Pedo sin P2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por shotaboy.
¡La Puta que te parió!- le dije a aquel cincuentón obeso y sádico en los baños del metro de Caracas luego de agarrarme las nalgas con intenciones de obtener mucho más que solo un trasero para sobar, por lo que no pudo evitar que lo tomara de sus escasos cabellos y le hundiera el rostro en el inodoro; sin conformarme con eso arranqué de la pared el sostén metálico que sujetaba el papel de baño y no paré de golpearlo hasta que un guardia de seguridad entró a los sanitarios debido al escándalo de coñazos y groserías que le dije a aquél tipo.
Salí de ese sitio sin darle demasiada importancia al asunto, si me enfrascara en este tipo de incidentes cada que ocurren ya me habría vuelto loco, -Toma dulcecito!- me dijo dándome un caramelo de jengibre con cariño la señora que alquilaba teléfonos en la esquina contigua, se lo recibí porque era gratis y en Venezuela lo que es gratis no se desprecia, nunca.
Llegué a mi departamento a eso de la 7:25 pm, considerando que mi último turno terminaba a las 6:00, pero con eso de la hora pico, los trenes retrasados, y el "incidente" uno siempre llega tarde, saludé a Emi, la hija de la vecina, abrí la puerta y me fui quitando la ropa camino al baño, afortunadamente el edificio cuenta con un buen suministro de agua corriente así que no tengo esos peos de que se va el agua y tal.
a punto de llegar escucho la voz de Angélica que me grita en ademán de piropo <<¡Upa, esas nalguitas!>>
Por hoy, cállate! – le espeté mientras abría la ducha y me enjabonaba casi inmediatamente.
Vasié! y que te pasa?- preguntó ella en tono de juego -¿tienes la regla?
Mejor Cállate! – exclame haciendo énfasis en que no quería discutir pero ella insistió.
Ya sé! – dedujo con su acento de "Eureka" -¿Tuviste un incidente, cierto?
(Coño con esta guara cuando la huele, la pega!) Si!
Ah bueno, cuando salgas hablamos.
Cuando finalmente dejé de escuchar su voz chillona pude terminar de bañarme con calma, me quité el shampoo "hood and shielders" (en serio, en Venezuela hay como 15 marcas piratas de Colgate hecha en irán, china, filipinas.
y así con todo.
) del cabello y tomando mi toalla azul marino sequé mi cuerpo, nunca me lleva más de un minuto, entré a mi habitación y allí estaba Angélica esperándome solo con una panti de lencería y una franela con motivo de Mario Bross, sentada como una niña inquieta sobre mi cama mientras que, sin pena dejé caer la toalla al suelo dejándome al descubierto al tiempo que buscaba ropa que ponerme, encontré un interior blanco que tuve que mandar a hacer ya que.
Bueno se los cuento luego, ella habló primero.
Obviando lo del "incidente"- pensó un instante ordenando sus pensamientos antes de continuar -¿Qué piensas hacer ahora que la empresa cerró?
Ni idea!- le dije calmadamente -esa chance me lo consiguió el ultimo pana que me quedaba en el país y le tuvo que jalar mucha bola a su jefe!
Hmmmm.
– meditó ella escuchándome.
Por lo menos ahí tenía muchos beneficios, además ganaba por comisión.
– expresé con algo de desánimo -Conseguir un trabajo esclavizante por un sueldo mínimo es igual que no comer.
Mira- dijo Angélica sin una expresión en su cara -no voy a estar aquí mucho tiempo, en dos semanas me largo de aquí!- dijo jugando con sus pulgares -Si piensas en lo que te dije, comunícate conmigo antes del 15, si no, no creo que pueda ayudarte!
.
– Me quedé allí en silencio pero con una gran amargura.
Ah!- remarcó antes de ponerse un pantalón, zapatos e irse -¡Yo soy la última de tus panas!
Permanecí desnudo en mi cuarto, con el interior en la mano mirando mi cuerpo de 40 Kg.
De peso, 1,40 m.
De estatura, cabello negro y rostro de 12 años en todo el esplendor de su juventud.
[7 días después]
Asumo que quieren saber de qué va esto, nací en el 95, tengo 23 años de edad, mi cédula lo confirma; la mayor parte de mi infancia fue relativamente normal, tuve muchos familiares amorosos y bastante atención; pero al entrar a la pubertad noté que mis compañeros de clases, mis primos y amigos comenzaban a rebasarme en estatura, peso, testosterona, etc.
me decían que unos niños tardan más en desarrollarse y que otros lo hacen tarde pero de golpe; sin embargo, a mis 17 años me graduaba de bachiller y mientras mi promoción oscilaba un tamaño promedio de adolescentes yo seguí midiendo lo mismo que medía cuando veía pokémon en la primaria, resulta que luego de varios exámenes y estudios me diagnosticaron con un trastorno en la pituitaria que limitaba mi crecimiento de forma muy diferente al enanismo que es más bien algo congénito.
