Planeta Prohibido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Marirosa.
En el año 3015, debido al abuso de las fuentes de energía del planeta Tierra, este se encontraba al limite del colapso. Se mandaban naves interestelares a los confines del Universo en busca de planetas habitables para la raza Humana.
Debido a la gran distancia a recorrer se procuraba mandar mujeres y hombres jóvenes y se hacía en cápsulas herméticamente cerradas y a temperaturas muy bajas, para así mantener los cuerpos hibernados. Las naves eran pilotadas por ordenadores a los que se les había introducido los datos correspondientes para arribar a su destino. Una de estas naves había tomado tierra en un planeta inhóspito y plagado de volcanes y cenizas que dificultaban la respiración sin un adecuado equipo filtrante y solo se podía salir con escafandras protectoras.
Según los datos del ordenador a este planeta habían llegado con anterioridad otras naves, aunque no se tenia noticia de ellas, por haber perdido el contacto por radio. A todos los tripulantes los había despertado el ordenador poco a poco, para no agotar los alimentos y el agua que portaban. Ahora se encontraban a bordo varias mujeres solas, ya que lo hombres habían salido a explorar y no habían regresado ni se tenia noticia de ellos.
A diario se hacía una reunión para escoger a la mujer que debía salir para hacer la ronda de exploración y traer muestras para ser analizadas. Paula sería la siguiente en salir y estaba intranquila, Mas que intranquila se encontraba asustada por que su amiga Carmen que salió anteriormente no había regresado, solo se había encontrado su traje especial abandonado con las reservas de agua y oxigeno agotadas. Habría que estar loca para aventurase por esos páramos desoladores sin ninguna protección. Cuando se reunieron las mujeres que quedaban en la nave no eran mas de 15, todas jóvenes y preparadas para decidir quien debía salir. Después de mucho discernir se decidió que debía salir Paula, por ser la mas experta y mejor preparada para la expedición.
A pesar del miedo a lo que pudiera encontrar en el exterior, con una sonrisa en los labios comento:
– Por lo menos voy a darme un paseo por el planeta y estirar las piernas.-
Eso hizo que todas cambiaran el semblante serio por la situación y dibujaran una sonrisa en sus bellos rostros. Entre tanto ella se desnudó quedando solo con las prendas intimas y se embutió en la escafandra, comprobando su buen funcionamiento. Se montó en el coche explorador movido por una pequeña pila nuclear y por la compuerta de la nave espacial se encaminó hacia la superficie del planeta.
Desde la cabina del módulo de exploración podía tener una perspectiva del dantesco panorama que se reflejaba del exterior. En el horizonte se podían ver montículos humeantes de los que salían cenizas negruzcas que oscurecían la luz de un sol anaranjado que mantenía una temperatura media de 30º. Pequeños bosques de árboles raquíticos con retorcidas ramas jalonaban de vez en cuando el camino. La soledad acompañada del ruido del viento en la superficie del planeta le producían miedo y hacía que se estremeciera de vez en cuando.
Sentada en la cabina del módulo de exploración lo puso en modo automático para rastrear señales de radio o de cualquier cosas que pudiera significar señal de vida inteligente.
De pronto los instrumentos del control comenzaron a parpadear y emitir pitidos de aviso. Delante de ella aparecieron huellas de lo que parecía un vehículo similar al que ella montaba.
Fue siguiendo las rodadas hasta remontar una pequeña colina. Lo que vio la dejó sorprendida, ya que ante su vista se encontraba una nave espacial muy parecida a la que ella había dejado atrás.
¡Tenemos compañía! dijo, como si alguien la pudiera escuchar.
– Se van a poner contentas mis compañeras cuando sepan que hay mas gente en el planeta.-
Conforme se acercaba a la nave, se podía ir apreciando el estado de abandono que presentaba la estructura exterior, toda cubierta de cenizas y con síntomas de llevar mucho tiempo sin ser utilizada. La compuerta de entrada se encontraba abierta y ningún mecanismo daba la sensación de funcionar.
