Pillado en la Oficina
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi experiencia cogiéndome a otros tipos era escasa, en el liceo un compañero gay que de vez en cuando, se las ingeniaba para mamarme la verga en el baño del liceo y un par de veces en la casa, que él fue a hacer un trabajo de química, y yo experimente mi primera penetración gay, lo cierto es que me gusta y disfruto mucho del sexo, pero me inclino más por las mujeres, aunque, si un buen jovencito me ofrece un buen culito y una buena mamada, la verdad es que no lo pelo.
Bueno esta historia sucedió en la Oficina, era la hora del mediodía y en esa oportunidad no salí a almorzar fuera, por lo que me encontraba solo en la oficina, cuando de repente tocan el timbre, yo pensando que era uno de los tres compañeros de trabajo, abro la puerta, y lo que me encuentro es un joven como unos 19 años, delgado y muy alto, de piel blanca y cabello negro muy oscuro, un cabello un tanto largo que le caía sobre la cara. Le pido disculpa y le digo que en este momento no estábamos atendiendo público ya que era la hora de almuerzo y no estaba el personal, y le pregunte que si buscaba a uno de los abogados en particular.
Él con una voz triste me pidió por favor que lo dispensara por haber venido al medio día, pero es que necesitaba una consulta legal, que le había costado mucho decidirse a plantear lo que le había pasado y que le urgía mucho saber si podía defenderse de alguna manera de la situación que le había pasado. Luego de esta suplica hecha justo en la puerta de la oficina, la verdad es que me conmovió, la tristeza y la insistencia de aquel muchacho y lo deje pasar, le ofrecí asiento delante del escritorio, lo cual acepto, haciendo lo propio, igualmente le pregunte si quería café o agua, a lo cual me pidió por favor si le podía dar un vaso con agua.
Colocando el vaso con agua, frente a él encima del escritorio, me senté en la silla principal, y le pedí que se tranquilizara y me contara que era lo que le había sucedido para ver si realmente podríamos hacer algo en materia legal para ayudarlo. El joven titubeo un poco, pero luego de tomar un largo suspiro comenzó a relatarme una historia que había sucedido según él, hace una semana atrás, resulta que una noche se encontraba paseando por un conocido centro comercial de la cuidad Capital, y se dio cuenta de que lo venía siguiendo un señor, que él, no describió muy bien, pero que le hacía gestos y miradas muy insinuantes, él aunque muy nervioso, continuo caminando sin dejar de voltear de vez en cuando y mirarlo, el juego no le parecía desagradable, y según él, aunque le daba miedo esta situación, no dejaba de excitarle, luego de varias miradas, al pasar frente al pasillo que conduce a los baños, no lo pensó y se metió, había poca gente y se puso a orinar, el caballero se colocó a un lado de él y se puso orinar también, me cuenta, que ambos tuvieron en pocos minutos una erección, y al no aguantar las ganas ambos sin darse cuenta ya se encontraban masturbándose. Yo que no aguanto dos pedidas, al escuchar la historia que estaba relatando el joven, no podía impedir que el huevo se me estuviera parando, y aunque hacia un gran esfuerzo por mantener el profesionalismo, al imaginarme la situación, todo lo que iba sucediendo, trate de bajar mi mirada no se fuera a dar cuenta el joven de lo que estaba provocando su historia en mí, pero la parazón pudo más y no tuve otra sino que bajar mi mano y acomodar a mi prisionero que al estarce parando encorvado dentro del pantalón un poco ajustado me causaba molestia, dos o tres veces tuve que repetir la operación y al escritorio ser de vidrio su parte superior, el joven se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, además que ya era como evidente pues se marcaba demasiado mis 19 cms, dentro de ese pantalón, trate de disimular lo más posible, pero a él como que también le estaba pasando lo mismo, ya que sin quitarme la mirada de mis ojos se acomodaba también su miembro, él joven luego de una corta pausa continuo con su relato, diciendo que luego de estarse masturbando juntos por un tiempo, la erección era tal, que les costaba mucho disimularla ante los demás, por lo que decidió meterse en el wáter que quedaba justo al frente dejando la puerta abierta para poder seguir viendo al señor que se masturbaba en frente de él, que quedó sorprendido cuando el señor sin guardarse su huevo totalmente erecto aprovecho una oportunidad que el baño estaba solo y se metió en el mismo wáter, cerrando la puerta.
Explico que estaba muy nervioso por lo que estaba sucediendo pero que igual no pudo parar, que el señor lo comenzó a dominar y comenzó hacerle sexo en ese momento. Yo lo interrumpí y le explique que para efectos del análisis de todos los hechos era necesario que me explicara con detalle todos lo sucedido, a lo que él dijo – con detalles doctor, – sin por favor con todo los detalles que recuerde, ya que eso es muy importante para el caso. A todas estás el café que había montado ya estaba listo e instintivamente me paré a servirme una taza, no se fuera a derramar, sin acordarme de la parazón de guevo que tenía, o mejor dicho cuando me di cuenta ya era tarde, y tuve que pasar frente a él con esa carpa armada, cosa que al joven parecía no disgustarle, ya que no me quito la vista de encima de mi entrepiernas en todo el recorrido y cuando ya había puesto mi taza de café en el escritorio y me disponía a sentarme me pidió que por favor si le podía servir una taza para él, cosa que hice y justo cuando estaba cerca de él colocando su taza se le cayó una libreta y al agacharse a recogerla rozo mi verga que ya estaba rogando que lo sacaran de ahí.
