Por calientes un chico en el metro se nos quiso unir (Ángel y Damián)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Yudas.
Hola amigos ¿Cómo están? Nuevamente soy yo, Damián. Esta ocasión les traigo una nueva historia de amor y sexo entre Ángel y yo.
Bueno, esto paso el 21 de agosto de éste año, Ángel y yo cumplimos tres años de relación. Despertamos (recuerden que ya vivimos juntos), nos bañamos juntos y desayunamos, él me fue a dejar a mi escuela en su carro.
Ángel: Te veo a las 8 mi amor.
Le tocaba trabajar, (yo renuncié a mi trabajo días antes por problemas con otros vendedores), y salía hasta las 7:30 pm.
Entré a la escuela y todo transcurría normal, llegó la hora de salida y en la calle estaba Ángel recargado en su carro, vestido como todo un niño malo, lo que me encantaba.
Yo: ¿Qué haces aquí mi amor? ¿No deberías estar trabajando?
Ángel: No, el jefe tuvo algunos problemas y nos dio el día libre.
Subimos al carro y él comenzó a manejar. Llegamos a zona rosa a una pequeña sex shop a la que un amigo de Ángel le dijo que habían cosas interesantes, y como hoy era día para “celebrar” decidimos ir.
Comenzamos a ver todo, hasta que llegamos a la parte “masoquista” de la tienda, látigos, ropa de piel, etc. Y vimos una serie de antifaces que se usan para no ver lo que hace tu pareja, llevábamos uno que a ambos nos gustó.
Justo cuando llegamos a la caja con el antifaz y con un disco de música instrumental para tener relaciones. Vimos un catálogo de lencería y disfraces sexys. Ángel y yo lo empezamos a hojear hasta que encontramos algo de ropa que a los dos nos agradó. Yo llevaba un conjunto de pants y playera de manga larga, ambas de una tipo lycra color negro, frágil y semi transparente que dejaban ver casi desnudo el cuerpo del modelo.
Ángel por su parte se llevó un short ultra pegadísimo que ufff para que les digo, aparte una camisa sin tirantes, del mismo material, pero blanca.
Cuando pagamos subimos de nuevo al carro, antes que él arrancará el carro lo besé en el cuello, en esa zona que tanto lo excita, comencé a meter mi mano por debajo de su playera, cosa que lo excitaba cada vez más.
Ángel: Detente amor por favor, hay que esperar hasta llegar a la casa.
Yo hice una pequeña cara de desilusión, como de niño regañado. Ángel me tomó de la barbilla y me besó. De ahí fuimos a comer y a dar un ligero paseo.
Llegamos a la casa algo tarde (10 o 10:30) y empezó el juego, nos empezamos a besar, nuestros cuerpos comenzaban a sudar y eso calentaba aún más la situación. Mientras seguíamos besándonos comenzamos a quitarnos la ropa, primero la playera, después los zapatos y calcetines y al final el pantalón.
Ángel y yo nos “aventamos” a la cama, nos quedamos viendo fijamente a los ojos y en cuanto Ángel me dijo –Te amo- lo besé con mucha fuerza.
Comenzamos a sobarnos nuestras vergas que estaban aún bajo el bóxer, yo me puse encima de él mientras seguíamos besándonos y él comenzaba a jugar con mis nalgas. Se metió su dedo medio a la boca y lo ensalivó un poco para poder ir a mi hoyo e intentar meterlo, lo que sí logro en menos tiempo de lo que yo creía.
La cosa aumento de intensidad cuando me levante y puse en el reproductor el disco que había comprado. La música empezó y el ambiente era aún más caliente.
Me acerqué a él, dirigiendo mi boca hacia su pene, comenzando a mamárselo, pasaba mi lengua por cada parte de su trozo de carne, escuchaba como Ángel gemía, me tomaba de la cabeza para darme el ritmo de como quería que me metiera su pinga. Me daba ligeros movimientos de arriba hacia abajo, mi pene se ponía cada vez más duro.
