PLACER EN EL RANCHO DE DAVID PART 8
Eduardo totalmente relajado y más tranquilo, continuo con las conversando con David, pero había algo que lo estaba inquietando…. .
¿Quién era la personita que estaba debajo de la mesa? Tenía que averiguarlo, Mientras Eduardo le comentaba algo a su amigo, le pareció ver a David cerrar los ojos un par de segundo y abrir un poco la boca, este después levanto un poco el mantel e hizo una seña.
Eduardo no podía creer, quien era el niño que salió debajo de la mesa, Manuelito se limpió la boca con la playera que tenía puesta; después dio una gran sonrisa, ambos cruzaron las miradas por un par de segundos, luego caminó hacia donde estaba David, ahí le susurro algo al oído y el pequeño corrió al interior de la casa.
David: ¿te sirvo un poco más de whisky?
Eduardo: ¡si, por favor!
Cuando David se puso de pie, Eduardo pudo ver que tenía una gran erección, se le marcaba en sus pantalones vaqueros, el cinturón que llevaba puesto y el botón del pantalón estaban desabrochados; Eduardo trago de golpe, viendo que se acercaba a él y Cuando le estaba sirviendo el trago pregunto:
Eduardo: ¿quién es ese niño Manuelito?
David: ¡es el sobrino de mi capataz!
Eduardo: ¿y sus padres, viven aquí?
David: ¡podría decirse que no tiene padres! ¡lo he adoptado como un sobrino!
Eduardo: ¿se lleva bien con tus hijos?
David: ¡sí, es un niño muy lindo! ¡Aquí se ha dado a querer muy rápido!
Eduardo: ¡me imagino!
David: ¡yo lo quiero mucho de una manera muy especial!
Diciendo esto, David se apretó fuertemente la verga dura sobre el pantalón; se regreso a su silla y Antes de sentarse, él se quitó el pantalón tirándolo al césped, Eduardo no le dio importancia, pues tal vez él lo había hecho por el calor que hacía.
10 minutos habían pasado cuando Manuelito volvió a aparecer, Eduardo giro la cabeza volteándolo a ver, el venía envuelto en una toalla grande, se acercó a David entregándole algo y después Manuelito, se quedó ahí escuchando atento la conversación de ambos.
David le dijo a Eduardo, que le contara lo que hacía en la ciudad en sus ratos libres, el de inmediato respondió que muchas cosas y empezó a contarle detalladamente de algunas actividades que hacía, solo o en compañía de su familia.
Eduardo estaba diciendo, que algunos fines de semana se reúne con sus amigos, en ese momento; Manuelito dejo caer la toalla al césped, a Eduardo se le abrieron muy grande los ojos, Manuelito estaba desnudo. el pequeño camino hacia donde estaba David y se fue acomodando entre sus piernas.
Eduardo vio como Manuelito se fue sentando muy lentamente, rápidamente tomo un trago de su copa, luego dijo: “que las reuniones con sus amigos eran para salir a divertirse”.
David: ¡qué bien! ¡es bueno que te diviertas y disfrutes de la vida!
Eduardo: ¡no siempre, pero hay que salir a quitarse el estrés!
David: ¡pues aquí, he encontrado la forma de divertirme y quitarme el estrés!
Ambos se quedaron viendo directamente a los ojos, luego Eduardo desvió la mirada, viendo la cara de Manuelito, quien tenía los ojos cerrados; Eduardo quiso continuar hablando, pero esta vez tartamudeo cuando: “vio que David, ponía sus grandes manos en la cintura de Manuelito, donde lentamente lo empezó a subir y a bajar”
David: ¡sígueme contando hombre! ¡no te quedes mudo!
Eduardo: ¡eh! ¡sí, claro!
Eduardo volvió a dar un sorbo a su copa, luego agacho la cabeza por unos segundos, poco a poco fue subiendo la cabeza, hasta encontrarse con el rostro lleno de lujuria de su amigo; David lo veía directamente a los ojos con una gran sonrisa. Eduardo ya se imaginaba lo que estaba sucediendo al otro extremo de la mesa, pero no podía creer que estuviera sucediendo frente a sus ojos.
