PLACER EN EL RANCHO DE DAVID PART 13
Javier salió del cuarto y dejó a Manuelito ahí en la cama, Valeria al ver que los dos albañiles estaban listos para irse a trabajar, rápidamente les ofreció una taza de café. .
Javier estuvo todo el día distraído, como ido, Milton, el padre de Javier se dio cuenta de ello, por lo que, al finalizar el trabajo del día; platicaba con su hijo y en tono de broma dijo:
Milton: “te veo muy distraído, creo que ya extrañas la ciudad”
Javier: “si un poco, apenas me estoy adaptando aquí»
Él había mentido a su padre, en realidad estaba así, por lo que había sucedido en la mañana con aquel niño, no podía creer aun, lo que había sucedido y al ser ya de noche, le inquietaba lo que fuera a suceder nuevamente.
Cuando Javier entro al cuarto, no encontró a Manuelito, tuvo miedo de que el pequeño hubiera comentado algo de lo sucedido con su tío, por eso, con algo de angustia, se acostó en la cama para descansar; pero el pequeño, no llego a dormir esa noche.
Al día siguiente, los albañiles se fueron a trabajar, Javier vio a lo lejos que, Manuelito jugaba con los hijos del patrón; pero él seguía aun con algo de duda y temor, por lo que había sucedido, Javier buscaba el momento oportuno para hablar con el niño, necesitaba preguntarle lo que había pasado.
Pero ese día por más que intento hablar con el niño, no pudo, ahora solo hacía falta esperar que sucedía, cerca del medio terminaron el trabajo, Javier se vistió lo más rápido posible y cuando estuvo listo, fue con su padre, el cual lo esperaba para partir a casa.
Alex al ver que los dos viajarían caminando a la ciudad, amablemente les ofreció su motocicleta, pues así, ellos llegarían pronto y no tendrían que caminar, ambos dudaron un momento, pero Javier se hizo responsable de cuidar aquel medio de transporte.
Así fue como ellos partieron a la ciudad, en cuanto llegaron a la ciudad, Javier se bañó rápidamente, se visto con playera y jeans, se puso una rica loción e inmediatamente partió a casa de su prometida, ese día aquel hombre, le hizo el amor a su novia varias veces, aunque por momentos, su mente lo traicionaba con la imagen del culito de Manuelito.
Por alguna razón, Javier no dejaba pensar en Manuelito, los actos que este niño hizo, no eran correctos, pues cayo en cuenta, que toda la semana el niño había tocado su miembro durante las noches; Javier había disfrutado cogerse a su novia, pero su verga aún seguía dura y ahora, ya sabía la razón.
En la mañana del lunes, Javier regreso con su papa al trabajo, después de 2 horas de camino, llegaron al rancho de David, dejaron sus cosas en sus respectivos cuartos y después, fueron directo a continuar con la obra en construcción.
Entrada la noche, Javier descansaba con su padre, entonces vieron que llegaba Alex, el cual había matado un par de conejos y algunas palomas, Alex se rio un poco, mirando a aquellos hombres dijo, que no había tenido mucha suerte, pero que para la próxima cazaría un siervo; Javier pregunto si podía ir acompañarlo de casería, Alex respondió que sí y que irían en 2 días.
La conversación continuo sobre el tema de la cacería, Manuelito no quiso estar presente, pues le parecido algo aburrido, así que se fue a su cuarto a dormir y antes de acostarse, se quitó toda la ropa, pues esa noche compartiría nuevamente la cama con Javier.
Manuelito se quitó su trusita, humedeció sus deditos con su propia saliva, luego los fue metiendo uno a uno en su culito; cerro sus ojos e imagino que era el pene de Javier, que entraba en él, escupió más saliva en sus dedos y así estuvo jugando con su culito bajo la sabana, por un buen rato.
Más tarde, Javier entro al cuarto sin avisar, Manuelito apenas pudo reaccionar, el veía atento, como Javier se empezaba a desvestir, se quitó la playera, después el pantalón, él se quedó únicamente con una trusa color vino y cuando apago la luz, Manuelito le dio la espalda, Javier se acostó a su lado, luego se tapó con la misma sabana.