Abandonó el módulo de exploración y se internó en el interior de la nave buscando alguna señal de que pudiera haber alguien entre aquellos restos de chatarra. Una vez dentro se amortiguaba el rumor del viento y las erupciones lejanas, el aire parecía libre de impurezas y polvo.
Los sensores del traje le señalaron que el aire era respirable, pudiendo prescindir del traje de supervivencia. Se hizo un silencio casi completo excepto un pequeño murmullo aumentado por el sistema de amplificación del traje.
Con suma precaución retiró la escafandra del traje y pudo notar que el murmullo provenía de una sala al final del pasillo. Sacó su pistola láser, capaz de taladrar el mas duro metal y con cuidado se dirigió en la dirección donde se oía el ruido. La pistola le confería seguridad ya que nada podía resistir un disparo a corta distancia y por lo tanto la tranquilizaba.
Observó dentro del cuarto que el suelo estaba cubierto de una superficie rojiza, como si a alguien se le hubiera derramado un bidón de aceite, este cubría con una patina de uno o dos centímetros toda la superficie de la habitación.
Mirando hacia el techo pudo ver el origen del liquido, ya que colgaban unos tubos, de los que goteaba ese aceite. Parte de la instalación hidráulica de la nave estaba destrozada.
De pronto un chorro de liquido cayó sobre ella, cubriendo su cabeza de aceite y penetrando por el cuello del traje hacia interior. Paula sorprendida intentó limpiarse, pero se deslizó en el interior del traje mientras ella intentaba quitarlo.
El liquido goteaba por su espalda y entre sus pechos cayendo por su vientre. En vista de la imposibilidad de limpiarse decidió abrir los cierres del traje dejándolo caer a sus pies, intentando quitarse de encima dicho líquido aceitoso. Este acabó cubriendo su espalda y goteaba por sus pechos llegando hasta sus piernas.
De pronto dos de lo que parecían tubos se descolgaron del techo y envolvieron sus brazos tirando de ella hacia arriba e inmovilizándola.
Paula se puso histérica gritando y pidiendo socorro. Ahora de cerca pudo ver que lo que parecían tubos eran una especie de lombrices o serpientes muy elásticas y muy fuertes que le estaban sujetando los brazos y manteniéndoselos por encima de la cabeza. Otras lombrices descendieron y le sujetaron de los tobillos.
Paula no cesaba de gritar pidiendo auxilio, pero era inútil, sus gritos resonaban en la gran sala, sin que nadie pudiera oírle.
– Socorro, Auxilio. ¿Hay alguien?. gritaba desesperadamente.
Sus brazos fueron subidos hacia arriba con una fuerza enorme, lo mismo que sus piernas, quedando colgada boca abajo. Mas de aquellas criaturas descendieron y se enroscaron en su cintura suspendiéndola a un metro del suelo.
Del pasillo apareció un ser horrible, su apariencia era como una sanguijuela alargada con varias patas flexibles a los lados de su cuerpo, estas patas apenas levantaban su cuerpo, le ayudaban a reptar por la superficie aceitosa del suelo.
Esa cosa se desplazó hasta situarse debajo de ella y ahora pudo contemplar con toda nitidez la horrible apariencia de ese ser, no poseía ojos, su boca semejante a una gran ventosa estaba rodeada de unos dientes alargados y finos, curvados hacia dentro, su color era entre marrón y negro, su piel rugosa le daba un aspecto terrorífico. Era como una enorme oruga con múltiples patas.
La parte posterior de la criatura se elevó del suelo y se fue curvando como la cola de un escorpión, saliendo un tentáculo que empezó a explorarla.
Paula no comprendía que pasaba hasta que notó como los tentáculos que sujetaban sus piernas se las abrían, intentó resistir pero la fuerza de esos seres era enorme. De su garganta salió un grito desgarrador mientras esa cosa le arrancaba las bragas. Dos brazos se introducían entre sus pechos destrozando el sujetador, así quedó completamente desnuda y expuesta ante aquel horrible ser, que se apoderaba de sus colgantes pechos, apretándolos y haciendo que bailaran de un lado a otro.
