Padrino querido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En el barrio habia grupos de chicos de diferentes edades.
En esa época yo iba a la escuela primaria y era el mas chico del grupo.
Por ende era el que recibia todo de los mas grandes que andaban por los 13 o 14 años.
Como era el más dócil los mas grandes se aprovechaban de mi y cuando jugábamos a las escondidas todos querían estar conmigo porque me metían mano por todos lados o me apoyaban.
Tanto fue que al final me terminó gustando y era yo quien buscaba y hasta elegia con quien.
Hasta que ocurrió lo predecible.
De las apoyaditas sobre la ropa pasamos a que me bajaban la ropa y me apoyaban el pitilin en carne viva.
Uno de los mas grandecitos me llevó una siesta a su casa en la que no había nadie y me propuso jugar.
Juego va, juego viene, me bajó el pantalón y se bajó el suyo.
Yo admiraba el pene de este amigo, Tucu le decíamos, que lo tenia bastante grandecito y se le corria el prepucio y mostraba la cabecita libre.
Todos eramos lampiños y ninguno estaba desarrollado todavía.
El tucu me puso boca abajo en su cama y antes de montarme me puso saliva en el upite y él se ensalivó la pichula.
Cuando me pinceló así en la rayita me gustó y me relaje hasta que ubicó la cabecita en la entrada y me la dejó ir toda.
10 o 12 centímetros se cuelan rápido en un culito distraído.
Me sorprendió el sentir que entraba en mi.
Creo que nos asustamos los dos y nos quedamos quietos.
Sentía algo de ardor y apenas un dolorcito pequeño.
Estuvimos un rato así hasta que el Tuco comenzó a moverse.
Me provocaba un cosquilleo fuerte y ganas de ir al baño pero no quería bajarse ni sacármela.
Un rato largo estuvimos así hasta que llamaron a la puerta de la casa y el Tuco se asustó y después de arreglarnos la ropa fue a abrir.
Eran dos de los muchachos de la edad del Tuco.
El Armando y el Pablo venían a buscarlo.
El Tucu los hizo pasar y delante de mí les dijo que me la había metido en el culo y que justo me estaba culiando.
Los otros dos quisieron hacerlo también y volvimos a la cama del Tuco.
En definitiva que los tres me penetraron ese día y a mi… me gustó, además de quedarme el hoyito irritado de tanto trajin.
Esto ocurria casi todos los días hasta que mi padre se dio cuenta de que algo raro ocurria y como estábamos de vacaciones en la escuela me llevó a casa de mi padrino de bautismo en las afueras de la ciudad.
Mi padrino Angel tenía la misma edad de mi papá.
34 años, y era viudo.
La esposa murió junto a su bebé en el parto y él no volvió a casarse y se fue a vivir al campo.
La casa era inmensa pero tenia pocos muebles.
Un solo dormitorio por ejemplo
Angel era bien parecido.
Hijo de españoles, robusto, no muy alto y muy peludo.
Le brotaban los pelos por el cuello de la camisa.
Por el medio de la finca pasaba un canal de regadío y allí nos bañábamos en la siesta.
Un día estábamos sentados al borde del canal después de habernos bañado y me preguntó que había pasado para que mi papá me trajera a su casa.
Yo tenia mucha confianza con él y le conté
-Padrino yo le cuento pero no le diga a mi papá porque se va a enojar mucho
-Te prometo que no lo haré.
¿Qué pasó?
Y le conté todo.
El me preguntó
-¿A vos te gustaba eso?
-Sí padrino
Crei ver que algo cambió en el interior de su calzoncillo (Nos bañábamos en ropa interior)
-¿Tenés el culito lastimado?
-No sé, no me lo puedo ver.
-Vení, mostramelo.
Bajate el calzoncillo y agáchate.
Lo hice y sentí su dedo tocándome el upite.
Como acción refleja fruncí el potito.
-No tengas miedo.
No apretés el ojito.
Me separó las nalgas y me miraba y tocaba.
