Pipiripi
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Por la década de los ochenta, yo tenia la costumbre de ir al río las tardes de vacaciones escolares a jugar con mis amigos en compañía de mi hermano Jair que es mayor con cinco años, en ese tiempo, era muy engreído e inquieto, siempre me gustaba trampolinear y fondearme en lo hondo del río, allí fue que conocí a Pipiripi, un chico que vendía pan cuando su canasto quedaba vacío se unia a nosotros a bañarse con otro grupo de panaderos y lustrabotas, para ellos era natural bañarse desnudos, se podía ver una galería de pichas desde la más pequeña hasta la más grande que era la de Pipiripi, su nombre es José, su apodo se debe a que es tartamudo y los adultos que le compraban el pan lo bromeaban por su nombre y su pichota.
El tiempo transcurría y yo ya tenia libertad de ir solo al río a jugar con mis amiguitos, con las piedritas a hacer caminitos, nos lanzábamos arena y jugábamos en el agua para quitárnosla.
En aquella ocasión, estaba jugando solo con Rodolfo un amiguito, allí se aparece Pipiripi con dos amiguitos: Luis y Altemar, empiezan a jugar a las topadas nos invitan y en el acto del juego Pipiripi me abraza por detrás me baja el short y me roza por primera vez su picha en mi orto a tal punto que me gustó como le hacia, por un buen rato me quede estático, sin reaccionar, la picha rozaba todas mis nalgas, no me soltaba, me acomodó dentro del agua con la intención de meterme la picha en mi orto virgen, como el tiempo pasaba, ya se sentía delatarse por los demás que lo quedaban viendo de lo que me estaba haciendo y me empujó para adelante, salí a la orilla con mi amiguito que me dijo en la oreja que le habián jalado su picha y metido el dedo en su culito dentro del agua.
Ellos también salieron a sentarse sobre las piedras de la orilla, nos miraban sonrientes libidinosos estirándose la picha y diciendo que las tomemos, les lanzamos graciosamente lodo y piedritas y se escondián detrás del monte creo que buscaron ese pretexto para esconderse por buen tiempo, nos escabullimos y a lo lejos vimos en el monte a Pipiripi desnudo montado sobre el culo de Luis dándole picha, Altemar los miraba orinado y estirándose la picha, Pipiripi era el más viejo del grupo solo él tenia pelos en su picha, al rato botó leche sobre las nalgas de su amigo Altemar, viendo eso, llegó a mi mente la escena de hace años siendo pequeño cuando sorprendi a mi primo Alberto montado sobre el cuerpito de mi hermano Jair, muy desnudos en la bodega del taller de madera, mi hermano se levantó teniendo leche las nalgas y mi primo se las limpió con el mismo trapo con el que se limpió la picha. Voltearon a verme, me miraron sorprendidos, pero nunca hablé de ese tema con nadie, me pidieron que sea nuestro secreto.
Me despavilé, corri con mi amiguito a nuestra orilla a seguir jugando en la arena, al ratito salieron los tres del monte, el único triste cabizbajo era Luis porque Pipiripi y Altemar salian algo contentos, crei que el culiado había sido Luis, los tres se pusieron a jugar en el agua y al rato vimos contento a Luis que se le montaba en movimiento de culeada a los dos que se dejaban.
Una tarde que estaba ayudando en el taller de aserrio mis amiguitos Rodolfo y Domingo se acercaron para invitarme a jugar al rio, llevaban boyas infladas, mi papá me dio permiso no me acompañó mi hermano porque tenia que dejar madera y que si podía luego me alcanzaría, les dije a mis amiguitos que se adelantaran porque iba a dejar limpiando el taller.
Cuando llegué al río sólo vi a Pipiripi bañándose, le pregunté por mis amiguitos y me dijo que recién salieron con las boyas río abajo que se demorarán tal vez una hora o más en retornar, me senté en la orilla, me quedé solo en short, me sambulli y Pipiripi me toma de la cintura, estábamos solo los dos, me baja el short y me vuelve a sobar la picha en mi orto pero esta vez con más presión, me puso cara cara, me tomó de la cintura con los brazos apretando nuestras pichas haciendo movimientos rápidos que a mi picha le causaban placer, las manos recorría mis nalgas, las pasó por mi picha y me la hacia estirar, nuestros pechos pegados nuestras pichas también, pegó su boca a mi oreja y dijo que culiemos, yo movi mis caderas y mi picha contra él para culiarlo, nos acercábamos a la orilla y él se posó sobre la arena, allí en algo duro pudimos hacerlo mejor, no me soltaba de las caderas, yo estaba boca arriba y me decía que siguiera haciéndolo, vi cómo cerraba sus ojos de placer, se estiraba la picha, la levantaba sobre el agua apareciendo bien parada, su cuerpo flotaba en el agua y se veía su pichota bien parada, era delicioso verlo, cada vez que me acuerdo de eso lo deseo como a un loco.