Había un total silencio, ambos podían percibir sus respiraciones y entonces, Manuelito se movió hacia atrás, donde pego su pequeño trasero al paquete de aquel hombre, Javier empujo su cintura hacia adelante y ahí fue, donde agarro al pequeño por la cintura.
La mano de Javier hizo contacto con la suave piel de Manuelito, él se dio cuenta, que el niño estaba completamente desnudo; entonces Javier tuvo la mejor de las ideas, se apartó del pequeño, se bajó de la cama y prendió la luz, Manuelito giro la cabeza para ver lo que sucedía, entonces escucho.
Javier: ¿quieres jugar con mi celular?
Manuelito: ¡siiii, por favor!
Javier busco entre sus cosas, saco el celular, luego camino hacia la cama, donde se metió entre las sabanas e inmediatamente, pego su cuerpo a Manuelito, le quito el celular para ponerle uno de los juegos y después se lo entrego, para este momento, las nalguitas de Manuelito estaban acomodadas en su entrepierna.
Manuelito empezó a jugar en el teléfono, mientras tanto, el gran paquete de Javier había despertado completamente, por lo cual, esa pequeña ropa interior no pudo contener aquel enorme miembro erecto y se salió por la parte de arriba del resorte de la trusa.
Aquel hombre sintió, como su gruesa verga se acomodaba entre sus suaves y tibias nalgas del niño; Manuelito al darse cuenta de lo que tenía entre sus nalguitas, empezó a mover su pequeño trasero y con cada movimiento, mortificaba aún más a Javier, el cual expulsaba abundante liquido pre seminal. “Entonces, la dulce voz de Manuelito lo hizo regresar a la realidad”
Manuelito: ¡lo puedes poner de nuevo, es que ya perdí!
Javier: ¡claro que sí! ¿te gusta este juego?
Manuelito: ¡siiii, me gusta jugarlo mucho!
Javier: ¿te puedo preguntar algo?
Manuelito: ¡sí!
Javier: ¿Por qué estás otra vez desnudito? (con voz entrecortada)
Manuelito: ¡es que me gusta dormir así! (mintió)
Javier: ¡ A mí también me gusta dormir así desnudo! (también mintió)
Manuelito: ¿De verdad?
Javier: ¡síiiiii! ¿Me dejas que me quite la trusa? “quiero dormir como tú”
Manuelito: ¡bueno, quítatelo! ¡Pero no vayas a decir nada a mi tío Alex!
Javier: ¡no diré nada, si tu no dices nada! “será nuestro secreto”
Sin salirse mucho de esa posición, Javier levanto un poco la cintura para bajar su trusa, luego con la ayuda de un pie, termino de quitarse la trusa, dejándola entre las sábanas y cuando estuvo totalmente desnudo, volvió abrazar de nuevo a Manuelito.
Javier: ¡manuelito, yo también quiero jugar!
Manuelito: ¿Me vas a quitar tu celular?
Javier: No, el celular, no ¡pero mi verga quiere jugar con tu culito! ¿me dejas?
Manuelito: ¡siii, yo juego con tu celular y tu juegas con mi culito!
la pequeña mano de Manuelito se metió entre ambos cuerpos, enseguida empezó a acariciar la gran mata de pelos de aquel pubis, luego prosiguió con aquellas grandes bolas; el pequeño nuevamente estaba analizando el terreno, pero esta vez era diferente, ahora aquel hombre estaba despierto y tenía toda su autorización para tocar su gruesa verga.
Javier: ¿Te gusta?
Manuelito: ¿Qué cosa?
Javier: ¡agarrar mi verga!
Manuelito: ¡sí, es grande y muy gruesa!
Javier: ¿si te gustaría sentir mi verga en tu culito?
Manuelito: ¡Siiiii, quiero sentir muy rico!
Javier: ¡Bueno, tu sigue jugando, que yo voy a tratar de meterla en tu culito!
Manuelito sintió la punta de esa verga en la entrada de su culito, por eso, empujo las nalguitas hacia atrás, en ese momento, Javier empujo la cintura hacia adelante y logro abrir aquel culito.
Manuelito: ¡aayyy, ahuuu!
Javier: ¿Qué paso papito?