Yo disimule y trate de sentarme nuevamente, el prosiguió con su historia, y cuando estaba narrando como el tipo lo puso a mamar y después lo puso de espalda en cuclillas encima de la posceta, ofreciéndole una mirada perfecta de su culo abiertico imagine yo, el tipo lo penetro con tal fuerza, causándole tanto dolor que el no pudo hacer otra cosa que gritar de tal forma, que se dieron cuenta que un vigilante y un policía, le tocaban la puerta y le pedían que la abrieran, en eso de un empujón , la abrieron y pudieron ver, que el señor se lo estaba cogiendo. El joven no aguanto y soltó algunas lágrimas antes de decirme que ahora lo estaban acusando de actos lascivos en un lugar público o algo así, y que no sabía qué hacer y tenía demasiado miedo, ahí comenzó a llorar, desconsoladamente, por lo que no tuve otra que pararme y al intentar acercarme a él y pasarle un vaso con agua, él aún sentado, me abrazo por la cadera por lo que mi miembro le chocaba en la cara, así estuvo un corto tiempo hasta que, se tranquilizó y yo le dije que el bufete le iba a prestar toda la ayuda que fuese necesaria, que tranquilo, pero el continuaba abrazado, y yo no aguante y comencé a frotarle el huevo por encima del pantalón y con fuerza, por toda su cara, hasta que el mismo me bajo el cierre y apartó el interior saliendo mis guevo como desesperado y la cabeza le pego en el ojo derramándole cerca de la ceja un poco de líquido preseminal, él lo agarro con gran ternura y se lo metió a la boca como nadie, primero se dedicó a mamar solo la cabecita, yo se lo sacaba y le daba golpecitos con ella en sus cachetes todavía llenos de lágrimas, yo estaba tan excitado que no hallaba que hacer, lo agarraba con mis dos manos, por cada oreja y se lo clavaba hasta el fondo y el tosiendo se lo trataba de sacar y así estábamos, en una de esa se ahogó, comenzó a toser, yo aproveche para quitarme la camisa me baje totalmente los pantalones, el cómo pudo se quitó la camisa también, y aflojo sus pantalones sin llegar a quitárselo del todo, y se sentó de nuevo y continuo con su tarea, yo en un movimiento de meter y sacar, primero lento y luego tan rápido que tuve que para por temor a no echarle de una vez toda esa leche en la boca, se estaba lamiendo la cabeza, como una barquilla cuando de repente tocaron a la puerta, yo sin saber que hacer tumbe de un movimiento brusco un porta lápices, y el que tocaba la puerta que era el motorizado de la oficina dijo – doctor habrá soy yo José. Me coloque los pantalones lo más rápido que pude, medio ajuste la camisa, el joven se metió al baño y yo con una cara de nervios que él motorizado noto enseguida, abrí la puerta José paso, y vio la puerta del baño que estaba medio abierta y luego se dio cuenta de la carpa que yo tenía montada, vio que la puerta estaba medio abierta, el joven salió y todo era tan evidente que, José sin pelos en la lengua dijo- tranquilos síganle dando no hay rollo, yo me agarre el guevo y mire al joven con mirada de interrogación,
la excitación del joven no le permitía tomar otra decisión, se agacho me quito nuevamente el pantalón y se puso a mamar con más furia que antes, José sorprendido se quedó mirando y al poco rato, ya estaba con los pantalones abajo y haciendo la paja, tenía un guevo no tan largo como el mío pero demasiado grueso y con una cabeza de guevo, rosada y el doble de grueso de lo que tenía el miembro. Agarro al joven por la cintura, y al poco rato ya le tenía los pantalones abajo y se lo estaba maraqueando, rozándole el palo por todas las nalgas y por el huequito del culo, mientras el joven seguía tragándose mi erecto guevo como si no iba tener tiempo de mamarse otro, yo le apretaba lo agarraba por la cabeza y lo ponía a becerrear hasta hacerlo toser de lo profundo que se lo metía, cuando de repente pego un grito, que sin coba, casi se me sale el corazón del susto, José se lo había enterrado, todo en ese culo de una vez, produciéndole un inmenso dolor, que por un ratico no pudo ni seguir mamando,
José se movía con todas las fuerzas, yo intentaba metérselo en la boca nuevamente pero el muchacho estaba como ido, fuera de sí, José miro al techo y se le noto que estaba era acabando, se incorporó se lo saco y me dijo le toca a usted, doctor, yo me puse en frente de ese culo, pero todo estaba lleno de leche de José, la espalda, las nalgas, y cuando se lo abrí, vi que del huequito de ese culo rosadito le seguí saliendo leche, a principio me dio paja, yo nunca me había llenado el guevo con leche de otro hombre, José me dijo dale que ya lo tengo mamando de nuevo, me envalentone me lubrique el palo con el resto de la leche que José le había echado en las nalgas y la que le salía del culo y cuando se lo metí, aquello fue una delicia, nunca me había cogido un culo tan estrecho y tan mojadito como ese, se lo metía y lo sacaba y no aguante mucho, la excitación era al máximo me corrí en seguida. Aquella tarde, fue realmente la mejor cogida que le había dado a un hombre y a José como que también le gusto porque siempre bromeaba diciendo – colle doctor tiene tiempo que no viene ningún muchachito para acá.
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