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Gays, Heterosexual, Incestos en Familia

PASION GITANA (Capítulo 03)

Los placeres sexuales, envuelven a Emil.

CAPITULO 03

‘’Un anal inesperado’’

Había pasado ya un cierto tiempo desde que me quité el virgo con la zorra de Raiza, y como lo dije al final del capítulo anterior, ninguno de mis amigos me lo creyó.

Todos mis compañeros de la escuela, es decir, los que eran mis cómplices en tantas diabluras jamás me creyeron lo que hice.

—¡Ajá, si claro! —me decía Paco de manera burlona.

Paco era un muchacho un año mayor que yo, un poco llenito y bien conocido por ser el brabucón de nuestro grado, al que siempre lo andábamos para que los más grandes no nos molestaran.

—¡Quién te va a creer pues, oye! —decía el Chato, otro de mis amigos, al que le pusimos ese apodo por ser pequeño de estatura.

—Se los juro, asi fue como pasó… La flaca estaba arrechísima y se quejaba durísimo cuando le metía la pinga —les insistía yo, queriendo convencerlos de mi hazaña sexual.

‘’Cuan inocentes e imberbes somos en la adolescencia, queriendo presumir logros que otros obtienen callados’’.

♣♣♣

Ya era tarde cuando regresé a casa, mi madre me regañó por la hora de llegada, pero no pasó de eso.

Una vez bañado y arropado en mi cama, me iba tocando disimuladamente y de a pocos hasta terminar de erectar mi pene, que poco a poco iba soltando liquido transparente que lubricaba el glande, haciéndolo más resbaladizo y sedoso al tacto, aumentando mi excitación y los corrientazos de electricidad en todo mi falo macizo, que con la edad iba en constante crecimiento, notándose una buena dotación de mi entrepierna.FLACO CON PENE GRUESO Y GRANDE SE MASTURBA DESPUÉS DEL BAÑO

Poco a poco, los movimientos de mi mano iban en aumento, tallando todo el largo y grosor de mi verga, dura como piedra. Con movimientos rápidos le bajaba el pellejo, bajándolo casi hasta la base.

Mi respiración iba en aumento y ya casi bufaba como un toro embravecido, brotando algunas gotas de sudor de mi frente, mientras que en mi mente se dibujaban las imágenes de las revistas de mi hermano, los gemidos de Raiza y los polvos que me gustaría echarle a algunas chicas de mi colegio. Todo eso terminó por hacer que mis cargados huevos se contrajeran y mi verga expulsara el primer chorro de semen, el cual llegó hasta mi barbilla, mientras que los siguientes fueron a dar a mi pecho y abdomen. Poco a poco, mi respiración se fue relajando y me limpié con las sábanas, me acurruqué en mi cama y procedí a dormirme, esta vez mucho más relajado. —¡Que puta calentura! —Pensaba dentro de mi cabeza— ¡Necesito sexo!

—¿Ya terminaste de pajearte? —se oyó en voz baja a mi hermano Jonás— ¡Enano pajero! —Y procedió a reírse bajito.

Ya de madrugada, me tocó oír como Jonás se masturbaba con mucha energía.

♣♣♣

Temprano en la mañana, un día sábado, Jonás se alistó como de costumbre cuando iba a salir a alguna conquista, o como yo le decía, de ‘’cacería’’. Se perfumó toda la camisa y el cuello, se peinó el pelo largo que casi les llegaba a los hombros y le puso un poco de brillantina para darle brillo.

—¿A dónde vas? —pregunté.

—A donde no te importa —me respondió.

—¿Te vas a verla? —volví a preguntar.

—¿A quién? —me preguntó él.

—Ya sabes… a ella…  A Raiza —le dije.

Jonás solo atinó a reírse y proceder a colocarse la correa alrededor de la cintura, una de cuero de toro y hebilla grande y ovalada.

—No, no, no, pelao… a ella no, me voy a ver a otra —me dijo.

—¿Quién es? —insistí en preguntar— ¿Te la vas a tirar?Modelo gitano hombre guapo, cabello largo oscuro, ojos negros grandes, …" — imagen creada en Shedevrum

—Obvio, ¿si no, para que me arreglo tanto?

