Por caliente cogí con un desconocido.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Alvygo92.
Soy Alexis de Morelia, Michoacan. Esto sucedió hace como un poco más de un año, andaba caliente y por medio de internet contacté a un chavo que se llama Jorge y tras charlar vario días, me invitó a su casa, me dijo que moría por hacerme el amor, y que si yo quería podíamos vernos las veces que quisiera, y accedí a conocerlo, tenía mucho tiempo sin tener sexo, como 6 meses y eso también me ayudó a aceptar. Cuando iba llegando a donde me citó, estaba muy nervioso, pues no lo conocía en persona, sólo por fotos. Era un día nublado y hacía un poco de aire, llegué puntual y me hizo esperar unos 10 minutos y a lo lejos pude ver a un chavo que se acercaba y por las fotos supe que era él.
Jorge tenía 28 años, era alto, piel blanca, barba de algunos días, ojos grandes y cafés, era delgado pero se notaba que iba al gym, muy varonil, a mi parecer era atractivo.
Me saludó muy efusivamente y me dijo que estaba muy cerca su casa, y me dirigió hace ella. Vivía en unos departamentos, el suyo era el del fondo, abrió la puerta y amablemente me dijo que pasara. Al cerrar la puerta, me plantó un besote, y me dio una nalgada, lo que me puso muy nervioso, y me tomó de la mano y me llevó hasta su cuarto, me dio otro beso y comenzó a desvestirse, y le dije:
Yo- ¿Así de rápido?
J – Sí, muero por cogerte, andale, verás que lo vamos a disfrutar.
Comenzé a desvestirme y cuando estábamos sólo en bóxer, me abrazó y comenzamos a besarnos, y me besaba el cuello, lo cuál me pone la piel chinita y él notaba que lo disfrutaba, y por supuesto sentía su verga rozando mis piernas, no pude evitar, y metí mi mano en su bóxer, tenía la verga dura, y comenzé a masturbarlo mientras nos besábamos, después de un rato, me dijo:
J – Acuéstate boca abajo, ¿te gusta que te hagan beso negro?
Yo- La verdad nunca me lo han hecho, me da pena.
J – ¿Por qué pena? Dejame hacertelo, verás que te encantará y pedirás a gritos que te meta ya la verga.
Accedí y me coloqué boca abajo, bajó mi boxer y comenzó a besar mis nalgas y a morderlas, hasta que de pronto sentí como abrió mis nalgas, y sentí su lengua en mi ano, era una sensación nueva, pero me gustaba, me gustaba como se sentía humeda, calientita y jugando con mi esfínter, poco a poco me fui relajando hasta un punto en que movía mi culo del placer que sentía, no podía ni abrir los ojos, su lengua hacía maravillas, se me salían los gemidos y como bien dijo, quería que me clavara su verga ya. Comenzé a sentir un dedo, que entraba en mi ano, me dolió muy poco, y comenzó a meter y sacar su dedo, posteriormente metió dos, y me ponía saliva, después de un rato de dedearme, sentí su lengua nuevamente en mi ano, ya no podía yo del placer y me retorcía, cuando de pronto siento su cuerpo aplastandome y su verga rozando mi ano
Poco a poco fue metiéndome su verga, que no me dolía al entrar, pero sentía cómo me iba abriendo el culo, hasta que la tenía toda clavada, hasta el fondo y comenzó a cogerme con ritmo, mientras me aplastaba y me susurraba en el oído, lo que hacía que perdiera toda cordura y le entregaba mi culo, estaba a su disposición, era todo suyo. Después me puso mis piernas en sus hombros y me clavó su verga, sentí un poco de dolor, pero entró sin problemas, y me daba más duro, me veía y veía que lo estaba disfrutando tanto como yo, sentia entrar y salir su verga, se deslizaba en mi ano, y decidí apretar mi esfínter, lo que le encantó, y sonriendo me dijo:
J – Estás riquísimo, y me encanta como tu culo muerde mi verga.
Después de unos minutos, me puso de lado, me abrazó y no dejaba que me moviera, me cogía muy fuerte, sentía sus huevos chocar con mis nalgas, yo quería moverme, pero no podía, era como su eclavo, después de un rato, sentí que su respiración era más fuerte, me daba muy duro y gimió muy fuerte. Sentí su semen caliente, llenando mi ano, y paró de cogerme pero no sacó su verga. Después de unos segundos, cuando se recuperó del placer, me soltó un poco y comenzó a masturbarme, yo estaba ya que no me aguantaba, así que no tardé mucho y me corrí, sentí muy rico, saqué un buen chorro y nos quedamos un buen rato así, acostados, abrazados y con su verga ya flácida pero dentro de mí.
Después de unos minutos, me dijo que tenía un compromiso, que me fuera a limpiar y me señaló la dirección hacía el baño, al levantarme me jaló la mano y al voltear a verlo, me dijo:
J – Yo quisiera que no te limpiaras, porque traes a mis hijos ahí cargando, pero pues ya qué.
Me dió risa lo que me dijo y me paré para limpiarme. Al salir del baño él ya estaba vestido, se estaba peinando, y yo comenzé a vestirme, me peiné también mientras él hablaba por teléfono con alguien. Al estar listo, me dijo que me acompañaba, y antes de salir, me plantó otro beso y salimos del departamento, ya en la calle me dijo:
J – Fue un gusto, la pasé muy bien, y espero que tú también, espero que se repita pronto.
Yo- Claro que también me gusto, pronto nos vemos.
Y me fui a mi casa. Días después seguimos chateando, y decía que quería cogerme otra vez, y me dijo la hora y el día, pero yo no podía, y se molestó. Me dijo que lo que quería es que ambos disfruraramos, pero que si no ponía de mi parte no ibamos a durar mucho, y me molesté y le dije que yo también quería seguir viéndolo, pero que eso no significaba que tenía que estar yo a su disposición cuando a él se le antojara, y no me contestó, y así dejamos de hablar. Fue la primera y posiblemente la última con Jorge.
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