PetBoy: playa privada.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando comenzaba la universidad descubrí por accidente que un amigo, Joseph, mantenía relaciones con su hermano menor, Nicolás, y por las circunstancias en las que se dio, yo también termine cogiéndolo.
Por cuestiones familiares me tuve que mudar de la capital a la costa, si bien pude continuar estudiando ya no tenía a Nico a mi disposición como el semestre anterior.
Una de las primeras cosas que noté viviendo en la costa es que cerca a las playas uno puede encontrar chicos dispuestos a todo por algo de dinero, sin embargo, para mí, no se comparaba con la experiencia de ver a Nico lleno de deseo disfrutar del sexo más salvaje, por suerte, a pesar de la distancia, me mantuve en contacto con él y con su hermano mayor y cada que podía viajaba a visitarlos.
Joseph tenía planeado venir a la costa en semana santa junto con su hermanito, lamentablemente al pedir a su padre el dinero para el viaje, este propuso en su lugar un viaje familiar (él, Joseph, Nico y la familia de la fallecida madre de Nico), vendrían en total seis personas más, lo cual nos complicaba el plan.
Tan pronto llegaron Joseph me preguntó si podía ir con Nico a mi casa, que tenían una pequeña emergencia a lo cual accedí, nos reunimos en una plaza pública, no fue difícil encontrarlos (eran las únicas pieles pálidas de todo el lugar), Nico tan pronto me vio me dio un largo abrazo, llevaba puesto una camiseta negra manga larga que le quedaba un poco grande, unas sandalias playeras y un short ajustado color carmesí que resaltaban su prominente culo, salude a Joseph y caminamos a mi casa.
Cuando llegamos entramos directo a mi cuarto, cerré con llave la puerta y acto seguido escucho la voz de Joseph.
–Nico, ponte en cuatro sobre la cama –él obediente como siempre lo hizo de inmediato, yo volteo a ver Joseph y antes de poder decir nada, me interrumpe –No es lo que estás pensando, mira– bajo el short de Nico hasta sus rodillas, no llevaba ropa interior pero si un tapón anal– lo que pasa es que el niño tuvo la brillante idea de venirse todo el viaje con el buttplug más grande que tiene y como en la cabaña que rentamos no tenemos privacidad no pudo sacarlo.
–No seas malo, yo intenté sacarmelo en el baño de la casa y de la cabaña, pero dolía mucho ¡no es mi culpa! –repuso Nico mientras su hermano sacaba una botellita de aceite para bebe y lo vertía al rededor del plug.
–Sí, es tu culpa por dormir con eso puesto sabiendo que teníamos visitas –sentenció Joseph mientras sacaba el plug del ano de su hermanito, quien apretaba los ojos y soltó un quejido una vez salió el tapón.
El orificio de Nico se veía bastante rojo, inflamado y muy abierto, el plug era bastante grueso, poco más que mi verga, Joseph con su dedo índice empezó a untar una crema dentro del pequeño, yo solo reí, toda la escena me tenía un tanto excitado, se sentía la tensión sexual en el ambiente y Nico fue el primero en remarcarlo.
–Me tienen en cuatro mientras me meten lubricante, ¿no les da ganas de cogerme? –nos miró sobre su hombro con una invitante sonrisa mientras meneaba ligeramente su cadera.
–A esta hora en mi casa no se pude –repuse.
–Además, tus estas todo inflamado por tener tantas horas esa cosa dentro, te lastimaríamos aún más.
–Joseph parecía un tanto molesto y Nico se molestó al escucharlo, Nico se acostó en mi cama y se subió el short.
–En fin, esta noche a eso de las ocho ¿no? –preguntó Joseph.
–sí, dale, en la misma plaza.
–respondí.
– ¿Qué van a hacer? ¿Puedo ir? –se incorporó Nico a la conversación.
–Por supuesto que estas invitado –le sonreí.
– ¿En la noche si me cogen? –expresó con infantil curiosidad Nico.
Joseph rio y le revolcó el pelo mientras abría la puerta, Nico se veía un tanto frustrado por la actitud de su hermano pero le dio la mano y salieron.
Ya en la noche nos reunimos y salimos rumbo a el norte de la ciudad, donde hay menos turistas y donde originalmente planeábamos rentar una cabaña para pasar la semana, ellos básicamente se habían escapado de su familia, venían como estaban con ellos; Nico venia en un speedo tipo bóxer color celeste y la misma camiseta negra de cuando lo vi antes, se notaba que había estado nadando antes de salir.
Mientras caminábamos por las desiertas playas Joseph se quejaba de verse obligado a pasar tiempo con su familia política, cuando llegamos a un pequeño monte, Nico paro de caminar, se veía algo temeroso.
– ¿En serio nos vamos a meter por ahí? ¿No es peligroso? No hay luces ni nada.
–Tranquil, es seguro, por aquí casi no viene nadie, y más adelante hay unas playas de las que casi nadie sabe.
Además, si le tienes miedo a la oscuridad podemos usar la linterna de los celulares –trate de calmar a Nico, pero como de costumbre este solo volteo a ver a su hermano mayor.
–Relájate baby, no vamos a dejar que te pase nada malo –le tomo de las manos y le beso la frente– además, allí vamos a tener el lugar para nosotros solos ¿no querías que te usáramos?
Nico agacho la mirada y se rio suavemente, siempre era así, cuando Nico no estaba seguro de algo buscaba a su hermano y sin importar que le dijera este, él siempre obedecía con gusto, fuese en el sexo o en situaciones como estas.
