Pepe (III): Mi primer día con el Buky (1)
Yo estaba disfrutando muchísimo la compañía de mi primo. Y empezaba a sentir un gran deseo por él..
El relato anterior de esta serie se encuentra aquí: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/pepe-ii-mi-primo-el-buky-menor-que-yo-pero-mas-experimentado/
El primer día completo que el Buky pasó en Islas Agrarias fue un sábado y mi nana me dijo que era mi responsabilidad ser un buen anfitrión y asegurarme de que él se sintiera cómodo. Me pidió que lo sacara y le mostrara el vecindario y jugara con él para que no se sintiera tan solo por haber tenido que dejar a su familia.
Hice lo que me dijeron y el Buky y yo nos divertimos explorando el poblado y jugando juntos durante todo el día.
Esa noche de nuevo me quedé a dormir con mi abuela. Después de cenar, ella nos dijo que necesitábamos bañarnos y asearnos para estar listos para la misa de la mañana siguiente. Nos fuimos al cuarto y yo, siendo educado, le pregunté a el Buky si quería bañarse primero.
–¿Por qué no nos bañamos juntos? –respondió.
No lo había pensado y me dio vergüenza cuando lo pensé, pero acepté, con curiosidad por ver el cuerpo desnudo de mi primo. Nos quitamos toda la ropa, menos los calzoncillos; nos dirigimos al baño, cerramos la puerta y abrimos la regadera. A medida que salía el agua fría, nos quitamos la ropa interior y luego nos metimos bajo el agua tibia.
Miré a mi primo desnudo. No tenía ningún pelo encima ni debajo de su pene. Apenas estaba comenzando a madurar. Sus testículos se habían redondeado y su escroto, que apenas comenzaba a enrojecerse, había comenzado a colgar. La punta de su prepucio era rosita.
El Buky me miraba tanto como yo lo miraba a él. Sonrió y me sentí feliz. También sentí algo más: una agitación abajo. Cerré la llave del agua y empecé a enjabonarme por completo, al igual que lo hacía el Buky. Empezamos a darnos nalgadas, jugando.
–Déjame enjabonarte la espalda –sugirió.
–Está bien –y me di la vuelta.
El Buky extendió la mano y me tocó los hombros y luego descendió. Fue emocionante y de alguna manera travieso. Se rió cuando llegó a mis nalgas. Me di vuelta rápidamente.
–Es mi turno –le dije.
Me entregó el jabón con una sonrisa y me dio la espalda. Me detuve por un momento antes de comenzar, al ver su cuerpo desnudo. Me di cuenta de que empezaba a desearlo.
Cuando pasé mis manos por sus hombros huesudos sentí una ráfaga por mi cuerpo. El Buky se rió de nuevo y, mientras deslizaba mis manos por su torso, se movió con deleite. La sensación resbaladiza de su cuerpo bajo mis dedos fue emocionante. Yo, vergonzosamente, sentí que mi pene se hinchaba y rápidamente comenzaba a alargarse.
Detuve mis caricias en la carne ligeramente musculosa de mi primo y me concentré en tratar de evitar una erección completa. Mi mente empezaba a llenarse de recuerdos de mi noche de cumpleaños…
El Buky se giró y, mirando descaradamente mi pene medio duro, observó: –Tienes mucho pelo.
–Baja la voz –susurré–. Nos va a escuchar mi nana.
Él susurró también:
–¿Quieres que juegue con tu pito?
No esperaba tal propuesta. Por mi sorpresa no di ninguna respuesta inmediata.
–Quiero ver si puedes disparar como el Ethan –prosiguió.
Con eso, el Buky extendió la mano y agarró firmemente mi pene. Yo estaba muy excitado.
–¡No! –le dije abruptamente.
Quité su mano enjabonada de mi pene. Él puso una expresión de desconcierto.
–No podemos aquí –le expliqué en voz más suave–. Mi nana podría escucharnos.
–Está bien –respondió, con decepción en su voz.
Yo no quería que el Buky se molestara conmigo.
–Puedes agarrarlo si quieres –le ofrecí.
Él volvió a ser todo sonrisas. Lo agarró y me lo jaló unas cuantas veces, lo que se sintió maravilloso. Me despellejó el prepucio de un lado a otro. Sentí que me ponía más duro.
–Ya está bien. No quiero que mi nana me vea… ya sabes… duro.
Él estuvo de acuerdo y agregó:
–Puedes agarrar el mío también, si quieres.
–Está bien, pero no ahorita.
Terminamos de bañarnos y nos preparamos para acostarnos. Al otro día tendríamos que levantarnos para la misa de la mañana.
gran relato como sigue