pandillerito
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por doogiestyle.
Contaba con 15 años y para esa época de mi vida, ya sabia lo que me gustaba, el sexo con hombres, desconocía si podía desarrollar sentimientos debido a este gusto, solo sabía que si veía una pinga sea de quien fuera ya me imaginaba disfrutándola al máximo.
Me había vuelto un pajero empedernido y un voyerista de primera, no perdía ocasión de entrar a miccionar, aun así no tuviera muchas ganas, a los baños ubicándome en los largos urinarios del colegio, donde me ganaba con las vergas de los demás chicos, de mis compañeros de clase y de otros salones, pingas aun en crecimiento y muchas interesantes para mis gustos; también me volví fanático del futbol exactamente del Sporting Cristal y acudía a su estadio que esta ubicado en el Rímac por Caquetá, en verdad me gustaba verlos, por que jugaban de la puta mare, en las tribunas era un jolgorio de cuerpos sin polo, chicos como yo y otros no tanto saltando y gritando y muchos con los pendejos al aire de tanto saltar se les caía el short y me ganaba con cada tipo; otro deleite era ir a lo urinarios, en el intermedio de tiempo casi todos iban como manadas a orinar y en un espacio donde cabían como 30 orinaban al mismo tiempo como 40, yo orinaba lo mas despacito posible, el ruido , las risas, gritos y burlas y el descargo de tanto pichi mas ese olor me dejaba una sensación como de zombi, fácil veía mas de doscientas pingas en lo que iba del entre tiempo.
Me quitaba a mi casa contento de ver a mi equipo ganar y de ver lo que me gustaba, toda una semana eran de puras pajas recordando ese momento.
Mi colegio quedaba cerca de mi jato en ese entonces era el Ricardo Palma, por lo que a veces optaba o por ir a pie o ir en micro, cuando se me hacia tarde caballero tomaba mi movilidad, pero a mi me gusta hasta hoy caminar y recorría el trayecto de no menos de 20 cuadras a mi cole y por ende tenia que pasar por la zona brava de chicago chico, es decir, surquillo.
Como entraba temprano amanecían en las calles algunos vagos y borrachos, no tan matados, con ellos me ganaba el pase cuando orinaban, se sacaban el pene y donde fuera por que no les importaba si los vieran, achicaban con pana, yo pasaba muy despacio y no me iba hasta que terminaran de orinar, algunas vergas se veía buenas pero siempre paraban estos tíos en grupo, cuando veía que iba hacer el gesto de sacársela me acercaba lo mas posible y me ponía colorado; al pasar al lado de un pata que me gustaba, siempre lo miraba de reojo, era un chico en especial por que no era muy feo mas bien simpático pero si muy alcohólico siempre paraba sonriendo y creo que ya me conocía de vista, a veces soñaba con él, que lo hacia cambiar y lo convertía en mi amante.
Una vez decidí ir mucho mas temprano al cole con la idea de buscar por ese barrio con que ganarme con mas tipos, siete de la mañana ya estaba dando vueltas y en una calle a la cual recién ingresaba, el chico que me agradaba que tendría en ese entonces entre 18 ó 19 estaba procediendo a sacarse la pinga frente a un arbusto cubriéndole este la cara, al ver que no me veía y que había poca gente por la cuadra en cámara lenta avance y vi como orinaba, una verga blanca gorda y con un cabezón rojo, me excito tanto que al ver que demoraba en su acción me detuve y me quedé mirando esa pinga, volvía a mirar a todos lados y luego me vista se posesionaba de esa verga que estaba bien grande así muerta, si darme cuenta que el tipo este me estaba mirando por entre las ramas, cuando terminó de orinar la sacudió muchas veces logrando una semi erección, ya tuve que ir avanzando nomas ahora mirándolo a él y a su pinga sin vergüenza, total, que podía perder.
