Perdí mi virginidad con un maduro de 56 años
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por juanvasconez89.
Hola, es mi primer relato.
Me gusta mucho esta página desde hace tiempo y por primera vez me animo a escribir.
Soy de Bogotá, tengo 24 años, mido 1,75, tez clara, cabello castaño claro, ojos grandes.
Me considero guapo, sobretodo por mis cejas grandes y mi barba.
Para mis 24 años había tenido algunos encuentros sexuales con hombres, pero ninguno incluía penetracion, solo faje, oral y masturbacion.
Esto no satisfacía mis fantasías de ser dominado por un maduro, pero creo que el miedo podía más y no me animaba.
Una tarde estaba chateando en una app de citas gay, cuando veo un perfil que decía: Maduro Activo, 56 años.
Me dio curiosidad por La foto, ya que mostraba un muy buen cuerpo (algo no muy común en gente de su edad).
Le escribí y saludándole le envié mi foto por interno.
A los 5 minutos me respondió y me dijo que le gustaban los chicos como yo, con cara de niño pero barbones.
Me envió su foto y tal como me gustan los hombres lo vi: era muy masculino, con una barba bien cuidada, su pecho estaba cubierto de vello y tenía un pecho bien trabajando en el gimnasio, pectorales prominentes, su abdomen era propio de señores de su edad, me calentó mucho verlo así que le pedí su numero para conversar mejor.
Seguimos conversando un rato más y me dijo que estaba libre esa tarde, me dijo que era doctor y no tenía turno esa tarde por lo que pasaría en su casa descansando.
Yo mostré interés en pasar con el un rato y me invitó a visitarlo.
Para este punto yo estaba con la adrenalina a mil, estaba muy emocionado de que un tipo así me este invitando a su casa.
Vivía muy cerca de mi edificio por lo que fui caminando.
Cuando llegue vi que donde vivía era bastante lujoso.
No me sorprendió ya que como doctor, ganaba bastante bien.
Timbre y el guardia del edificio me hizo esperar en la recepción unos 5 minutos ya que Juan José (ese era su nombre) no contestaba.
Tuve miedo de que no salga a verme pero después lo vi salir por el ascensor y se acercó a mí muy amable y me saludo con un estrecho de manos.
Al verlo súper que quería estar con ese hombre.
Era alto, media 1,80, su barba estaba impecable y tenía una camisa blanca a la medida y unos jeans muy modernos.
Algo que me llamó mucho la atención fueron sus antebrazos muy y sus manos, cubiertas de vello.
Fuimos a su departamento y me puse a analizarlo, estaba muy bien decorado, muy minimalista.
Me senté en la sala y me ofreció algo de tomar y le dije que si tenía un trago para conversar un rato.
Me ofreció whisky y nos sentamos a conversar en su sala, el me contó sobre su profesión y yo le contaba sobre la mía (soy publicista).
Después de un largo rato conversando se sentó más cerca de mi y me tocó la pierna y me dijo: vas al gimnasio seguido no? Y yo solo alcance a sonreír y asentí, después pasó su mano por mi rostro, acariciando mi barba.
Yo me quede en silencio y después el se levantó al baño, me dijo que ponga música de mi celular en su parlante mientras el estaba en el baño, yo estaba de espaldas a él y cuando regreso del baño me abrazo por la espalda y me beso el cuello (yo estaba esperando que haga eso).
Tomo mi mano y me llevó al sillón de la sala me sentó en sus piernas y me besó profundamente, yo sentía su lengua áspera en mi boca y me excitaba de sobremanera.
Yo le tocaba su pecho por encima de su camisa y podía sentir sus vellos gruesos.
Abrí los botones de su camisa y por fin tuve ese pecho para mi deleite, lo besaba y lo acariciaba como poseído.
El solo resoplaba como macho.
Lami todo su pecho hasta que me agarró fuertemente y me cargo hasta su cuarto.
Su cama era enorme, era una king size.
Me acostó y empezó a besarme y a sacarme la camisa, se prendió con mis pezones y me raspaba con su barba.
Yo estaba en la gloria! Después me saco el pantalón y nos desnudamos los dos.
Sentir a un maduro excitado es de las experiencias más gratificantes.
Él tocaba mis nalgas y se volvía loco cuando yo tocaba su verga por encima del bóxer.
Después se saco el bóxer y pude apreciar su verga, era hermosa, gruesa y grande, tenía marcadas sus venas y su cabeza colorada brillaba por el precum.
No demore nada que ya estaba sobre el mamando como ternero esa verga de macho, sabía deliciosa, a sudor de hombre.
Lubricaba mucho, lo que era mejor para mí.
Dejó que mamara cinco minutos más y después con fuerza me dio la vuelta y me puso en cuatro, hundió mi cabeza en las almohadas y sentí en mi culo algo húmedo, era su lengua que se introducía en mi ano.
Sentí su barba entre mis nalgas y más me calentaba.
Empezó a meterme un dedo pero me dolía mucho, le dije que vaya despacio pero el vio que estaba muy cerrado y me pregunto: hace cuanto no tienes sexo? A lo que respondí: nunca me han penetrado.
Eso iluminó su cara y me dijo: chiquito, esta noche vas a ser mío.
Fue al cajón de su velador y saco una caja llena de condones, lubricantes y cremas.
Me dijo que me daría un lubricante para que mi culo se abriese mejor y no me duela.
Me puso eso e incluso sentí como mi culo se abría para el.
Metió un dedo y luego dos mientras yo gemía del dolor y del placer.
Al tercer dedo me dijo: ya eres mío, ahora sí aguanta.
Metió la cabeza de su verga y yo lance un grito sobre las almohadas, el dolor era insoportable.
Empezó a bombear como un experto, me besaba mientras invadía mi cuerpo y yo con los ojos en blanco del placer solo atinaba a gemir.
Me cogio como quiso.
Me decia: a los putitos como tú hay que saber domar.
O me decía: te gusta? Este culo ahora me pertenece.
Cada que me decía estas cosas yo más excitado me ponía.
Cogimos en cuatro, con las piernas en sus hombros, de ladito, al filo de la cama, yo no entendía como el dolor se convirtió en un placer que no quería que terminara nunca.
Después de 30 minutos de cogidas, empecé a sentir cosquillas en mi culo.
me empecé a masturbar pero el me lo impidió.
Me dijo: quiero que termines sin tocarte.
Mi verga estaba dura por la excitación pero no me dejaba tocarme.
Siguió metiéndome a ritmo acelerado cuando sentí que el fuego quemaba mi vientre y salieron tres chorros de semen espeso de mi verga.
No me toque y ya había terminado.
Estaba en el cielo.
Moje toda su cama con mi semen pero él seguía dándome por atrás cuando la saco y me dijo al oído: quieres probar leche de hombre? Yo solo quería agradecerle por quitarme la virginidad de esa manera, así que abrí mi boca y engullí su verga que ya estaba a punto de correrse.
Me metía la verga hasta la garganta y yo me ahogaba.
Me aviso que estaba por venirse y yo abrí mi boca esperando su rica leche.
A los cinco minutos sentí como el semen salió disparado de su verga y se alojaba en mi garganta.
Su sabor era dulce, así que lo bese profundamente con su leche tibia en la boca me acerqué a besarlo y respondió sacando con su lengua el semen de mi boca.
Estábamos exhaustos, me pidió que durmiera con el y yo solo me recosté en su pecho y me quede dormido.
He regresado a tener sexo con él algunas ocasiones, ya les contaré estos encuentros en otros relatos.
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