David sin quitar la mirada de la cara de Eduardo, empezó a besar el cuello de Manuelito, paso su lengua repetidas veces, esto hizo, que el pequeño pegara su espalda al pecho de David; Eduardo aun en shock, veía como el pequeño tenía los ojos cerrados y abría su pequeña boquita emitiendo un leve gemido “aaaaaahhhh”
David seguía manipulando con sus manos el pequeño cuerpo de Manuelito, todo esto lo hacía sin perder el contacto con los ojos de Eduardo, le sonreía lujuriosamente y el correspondía la sonrisa tímidamente, Para este momento, Eduardo ya se encontraba con el short hasta los tobillos.
En qué momento lo hizo, ¿Quién sabe? Pero ahí estaba el, masajeando suavemente su gruesa verga de 20 centímetros, nunca en su vida creyó que le sucedería algo así, el morbo era tanto que su verga expulsaba una gran cantidad de líquido pre seminal.
David susurro en el oído del niño, quien clavo la mirada en Eduardo, luego de entender las indicaciones, se acercó a un lado de Eduardo donde pregunto ¿puedo montarme en usted? Y Sin darle tiempo de reaccionar, Manuelito se montó en sus piernas, quedando frente a frente
Eduardo sintió toda la longitud de su dura verga, acomodarse entre las nalguitas de Manuelito, pero en un segundo, el pequeño agarro su verga, acomodándola en la entrada de su culito; poco a poco fue sentándose en su entrepierna y aquella dura verga empezó a deslizarse dentro de él.
Aquel culito no se detuvo por nada, rápidamente se había tragado la mitad de aquella gruesa verga, ese culito estaba bien dilatado, además de lubricado; pues anteriormente los 10 minutos de ausencia del niño, fueron para preparar muy bien su culito y por eso, cuando regreso, fue directo a sentarse en la verga de David.
Eduardo cerro los ojos, el pequeño empezó a cabalgar suavemente su verga, cuando los vivió abrir, David lo veía con una gran sonrisa, el cual alzando su copa para brindar; de un solo trago vaciaron las copas. David caminó con la botella de whisky hasta donde estaba Eduardo, ahí fue donde él se percató, que estaba desnudo de la cintura para abajo y tenía la verga totalmente dura, David sirviendo un trago más a su amigo dijo:
David: ¿no te molesta que me allá quitado el pantalón verdad?
Eduardo: ¡claro que no hombre, si es tu casa! (acelerándole mucho el corazón)
El pequeño no dejaba de moverse sobre la entrepierna de Eduardo, lo que estaba sucediendo, quedo expuesto ante la vista de David, pues ahora no había mantel que los cubriera y David fue acercándose aún más a Eduardo.
David: ¿estás a gusto amigo? (dándole unas palmadas en la espalda)
Eduardo: ¡sí, muy a gusto! (riendo nerviosamente)
David: ¿te gusta? (¿poniendo su mano en el hombro?
Eduardo: ¿Qué cosa? (haciéndose el tonto)
El respondió un poco nervioso y se puso incomodo por tener la verga de David tan cerca, entonces David dijo:
David: ¡el culito que te estas cogiendo wey, no vayas a pensar que mi verga!
Eduardo: ¡siiiii, claro! ¡que rico esta!
El corazón de Eduardo empezó a tranquilizarse cuando vio, la cabecita de Manuelito girar en dirección a David y ante sus ojos, abrió la boquita, tragándose inmediatamente una buena parte de aquella verga, David apretó fuertemente el hombro de Eduardo dijo:
David: ¿quieres continuar aquí o subimos a una de las habitaciones?
Eduardo: ¡entremos! ¡no baya hacer que alguien nos vea!
Mientras David recogía su pantalón, Eduardo aprovecho para quitarse el short, sin bajar al pequeño, acomodo cada brazo por debajo de las rodillas, abrazándole las piernas, el pequeño se sujetó fuertemente de su cuello y Eduardo fue siguiendo a David, el resto de su verga, se fue clavando por si sola mientras caminaba; cuando entraron a la habitación, el culito de Manuelito se había tragado por completo los 20 centímetros de verga.
ambos se desnudaron por completo, Eduardo con Manuelito se subieron a la cama, luego lo acomodo en posición de perrito, sus manos quedaron al borde de la cama, David se unió a ellos, colocando la punta de su verga en la boca del pequeño. Eduardo penetraba fuertemente aquel culito infantil, en el aire se respiraba aquella mezcla de alcohol, sexo y adrenalina; todo parecía un sueño, dos adultos totalmente desnudos sodomizando aquel frágil niño.
