazo de mi ano y recto sobre el pene.
Cuando la tuvo toda dentro dejó salir un ronco gemido.
-Que rico culito Lu, me aprieta mucho y esta caliente, me va a quemar el pene. Respondí moviendo las caderas levemente.
-Así, así que gusto. Quieres follarte tu mismo? Le consentí y me encogí, la polla salió como un cuarto y deslicé la mano debajo de mis huevos para agarrársela, así sentía como con mis movimientos la polla entraba y salía hasta que sus testículos se pegaba a mi mano, en una de estas se los agarré, estaban fríos Pablito, por lo menos comparándolos con la verga que ardía en mi mano.
Pronto se cansó Liam de jugar, le apareció el espíritu de macho y empezó la verdadera cogida, me follaba, a veces con violencia en sus embestidas, otras lo hacía lento y apoyado en mi espalda, yo la gozaba de todas las maneras aunque mis gritos sonaban más si me cogía en rápidos y profundos movimientos.
Ya llegó el momento en que no me controlaba aunque Liam me tapara la boca los gritos me salían sin control.
-Sííííí Liam, si fóllame amor, dame más duro. Con mis gritos y jadeos él se excitaba más y también murmuraba en mi espalda que recibía la saliva que se le caía por el esfuerzo, y como siempre se contrajo en la última embestida, metiendo la verga muy hondo para dejarme allí el semen mientras él gritaba mi nombre y decía.
-Te preñé Lu, te preñé como querías. Y lo repetía una y otra vez hasta que se calmó. Yo no me había corrido aunque la sábana donde mi polla se rozaba rezumaba de los juegos que había tirado.
Liam ya calmado y sin sacar el pito me levanto para meter la mano, cogerme la polla y acariciarme el capullo, pronto gemía derramándome en su mano, continuó masturbando y luego se llevó la mano a la boca para lamer algo de mi semen, el resto me lo pringó en la espalda como que era crema para el sol.
********
Desconozco como Liam lo consiguió, pero a la noche, en la cena, había desaparecido esa sensación de ahogo que todos teníamos y que a ellos les impedía mirarse y hablar. Es cierto que aún había una pequeña tensión, yo la relacionaba con un sentimiento de culpabilidad que los dos muchachos sentían. No va a ser difícil que todo vuelva a su cauce enseguida.
Me daba la impresión de que Eistein se sentía fuera de lugar, no se enteraba de nada, ni sabía entender las miradas de complicidad que nos cruzábamos Ryan y yo, contentos al ver el conflicto resuelto. Seguramente que se sentía algo molesto y desplazado.
Pienso que por intervenir en algo, explicó a los chicos que el Jueves tenía que viajar a Halifax en Nueva Escocia, querían montar allí una oficina delegada, ya tenían personal que les hacía las gestiones, pero él debería ver los locales y supervisar un montón de trámites y darles conformidad.
Era la primera noche de cierta normalidad y estábamos todos en la sala hablando antes de ir a la cama. Yo estaba sentado al lado de Eis y este metía la mano por la pernera de mi pantaloncito sin importar que los chicos estuvieran allí, aunque la verdad, no prestaban mucha atención a lo que Eis me hacía. Luego se levantó y me cogió la mano tirando de mi a la vez que se despedía.
En el pasillo me cogió de la cintura con un brazo y anduvo deprisa hasta la habitación, allí me elevó y me tiró sobre la cama y él se lanzó sobre mi empezando con un beso apasionado.
Comenzó a besarme la cara y el cuello y me quitó la chaqueta, me daba lametones en las tetillas que rápido se me pusieron duritas y yo tratando de desnudarle a él.
-Mira amor, tenemos que aprovechar lo que nos queda de tiempo, luego no se los días que me llevará mi trabajo en Halifax.
Ummmm, me hablaba y a la vez me besaba y lamía el cuerpo, desde luego que quería aprovechar el tiempo.