—Oye, ¿y cuando me puedes llevar otra vez con Raiza?

—¿Te gustó cachártela? ¿verdad?

—Ando arrechísimo.

—Déjame ver cuando pueda llevarte… pero, ya sabes, ni una palabra a nadie.

—Entendido….

Jonás se acomodó el cuello de la camisa y se dispuso a salir de la habitación…

—¡Enano arrecho! —dijo riendo burlonamente y despeinándome con la mano.

 

Mas tarde, cuando ya yo estaba realizando un encargo de mi papá, llegó Jonás tratando de no hacer mucho ruido, entro por la parte del corral de las gallinas de pelea y antes de entrar a la casa me vio, inmediatamente se acercó a mí, pero dando a entender que no quería dejarse ver de nadie.

—¿Qué tienes oe? —le pregunté.

—¡Shhhhh! —me hizo señas para que no hablara tan fuerte—. Baja la voz webonaso, no quiero que te escuchen.

—¿Qué te pasó en el cuello? ¿acaso te atacó Drácula? —me burlé de él al verle tremendos moretones que le habían dejado en el cuello, seguramente de los besos que su hembrita le había dado.

—¡Esa enferma! —dijo, acomodándose el cuello de la camisa— Por poco me arranca el cuello, pero como le dejé ese culo —dijo Jonás riendo maliciosamente al recordar el anal que le había hecho a la chica.

—¡Bien por ti! —le dije.

—Qué bueno que te encuentro solito. ¿Todavía andas con ganas de ir con la Raiza?

No negaré que ese día, con lo caliente que estaba, me la jalé al menos unas cuatro veces; pero, gracias a la edad y las hormonas que estaban en efervescencia, de solo oír la idea, se me puso dura de inmediato.

—¡Claro que quiero, webón! —le dije totalmente entusiasmado.

—Vamos, pues —dijo Jonás. —Pero tenemos que salir de la casa sin hacer ruido, para que no se den cuenta que no estamos.

De inmediato salimos de la casa por el portón grande, lo cerramos con mucho sigilo para que el chirrido del metal no haga mucho escándalo, y una vez que estuvo bien cerrado emprendimos la carrera.

—¿Andas con hartas ganas, verdad, pendejo? —dijo Jonás en tono burlón.

Yo solo atiné a sonreír, se me calentaba muchísimo la cabeza de imaginar lo primero que haría con Raiza ni bien la tenga en frente y recostada en su cama.

—Pero, eso sí, tu noma no te la vas a gozar a la pendeja. —me dijo Jonás.

—¿Primero vas tú? No hay problema, yo espero —acepté sin poner objeciones, lo único que quería era follar.

—Nada de eso —insistió Jonás—, no hay tiempo para turnarnos. Le vamos a dar entre los dos, por grande y chico.

—¿Grande y chico? —pregunté sin saber a lo que se refería.

—Si pues, webón, vagina y culo. —respondió mi hermano.

—¿Pero ella querrá? —me sentí incrédulo ante la idea.

Jonás solo atinó a reír a carcajadas mientras me alborotaba en pelo, haciéndome sentir tan inocente.

—A Raiza hasta la hemos follado entre tres, yo y dos más, y siempre pide más verga la muy puta. Le encanta que se la metan por el culo, y si se lo hacen por la concha y el culo a la misma vez, es el paraíso para ella.

—¿En serio? —insistí sin llegarlo a creer.

—Ya lo verás, pequeño… ya lo veras… ¡Pero, apúrate en caminar, que yo tambien tengo hartas ganas!

—¿Pero si tú ya follaste con tu otra amiga?

—Si, pero la muy pendeja no me aguantó mucho cuando le di por el culo y no quiso seguir, quedé con la leche acumulada y queriendo salir a chorros. Ya vas a ver cómo le voy a llenar la boca a la puta de Raiza.

Caminamos hasta llegar a casa de Raiza, apenas tocamos la puerta nos hizo entrar y nos llevó rápido hasta su habitación.

