Papito Mío 2
Alonso y Lucio habían iniciado un vínculo que iba más allá que el de un padre y un hijo pueden tener. Por su parte Alonso se olvidaba cada vez más de la incestuosa aberración que cometía con su pequeño hijo, y es que el apasionado deseo que sentía por su pequeño hijo era más fuerte que El mismo..
Lucio nos sigue contando en esta historia cómo nació y creció más la relación con su padre al cual el pequeño niño admiraba por su físico y por su personalidad, pues Alonso era un hombre fuerte y sumamente guapo que arrancaba los suspiros de cualquier mujer soltera que sabía lo de su abandono y que se había convertido en papa soltero, después de que en Alonso nació aquel candente deseo por du pequeño hijo, El debía advertir a su pequeño, que no podía contarle a nadie lo que pasaba entre los dos, pues las consecuencias serían muy graves, Alonso se dedicaba de lleno a su negocio por las mañanas mientras su hijo acudía a clases para después ir por El y pasar la tarde cuidando a su hijo en casa, y así terminar por las noches, satisfaciendo sus deseos en la intimidad de su cama, ante la sociedad Alonso era un padre ejemplar y digno de admirar, los vecinos y conocidos le ofrecían su apoyo, pero El siempre les demostró que podía solo, pero más bien lo hacía para evitar el riesgo de ser descubierto.
Lucio:
Mi papito casi todas las noches me hacía suyo, yo disfrutaba mucho estar con El lo hacíamos casi a diario y cuando no lo hacíamos igual lo disfrutaba porque me gustaba verlo dormir en calzoncillo y meterle mi mano en su calzoncillo y agarrarle su peluda verga y dormir así con El agarrándole eso que me metía y que me provocaba mucho dolor pero a El le gustaba meter dentro de mi.
Después de la primera vez mi papito insistía en terminar de romper mi culo para que yo dejara de sufrir cada vez que me cogía, poco a poco me iba amoldando mi culito, tenía muchas noches para conseguirlo y esa casa era solo nuestra no había manera de que nadie impidiera que mi papito consiguiera su cometido, en todos esos intentos el me iba enseñando muchas cosas, muchas posiciones, y yo hacía todo lo que el me enseñaba pues me encantaba verlo disfrutar, y mi papito siempre era muy cariñoso pues me cuidaba mucho, después de todo yo era su hijo, me besaba y yo amaba como lo hacía, me penetraba mi boca con su lengua, como si quisiera alcanzar mi garganta, y yo me perdía cuando El me lo hacía.
Antes de que mi papito consiguiera romper mi culo siempre terminaba por satisfacerse pues El deseaba culearme con fuerza pero no podía aún así que para lograr su satisfacción mi papito amaba ponerme boca arriba en la cama y llevar su miembro hacia mi boca y cogerme por la boca con toda esa fuerza que aún no podía ejercer en mi culo, yo veía como sus caderas entraban y salían en mi cara y yo sentía que me ahogaba mientras lagrimeaba y lo escuchaba a el jadear de gozo.
P- Aaaaaahhh que rica boquita tienes mi niño aaaaaahhhh
Yo solo sentía como los pelos de su verga se metían en mi nariz, veía como las venas de su enorme tronco se marcaban más al ser lubricadas por mi saliva, mi papito parecía olvidar que yo necesitaba respirar, El solo metía y sacaba su verga sin compasión y yo veía aquel cuerpo tan fuerte y enorme encima de mi que parecía como si me fuera a sepultar, sin embargo yo soportaba asfixia pues disfrutaba el sabor de su verga, disfrutaba escucharlo gozar por el placer que mi boca le daba, que mi recompensa sería tragar de su leche que mis mamadas lograrían ordeñar.
P- Uuuuuuf Siiii! Traga mi niño, tragaaaaaa!!!
Era mi recompensa, ese néctar era lo que yo deseaba probar cada noche, deseaba vaciar aquella verga por completo sin pensar que de ese instrumento tan viril había salido Yo, que esa verga que yo me comía cada noche me había procreado, pero es que a esa edad yo no sabía nada de eso yo solo disfrutaba de la hombría de mi padre y de cómo El se comportaba y de todo lo que me enseñaba.