Aquello era mi delirio y le dejé el trabajo a él, me dio la vuelta boca abajo y yo eleve el culo sabiendo lo que venía, me horadaba el ojete con la lengua emitiendo gruñidos de placer y ya palpitaba de emoción, cuando estuvo 10 o 15 minutos dándome placer, comiéndome el culo con tantas ganas y fuerza, luego y sin dejarme coger otra posición, pero con sumo cuidado, fue acomodando la verga a la entrada de mi culo dilatado, y de una sola estocada me la metió sin detenerse un momento, no me dolió para nada, mi culito estaba acostumbrado por la follada que hacía unas horas me había dado Liam.
Eis solo gemía y resoplaba a mi espalda, me sentía feliz escuchándolo disfrutar de esa forma tan sensual y cachonda.
Gemía sin parar, sin detenerse me follaba el culo con ritmo, entre dientes me decía al oido.
-Tienes el mejor culo del mundo, como me aprietas la polla amor. Uggaaah! que rico culo mi vida, te gusta como te la doy.
No podía responderle, solo me importaba sentir la barra dura y caliente entrando en mi carne.
-Te gusta amorcito? quiero que goces mi verga, que la sientas en tu tripa.
Entonces le dije que si, que la sentía muy rica dentro de mi culo, que no se detuviera por nada. Mis palabras lo excitaron más y aceleró los movimientos, mi culo lo disfrutaba, también me gustaba el sonido que producía al chocar su cuerpo al empujar con fuerza.
-Me voy a correr mi vida, ya me vine la leche amor, quiero que te la comas, oh! Sí. Rápidamente retiró la verga de mi culo y colaboré dándome la vuelta y abriendo la boca delante del capullo de su polla mientras él se masturbaba con violencia porque ya le iba a llegar la leche a la punta.
Con cuatro movimientos la verga comenzó a escupir el semen, por sus movimientos convulsos algunos disparos me daban en la cara y tuve que cerrar los ojos, pero le cogí la polla y me la puse en la boca, ahí ya me dejó las demás descargas, fueron 6 u 8 disparos los que le salieron. Su leche estaba calentita, espesa y dulce y la saboreé enredando mi lengua en el capullo, siguiendo chupando la polla, exprimiéndola para sacarle todo el semen y sus ricos jugos, cuando ya no salía más, me relamí los labios y con los dedos recogí el semen que tenia en la cara para comerlo.
Eis rendido, se dejó caer en la cama boca arriba y yo mimoso le besaba la cara y le metía la lengua en la boca para que degustara algo de su semen que ya no quedaba, él sonriente me acariciaba la cabeza, me decía que estaba muy a gusto conmigo, que tenía mucha suerte por tenerme, me susurraba boca con boca, que me quería y que no le dejara nunca pasara lo que pasara.
Me abracé a él y le prometí que no le dejaría, cosas que se dicen siempre. Me di cuenta de que no me había corrido pero no me preocupaba, lo verdaderamente importante era él y que había gozado, que yo le había dado el placer que necesitaba, al fin y al cabo él era mi macho, mi hombre que me consentía.
Sentía mucho cariño por aquel estupendo hombre, que también me había hecho sufrir y ya estaba perdonado, le besé el peludo pecho, su cara de viril macho y sentí que me salía algo del culo resbalando por el muslo, él no me había preñado y seguro que serían restos del semen que su hijo me había metido y mis secreciones anales.
Aquí termino Pablito, siento haber contado tanto de la vida de los chicos, seguro que esta parte no te interese, pero me dejaba llevar y en tiempos muertos tomaba nota en el móvil, luego lo he pasado a limpio y no veas lo que me ha costado recopilar y corregir.
Localíza los párrafos que te interesen y olvida lo demás, se que no tienes tiempo, pero sin querer me he dejado llevar.
Espero que estes bien, tu y los tuyos y que os llegue la vacuna para salir tranquilos a la calle.
Besos vidita, beso para tu boca y… me voy a atrever, para tu verga también, que es preciosa y tiene que saber a gloria.
Besitos para ustedes y gracias por leerme.
Mi correo:
[email protected]
Por si alguno de ustedes quiere hablarme sobre cualquier cosa que se les ocurra.
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