Mujer Desnuda Magnífica En La Puerta Imagen de archivo - Imagen de indio, fashionable: 154793621—¡Rápido que solo tengo una hora! —nos dijo mientras se quitaba rápido el vestido, mostrando sus grandes tetas redondas y con los pezones ya endurecidos.

—No te preocupes bebita, que ahora te vamos a poner a gozar. —dijo Jonás a medida que se iba quitando los zapatos y se aflojaba la hebilla del pantalón.

Me desvestí lo más rápido que pude y en unos cuantos segundos ya estaba con la verga paradísima y apuntando hacia arriba, goteando, impaciente por sentir la calidez de las paredes vaginales de Raiza, sin saber que esa tarde conocería un placer inimaginable al entrar tambien en su ano.

Jonás tambien quedó completamente desnudo y con su verga completamente dura, babeando y bien lubricada, con el vello púbico algo pequeño porque se lo había recortado con tijera.

—¡Bien! ¡A lo que vinimos! —Dijo Jonás mientras se acercaba a Raiza masturbando lentamente su verga, retrayendo de a poco el prepucio que aún no terminaba de bajar.

Ni bien se acercó a la cama, Raiza, que ya estaba de piernas abiertas y masajeando su vulva, le invitaba con la mirada a tomarla con fuerza como otras veces lo había hecho.

—Ven, acércate tu tambien. —Me dijo Raiza, viéndome y tocándose los pezones que ya se enduraban, muestra de su tremenda excitación.

—Ponte a mamar —le ordenó Jonás.

Inmediatamente la chica se arrodillo sobre la cama, mientras nosotros permanecíamos de pie frente a ella, con nuestros miembros más duros que una roca, erectos y llenos de sangre haciendo nuestros glandes rojos, y nuestras bolas, descolgadas y llenas de leche.

—Eso mi putita, chúpala así, como me gusta. —Gemía Jonás con la mente ida y la cabeza mirando hacia arriba.

Raiza metía ese pene a su boca hasta más de la mitad, tenía buena garganta, considerando que la verga de Jonás era considerablemente grande y gruesa. Chupaba el glande cuando lo iba sacando y lo lamía completamente, luego saboreaba los testículos uno por uno. Cuando sacaba el pene de Jonás de su boca, procedía a hacer lo mismo al mío, succionándolo apasionadamente hasta ahogarse y salivar sobre mi verga que pedía sexo a gritos.

Ambos le sujetábamos la cabeza cuando se engullía todo el pene, o se la empujábamos contra el otro cuando la mamada era contraria.

—Más despacio, carajo. Me van a ahogar. —Suplicaba Raiza, riendo y con los ojos llorosos por las arcadas.Los mejores videos de sexo Mujeres Muy Guapas Desnudas y películas porno - PasionMujeres.com

Jonás y yo reímos bajito mientras mi hermano pasaba su brazo izquierdo por mi hombro, abrazándome como su hermano que era, esta vez cómplices del placer de la carne.

—¡Hora de metértela! —dijo Jonás y jaló a Raiza de los pies poniéndola boca arriba.

Rápidamente se colocó sobre ella, en misionero, y dando unos suaves chupetones a su vulva la humedeció succionando su clítoris. Una vez que esa vulva estaba lista, procedió a acercar su glande a la entrada vaginal que arropó esa cabeza rojiza que, poco a poco y con fuerza, de un solo ritmo fue entrando hasta chocar sus bolas con sus labios vulvares.

—¡Oh si! —gimió Raiza poniendo los ojos en blanco y abriendo la boca, jadeando como perro cansado, fuerte e intenso.

—¿Te gusta? —le preguntaba Jonás.

—Me encanta —gemía Raiza.

—¡Avanza, pues! —me ordenaba mi hermano—. ¡Que te la chupe mientras yo le doy! —dijo.

De inmediato me posicioné frente a ella de rodillas, rozándole la barbilla con mi bolsa testicular, a medida que le daba suaves golpecitos en los labios con mi verga, que de tanto calor sentía como si doliera.

Jonás se movía a todo ritmo sobre ella, chupándole el pezón izquierdo a medida que yo le amasaba el seno derecho.

