PLACER, UNA NOCHE MAGICA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era verano de 2010, noche de viernes, calor, todos salen a las discos y lugares de bailes para tomar unas copas y pasarla bien.
Aquella noche recibo una llamada de José, eran como las 8:30 pm. Me dijo que tenía unas amigas para salir y que nos juntáramos a eso de las 11:00 en el bar HotLine, frente a la playa. En ese momento yo me encontraba en el salón de billar, tomando una par de cervezas junto a mis colegas de trabajo.
Al promedia las 10:00 pm salgo del billar para ir a mi departamento a darme una ducha y luego encontrarme con José y sus amigas. Así fue, llegue al HotLine como 11:15 pm y me siento en la barra del bar, aún no había llegado José con sus amigas. Pedí un wisky mientras esperaba, la gente llega al boliche y en 20 minutos el lugar está totalmente colmado. Se acercan a la barra del bar una pareja de jóvenes, dos hombres como de 25 años, se sientan a mi lado, y piden un par de tragos. Uno de ellos se dirige a mí presentándose por su nombre, “soy Miguel y él Andrés” me dice, “somos de Varadero y estamos de vacaciones en esta ciudad por un par de días”, “hola, soy Raúl”, saludé a ambos estrechándole la mano y dándole la bienvenida a nuestra ciudad. Un acto de amabilidad necesaria… conversamos un buen rato, entre otras cosas, de los lugares turísticos de la ciudad donde ellos pudieran visitar y hacer algunas compras. Me parecieron buenas personas y la charla continuó.
Era ya casi la media noche cuando llega José con una sola amiga. “Estuvimos esperando a Julia y hasta ahora no apareció, nos dejó plantados” me dijo José. Para esa hora ya me había tomado como cinco o seis vasos de wisky. Presenté a José a los turistas junto a José con su amiga nos dispusimos a sentarnos en nuestra mesa habitual. Me despedí de los ocasionales amigos, al momento de solicitar al barman unos tragos para nuestra mesa. En el lugar, escuchando buena música, conversamos de todo con José. Lucia, su nueva amiga, en realidad hablaba muy poco y se notaba algo aburrida por nuestra plática con José. Como a las 1:30 am, ya con los efectos del wisky, le dije a José que era hora de retirarme y dejarlo a solas con su nueva amiga.
Así fue, me despedí de ambos, saliendo del boliche para tomar un taxi, coincidentemente salían también Miguel y Andrés, los turistas y ocasionales amigos que había conocido un par de horas antes. “aún es joven la noche” me dijo Miguel… “sí, parece que aún queda mucho por desandar”, respondí amablemente. “vamos los invito pasear y conocer un poco la noche de San Juan” les dije a ambos. Asintieron, y partimos con rumbo a la diversión.
Al subir al taxi, ordene al chofer… “Vamos a ZumbaShow”… “conocerán los mejores shows de bailes caribeños” les dije a mis nuevos amigos.
El calor, aun a esas horas de la madrugada, arreciaba, la noche era joven y los tres nuevos amigos queríamos pasar una buena noche. Al llegar al lugar, mucha gente joven bailando al son de la orquesta Caribe. Cerveza por doquier y hermosas mujeres.
Nos sentamos cerca de la barra del bar, pedimos cerveza y algo para picar. “Es una ciudad hermosa” me dijo Miguel, “se parece mucho a Varadero, además que la gente es muy amable” me dijo. Continuamos la conversación y seguimos tomando, mirando el espectáculo de baile y esperando alguna buena canción para bailar con alguna hermosa dama. Tan amena estuvo la conversación con Miguel y Andrés, que esto último pasó de largo, no encontramos… bueno, en realidad no buscamos una linda pareja para bailar. Andrés, que al inicio de la noche estaba entusiasta, luego al parecer le hizo efecto el cambio de trago de wisky a cerveza, “no me siento bien” dijo. “Mejor me retiro, ya estoy mareado”.
