Papá ¿Es normal que otro me toque?
Una pregunta abre un mundo nuevo al que es imposible negarse..
Papá ¿es normal que otro me toque? Así, de golpe y sin previo aviso. El aludido guardo silencio, perecía que la respuesta es obvia, un no rotundo, pero quiso saber más, un chico de catorce años no se va a quedar con una sola respuesta y si es tan categórica se va a encerrar como una ostra. Pretendiendo abrir la conversación le responde con una serie de preguntas y auto respuestas a las mismas: ¿Por qué lo dices?, a veces es normal, depende de la situación, ¿es un juego?, ¿fue serio?, ¿tú qué sentiste?… el hombre hablaba y le transpiraba la frente, eso iba más allá de que su hijo fantaseara y se hiciera todas las pajas del mundo, casi una tras otra; esto es otra cosa, se repetía en su mente.
Con Tomás, su hijo, habían tenido una fuerte conexión, por lo que el tema de la masturbación y la autosatisfacción se había dado sin mayores ripios, a veces terminando en juegos más bien de dos muchachos de la misma edad que de padre a hijo, incluso hablando cada uno de como habían sido sus pajas, al principio Tomás se sorprendió que Elías, su padre, un hombre de 38 años aun se pajeara, pero después le pareció muy lógico, como el mito de que el papá no hace cosas sobre las cuales al principio se siente culpa.
Ya respirando profundo y tratando de mantener la calma lo más que pudo, por fin le dio la palabra a su hijo
_ Está bien Tommy, Cuéntame.
El chico balbuceo al principio, pero de a poco se abrió a su padre, había mucha confianza y el sexo no había sido nunca un tema tabú.
_ No, Pa, pasa que el otro día, cuando me quedé hasta tarde donde el Mateo, no me vine en Uber como te dije, sino que tomé la micro, la última que sale y venía medio llena. Yo me fui al final y había un señor que parece que venía del trabajo y me miraba mucho… (pausa) Se notaba amable, me sonrió y no se porque me agradó, aunque no me dijo anda, estábamos juntos, medio pegados y este señor… (otra pausa) Bueno este señor que tenía la mano abajo se me acercó más y puso su mano sobre mi pene, la dejó ahí y me rozaba y hasta me la apretó un poquito… Esperando una reacción violenta de su padre se apresuró a seguir ..,Pero Pa, no fue nada más, el señor no hizo nada más, fue mi culpa, yo me dejé, podría haberme corrido un poco, pero me quede como congelado, el señor se bajó unas cuadras antes que yo y no me dijo nada.
Elías notó que su hijo estaba casi temblando, así que priorizó calmarlo antes que todo, su mente estaba muy confusa, así que dejó que los sentimientos llevaran la situación, amaba a su hijo por sobre todas las cosas, no todos los hijos le confiesan a su padre algo así, por lo que abrazó a su hijo y para calmarlo se acercó más a él. Mientras lo abrazaba le decía cosas como ya, tranquilo, son cosas que pasan, mientras pasaba su mano por la nuca haciendo que él descansara su cabeza en su hombro. El adolescente hizo un par de pucheros y se apretó fuerte contra su padre, tanto que él pudo sentir la dureza del pico de su hijo contra su pelvis. Eso no lo esperaba.
_ Pa, es que eso no es todo, siento que me gustó, no pude evitarlo y tuve una erección, así que el señor lo sintió todo parado cuando me lo rozaba, el señor lo disfrutó mucho, yo pienso que eso no es malo, digo, que a él le guste.
No había respuesta que se pudiera expresar con las palabras justas, siguiendo abrazados padre e hijo, Elías le dio un suave beso entre la oreja y la nuca a su hijo, quien no lo soltaba y se aferraba muy fuerte, tanto que no quedaba espacio entre ambos. Inevitablemente el cuerpo de Elías respondió también con una erección quedando ambos picos muy duros uno contra el otro, separados solo por la tela de ambos pantalones. Con un poco de cordura y contención a sus propios impulsos, Elías separo suavemente a su hijo.
_ Tommy, hijo, no hay sermones ni consejos frente a los impulsos, (titubeó) esos impulsos, digo …me refiero, eso de… del sexo (dijo por fin), a veces eso no se piensa, solo se siente. Lo que quiero decir es que seas libre, responsable digo, pero libre. Tampoco quedó claro si se refería a los impulsos de Tommy con el señor misterioso ese de la micro, o con los impulsos que ambos estaban sintiendo ahora mismo. Ahora a descansar, dijo como para terminar y poder pensar un poco.