Manuelito casi se metía aquella verga hasta la garganta, se notaba que tenía mucha práctica, pero le costaba un poco de trabajo hacer garganta profunda sin ahogarse, el pequeño se retorcía de placer, sintiendo como Eduardo le destrozaba el culito, mientras David le daba verga por la boca.
Eduardo estaba muy extasiado, veía como su gruesa verga de 20 centímetros, era devorada centímetro a centímetro por aquel culito pequeño, por lo cual, acelero sus embestidas y termino, varios chorros de leche entraron directo al recto de Manuelito.
Eduardo: ¡que ricoooo! (escapar un fuerte gemido) ¡aaaaaahhhhh!
Eduardo quería seguir disfrutando de aquella rica Sención, pero la voz de David le decía “quítate hombre, que yo también quiero llenarle el culito de leche”, en cuanto el saco su verga; David dio vuelta al pequeño y de una sola estocada le metió toda su verga.
Manuelito apenas pudo quejarse, pues estaba terminando de ordeñar la última gota de leche de Eduardo con la boca, David empezó a darle verga al pequeño, su vello púbico amortiguaba el choque de la pelvis en las nalguitas de Manuelito.
David estaba muy caliente, metía despacio su verga, luego aceleraba fuertemente las embestidas, después se quedó quieto por unos minutos, con la verga enterrada en el culito de Manuelito, aquel rico culito estaba haciendo una rica labor; con tanta adrenalina, David estaba listo para terminar, empezó a darle un par de embestidas fuertes a aquel culito y lo lleno de leche.
David: ¡aaaaaahhhhh! ¡te voy a llenar el culito de leche! ¡aaaaaahhhh!
El pequeño Manuelito apretaba fuerte el culito, sintiendo como aquella gruesa verga de 19 centímetros, expulsaba una buena cantidad de leche; David sin poderse contener dejo caer su peso aplastando al niño.
Manuelito: ¡aaayyyyy, me está aplastando! ¡pesa mucho!
Sin sacar su verga, David se acomodó en la cama, quitando todo su peso del cuerpo de Manuelito; minutos después, ya recuperados los 3 de tan placentero coito, David y Eduardo se quedaron viendo directamente a los ojos, entonces vinieron las preguntas….
Eduardo: ¿Cómo supiste que me gustan los culitos pequeños?
David: ¡no lo sabía! ¡pero te vi en la poza cogiéndote a este pequeñito!
Eduardo: ¿todas las veces?
David: ¡no, solo en 2 ocasiones! ¡las otras, me lo dijo Manuelito!
Eduardo: ¡está bien entrenado para comer verga! ¿tú lo entrenaste?
David: ¡no, llego así! ¡nosotros nada más lo pulimos un poco más!
Eduardo: ¿alguien más sabe de esto?
David: ¡no! ¡solo tú porque te aprecio! ¿y tú, cuantos culitos te has cogido?
Eduardo: ¡he tenido la fortuna de cogerme a varios! ¡todos muy ricos!
David: ¿Cómo los has conseguido?
Eduardo: ¡pues he tenido mucha suerte! ¡todos han llegado por si solo!
David: ¡woooo, que envidia de la buena amigo!
las preguntas iban a continuar, pero Manuelito ya había empezado a mamar la verga de Eduardo, el cual, ya estaba listo para otro raund, en cambio David ya se encontraba cogiendo al pequeño en posición de cucharita, pues nunca le retiro la verga.
la cogida anterior había sido la mejor para ambos, pues esa fantasía no estaba planeada y justo, cuando ambos empezaban a cogerse nuevamente al pequeño, Los perros empezaron a ladrar, anunciando la llegada de personas extrañas, en ese momento todos se vistieron para no levantar sospechas.
Eduardo: ¡gracias, me la he pasado de maravilla! (dando la mano)
David: ¡no agradezcas! ¡esto fue genial! (estrechando la mano de Eduardo)
Eduardo: ¡lástima que mañana tenga que irme a la ciudad!
David: ¡cuando gustes, aquí tienes tu casa!
Eduardo: ¡gracias, mi casa también es tu casa!
Esas eran las palabras que David quería escuchar, Eduardo no se dio cuenta que le acababa de abrir las puertas hacia nuevas aventuras; Los 3 salieron de la habitación, pensando que los demás habían regresado, pero David reconoció a Milton, el albañil, quien había llegado con su hijo para realizar la construcción de la casa de Alex.
Continuara…… @angelblacks telegram
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