“Al parecer se acabó la fiesta”, le dije a Miguel, “Andrés ya se siente mal y no lo podes dejar ir solo en una ciudad que no conoce”. “Una pena” me dijo Miguel… “pero la fiesta puede continuar” agregó… “vamos, te invito un par de tragos en el hotel”. Era ya como las 03:40 am y yo estaba entusiasmado, quería embriagarme. Acepté la invitación y salimos a tomar un taxi, que nos llevó al hotel. Al paso habíamos comprado una botella de wisky y unos cigarrillos.
Era el hotel Brito, el mejor de la zona de la playa. Ya en el departamento, Andrés pide disculpas y se dispone a subir a su habitación para descansar. Miguel puso un poco de música suave, servimos un par de tragos y nos sentamos en los sillones a platicar.
Era un hermoso departamento, con vista al mar. Y entre copa y copa, al parecer el tiempo paso volando, por el ventanal asomaba ya el alba, recuerdo un hermoso paisaje.
Casi inconsciente, aun entre sueños, sentí la presencia de alguien a mi lado, detrás de mí. Quede quieto, casi atónito, al intentar darme vuelta, tope con algo muy cerca de mí…. Me detuve nuevamente… es un sillón, me dije a mi mismo… pero, aun inseguro, muy suavemente estire mi brazo hacia atrás y toqué algo distinto, no era lo que pensaba… volví lentamente mi brazo hacia adelante y contuve la respiración. Por un momento quede inmóvil, sin saber qué hacer. Intente pararme, pero algo me decía que me quedará quieto… en ese instante, como si todo sucediera en cámara lenta, sentí un cálido cuerpo que quedó pegado a mis espaldas. No me animaba a abrir los ojos, pero me di cuenta que, no sé en qué momento de la noche, había quedado solo en bóxer, al parecer por el calor me había quitado la ropa para acostarme en el suelo. De pronto, sentí una pierna que se movía muy lentamente tocando la mía, de arriba hacia abajo, y en un instante, un abrazó tierno, suave que se deja caer en mi cadera. Respiré profundamente y me deje llevar por el momento.
Sin pensarlo, apreté su manos con la mía y acerque muy suavemente mi cuerpo al suyo, era una increíble sensación, esto es un sueño, me decía a mí mismo. Se me eriza toda la piel, siento el suave recorrido de su lengua por mi espalda mientras aprieta mi mano. Un suave gemido sale desde el fondo de mí ser. Logré separar mi mano de la suya y la deslizo hacia atrás y acaricio su pierna, mientras sus labios recorren aun mi espalda. Lentamente sube y se posa con sus labios en mi cuello, mientras de nuevo toma fuertemente mi mano con la suya y la coloca entre mis piernas. Me besa tiernamente por el hombro, mientras intento muy suavemente girar mi cuerpo. Aún no había abierto los ojos, un leve temor se apodero en mí de solo pensar que ese momento no era solo un sueño. Por primera vez, desde aquel momento, tuve la intención de mover mi cuerpo. Ahora sí, me aprisiona con fuerza con sus brazos y nuevamente aprieta mi mano, mientras su pierna se deslizaba por la mía en un suave movimiento. Logre girar mi cuerpo algunos grados y desprender mi mano de la suya para tomarlo por detrás de la cabeza y aproximar lentamente sus labios a los míos. Por primera vez abrí los ojos, lo miré fijamente… sentí su mirada dentro de mí, apasionada. De pronto, sus labios se posaron en los míos y lentamente, aun sin creerlo, pensando que era un sueño… desprendí los labios y me deje llevar por la pasión desenfrenada de sus besos. De golpe, giré completamente el cuerpo y quedé de frente a él, ahora tenía el control… delicioso, despacio, uuufff que tierno. Así, así, le susurro al oído acariciando su espalda, sus hombros, su cintura. Con ambas manos lo tomo de los pelos y lo beso con pasión, un beso tan largo que me pareció una eternidad. Mojados de placer, deliciosa sensación, acaricio su espalda y bajo a su cintura, mientras él me besa de forma apasionada. Deja mis labios un instante y baja suavemente por mis mejillas hacia el cuello, de un lado a otro y en un instante sus labios se posan en mi pecho, mientras yo lo abrazo fuertemente con mis piernas entrecruzadas rodeando sus caderas.