No hay tratamiento para ello, así que tanto mi cedula de 11 años como la de 21 tienen prácticamente la misma foto de un niño pre púber que soy yo, por cierto me llamo Manuel.
Angélica ha sido mi niñera, mi amiga, mi confidente y mi amiga con derechos desde que la recuerdo, aún antes de que fuese evidente mi trastorno, ella tenía un gusto ligeramente torcido hacia los chicos jóvenes, muy jóvenes, y pues al darse cuenta de que no encontraría a alguien que se viera más joven que yo, nunca me quitó sus harpías garras de encima, claro que de niño tuve algunos "jueguitos inocentes" con uno que otro primito y compañerito; pero al pasar mi tiempo con Angélica digamos que me terminé de definir, soy muy hetero, o lo era.
Continuando, alquilamos el departamento juntos y tenía mi trabajo antes de que el "socialismo del siglo 21" terminara de joder nuestra economía cerrando la empresa y quedándome desempleado en un país en que prácticamente se me estaba condenando a morir de hambre.
Me encontraba esa noche de sábado en un taxi hasta la casa en donde Angélica me había pedido llegar, entramos a un bello centro de amplios jardines, una casa enorme pintada de blanco, de tejas de ladrillo, veredas adoquinadas, piscinas, luces y una tremenda fiesta, con personas de escasas ropas, licor cuyo precio podría pagar el alquiler de 9 familias cada botella, en fin que me sentí a gusto con el ambiente a pesar de que vengo de una familia muy recatada, pero como dice el dicho "Güevo parao no respeta culo", llegué hasta donde estaba ella y de inmediato me pidió unos tragos, ante la mirada de incredulidad del barman y de todos los allí presentes comenzamos a beber y a conversar en lo que sería nuestra última semana juntos, no es que me doliera sentimentalmente (un poco lo admito), sino el verme solo en este país, con todos mis amigos dispersos alrededor del mundo.
Luego de un par de horas ya me sentía bastante encendido, bailamos en un frenesí de cuerpos semidesnudos en los que no importaba quien iba detrás o adelante, entonces habiendo perdido toda inhibición le dije a Angélica "Vamos a lo que vamos", ella me sonrió y tomándome de la mano me llevó dentro de la casa en donde varias parejas se metían mano sin reparos en los sofás, en el suelo, escaleras devorándose mutuamente, llegamos a una puerta principal al final de un gran corredor y entramos a lo que parecía una oficina.
Allí una mujer de mediana edad, piel bronceada, cabello rubio cenizo, ojos café y labio rojos como la grana en un traje ajustado de ejecutivo se dirigió a Angélica saludándola y luego me miró a mí, diciendo:
Si estás aquí, supongo que no te vas a arrepentir ahora- dijo ella.
Así es- respondí, me sentía en una vibra diferente, tanto morbo y parejas entremezcladas, me parecía ser capaz de cualquier cosa.
Muy bien – dijo sin expresión -hazlo pasar!
Un apuesto joven de mi edad pero con su correspondiente tamaño entró a la oficina, de ojos claros (ni recuerdo su color), piel blanca y depilada, barba recién rasurada, cabello castaño claro en bóxeres que marcaban una erección muy obvia, Era muy guapo, esto lo confirmé al ver a Angélica con la baba escurriéndole al verlo, se acercó a mí y comenzó a desvestirme sutilmente, primero la camisa, luego el pantalón, zapatos, hasta dejarme en puro interior, se arrodilló y con sus suaves manos me lo bajó, mi pene salió a respirar y debo hacer un paréntesis (mi pene mide 16 cts.
de largo, yo diría que es normal, y de hecho ese es el promedio pero en el porno el promedio es de 20 cts.
), en fin , el chico sonrió y con su mirada cómplice se lo metió a la boca iniciando una felación por demás profesional, tragaba entero y chupaba con fuerza, su lengua exploraba con ímpetu las comisuras de mi prepucio, lamia mis lampiñas bolas mientras sus manos me acariciaban ¿sabría él que yo era un adulto en realidad, o acaso pensaría que de verdad tenía 12 años?, dentro mío una marea de agitadas sensaciones bullían desde mi pecho inundando la mayor parte de mi cuerpo en cuestión de segundos soltando las amarras que me inhibían de cualquier deseo, me recostó a uno de los sofá y despojándome de cualquier prenda restante se sentó con su verga tiesa, blanca y caliente, haciendo un ademán me indicó que le devolviera el favor.