Durante un tiempo que le pareció una eternidad, fue manipulada en sus pechos y la cola del ser le rozaba las piernas acercándose a su pubis, notando a pesar de no desearlo que le producía placer.
Los tentáculos enroscados en sus pechos los exprimían haciendo que los pezones se proyectaran hacia fuera inyectados en sangre. Esto le hizo perder el control y el placer hizo que empezara a lubricar su vagina. Su clítoris era estimulado por aquel apéndice y Paula empezó a estremecerse.
Loca de excitación y debido a la ausencia de sexo durante tanto tiempo hizo que Paula sintiera deseos que seguir con esa sensación de placer. Sintió como ese miembro soltaba un fluido caliente y espeso en la entrada de su sexo y se hizo mas grueso abriendo sus labios vaginales hasta limites jamás dilatados hasta entonces. Esto hacía que se estremeciera su cuerpo, teniendo convulsiones y temblores en las piernas. Su respiración se entrecortaba y empezó a producir mucha cantidad de fluidos que mezclados con los de ese ser goteaban hasta el suelo. Sus manos se abrían y cerraban crispadas buscando algo donde poder sujetarse. Un grito desgarrador salió de su garganta cuando el miembro del ser penetró bruscamente en su sexo. Ella casi pierde el conocimiento ante ese envite tan brusco. El miembro del ser cada vez se introducía mas profundamente hasta límites que jamás había sentido anteriormente en relaciones con hombres.
Colgando bocabajo Patricia podía ver sus pechos aprisionados por aquellos tentáculos y su sexo rezumando fluidos, mientras el intruso empezó a estremecerse iniciando un movimiento de copulación. Paula tuvo un orgasmo que la hizo llegar al límite de la inconsciencia, mientras el miembro del ser embistió introduciéndose mas, dando la sensación de que la iba a reventar. El ser se convulsionaba en el interior de ella llevándola al limite de la locura. Sin poder evitarlo le sobrevino otro orgasmo, dejándola extenuada colgando sin apenas fuerzas ni para gritar.
Del ser salieron dos apéndices que se colocaron a la altura de sus apretados pechos, estos terminaban en puntiagudos aguijones que se apoyaron en los abultados pezones de la chica que con horror pudo ver y sentir como se introducían poco a poco produciendo un dolor terrible. Mientras su vagina seguía siendo penetrada sin tregua.
Paula estaba siendo penetrada por la vagina y por los pezones al mismo tiempo ya que los dos apéndices se estaban introduciendo en toda su longitud en los pechos de ella. La excitación de ella empezó a aumentar de nuevo mientras los aguijones profundizaban cada vez mas en los tiernos pezones.
De pronto sobrevino un tercer orgasmo, ella se sentía morir de placer. Aún tuvo un cuarto orgasmo.
– Por favor ya basta. Pudo decir con las últimas fuerzas que le quedaban. Seguidamente quedó colgando inerte sin conocimiento.
Cuando despertó estaba en otra sala, enfrente sentada en el suelo y sujeta a la pared por lo que parecía una tela de araña, se encontraba su compañera Carmen, en sus pechos había dos orugas cogidas a sus pezones, mamando y apretando, su semblante presentaba síntomas de haber padecido, se la notaba mas delgada a excepción de los pechos que habían aumentado considerablemente de tamaño.
– Carmen ¿que es esto?, ¿que ha pasado?. ¿Qué significa esto?.
– Son los habitantes de este planeta, viven de nosotros. Nos mantienen con vida para alimentarse y nos utilizan para procrear mas y criarnos como ganado para ellos-.
Paula no podía dar crédito a lo que oía, veía a su amiga con los grandes pechos alimentando a aquellas criaturas horribles.
Le dolían mucho los pezones y sentía un ardor por dentro de sus pechos, como si tuviera hormiguillas recorriendo el interior de sus senos y se los estuvieran devorando por dentro. Su pechos se le veían crecer por momentos. Podía sentir como le quemaban por dentro era como un dulce dolor en el interior de ellos.