Por mi mente pasaban miles de pensamientos, pero nada importaba, solo quería disfrutar de ese increíble momento. Ahora era mi turno, tenía que tomar la iniciativa. Solté las piernas de sus caderas y deje caer todo mi cuerpo al piso… me relaje completamente, suspire profundo y deje que el momento se apodere de la situación. Así fue, después de la lujuria, mi juego resulta efectivo, su cuerpo también se relaja y se deja caer sobre el mío, suave, delicado… es el momento que esperaba. Despacio lo deslizo hacia un costado mientras acaricio con mis manos su cabeza y tiernamente muerdo sus labios. Se deja llevar y cual si nos conociéramos de siempre se deja llevar por mis movimientos, mis caricias… lo quería de un costado mirándome de frente, con el cuerpo suelto. Empecé nuevamente por sus labios, subía con la lengua hasta sus parpados y bajaba tiernamente hacia su cuello. Increíblemente aun estábamos de bóxer, al parecer ante tanta lujuria, ambos no nos dimos cuenta de aquel detalle. Pero era ya el momento, deslice mi mano por su cálido vientre y me dispongo a palpar su entrepierna. Pensaba dentro de mí, todavía no, quiero disfrutar otro momento… pero otra parte de mí no hizo caso y muy despacio introduje mi mano debajo de su bóxer, mientras él también hacía lo propio acariciando con sus manos mis glúteos. Algo ardiente rozó mi piel, aunque apenas lo toqué, me pareció haber palpado una braza al rojo vivo. No quise detenerme ahí, de un solo movimiento baje para acariciar y besar su vientre, su cuerpo bronceado, humedecido por el sudor de la ocasión, resplandecía su hermosa figura frente a la luz del sol que se deslizaba ya por la ventana, solo deseaba poseerlo.
Ya no podía esperar más, se apoderó de mí una indescriptible sensación de sentirlo dentro de mí, levante despacio sus caderas y de a poco deslice su bóxer mientras besaba sus pechos. Escuche un gemido y una suave vos al oído… “te deseo, te deseo”…. Lo mire a los ojos y sin pensarlo dos veces lo bese con pasión desenfrenada mientras apretaba su pene con mi mano con todas las fuerzas de mi ser, hermoso momento, delicioso… Me aprieta contra él y siento que sus uñas que se clavan en mi espalda… otra vez el momento de lujuria había regresado y esta vez tenía que suceder… con fuerza, lo tomo de los hombros y acuesto su cuerpo en el piso para bajar luego con mis labios hacia su pene… cálido, delicioso… de arriba hacia abajo paseaba con mis labio, con mi lengua, sentía que sus venas reventaban, al igual que la pasión que sentía yo por dentro… lo chupo todo, cuando de un momento siento que Miguel gime y suspira profundamente, agarra mis cabellos y me aprieta contra él… “asi, asi”, gime casi en silencio… que hermosa sensación, disfrutaba igual que yo… “sigue, sigue, despacio”… “Una vez más, una vez más”… “por favor no pares” y echó su cuerpo hacia atrás… apreté con fuerza nuevamente su delicioso pene, mientras acariciaba su sudoroso vientre. Empiezo nuevamente, de atrás hacia adelante, por el lado posterior, paso la lengua desde abajo, una y otra vez, y llego a cima para rodear su glande con mis labios y girar en círculos para absorber su delicioso néctar. Otro hermoso gemido se deja escuchar, que sale desde dentro de él. “Tómame… tómame”, gemía casi en silencio con los ojos cerrados y la cabeza hacia atras.