—¡Más! ¡Más! ¡Más! —suplicaba la chica entre gemidos fuertes, sonoros y cargados de lascivia.

—¿Te gusta, putita? —decía Jonás—. ¡Vamos hermanito, te toca penetrarla! —me ordenó.

Sin que me lo dijeran dos veces, casi a la carrera me posicioné frente a Raiza, la tomé por las caderas y la coloqué de perrito. Me acomodé entre sus piernas y la penetré casi de una sola estocada.▷ Anna de Ville hace un trio de dos hombres y una mujer

Raiza solo gimió como una verdadera zorra, llevándose a la boca la verga de Jonás, bañada en sus propios jugos, y la saboreó con ganas, tragándosela entera hasta provocarse arcadas.

Mi vaivén se tornó, casi desde un inicio, fuerte y rápido. La penetraba duro produciendo el típico golpeteo de mi ingle con sus nalgas. ‘’Plof, plof, plof’’, sonaba en cada mete y saca, mientras mis manos, sujetando fuertemente sus caderas, le dejaban mis dedos marcados, al igual que las nalgadas que le propinaba, producto de nuestra excitación.

—¿Te gusta? ¿Eres mi putita? ¿eres mi hembrita? —le preguntaba.

—Me encanta, me encanta… Soy tu mujer, no pares mi amor. —me respondía ella, presa absoluta del placer.

Todo eso solo provocaba que mi calentura fuera mayor y le diera más duro. La cama parecía que se desbarataría de tanto rechinar. Pronto, y sin darme cuenta, yo ya estaba sobre ella, golpeando con mi pelvis a todo lo que podía, enterrándole mi verga con furia y desespero.

Jonás aplaudía todo el espectáculo, embriagado en su propio deseo.

—¡Eso hermanito! ¡destrózala! —me alentaba, palmeando mi espalda a medida que me daba ánimos a ser más rudo.

—¿Te gusta cómo te la mete mi hermanito? ¿Eh, zorrita? —le preguntaba Jonás a Raiza, quien estaba con los ojos en blanco, muerta de lujuria.

—Dame chance que ya me toca —volvió a decirme Jonás, pidiendo permiso para volver a penetrar a Raiza.

Jonás se tiró de espalda a la cama, subiendo a Raiza sobre él, haciendo que lo cabalgue sentada en su verga jugosa.

Ni bien se colocó encima, Raiza empezó a moverse de manera desenfrenada, estaba desquiciada de placer. Se movía de atrás hacia adelante con rudeza, no hubiera sido raro que generara un poco de dolor sobre las bolas de Jonás.

—Métemela por el culo —me pidió Raiza, bañada en sudor, sus tetas brillaban por la saliva que Jonás le dejaba de tanto chuparle los pezones.

No podía dar fe de lo que me estaba pidiendo. Nunca en mi vida pensé vivir algo así.

Me acerqué por detrás de ella, me posicioné de manera adecuada y tras un breve masaje con mis dedos en su esfínter, coloqué un poco de saliva en mi glande y la penetré lentamente. De algo había servido haber visto tantas veces las revistas de Jonás.

Me sentía como uno de esos modelos de las fotografías que penetraba a esas chicas rubias, morenas, anal y vaginalmente.

Mujer cumple su fantasía de estar con 2 hombres | XpajaTanto Jonás como yo nos movíamos enterrando nuestras vergas, casi creo que podía sentir la textura de la verga gruesa de mi hermano rozarse con la mía, separadas por la barrera que divide el ano de la vagina.

—¡Siiii! ¡Siiii! ¡Siiii! —gemía Raiza— ¡Denme más duro… más duro, por favor! —suplicaba con vehemencia.

Obedeciendo la orden nos empezamos a mover más rápido y, producto de la estrechez de esos dos orificios, sentía que ya no podría aguantar mucho.

—Ya me voy a venir —dije casi gritando, aunque apenas tenía voz, porque estaba bañado en sudor y deshidratado de tango esfuerzo físico.

—Yo también —agregó Jonás—. Hoy toca que te las tragues, mi amor —le dijo a Raiza, quien no perdió tiempo y se bajó de nosotros para posicionarse de rodillas en el suelo.