Manuelito: ¡nada, es que ya se abrió mi culito! Jejeje
Javier: ¡sí y pronto te va entrar toda la cabecita! ¿quieres que siga?
Manuelito: ¡siii, pero métela despacito así no me duele tanto!
Javier dudo por un momento, Sabía que estaba mal lo que estaba haciendo con ese niño, pero ese pequeño lo había torturado toda una semana y al estar sintiendo aquellas pequeñas nalguitas, no pudo parar; además, Manuelito ya le había dado su consentimiento para continuar.
Con mucho cuidado y sin apuro, Javier siguió empujando su gruesa verga en el culito del pequeño, el sintió, como la punta de su verga iba avanzando en el interior del pequeño, aquel culito se sentía tan cálido y húmedo, que le daba a Javier con una sensación indescriptible.
Javier ya había logrado meter la cabeza de su verga, entonces continúo empujando, pues aún faltaban por entrar, muchos centímetros de su gruesa verga, pero aquel culito no cedía tan fácilmente, pues apenas se estaba adaptando al grosor de esa verga.
Aquel hombre continúo empujando, sacaba un poquito de su verga y luego volvía empujar suavemente, Javier sentía el culito de Manuelito demasiado apretado, el cual lo estaba haciendo sufrir y gozar al mismo tiempo.
Ante el constante roce, el morbo y la adrenalina, Javier no pudo retardar más su eyaculación, colocando su mano derecha en el vientre de Manuelito, lo apretó fuertemente y con este acto, empujo su cintura un poco fuerte.
Aquella gruesa verga entro un poco más, casi enseguida empezó a convulsionar, arrojando una buena cantidad de leche en ese culito tragón y Manuelito, solo abrió la boca grande, donde dejo escapar un leve gemido.
Manuelito: mmmmmmm (con la boca y los ojos bien abiertos)
Javier: aaaaaaahhhhh ¡que rico papito! aaaaaahhhhhh ¡ya te di tu lechita!
Manuelito: ¡siiii, ya sentí calientito dentro de mí! Mmmmmm
aquella rica cogida con mucha adrenalina ya había terminado, Javier sentía super caliente el interior de aquel pequeño culito, seguramente pensó que era por la fricción del mete y saca, pero en realidad el culito del pequeño siempre estaba así.
Javier solo había logrado meter 6 centímetros de su gruesa verga, pero con eso se dio por bien servido, pues apenas iniciaban sus encuentros sexuales, además, ese niño dormiría con él todas las noches, hasta que concluyera el trabajo de la construcción.
Javier: ¿te gusto? (susurrando en el oído del pequeño)
Manuelito: ¡sí, me gusta cuando me cogen y me dan lechita!
Javier: ¿entonces no es la primera verga que te coge?
Manuelito: ¡no, jejejej!
Javier: ¡ahora sé porque me agarrabas la verga todas las noches! ¿Quién te coge?
Manuelito: ¡no te lo puedo decir porque es un secreto, además se van enojar!
Javier: ¿y yo te puedo seguir dando mi lechita?
Manuelito: ¡siiiii, pero me tienes que dejar jugar con tu celular!
Javier: ¡por supuesto pequeño, eso ni lo dudes! ¿quieres que te la saque?
Manuelito: ¡nooooo!
Javier: ¡está bien, así te vas a costumbrando a mi verga!
Aquel hombre había hecho las preguntas que creyó necesarias y con las respuestas del niño, Javier se dio cuenta que no lo delataría, así el seguiría disfrutando de aquel rico culito.
Sin moverse de esa posición, Javier se pegó más al cuerpo desnudo de Manuelito, poco a poco, ambos se fueron quedando dormidos y parte de aquella verga aun dura, se quedó en el interior del niño, esto lo hizo con la finalidad, de que ese culito, se fuera acostumbrando lo más pronto posible al grosor de su verga.
CONTINUARA… «saludos y recuerden mi telegram @Angelblacks»
Buen relato amigo sigue contando me gustan tus relatos 🙂 😉 🙂 😉
No dejes de subir tus relatos me excitan muchísimo
Espero mas encuentros con David y todos los que han protagonizado en este relato
gracias por sus comentarios, para conversar y recibir sus sugerencias estoy en telegram @Angelblacks