Ambos se separaron un poco avergonzados, más que nada porque ahí algo había pasado, habían tenido erecciones simultaneas y no habían evitado el contacto, fue como una declaración en secreto. Avergonzados y confundidos, que sentir el pico de tu padre, y por el otro lado, el de tu hijo apretándose entre sí, todos duros y de un rato a otro, sin aviso, es para al menos confundirse.
Elías sabía que su hijo no le había dicho todo, lo sabía porque alguna vez fue adolescente y cuando se les dice cosas a los padres solo se cuenta una parte, como para prepararlos e ir midiendo las reacciones. Además, quien podría ser ese señor, su hijo le dijo que se había bajado solo unas cuadras antes, ósea que es del barrio, o al menos lo frecuenta.
Fue hace solo cuatro días cuando se quedó hasta más tarde en la casa de su amigo y Elías tiene claro ese día, Tomás llegó y pasó muy rápido, casi sin saludar y también recuerda que en la noche lo sintió masturbarse muy excitado, otras veces lo ha sentido ya que no cierra la puerta de su cuarto, pero ese día estaba especialmente agitado, jadeaba de forma diferente mientras se tocaba y acabó con un pequeño gruñido. Elías lo recuerda muy bien porque se calentó mucho escuchando a su hijo, incluso se acercó a la puerta para escuchar toda la respiración entrecortada y los jadeos que hacía, hasta el roce de la mano con el pene duro y el lubricante que se echó (por consejo de el mismo “ya que te pajeas tanto, échate lubricante para que no se queme el pico por el roce”) Esa misma noche Elías también se hizo una paja monumental, pensando que la excitación de su Tommy se debía a alguna porno que habían visto con su amigo Mateo, o alguna conversa sucia respecto a algunas putitas.
Ahora, medio aturdido con lo que acababa de pasar y sin poder bajar esa calentura que lo tenía mal, no podía sacarse de la cabeza que todo eso era por su hijo, que si bien tenían una relación muy abierta en esos temas, no había pasado hasta ahora de sentir excitación el uno por el otro en un hecho muy carnal. Era deseo sexual, no podía negárselo. En la mente de Elías empezaron a pasar imágenes de Tomás desde niño, en todas estaba desnudo o semi desnudo, cuántas veces lo había visto así, hasta las más recientes, con su último estirón que lo había dejado algo más flaco, cómo se le había desarrollado su pico, que pudo apreciar cuando lo sorprendió por primera vez masturbándose en la ducha y como a partir de ahí se había hecho todo más natural, pero nunca como hasta ahora de sentir sus cuerpos pegados y literalmente restregarse sus miembros.
Tirado en la cama se empezó a tocar, desnudándose por completo y cerrando los ojos para concentrarse en la imagen de su hijo, se había rendido a hacerse una paja pensando abiertamente en Tommy, se tocaba el pico de forma suave, se metía las manos entre las piernas para sentir sus bolas hinchadas y hasta extendió sus manos a la entrada de su culo, estaba tan concentrado y caliente cuando lo sorprendió la suave voz de Tomás
_ Pa, estoy muy caliente y tu tanto como yo. Pa, déjame decirte algo, no te conté todo… ese día fui yo el que se acercó al señor, fui yo el que puso el pico en su pierna, él estaba de espaldas y me aproveché de lo apretado de la micro para sentir su culo, él se dejó y fue lo más rico del mundo, hasta pude meterle mano y tantear con los dedos el hoyito. El adolescente se detuvo un rato y luego continuó.
_ Pa, qué hago, estoy muy caliente y necesito culiar. Pa necesito un culo para culiar, ya no me quiero pajear más, pero no quiero una vagina ni una mujer, quiero el culo de un hombre. Pa, por favor déjame culiarte a ti para sentir como es, solo una vez… ¡Por favor pa!
El hombre después de escuchar a su hijo, lo miró aun tendido en la cama y pudo verlo frente a él, completamente desnudo y con su pico hinchado apuntándolo. Se incorporó, lo tomó de sus flacas nalgas y lo atrajo hacia si, abriendo la boca para engullirse ese tremendo pedazo de carne. Por supuesto que complacería a su hijo, le entregaría el culo que estaba pidiendo.
Tomás al sentir de golpe la boca de su padre tragándose su pico completo, supo lo que era la gloria.
_ Sí pa, sí, así, cómete mi pico por la boca y el culo. Te amo pa, te amo mucho, hazme hombre pa, llevo años amándote y deseándote. Pa, ¡Que rico! Te voy a amar todos los días de mi vida.
@cairo1310
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