—Denme leche —pidió casi entre suplicas y gemidos, pellizcándose los pezones duros y rojos.

Ambos nos paramos frente a ella con nuestras vergas palpitantes, duras, gruesas, mojadas y muy venosas.

Jonás pasó su brazo izquierdo por mi hombro, pegándome más a él, con su barbilla rozando mi cabeza y la mano derecha jalándose el pene para acabar.

Yo me pegué más a mi hermano y podía sentir su calor. Con mi mano izquierda masturbé frenéticamente mi miembro, masajeando el glande. Tanto Jonás como yo bufábamos a punto de eyacular.

—¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! —gemíamos, mientras gruesas gotas de sudor bajaban de nuestra frente, pasando por la nariz y goteando a la cara de Raiza.

—¡Ahí va la leche! ¡Ahí va la leche, putita!

Y su semen salió como un balazo estrellándose en la frente de Raiza, quien cerró los ojos por el impacto. Luego de ese primer chorro vinieron los siguientes, cinco disparos cada uno, mismos que bañaron la cara de Raiza en semen espeso, caliente, muy blanco y cremoso. Un poco de esa esperma fue directo a su boca y otro tanto bajaba por sus labios rosados, dándole una vista preciosa y cargada de lujuria.

—¡Por Dios! —resopló Jonás, con la cara viendo al techo y dando jaladas suaves a su verga.

Raiza se limpió con los dedos el semen que había caído cerca de sus ojos, tomó nuestras vergas y procedió a limpiarlas con la lengua. Cada lengüetazo generaba electricidad en mi cuerpo, había quedado tan sensible que el solo viento me hacía temblar las piernas. No sabía cómo podía seguir de pie sin caer desmayado por tanto placer recibido.

Jonás volteó a verme, ambos sudados y con la cara roja por toda la chamba que tuvimos que realizar. Apenas me vio lo único que hizo fue esbozar una sonrisa de complicidad, a medida que me jalaba más hacia él y me daba un abrazo de hermanos, que se sentía cálido y cómplice de maldades.

—¿La pasaste bien, hermanito? —me preguntó entre quiebres de voz por el cansancio.Fotos Porno de Semen En La Boca Abierta al Desnudo - PornPics.com

—Estuvo de muerte —dije mientras levantaba el pulgar en señal de afirmación— Fue como en las revistas —y reí junto a él por la comparación…

—¿Qué tal? ¿Te gustaron nuestras leches? —le preguntó a Raiza mientras su verga se estrellaba suavemente en sus labios.

Raiza estaba completamente muerta de placer, tanto que solo suspiraba y balbuceaba.

—Están riquísimas… las mejores leches de toda la ciudad.

—Sabía que te iban a gustar. Cuando quieras te traigo de nuevo a mi hermano para que te haga mierda esa concha y ese culo.

—¡Siiiii! —grité emocionado, aplaudiendo y eufórico por tal propuesta.

—Enano pendejo… —dijo Jonás, revolviéndome el pelo—. Ya cámbiate que tenemos que irnos… ¡mierda, he quedado seco! —decía mientras buscaba su ropa.

—Cierran al irse —dijo Raiza.

Procedí a cambiarme mientras ella solo se metía al baño y prendía la ducha.

—¿En serio me vas a traer de nuevo? —pregunté emocionado a mi hermano.

—Pórtate bien y puede ser que me anime a traerte —me contestó.

Luego, ambos salimos de la casa de Raiza, más livianos que el aire. El sueño me mataba, solo quería llegar a mi cama y caer muerto.

Mientras caminábamos, pude notar la presencia de una jovencita única; bella, realmente hermosa y fuera de cualquier realidad. Ella estaba sentada en una de las bancas del parque. Bella y risueña, me quedé observándola y ella levantó la mirada que conectó con la mía. Sentí nervios y solo seguí caminando, volviéndola a mirar de reojo.

52 Lecturas/12 julio, 2025/0 Comentarios/por Mateo
Etiquetas: amigos, anal, colegio, hermano, hermanos, madre, mayor, sexo
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