Tomé su verga con ambas manos notando el tremendo contraste con su enorme pene, tiré suavemente de su prepucio y retornándolo con un lento movimiento de rebote me fue corrigiendo y guiando hacia su propio placer, puso su mano sobre las mías masturbándose de lo lindo, yo de rodillas frente a ese espectáculo hacía mucho que mi moral se había quedado en casa, sin que él me lo pidiera arrimé mi lengua sobre su glande en medio de su disfrute y sin mucho decoro me lo metí a la boca, el sabor inicial fue un shock gustativo pero más por alcohol que por decisión chupé como si realmente me gustara hacerlo, mi quijada estaba algo adolorida de tanto mamar, su pene había pasado de un color piel claro a un rosado casi rojizo y su cabeza inyectada en sangre chorreaba gotas de precum abundante, en eso él me dice que me prepare porque me va a violar la boca; yo había visto suficiente porno para saber que eso no sería "jugar carrito" así que tomé aire y dejando mi voluntad sobre él me entregué, al sentirme dispuesto el chico me sujetó con su mano izquierda corrigiéndome a cada paso sobre la marcha, lo más difícil de soportar fueron las arcadas, mis ojos se inundaron de lágrimas a medida que el chico penetraba a cada vez mayor profundidad, el constante ,mete y saca se sentía intolerable, pero sé que no tendríamos en esto ni dos minutos, cuando luego de un rato vio que pude medio aguantarlo se afincó sin cariñitos y me restregó su pelvis en la nariz, penetrándome violentamente se mordía los labios y entrecerraba los ojos, estaba a punto de acabar.
Agradecí porque ya terminaría todo; pero agradecí muy pronto, no imaginaba que su eyaculación sería tan monumental, los fluidos escurrieron a presión de mi boca y nariz derramándose en el sillón y arrancándome lágrimas de nauseas, es decir, yo realmente estaba teniendo sexo con otro hombre? hasta hace poco mas de 7 días estaba poniéndole la verga a Angélica de perrito haciéndola derramar lágrimas de felicidad y ahora ella estaba tocándose abiertamente mientras aquel chico guapo me violaba por la boca, casi otro minuto de penetración continuó antes de que otra dotación de leche fresca se disparará por la comisura de mis labios y su falo, el rubio me apretaba largos momentos como asegurándose que no me escapara y disfrutando un montón de nuestras posiciones pues sin dejar de taladrar mi garganta sentí un dedo muy húmedo invadir mi ojete con desenfreno.
Descuida!- dijo la voz de otro hombre -Seré rápido…Pero no suave!
Antes de percatarme que había llegado alguien más sentí dos dedos largos y embadurnados de lubricante forzando la entrada de mi hoyito, quise gritar pero un pene rubio me obstruía la garganta, en menos de lo que se pela una ñema tenía tres dedos jugueteando dentro de mí aquél tipo sí que era un experto.
Aquí voy!- escuché y antes de entender las implicaciones que esas palabras tendrían.
Me apuntaló una cabeza aparentemente delgada, admito que esa parte la sentí bien rica en el culito; pero de ahí a un falo que se engrosaba monstruosamente a la mitad había mucho trecho, un muy tortuoso y áspero trecho; Mi colita en pompa fue masacrada con embestidas enérgicas y efectivas, el hombre me penetró sin reparos ni sutilezas, aquél macho me empujaba su verga cabeza delgada que paulinamente se engrosada y sin muchos miramientos me habían destrozado el virgo, gritos contenidos y ahogados se esparcieron por toda la oficina el tiempo que estuvimos allí, recuerdo haberme ahogado de leche otras tres veces más, aquél rubio era más vaca que toro, el hombre en mi trasero me repetía sosegadamente que gritara sin pena, ya el rubio se había salido de mí para entonces así que grité sin reservas maldiciendo y puteando a aquel tipo que me bombeó tan fuerte y rápido que sentí mi culo en llamas -voy a salir de aquí en silla de ruedas!- pensaba hasta que poniendo todo su peso encima de mí me dejó ir su carga láctea dejándome el culo más vacío que una lata de Pepsi a 37º C.
Apenas pude seguir consciente y con un dolor terrible en mi trasero, aunque más lastimado estaba mi orgullo y mi dignidad, había recuperado la compostura apenas, Angélica me aplaudió dándome un beso de lengua y aquella mujer me dijo esto: Te darán lo que acordamos al salir; pero si decides quedarte con nosotros vas a ver que la vida en Venezuela es muy rentable ganando en dólares.
Así acepté ser puto para esta gente, después de todo hay un gran demanda de gente queriendo satisfacer sus fantasías más secretas con un "niño" como yo; y ante la posibilidad de hacerlo en condiciones legales pues yo soy la gansa de los huevos de oro.
Este relato no es mío me lo contó alguien que creó esta historia y que según él no tiene la capacidad para redactarla y que suene creíble; pero me pago para que la publicara aquí y lo hice, se despide Shotaboy, si les digo que los casos de adultos atrapados en cuerpos de niño son reales aunque no muy comunes.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!