Después de varias semanas de varias semanas de noches de aprendizaje, y de varios intentos mi papito por fin sintió cómo su verga entraba y salía con mayor facilidad, el gran tamaño de aquel trozo de carne había logrado domar mi culito y yo comenzaba a experimentar el placer que las dimensiones y el grosor de su verga me podía proporcionar. Mi papito se comenzaba a comportar más salvaje en la cama, pues me tenía completamente dominado y me había convertido en su pequeño pasivo que estaba a su disposición cuando lo desease, la fortaleza de sus brazos hacían ver mi pequeño cuerpecito como si fuera un títere o un pequeño muñeco de trapo que manejaba a su antojo y lo hacía experimentar todo tipo de obscenas posiciones que mi papito deseaba realizar, se ponía de pie y sin gran esfuerzo me cargaba y clavaba su verga que parada apuntaba hacia arriba, para cogerme de pie como si yo fuera un valero de madera que se clavaba en aquel palo de carne.
Y asi de pie me culeaba sosteniéndome con sus brazos musculosos mientras yo me aferraba a su cuello, mi papito se ponía frente al espejo de piso para ver cómo me clavaba.
P- Uuuuy mi niño mira como nos vemos cogiendo!!!! Te gusta?
L- Aaaay siiii papito me gusta mucho
P- Te gusta la verga de papito? Te gusta como te cabe todaaa?
L- Siiii papito me gusta así todaaaa!!!
P- Que Rico el culito de mi niño aaaaaahhhh!!
Con sus manos en mi caderas mi papito me subía y bajaba para clavarme más y más en su verga, mientras yo me abrazaba de su cuello sudoroso, sin compasión me tiraba en la cama y me ordenaba que me pusiera como perrito para El ponerse en cuclillas y poder embestirme con todas sus fuerzas, yo comenzaba a sentir el golpeteo de sus peludos huevos en mi culo, era lo que mi papito quería poder meter su orgulloso trozo por completo y sin piedad.
P-Aaaaaay que delicia de culito me cojo aaaaaahhhh!!!
L- Aaaaaaayyyyy Aaaaaaayyyy
Yo gemía y gemía al sentir lo delicioso que apretaba la hombría de mi papito en mi culo, y El me nalgueaba para que no parara de gemir.
P- Asssiiii mi niño así aguántala todaaaaa!!!
L-Siiiiii papito siiiiii aaaaayyy!!!
Mi papito empezaba a oler mucho a sudor, y pronto la habitación se llenó de ese olor mezclado con el olor a sexo que ejercíamos en la cama, yo solo sentía un ligero dolor, un dolor que excitaba, que disfrutaba, nuestros gemidos se comenzaban a mezclar con los rechinados de la cama que brincoteaba por la fuerza que mi papito hacía sobre mi.
P- Esté culito solo va a ser mío me escucha mi niño!!!
L- Siiii papito siii es tuyo!!!
P- Y mi tronco solo es de mi niño uuuuffff!
L- Solo mío papito aaaaagggghhhh!!!
Mi papito me poseía como quizás nunca lo hizo con mi madre, yo por fin le daba el placer que mi madre dejó de darle el día que nos abandonó, y ahí en esa olorosa habitación a sexo nos entregábamos esta vez plenamente, yo a esa edad no sabía que eso era prohibido y mi papito ya ni siquiera pensaba en eso, el placer de mi culo lo hacía no pensar en eso.
P- Uuuuufff aaaaaahhhhh voy a llenarte el culito mi niño aaaaaahhhhh!!!!
L- Siiiii papitooo siiiii!
Mi papito terminaba por llenarme de su leche todas las noches que compartíamos juntos, quedando siempre bañados en sudor, terminábamos por bañarnos para después descansar y dormir juntos como padre e hijo.
Siempre en la intimidad de nuestra casa, sin que nadie nunca sospechara lo que hacíamos a puerta cerrada…
Buen relato