-Está bien.
Ya no sos virgen pero no está lastimado.
Parece que te la han metido muchas veces Lalito.
-Sí
-Decime a los muchachos ya les sale leche de las porongas? ¿Tienen pendejos en las bolas?
-¿Qué es pendejos, padrino?
-Pelos
-No, no tienen
-¿Y les sale leche?
-De donde?
-Bueno si no tienen pendejos todavía no acaban.
Mirá Lalín, cuando los hombres tenemos pelos en las bolas y se nos para la chota echamos semen.
Todos le decimos leche.
-No padrino, no les sale nada.
Cuando recobré mi postura parado le miré y vi que tenía un bulto pronunciado en el calzoncillo y se metió en el agua.
Al mojarse se le trasluce la ropa y le pude ver el pedazo grueso y largo, parado.
Yo me metí al agua y busqué jugar con él con la intensión de tocárselo y varias veces lo logre.
Cuando volvíamos a la casa le pregunté
-Padrino
-Dime Lalín
-A usted le sale leche?
Sin mirarme me repondió
-Me sale mucha… (después de un rato siguió) Tengo unos huevos bien grandotes y me sale mucha.
La tarde transcurrió tranquila y cuando fue la hora de la cena el tomó varios vasitos de vino.
A la hora de dormir yo me acosté primero y lo miré desnudarse completamente.
Estaba de espaldas a mi y aprecié todo su cuerpo peludo.
Caminó hasta apagar la luz de la habitación y con la luz del velador lo vi venir de frente.
¡¡¡Guau!!! ¡Qué pedazo le colgaba! Se acostó desnudo y apagó la luz.
No sé por qué lo hice.
Esto ocurrió.
Me quité mi calzoncito y le pedí
-Padrino…
-Qué Lalín
-¿Me puede abrazar hasta que me duerma?
Hubo un momento de silencio.
Después se volvió de costado y yo también y quedamos en cucharita.
Mi colita quedaba justo sobre su panza peluda rozando el pubis y sus bolas quedaban a la altura de mis muslos.
Yo ponía mi culito bien paradito.
No pasó mucho hasta tiempo hasta que sentí la presión de la cabeza de su miembro sobre la rayita de mi poto.
Se le había parado y estaba baboseándose.
Me moví un poquito y acomodé el miembro que resbaloso separó mis cachetitos.
Él no hizo nada.
Yo solo fui acomodándome hasta que sentí que estaba en la puertita de mi upite.
Entonces como que me senté, presionando con suavidad y el enorme pedazo trataba de entrar.
Yo pujaba un poco y sentí que comenzaba a entrar.
No era como la de los chicos.
Esta cabezota me hacia doler.
De a poco fui haciéndola entrar hasta que no aguantaba más.
Era muy grande.
Sobre todo gruesa.
Me quedé quietito hasta que pasara el dolor.
Sentía el poto caliente y los latidos de la pija en mi recto.
Mucho rato después mi padrino inició un suave meneo que me fue relajando.
Cada vez me erotizaba más y no sé en que momento todo el miembro entró en mi.
Sentir los pelos de mi padrino en la cola fue el sumun.
Mi primera chota de verdad estaba siendo tragada por mi culito.
No se cuanto tiempo llevaba mi padrino sin sexo pero en dos metidas con fuerza comenzó a llenarme de semen.
De verdad le salía mucha leche.
Mi culito quería ir al baño pero la pija de mi padrino estaba redura y hasta los pelos como tapon de mi culito.
Poco a poco la fui retirando hasta que pude salir del acople, levantarme y correr al baño.
Cuando volvi al dormitorio mi padrino estaba parado en la ventana.
Seguia desnudo.
-¿Estás bien Lalín?
-Si padrino
-¿Todo bien?
-Si
Se volvió hacia mi.
Seguia con la chota parada.
Enorme
-Sos loco, eh
-¿Por qué padrino?
-Mirá lo que te has metido en el culito.
Vení.
Dale un besito
Lo hice
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