Cuando pase por su lado me dijo “habla t gusta?” yo solo sonreí y seguí caminando algo rápido, escucho luego que corre tras de mi y me asusté pensé que me iba a robar, se pone delante mío y me dice: “ habla pe chibolo te gusta mi pinga no?” agarrándose la verga por encima del pantalón, ahora nos veíamos a los ojos, tenía un fuerte aliento a alcohol pero no sentía sus palabras como amenaza sino como de arrechura, como estuve antes ya que de verle la pichula me había mojado la trusa….volvió a preguntar: “te gusta o no?” ahora se le notaba un bultazo ahí abajo………..yo le dije que algo… y esté carcajeó bien fuerte colocando su mano en mi hombro, “ya sabia que eras yo no me equivoco te saque en una”………..los patas con quienes estaba tomando lo llamaban pero este los mando a la mierda y me dijo: ”conozco un sitio chévere donde puedes hacer lo que quieras con mi pedazo vamos” y antes de decir no ya me tenia abrazado caminando casi a la fuerza, su ropa y su cuerpo olían a licor, a calle, a todo…….en el trayecto me hacia muchas preguntas, del por que me gustaba la pinga, quien fue el primero, como me lo hizo, donde, que pose me gusta y cosas así, mas le contestaba y mas me apretaba hacia su cuerpo, ya era evidente su erección por que sin disimulo caminaba erecto, la gente le importaba un pito y yo con la cabeza gacha de vergüenza me excitaba y a la vez me asustaba, pensaba huir al primer descuido si acaso entrabamos a una casa o callejón de muchos que por ahí hay, en las calles, San Carlos, San Fernando o san miguel, pero cerca a un grifo por panamá llegamos al lado de una vieja camioneta abandonada muy alta, bajó la luna como pudo y sacando el pestillo abrió la puerta para luego decirme de inmediato que subiera, le hice caso sin pensar en las consecuencias además por que no estábamos en un sitio totalmente cerrado, podía pedir auxilio si acaso.
Nos sentamos en la parte de atrás me hizo que me arrecostara bastante para que no me vieran, él hizo lo mismo, puso mi mochila con mis útiles en el suelo ahí nomas se bajo el lompa, junto con un short, salió como un resorte dura y babeante, “mámala” me dijo y antes de que pusiera su mano en mi cuello yo ya estaba bajando a su pincho que tenia ese olor a hombre macho, sucio, me impregné con su olor en mi nariz para luego pasarme como si fuera una loción su verga por toda la cara como echándome una fina mascarilla de leche para luego embullirme como podía todo ese pedazo de carne que devoraba como si fuera el mas delicioso platillo, mamaba y mamaba para darle gusto haciendo que la punta llegue hasta mi campanilla, su verga de cerca se veía inmensa muy colorada de tronco y cabezona, tenia pocos pendejos pero eran colorados su piel era blanca por ese lado que no le daba el sol y alrededor de su pubis no tenia mas vellos cerca, era delicioso.