Se acercó a mi y me deje que me estirara la pichita, me dijo que mis amigos se acercaban pronto y se le ocurrió que nos fueramos al monte para escondernos y sorprenderlos causándoles sustos lanzándoles lodo y piedras. Estando en el monte no venían mis amigos, yo estaba en cuclillas a mi lado estaba Pipiripi con su verga que le arrastraba, los pelos de picha estaban sucios de arena, yo ya me disponía a salir cuando de un agarrón me lanzó a la arena me dijo que ya venían me llevó mi espalda a su pecho, los dos mirábamos hacia el rio a mis mamigos pero al mismo tiempo sentía que me estaba dando picha por el orto, no me dejó lanzarles piedras, me dijo que me quede quieto me puso boca abajo y se puso encima mio me dijo que nome mueva porque nos estaban viendo, era mentira, sentí su cabeza de picha que me lo metia en el orto, me dijo que no me moviera que sintiera rico pero yo sentía molestia quería quitármelo de encima pero no podía, mientras más seguía, más placer sentía, me deje relajar por sus movimientos y creo que me la metió un poquito porque algo me dolió, vi a mis amigos lanzarse al agua, quise alcanzarlos pero me sujetó, nos viramos ahora yo estaba sobre él, nuestras pichas se sobaban, me puso boca arriba, me hizo abrir de piernas pegó nuestras pichas y al momento de seguir haciéndolo deliciosamente vi que le salía semen de su picha, me levantó, salimos al río y vi a mis amiguitos que seguían río abajo, me senté sobre una piedra a limpiarme esa cosa pegajosa que me había dejado Pipiripi, me dice que ya regresaba, al rato vino con dos carritos y nos pusimos a jugar en la arena, estaba muy feliz, me dijo que tenia muchos carritos como esos de metal, me preguntó si me gustaba el carrito que tenia, asentí, me dijo que si lo quería que me dejara culiar en el monte le dije que si y cuando ya nos íbamos a meter al monte río abajo, entonces aparece mi hermano con dos amigos grandes a bañarse, Pipiripi estuvo un rato conmigo jugando y luego se fue llevándose los carritos, al irse me dijo que no iba a vender pan y que mañana venga temprano a jugar y me regalaba un carrito asi que acepté.
Al día siguiente llegué al río después del almuerzo con el permiso de mi mamá que lo conseguí de tanto rogarle y hacer las tareas de limpieza, Pipiripi salió de un camino de los tantos que dan al río, creo que me estaba esperando, me dijo si estaba solo y yo asentí, llevaba los dos carritos en su cintura, durante el trayecto me iba manoseando el orto, por dentro de mi ropa, nos quedamos en short, aprovechaba en sobarme el orto vestido cuando estaba de espaldas de él en cuclillas, su picha estaba bien larga y no dejaba de pajearse, me preguntó si quería su carrito como regalo yo le dije que si, pero después me dijo que me iba a dar los dos si me dejaba hacer todo lo que hacen los hombres a las mujeres, que yo sería su mujer, total, me gustaba lo que me hacía, yo no entendía mucho lo que me decía de eso pero como quería esos dos carritos acepté sin protestar.
Nos metimos al monte en lo que estaba parado me bajó el short a los tobillos, alcé mis pies para liberarme del short, estiró mi picha desnuda y con su otra mano se estiraba la suya sentí rico y se me paró, dobló sus rodillas a cierta altura para unir nuestras pichas y sobarlas me dio la vuelta y su picha topaba mis nalgas mi orto estaba siendo penetrado y me hice hacia adelante, me acostó de espaldas sobre la arena y desde allí veía al monte que nos rodeaba como cortina, me sentía seguro que no nos descubrieran, estábamos un poco lejos del río, vi que abrió sus labios con intención de besarme yo no quería pero me hizo acuerdo de mi promesa, me dejé chupar los labios y las mejillas, me dijo que yo era rico para culiar que mi picha y culo eran ricos, me besó la barbilla y la pancita y sentí rico cuando abrió su boca y me chupó la pichita, me alzó un poquito de la cadera para limpiarme algo mis nalgas y procedió a besarlas igual que la cueva del orto, me hizo agitar del placer, volvió a chuparme la pichita y yo abría más mis piernas, se acostó de espladas junto a mi y me dijo que se la chupara, me levanté me puse de rodillas, bajé mi carita en dirección a su pichota, abri mis labios y empecé por besarla, me dijo que abriera más mi boca y que me la meta, me daba gusto mamarsela con dificultad y verlo estremecerse de placer en la arena, me pegaba en los brazos cuando torpemente al mamársela la apretaba suavemente con mis dientes.