Tan pronto llegamos Joseph soltó su maleta, se quitó la camiseta y se metió al agua, Nico se rio.
– ¿y aquí si te metes? Pensaba que no te gustaba el mar –le gritó Nico entre sonrisas.
–No esta tan fría ¡ven, métete! –Le respondió Joseph, Nico se quitó la camiseta y se quedó unos segundos pensando, se mordió el labio inferior y esbozo una sonrisita, acto seguido se quitó también su traje de baño y salió hacia el encuentro con su hermano mientras la luna creciente iluminaba su sublime cuerpo desnudo.
Yo tendí un par de toallas, destapé una cerveza y los observé jugar y besarse en el agua, era bastante excitante verles de esa manera, Nico no tardo en intentar desnudar a su hermano, fue entonces cuando este lo cargo en brazos de vuelta a tierra.
Joseph dejo de pie a Nico y le dio una nalgada, y este vino hacia mí y comenzó a besarme intensamente durante unos momentos, ambos estábamos bastante excitados, cuando comencé a acariciar sus nalgas dejo de besarme y se sentó en mis piernas.
–ya no me duele, ¿será que si me puedan coger? –preguntó en un tierno hilo de voz.
–Déjame ver –le contesté.
Nico, apoyado sobre sus rodillas, posó su cabeza sobre el abdomen de su hermano quien yacía acostado a su izquierda, dejando su agujero a mi disposición, aun se notaba algo rojo pero nada más, ensalivé uno de mis dedos y lo empecé a pasar sobre su botón.
–Lo tengo muy cerrado, me va a doler… –Nico hizo una pausa, volteo a mirarme y con la voz más delicada que pudo prosiguió– ¿Me das un besito para q no me duela?
Me encantaba cuando se ponía así, rocé con mis labios su entrada y comencé a lamerlo por fuera y alrededor, Nico dejo escapar un suspiro, se empezó a relajar haciéndome más fácil penetrar su pequeño esfínter con mi lengua.
Joseph se arrodillo frente a su hermanito y saco su verga dándole golpecitos en la cara para que este la chupara, yo mientras empezaba a comer su culo con más ímpetu, metía mi lengua tan hondo como podía, la volvía a sacar, lo lubricaba por dentro y por fuera mientras el empezaba a soltar pequeños gemidos sin sacar el pene de su hermano de su boca, su esfínter no tardó mucho en volver a dilatarse, pasaba varias horas al día con algo dentro después de todo.
Joseph se sentó indicándole a su hermanito que cabalgara.
Este comenzó a sentarse sobre la dura verga de su hermano y poco a poco la devoró toda hasta la base con su pequeño y hambriento culo, mientras comenzaba a subir y a bajar yo me paré frente a él dándole mi verga para que la chupe.
Nico comenzó lamiendo mi glande, pasando su lengua por la parte de abajo, recorriendo de la base a la punta, cuando comenzó a devorarlo todo su hermano lo tomo de la cadera y empezó a aumentar el ritmo de la penetración, Nico saco mi pene de su boca y comenzó a gemir mientras me masturbaba, Joseph se detuvo y me dijo: Todo tuyo, solo te pido que acabes en su pecho.
Lo miré extrañado pero accedí mientras Joseph sacaba su pene del interior de su hermanito.
Nico se intentó poner de pie pero sus piernas le temblaban, lo agarre antes que callera, lo alce tomándolo por los costados del pecho, él se agarró a mí con brazos y piernas en un abrazo y empecé a penetrarlo estando de pie, su culo como de costumbre no puso ninguna resistencia, comencé a meter y a sacarlo suavemente mientras sentía tu tibio cuerpo y escuchaba sus suaves gemidos en mi oído, su boca busco la mía y se fundieron en un profundo beso.
Me arrodillé y lo acosté sobe la toalla, comencé a clavar mi pene tan profundo como podía, bombeaba cada vez más rápido hasta que el movimiento nos hacía imposible seguir besándonos, separe mis labios de los suyos y empecé a penetrarlo arrebatadamente, Nico no se contuvo y comenzó a gemir.
Me calentaba mucho verlo así; como en trance disfrutando de mi verga.
Aceleré el ritmo de mis embestidas, y cuando sentía que estaba a punto de correrme, saque mi pene y comencé a masturbarme sobre su pecho, Joseph hizo lo mismo sobre su cara, ambos nos corrimos sobre él, dejamos su pequeño cuerpo recubierto con nuestra abundante leche.
Nico estuvo un buen rato tirado sobre la toalla mientras recuperaba el aliento.
Se limpió el semen que le había caído sobre los parpados.
– ¿y esto por qué fue? –dijo entre risas mientras señalaba el semen sobre su cuerpo.
–Bueno, ya que no pude traer la correa para pasearte en cuatro por la playa, esto es lo que se me ocurrió –contesto Joseph con naturalidad mientras empezaba a recoger todo lo que habíamos traído.
– ¿Lo vas a hacer caminar así hasta la cabaña? –pregunté.
Nico solo sonrío y tomo a su hermano de la mano.
–Bueno la playa estaba vacía camino acá y si alguien viene solo basta con que se meta al mar y se limpie ¿no? –Indicó Joseph mientras le entregaba en la mano la ropa interior a Nico– solo te la pones en el mar cuando alguien venga, ¿ok?
Y así fue, caminamos más de quince minutos sin toparnos con nadie.
Nico completamente desnudo, su rostro y torso lleno de semen y él se veía bastante feliz al respecto.
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