Pintor con atributos eróticos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace dos años me entregan las llaves de un apartamento para refaccionar por completo, como es mi costumbre llevo a Carlos un pintor que conozco hace mucho tiempo y que tiene pasión por el fútbol
El casado y yo también, con una diferencia de 20 años, el 30 yo 50.
Realmente siempre tuve la fantasía depensar que pasaría si tuviera una experiencia sexual con un hombre, y no es que no me gusten las mujeres, para nada!, pero creo que a veces romper con una rutina genera una libido y un nivel de destosterona diferente a lo normal. Decía que estábamos en el apartamento donde comencé a tomar medidas para su replanteo y me encuantro con que estaba aún equipado con algunos muebles, en uno de los dormitorios una cama matrimonial con dos mesas de luz y en el otro dormitorio yna camilla como de masajes, y pensé: esto es curioso y Carlos me dice acá funcionaba una casa de masajes, mirá acá lo que hay, en un placard una caja con cremas de masaje, lubricantes y preservativos de todos los colores… ja! me dice con una sonrisa que me cautivó por su impecable blancura y perfección, esto es para hacerse una fiesta!!, sí dije mirandolo fijo a los ojos, sé que el color de mis ojos y mi mirada, cautivan a cualquiera y ví en su mirada profunda que no sacaba sus ojos de los míos, y su respiración empezó a acelerarse y poco a poco nos fuimos acercando sin quitarnos la mirada de encima. Comprendí que el también sentía un atractivo extraño que lo intrigaba, tampoco él había tenido experiencia alguna con hombres, nuestros cuerpos se juntaron y tuve una irresistible tentación de tocarle el culo, ya que lo tenía bien conformado y duro, fue como acariciar un a estatua de mármol perfecta, nuestros miembros erectos se rozaban a traves de la ropa, y todo fue muy lento, sus brazos rodeándome y fuerza y la mía presionando nuestros pubis para sentir esos viriles miembros erectos. Le sugería que la camilla podría ser un buen comienzo si me dejaba que le hiciera masajes, accedió de inmediato entre divertido y entregado, se quitó la ropa y quedó en ropa interior, como con cierto pudor, le pedí que se colocara boca abajo mientras buscaba la crema de masajes.
Su espalda era imponente, muscolosa y de piel oscura, lampiña totalmente… comencé mi tarea de aplicarle crema y comenzar con masajes, para lo cual soy bastante bueno, los hombros el cuello, la columna, y poco apoco fui bajando hasta llegar a sus nalgas, le quité el boxer y pude ver en todo su esplendor ese cuerpo maravilloso, mis manos iban deslizándose en ese cuerpo encremado y sus por sus movimientos intuí que quería algo mas profundo, comence a masajear sus piernas, que eran como dos masas de músculo en reposo y suavemente mis dedos fueron buscando su ano. Mi pene reventaba de erecto como pocas veces lo sentí, y su mano de pronto me lo toco y lo acarició y creí que acabaría en ese instante, pero continué con mi tarea y de a poco fue levantando el culo hasta aparecieron dos bolas de un tamaño considerable, tomé su pene y lo puse hacia atrás, no puedo decir que era un pene grande solo de buen diámetro pero entre normal a corto diría, pero como una roca de duro. bajé mis pantalones hasta quitármelos, abrí mi camisa , el mismo se acomodó para que lo penetrara, me puse un preservativo un poco de lubricante en su ano, haciéndo pequeñas entradas con mis dedos para que aflojara y se relajara y comencé una penetración suave y constante, con movimientos rítimicos y pausados para prolongar lo mas posible ese momento, creo que al penetrarlo por completo me terminó de presionar con sus piernas mis nalgas y sentí un estallido de placer como hacía mucho tiempo no sentía. tomé su pene erecto y comencé a frotarlo para que llegara a un orgasmo también, pero me miró con esos ojos picaros y y en un movimiento certero me puso boca a bajo en la camilla con mis piernas colgando, tomó el lubricante y me embadurnó el culo y la espalda, comenzó a frotarme y empecé a sentir que su pene se arrimaba a mi ano en un juego de pasar por él pero no penetrarme, luego con su mano comenzó a pasarmela despacio hasta que sentí un dedo dentro, suavemnete fue entrando y saliendo y con la otra mano tomaba mi pene que nuevamente empezaba a erectarse
Sentía que su lengua me lamía el ano y jugaba también con el, que increíble sensación!!! después de un interminable jugueteo con su lengua y sus dedos sentí su cuerpo sobre mí con todo su peso y su pene entrandome con bastante ímpetu, el dolor me produjo una sensación que jamás había tenido, y su cuerpo me presionaba contra la camilla en un rítmico bamboleo. Terminamos ambos en la cama de la otra pieza acariciándonos suavemente como recorriendo cada palmo de nuestro cuerpo, ambos terminamos exhaustos, eran las ya las 5 de la tarde y habíamos pasado mas de dos horas en este juego sexual y viril, nos bañamos juntos, yo le enjaboné su cuerpo y me tenté al ver su pene erecto nuevamente y comencé a chupárselo tomándole las bolas con las mano hasta que sentí que su leche corría por mi cara, él hizo lo mismo y que yó como para no quedar en desventaja y no privarse de mi pene.
Fue una tarde inolvidable y no quisimos hacer de esto una rutina, por lo que estamos esperando otra oportunidad para estar solos en alguna situación y hacerlo nuevamente. Esta abstinencia nos lleva a no cometer el error de hacer de esto una cosa rutinaria, cada cual sigue con su vida, de hecho me comentó que las relaciones con su esposa han mejorado, y por mi parte he tenido los mejores orgasmos con mi mujer como nunca antes en 20 años de casados.
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