Es mi turno. Ponte de rodillas, me dijo. Asentí y me deje llevar. Aun yo seguía con el bóxer, ya de rodillas se aproxima por detrás y me abraza fuertemente. Acaricia mis pechos y me besa por el cuello, sube por mi oreja y muerde mis mejillas, mientras tanto su mano tibia y poderosa ingresa en mi entrepierna y acaricia tiernamente mi pene empapado de placer. Delicioso, sentir que su cuerpo se funde con el mío, los dos en un solo delirio, entregados al placer. Aun de rodillas, con él detrás, así sin más, sentí su dedo que rodeaba mi argolla por un lado del bóxer. Suspire profundamente… por fin. Baja despacio mi bóxer hasta las rodillas y de un solo golpe me inclina hacia adelante, me toma las caderas y rodea mi argolla con su lengua. No pude controlar la situación y me dejo caer todo, mientras se agotan mis fuerzas… ya no puedo más, quiero me posea. Tomo su mano y lamo sus dedos… él ya sabe que tiene que hacer. “Suave por favor”… “despacio, despacio”… siento su dedo penetrar, dilatando para luego poder poseerme.
Lo increíble es que no necesitábamos hablar para tomar posición… era como si nos conociéramos de siempre. Ya listo para la penetración, respiro profundo. él retira su dedo de mi argolla y se aleja, mientras tanto doy la vuelta para quitarme completamente el bóxer. Apoya su espalda junto al sillón y monto sobre él, quedamos frente a frente, suave me acomodo rodeando su cintura con mis pierna y tomo su pene que intento me penetre… uuufff… al fin, “todo… todo”… hacia abajo… “despacito, cogeme, cogeme”. Me deslizo dejando dilatar completamente mi cuerpo. Muevo mis caderas de adelante hacia atrás, de arriba abajo y allí está… toda dentro de mí. Mágico momento, Miguel gime y se deja controlar, aprieto las caderas y subo nuevamente, las suelto y bajo… sus brazos intentan llevarme hacia él y yo me resisto, una lucha de placer, por dios que placer. Un beso apasionado y de nuevo, hacia arriba… me detengo un segundo y hacia abajo… “así, así, no pares, cogeme cogeme Miguel”… “por favor”. Mi pulso se acelera, mis movimientos se hacen intensos, no los puedo controlar… siento un volcán al estallar, una dulce sensación dentro de mí, Miguel me cogía y yo era todo de él. “Ahora, ahora”… gime Miguel… rodea con sus brazos mi espalda y de pronto… su cálido liquido recorre todo mi ser, siento que su cuerpo se relaja… aun penetrado, aprieto mis caderas y me muevo suavemente… de un lado al otro, suelto las caderas y subo y luego bajo. “Un poco mas, un poco mas Miguel”… le digo suave al oído mientras beso sus tiernos labios y él me acaricia mi cuerpo suavemente. Muy despacio, deseando que ese momento no acabe, subo y me retiro de encima de él. Me coloco echado en el suelo y Miguel se apodera de mi cuerpo, besa con ternura mi glande y acaricia sus mejillas con mi pene, aun sentía el calor de su liquido por mis venas… yo estaba en completo extasis. “Cógeme”, me dijo, “deseo tenerte dentro de mí”… subí al sillón y quede sentado, quería tenerlo en la misma posición en que yo lo penetré. Besándome las piernas, recorre por mi cuerpo con sus labios hasta quedar sentado sobre mí. Tome sus caderas y acomodé mi cuerpo para encajar con el de él. Suaves movimientos, despacio fui penetrando en él. Sin pensar, casi sin aliento, respiré profundo y me dejo llevar. Relajo mi cuerpo y Miguel hace lo suyo. Mueve sus caderas al son del placer, ardía, cual volcán encendido. Aproximo mi cuerpo al suyo y beso sus tetillas. Acaricio sus caderas que no podía detener. “Te gusta… te gusta?”… yo no podía responder, solo sentía su dulce aliento que quemaba al igual que mi ser. Muévete ordené, y en un instante sublime terminé. Oh..oh… nuestros cuerpos se fundieron, aun penetrado… Miguel echo su cabeza en mi hombro y se dejó caer. Todo había terminado. El alba había nacido, ya era otro día. Continuamos abrazados besándonos aun por un memento. Ninguno de los dos quería que ese mágico momento terminara.
“Subire para tomar una ducha”, me dijo, “espérame”. En el instante en que subió, recogí mi ropa y me vestí. Mientras Miguel tomaba su ducha, salí de aquel hotel. Era mi primera experiencia con otro hombre, nunca más la repetí.
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