-Cuéntame Carmen, ¿qué nos está pasando?. Me duelen mucho los pechos-.
– Ves Laura estos seres que se alimentan de mis pechos, son mis hijos, por que los he parido yo.
– De alguna forma estos seres han hallado la forma de poder embarazar a las mujeres y nos utilizan para tener mas seres iguales a ellos. Nos inoculan algo en los senos para que produzcamos esta especie de fluido muy deseado por ellos-.
Diciendo esto, Carmen retiró un momento a la oruga que mamaba su teta y Paula pudo ver como fluía del pezón un líquido color rosa casi trasparente.
-Esto es de lo que esos seres se alimentan-.
Unos instantes después, sentada sin poder evitarlo, Paula sintió algo que trepaba hasta sus pechos. Dos tentáculos volvieron a enroscarse en sus pechos y pusieron sus horribles bocas sobre sus doloridos y tiernos pezones buscando estimularlos. Estuvieron mucho tiempo sujetos a los pechos apretando, aquellos tentáculos tenían en sus bocas unos dientes agudos como alfileres y su lengua terminaba en un aguijón parecido a una enorme aguja hipodérmica, que introdujeron por las heridas que tenía Paula en las puntas de sus pezones. A continuación cerraron las bocas alrededor de las areolas clavando los dientes en ellas, así se hacía imposible poder separarlos de los pechos, sin desgarrar los tiernos pezones de la chica. Los intrusos empezaron a segregar algún producto por los aguijones en el interior de los pechos de ella. El líquido que penetraba empezó a escocer dentro de los pechos y a levantar la temperatura, Ella intentaba retirar los pechos de las bocas de aquellos seres que penetraban sus pezones con sus lenguas acabadas en aguijones. Gritaba de dolor cuando los tentáculos le inyectaban eso en los pechos. Poco a poco las lenguas entraban y salían de sus pezones. Con las manos inmovilizadas notaba como una y otra vez los 6 0 7 centímetros de aguijón y lengua se introducían en sus pezones.
Por la puerta de la sala apareció el ser anterior con forma de gran sanguijuela con patas y se dirigió hacia ella, esta vez estaba sentada en el suelo con la espalda y los brazos sujetos a la pared por aquella resistente tela, que la mantenía inmóvil.
Los dos seres que estaban sujetos a sus pechos se soltaron simultáneamente y arrastrándose se alejaron rápidamente de ella en dirección a Carmen que continuaba sentada en el rincón de enfrente. El ser se acercó a ella abriéndole las piernas al máximo mostrando el sexo abierto de una forma indecente, mostrando su interior cubierto de fluidos.
El ser se puso encima de ella y curvando la parte posterior de su cuerpo hacia abajo acercó su extremo al ya castigado sexo de ella, abrió sus dilatados labios y la fue penetrando. El dolor que sintió fue tremendo. Paula gritaba mientras sentía como si la fuera a partir por la mitad. Sus pechos se rozaban con la piel rugosa del monstruo raspando sus doloridos pezones. Las rodillas le crujían bajo la tensión mantenida, pero lo que mas le dolía era su sexo, sintiendo palpitar el miembro de la gran oruga dentro de ella.
El cuerpo del ser se separó un poco de ella dejando descansar los pechos del aplastamiento sometido por su peso. Pero esto duró poco, por que dos tentáculos se apoderaron de los senos apretando con fuerza.
Paula pudo ver como de la punta de los tentáculos sobresalían los terribles aguijones, que ya había sentido en sus pezones con anterioridad. Ella estaba inmovilizada debajo del monstruo sin poder hacer nada, este la estaba penetrando brutalmente por el sexo y ahora dos horribles protuberancias terminadas en unos agudos aguijones se dirigían hacia sus torturados pezones.
