Perverso pago por sexo

Hola, hoy comienzo una nueva serie de pequeños relatos basados en videos. Siempre me ha despertado morbo la historia que debe haber detrás de los videos que veo, y con estos relatos cortos pienso satisfacer esa curiosidad, que los disfruten..
Mi nombre es Tadeo, tengo 22 años y desde hace cuatro soy prostituto o escort, como quieran llamarle. Por ello tengo un físico bien cuidado, mido 1.81, peso 80kg, abdomen marcado, buena pierna, pectorales y bíceps marcados, y la herramienta, en perfecta sincronía, 20 cm de carne jugosa para deleitar culos tragones. Mi historia no es la típica del chavo que iba al gimnasio y lo jalaron al negocio porque tenía necesidad, no, yo adoraba el sexo, ejercía mi bisexualidad cogiéndome lo que se moviera, y como bien dicen «si haces algo bien, no lo hagas gratis» jajaja, entré porque quería lana fácil. Mi especialidad eran los maduros o casados con lana; que a veces me querían como compañía de varios días o amante fijo.

Un día recibí mensajes constantes de un tipo que preguntaba el «limite de mis servicios», le decía que no los había, le entraba a lo que el quisiera, claro yo hablaba de drogas, fetiches, orgias o fantasías, pero la vida da sorpresas. Sin embargo el tipo no concretaba, y eso en este negocio molesta. Después de un tiempo me citó en su departamento, era una especie de pent-house clase media. Su nombre era Luis, tenia 34 años, complexión regular, ni gordo o flaco, algo guapo y tenia cara de que le encantaba la verga, la verdad los inexpertos no me gustan, pero el tipo se veía buena gente y de lana.

Me gusta ser atento en mi servicio, lo seduje, lo cachondeé, lo besé, pero el sujeto parecía distraído, volteaba constantemente hacia el área de las habitaciones. Le di mi servicio completo, cogiéndolo sin piedad jaja, para que repitiera. Durante la cogida era insistente con que si algo me espantaba mucho o que no haría, y la verdad pasó de hartarme a espantarme (tenemos limites señores), yo siempre le decía «we, lo que quieras pídemelo», no dijo nada y continuamos. Al terminar paso esto.

Tadeo: bueno, que onda mi rey, quieres repetir, quieres que me quedé a acompañarte o ya me pagas y como si nada.

Luis: Es que… hay algo más que quisiera, pero debes prometerme completa discreción

Tadeo: Mira amigo, si hay buena lana yo le entro

Luis: Quiero que te cojas a mi hijo

Me quedé helado, no sabía como responder a esa petición, por mi mente sin embargo pasaba solo la idea del incesto, y que tal vez se trataba de un adolescente o mínimo un puberto (ya me había chingado algunos pero hasta ahí). No, el sujeto llamó, sin que yo aun contestara, levemente a Felipe, quien salió de su habitación completamente desnudo, tímido, con una ligera sonrisa, flaquito, con buena nalga y un gesto de impresión, pero no de pena. Felipe solo tenía 9 años.

Seré honesto, estaba impresionado, pero no asustado, porque ya en alguna ocasión había visto porno relacionado a eso, no era una experiencia que buscara, pero dije «ya estoy aquí» aprovechemos.

Luis se convirtió en una especie de director de escena, pidiéndonos y señalándonos lo que teníamos que hacer.

Luis: Felipito acércate a Tadeo (el niño lo hizo)

Luis: Ahora toma su verga (yo ya me había vestido, así que tomó mi pito sobre el pantalón)

Luis: Comienza a masajearla, cachondéalo

Al principio lo hacia bruscamente, quizá por el pantalón, pero luego uso las dos manos, moviendo también mis huevos, y a pesar de haber tenido acción antes, se me paró de nuevo.

Luis: Bésense

Lo hicimos tímidamente a lo que su papá sugirió:

Luis: No, dale un beso más fajado, como los que me das a mi.

El niño sabia besar muy bien, nunca había besado un menor (los pubertos me los cogí sin besarlos), pero su deliciosa boca me provocó dejarme llevar por el momento. Me entregué a la escena, y comencé a besarlo con mayor intensidad, mientras el tomaba mi verga nuevamente. Su papá comenzó a masturbarse y dirigía cada una de nuestras acciones. Le pidió al niño que me desnudara, que me lamiera el oído, los pezones, el abdomen (eso me vuelve loco), las axilas, los bíceps, y el niño lo hacia con un morbo muy especial en su mirada, mientras yo trataba de poner mis manos en su penecito y sus nalgas.

Tadeo: A ver morrito vamos a ver que tal traes el culo (lo volteé, lo punteé con la verga en el culo y trate de dilatarlo con un dedo)

Luis: Dense espadazos

Obedecimos, pero más que un movimiento brusco, tallé delicadamente mi pito en el suyo para lograr pararlo; creo que eso le gustaba mucho porque se movía con una sonrisa que rayaba en la perversión. Nos dirigimos a la cama y con la supervisión de su papá comencé a mamarle el culo y dilatarlo. Empecé a penetrarlo poco a poco, teniendo una sensación mágica que nunca había tenido, su culo era una compresora que succionaba mi verga, la apretaba entre su carnosidad caliente, y trataba de expulsarla al mismo tiempo con la morbosa resistencia del niño.

Tadeo: ¡Condenado escuincle estas bien sabroso, cabrón, que rico aprietas! (era ya, la experiencia más chingona de vida, niéguenmelo)

Lo mejor fue que su papá lo tenia bien aleccionado, pues se movía como toda una putita.

Luis: ¿Te gusta cabrón?

Tadeo: ¡No mames cabrón esta delicioso tu morrito, se me hace que con esto quedamos a mano, ufff, ahhh, aggh, si, si, que rico!

Luis: Felipe dile algo

Felipe: Así, papi, así dame toda tu verga, quiero tu lechita adentro

El morro me consumió de lo caliente que me tenia, así que lo volteé lo puse de frente a mi y colgando de mi verga, lo apreté y lo besé sumiendo todo el pito hasta dentro, acallando sus gritos con mi boca, técnicamente se la metí con todo y huevos jaja, y le solté la leche por dentro. El niño no me soltó, ni yo a el, caímos exhaustos en la cama. Su papá se acercó se vino sobre el niño y yo le perdoné el pago, con la condición de que me dejara coger con el niño otra vez.

Gracias por leerme. Si eres de Celaya y quieres morbosear con alguien de esto, contáctame, mi telegram es faraon902.