Pervirtiendo a mi primito
¿Qué sucede cuando un adolescente caliente se queda solo cuidando a su pequeño primo dispuesto a todo con tal de que jueguen con él?.
Era marzo del 2007 en Lima, Perú, y tenía 15 años. En mi casa no había internet, pero mi tío lo acababa de habilitar en su casa y me dejó usar su pc cada que lo necesitaba, él estaba casado con mi tía y tenían un hijo de 5 años llamado Esteban que prefería jugar con sus juguetes o ver la tv en vez de usar la pc, por lo que literal la tenía solo para mí. Lo mejor es que ellos vivían a 7 casas de donde yo vivía, por lo que casi siempre estaba metido en su casa. Recuerdo que lo primero que descargué fue Ares, un programa bastante popular en ese tiempo, y una tarde a solas descubrí que podía conseguir varios videos de CP ahí, algo que prendió aún más mi morbo por los nenes ya que yo sabía bien que era lo que me gustaba desde niño, pero esto no trata de mis inicios.
Empezó el año escolar y mis tíos no tenían quien cuide a Esteban cada que salía del kínder, al menos por unas horas hasta que uno de ellos llegara de trabajar por la tarde, por lo que mi mamá se ofreció a cuidarlo en mi casa. Lo malo es que en mi casa no había juguetes ni otros niños para que él se distraiga, por lo que siempre andaba aburrido molestando por atención, en un principio lo usaba de excusa para decirle a mi mamá que lo llevaría a su casa para que él juegue con sus juguetes mientras yo estaba en la computadora, ella aceptaba y me daba la copia de llaves que mis tíos le dieron.
Por unos meses, mi rutina de tardes era llevar a mi primito a su cuarto y dejarlo ahí jugando solo mientras yo entraba en la pc y me ponía a ver más CP o alguna otra página xxx, terminando en una paja intensa cada vez. Una vez, a las semanas de empezar esa rutina, estaba pajeándome bien concentrado y de la nada se apreció Esteban a mi lado.
E: ¿Qué estás haciendo?
Y: Nada primo, solo me andaba rascando
E: Estoy aburrido (haciendo cara de querer llorar)
Y: Pues anda juega algo
E: Juega conmigo, tu siempre estás ahí sentado y mi tía dice que debes jugar conmigo también
Y: No, no, anda prende la tele.
(se puso a llorar)
Y: Ok, ok, juego contigo, pero solo un ratito
E: Ya (secándose las lágrimas), vamos.
Su cuarto estaba lleno de juguetes infantiles dignos de alguien de 5 años, la tele estaba prendida y justo pasó un comercial de WWE que transmitían los fines de semana en un canal local, así que le propuse juguemos a las luchas y él aceptó feliz.
Y: Pero hay que vestirnos como ellos para que sea más real
E: Sí primo, pero ¿cómo?
Y: Quédate en calzoncillo y yo también, así somos más flexibles.
Me sorprendió que ni dudo hacerlo, en menos de un minuto lo tenía solo con un diminuto calzoncillo esperando a que yo esté igual para lanzarse a mí, entre forcejeos y arrimones se me comenzó a poner dura la pinga (pija, verga, como gusten llamarlo) y él lo notaba, pero no decía nada. Llegó un momento que le dije paremos (necesitaba terminar la paja) pero de nuevo quiso ponerse a llorar, por lo que le dije que apostemos a quien perdía debía quedarse sin nada y sin pensarlo aceptó, a los minutos estábamos ambos desnudos jugando a las luchas y siempre buscaba tenerlo boca abajo para sobarme disimuladamente.
E: Oye primo, ¿por qué la tienes tan dura?
Y: Así pasa cuando creces. Dejemos de jugar de una vez antes que llegue alguien.
E: Pero aún no acabamos…
Y ni bien terminó se lanzó encima mío, lo cargué y volteé como una llave de un luchador donde literal era como un 69 en el aire (la tombstone del Undertaker), sentía toda su cara pegada en mis bolas, no aguanté y lo terminé echando boca abajo conmigo encima y empecé a sobarme.
E: ¿Por qué no sigues jugando? Me pesas
Y: Un ratito quédate quieto si quieres que siga jugando siempre contigo
E: Esta bien, pero jugamos siempre eh
No pasó mucho cuando terminé acabándole encima de toda su cola, él era delgado y moreno, pero con un culito abultado y ahora lo tenía para mí, porque no opuso resistencia con tal de que jugara siempre con él. Después de la clásica charla de que nadie debe saber lo que hicimos o sino nunca más jugaré con él ni lo llevaré a su casa, aceptó feliz porque ya no estaría todos los días aburrido, pero le hice saber que ese “juego” nuestro era cómo debíamos iniciar si quería divertirse conmigo y sus juguetes después.
No imaginaba que ese día era el inicio de una de mis experiencias más excitantes y arriesgadas que viví.
Tienes otra experiencia para contar?
Como continua?