Uno de los tentáculos comenzó a enrollarse sobre el suave pecho izquierdo. Mientras iba estrangulando el pecho haciendo que el pezón se hinchara. Paula podía ver como el aguijón se acercaba amenazador a su ya perforado y dolorido pezón, cerró los ojos con fuerza esperando sentir el terrible pinchazo. El otro tentáculo siguió los mismos parámetros del primero apretando el pecho derecho de Paula y dejando expuesto el pezón.
Laura abrió los ojos ante la tardanza de los pinchazos y lo que vio hizo que se le helara la sangre en las venas. Sus dos pechos estaban estrangulados con los pezones hinchados y de la punta de estos goteaba un líquido rosa que dos oruguitas sorbían sin cesar, pero lo que le aterrorizó fue ver los dos aguijones que se disponían a penetrar en sus pezones por las heridas producidas con anterioridad por las mismas trompas óseas. Los dos tentáculos esperaron que las pequeñas orugas terminaran de comer el liquido derramado y luego simultáneamente introdujeron los dos apéndices óseos el los pezones de Paula. A punto de desmayarse Paula tenía la sensación de que ya era imposible sentir mas dolor, pero se equivocaba, de los aguijones salió un liquido siendo inyectado en sus pechos. Paula sentía que le ardían por dentro, aumentaban de tamaño y subía considerablemente su temperatura. Un inmenso chorro de semen invadió su sexo.
Cuando se recuperó intentó cerrar sus piernas, pero las sentía entumecidas y un reguero de sangre recorría el interior de sus piernas.
Haciendo un esfuerzo se levantó vio que la puerta de la sala estaba abierta y el monstruo estaba descansando.
Si perder de vista a la gran oruga que parecía dormida, se fue desplazando sin separar la espalda de la pared, una vez en la puerta pasó al otro lado, donde seguían las orugas colgadas del techo, pero no le prestaban atención.
Cuando estaba en mitad de la sala, escuchó un agudo silbido y para su desgracia vio como el monstruo se abalanzaba sobre ella, sujetándola por las piernas y haciendo que cayera de espaldas sobre el resbaladizo aceite del suelo.
De nuevo el inmenso pene del monstruo se deslizaba por sus piernas llegando hasta la entrada de su sexo. Paula peleó golpeando con sus puños y pies al monstruo, pero al fin completamente inmovilizada tuvo que admitir su derrota y su sexo dejó paso al miembro, que no dejó pasar la oportunidad y la penetró hasta el fondo.
A Paula ya no le quedaban fuerzas ni para gritar con el monstruo penetrándola y sintiendo crecer el miembro del ser dentro de ella. en un tremendo esfuerzo alargó la mano hacia donde dejó el traje cuando llegó a la nave, tropezando su mano con la culata de la pistola láser. con un tremendo esfuerzo consiguió encañonar al monstruo que se vaporizó en parte al recibir el disparo. Empujó con fuerza para desprenderse de los restos del ser y consiguió ponerse de pie.
La sala se llenó de silbidos agudos de los tentáculos que quedaban colgando del techo, pero por poco tiempo, por que en un barrido con el láser todos quedaron medio convertidos en humo.
Con la pocas fuerzas que le quedaban Paula se levantó y pudo ver los estragos que aquellos monstruosos seres habían dejado en su desnudo cuerpo.
Intentó colocarse el traje pero los pechos habían aumentado tanto de tamaño que le resulto imposible cerrarlo a la altura del pecho.
Prefirió arriesgarse a salir así al exterior, antes de que la volvieran a atrapar.
El módulo de exploración apareció volcado de costado y no pudo ponerlo sobre sus seis ruedas sin ayuda.
Emprendió el camino de vuelta para poner sobre aviso a sus compañeras sobre el peligro que les acechaba en aquel inhóspito planeta.
Medio desnuda bajo los rayos de aquel extraño sol empezó a andar medio agotada por tanto esfuerzo.
¿Qué nuevas aventuras le esperan a Paula y a sus compañeras en este Planeta Prohibido?.
¿Habrá quedado Paula embarazada del monstruo?.
Todo eso y mas podremos saberlo en próximos capitulos.
Marirosa
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