Me dijo que se llamaba Leoncio pero le decían loco, tenia los ojos cerrados y de vez en cuando se levantaba para ver si había alguien cerca pero nada, era una calle de escasos transeúntes ; me dijo que le prestara un cuaderno para disimular porsiacaso y así fue, luego me pidió que desabrochara mi cinturón para poder meter sus dedos al culo, mientras le seguía chupando el pene, con una mano agarraba mi cuaderno simulando leer y con la otra metida acariciándome para luego meter uno, dos y no se si tres dedos, me dijo: “estas abierto causa…si aguantas mi pinga entonces” y la misma mano que me acariciaba con fuerza me bajo todo el pantalón junto con la trusa y me ordenó que me pusiera echado boca abajo, un escalofrió y a la vez una excitación por verme en ese estado hizo que mi verga estuviera mas dura que otras veces, me dijo que la acomodara que pusiera su pincho en la entrada de mi culo, ya le iba a decir que me la metiera despacio cuando mierdaaaaaaaaaa me la metió a la maldad en una como decía, si no fuera por la saliva que le dejé en su cabezón fácil me desgarraba, quise salirme por que no aguantaba el dolor, y me dijo; “tranquilo cabrito t va gustar yo soy cachero, este es mi barrio y si haces huevadas te va a ir mal”, no tena otra opción mas que relajarme pero por mas que trataba el dolor era muy fuerte, comencé a quejarme de dolor pero el lo tomó como placer y comenzó a moverse mas y mas rápido sentía su aliento a licor cerca de mi oreja de mi boca, cogió mi cabeza y la giro y así como estábamos buscó mi lengua y comenzó a besarme a besarnos como podíamos mi pinga se me paró ahora, el dolor fue cediendo y dejé de lagrimear, él lamia mis lagrimas, se separó algo de mi y sacaba la mitad de su tronco para volvérmela a enterrar mas y mas rápido, mi verga con el roce del asiento y los huecos que ahí habían se metió en uno de ellos y sentía caliente como si estuviera culeando, sentía que ya me vaceaba y por inercia contraía el culo eso hacia que apretara mas la verga del loco, quien ya mismo estaba jadeando por que se venía “asu que rico aprietas el culo, así complace a tu macho, a tu marido, a tu hombre por que tu vas hacer mi mujer y vas a venir todos los días y t voy a culear y tu me vas a traer regalos y yo te daré pinga por que t gusta la verga no’” a cada pregunta quería una respuesta un sí, un consentimiento que el seria mi marido por el tiempo que el decida.
Sabía como arrecharlo mas y apretaba mas el culo y de tanto movernos se vaceo poniendo su cuerpo tan rígido como una tabla, un largo ahahahahahhhhahah se dejó escuchar de parte de él, yo de tanta morbosidad escuchada me había también vaciado; había llegado al orgasmo con un desconocido; estando el arriba mío escucho un leve ronquido el cojudo se estaba durmiendo y yo tenia que ira clases si es que ya no era muy tarde por que demoró en darla, el dije que ya me iba le rogué, pero el ni se movía, hasta que le dije que regresaría mañana y le traía su regalo, ahí si se levantó y me dijo que no le mintiera y arrancó la hoja de mis datos personales que todos escribíamos en nuestros cuadernos y me dijo que ya sabía donde vivía y todo de mi, mi fono, mail y mas y que si no venía me iba a buscar.
Me sentía excitado y la vez temeroso, muchas cosas se me cruzaron por la cabeza, desde un chantaje hasta un robo o que se yo, pero yo me lo había buscado en el fondo la arrechura pudo mas y eso me consolaba. Al día siguiente regresé igual de temprano, estaba como siempre tomando con sus patas, un polo que me quedaba algo grande lo envolví en papel de regalo y se lo dí, él me presentó con sus patas y dando media vuelta me dijo: “bien mujer has venido a ver a tu marido y ahora que quieres que te dímelo?….lo le respondía que pinga, el se reía me decía que me iba a sacar un potazo de tanta pinga que me iba a meter, y nuevamente en la vieja camioneta me hizo chupar , mamar y cacharme a lo bestia como loco como su apodo; con el pasar de los días, le daba la propina que me daban o a veces le conseguía ropa, el se ponía feliz, me estaba volviendo sumiso con él, en otras ocasiones me decía que le lave su ropa, y me daba sus trusas y medias y polos, yo ni mi ropa lavaba así que la chica que nos ayudaba en casa lo hacia.
El loco sabía donde vivía pero nunca llegó a casa, cuando este se encontraba lucido sin nada de alcohol se le veía simpático, limpio, aseado, me loqueaba me decía que estaba enamorado de mi, pero no le creía, de su celular y por el msn se mostraba calato era un morboso de primera, acompaño con este relato unas fotos de él, a estas alturas……….. ya no importa.
Espero les haya gustado mi aventura con un pandillero.
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