Se incorporó, se agachó un poco para besarme y decirme que era su mujer, algo me incomodaba eso, pero me gustaba lo que me hacía hasta ahora, no esperó mucho para doblarme y ponerme en cuatro patas, sentí en mi orto la saliva de Pipiripi, uno y dos dedos entraron incomodándome, me dijo que me tranquilice que no me moviera que iba a ser suyo, pasó la picha por mis labios y se puso detrás metiéndola despacito con suavidad en cada entrada yo pujaba, no soportaba estar apoyado con mis brazos sobre la arena y mis rodillas me molestaban y me acosté sobre la arena, me abrió las piernas y me lo volvió a meter poquito a poquito, apretaba con las manos la arena, levantaba polvo por cada puje que hacía, de arriba él me decía ya casi ya casi, llegó el momento en que le pedí que me dejara, me la sacó para descansar un poco y de nuevo me la volvió a meter yo ya sudaba y sentía también el sudor de Pipiripi en mi espalda, tenia agarrada mis manos con las de él, el mete y saca se hacía suavemente hasta que sentí un dolor muy fuerte y lloré desesperadamente, sentí algo feo, toda la picha de Pipiripí estaba dentro de mi orto, le dije deseperado que me sacara y lo hizo despacito, me zafé de él a sentarme en unas hojas con pedacitos de cortezas de madera, fente a mi lo veía que se limpiaba su picha descubierta con los dedos, se pajeó tanto delante mio que botó semen cayendo cerca de mis pies era tremendo chisguete, estaba impresionado de cómo esa cabezota de pichota había entrado en mi orto, yo no podía moverme de la molestia y del susto de mi primera experiencia con mi orto, Pipiripi se portó dulce y me ayudó a caminar dificultosamente al rio para lavarme, me chorreaba por las piernas un liquido algo rojo, me asusté mucho, pese a que me ardia el culo me dejé que me limpiara, me puso su saliva en el culo, me preguntaba si ya me estaba pasando y yo asentía.
Llegaron al rato unos amigos de mi hermano a bañarse, me dijeron que porque estaba triste les dije que un animal me asustó, de vez en cuando Pipiripi algo asustado se acercaba a preguntarme si estaba bien, yo le decía que ya estaba pasando, me fui al monte con el deseo de defecar pero no podía, a la tercera vez lo hice con ardencia y fui al rio a lavarme el orto.
Llegué a casa con mis dos carritos, pasé el resto de la trade y toda la noche acostado en mi cama sumido en pensamientos pasándome los dedos por el orto que lo sentía tibio, de reojo me miraba en el espejo y lo veía rojo, eso que me hizo impactó mi vida, mi ánimo estuvo asi de pausado por unas semanas, en mi casa me preguntaron por qué estaba así y les dije que me había espantado una culebra en el rio, me curaron del susto y con el tiempo me reanimé y no me dejaron ir al río. Al tiempo yo estaba en e taller y mi papá llama a comprale pan a Pipiripi mi primera impresión es la de recelo, nos saludamos sonrientes sin rencores aunque sentía vergüenza de lo que me había hecho.
Pasaron algunos meses y volvi a ir al río en las nuevas vaciones escolares con mis amiguitos, allí estaba Pipiripi muy juguetón con sus amiguitos y se acerca a invitarme a jugar a las topadas, saliendo del río me dijo que fueramos a su casa para darme algo, era un carrito que me regalaba, me dijo que estaba solo y que culiaramos rapidito para evitar sospechas de los amiguitos que jugaban trompos en la calle, al principio no quería porque estaba algo mojado y también por recelo a que doliera, pero de tanto convencerme que me regalaría también soldaditos me deje acostar sobre su cama, me prometió que me lo iba a hacer rapidito, me bajó el short y me metió la verga yo me movia evitando que me la metiera pero al sentir como me entraba no sentía mucho dolor pero si gran placer que me hizo relajar y no me movi dejando trabajar la picha de Pipiripi, le decía que ya, pese a que no me dolia mucho quería que me soltara, me dio la vuelta, me chupo la pichita sentí gran placer, unimos las pichas moveindolas rápidamente hasta que vi salir su semen que caia en mi pancita, nos levantamos y corrimos a asearnos y salir a jugar con los amiguitos.
Pasó un buen tiempo en que fui suyo, me convirtió en lo que soy ahora un ser que desea sexo de su mismo tipo, me despertó mi instinto por el sexo, desde mi pubertad se me despertó más el deseo de hacer sexo con chicos de mi edad y he tenido muchos amores como Pipiripi que son difíciles de olvidar.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!