Escuchaba como Ángel aceleraba su respiración, lo que me calentaba más. Me comencé a meter sus testículos a mi boca, pasaba mi lengua por todo el camino desde su ombligo hasta antes de llegar a su hoyo.
Pero todo éste momento se interrumpió cuando sonó el teléfono de Ángel.
Ángel: No te preocupes mi amor, sigamos, intentaba seguirle, pero el móvil sonó más de dos ocasiones. ¿Qué podría ser tan importante?
Él me pidió que parara y contestó el celular….
Ángel: ¿Qué paso Mau? Estamos en el cine.
Mau (el cuñado de Ángel): Perdóname Ángel, pero quería decirte que Cristi ya está en trabajo de parto.
Ángel me hizo señas de que debíamos vestirnos. Para no hacer largo el drama; cuando súbito no encendimos al auto no quería prender.
Ángel se estresó y tuvimos que irnos en metro pues el tráfico era terrible como para pedir un taxi.
Entramos y vimos que estaba medio vacío hasta atrás y nos dirigimos al último vagón, cuando entramos habían solo dos personas, una que iba hasta enfrente y un señor que iba dormido en la parte de en medio. El metro comenzó a avanzar y Ángel y yo aún algo calientes nos besábamos, por suerte chequé y no había cámaras.
En la siguiente estación la señora que iba hasta enfrente bajó y nos quedamos únicamente el señor dormido como a seis metros de nosotros y Ángel y yo.
Estábamos sentados juntos, Ángel comenzó a “acomodarse” el bóxer pues se los había puesto rápido por la situación.
Me calentaba la manera en la que él intentaba acomodarse su trozo, y comencé a tener una erección. Ángel se dio cuenta y comenzó a sobar en lugar de jalar esa zona. Esta imagen me estaba volviendo loco. ¡No puedo mamársela ni jalársela en el metro!
Ángel se sacó el pene del pantalón y lo comenzó a masturbar lentamente. Yo no podía aguantar más, así que mirando hacia enfrente para corroborar que el señor no estuviera despierto metí su pinga a mi boca.
La adrenalina nos estaba tomando a los dos. Ángel la tenía bastante dura, el metro comenzó a frenar pues habíamos llegado a la otra estación. Faltaban cuatro estaciones para que llegáramos al hospital.
Mientras yo seguía chupándosela, él me estaba empezando a desabrochar el pantalón y a meter su mano hacia mis nalgas.
Yo: ¿Ángel que te pasa? No podemos hacer esto aquí.
Ángel: No te preocupes mi amor, nadie nos ve, no hay cámaras, veámoslo como una nueva experiencia sexual.
Jamás podría resistirme cuando Ángel haga esa cara pidiéndome algo. Así que me bajé un poco el pantalón y después de que Ángel puso saliva en su verga y en mi culo me senté.
¡No es posible! Estoy teniendo relaciones sexuales con mi novio en un lugar público.
Yo daba sentones que me hacían sentir demasiado placer, pero no podía gritar pues el seños que estaba a escasos metros de nosotros podría despertar.
Llegamos a la siguiente estación, un chico que estaba por entrar vio, o sospechó lo que estábamos haciendo desde el interior del metro. Así que sólo nos guiñó el ojo y esperó al siguiente metro.
Ángel y yo seguíamos teniendo relaciones, la adrenalina nos tomaba por completo a los dos. Nos paraos y caminamos hacia la puerta, yo me recargue con las manos de ella y Ángel me estaba penetrando de una manera bastante salvaje. El metro comenzó a desacelerar de nuevo y nos sentamos otra vez en los asientos, esta vez sí subió solo un chico como de 16 o 17 años, que en cuanto vio que yo estaba sobre Ángel sospecho y acertó a lo que estaba pasando. Tomó su mano y comenzó a darle un masaje a su pene que estaba dentro de su pantalón.
Ángel y yo no le tomamos importancia hasta que él se acercó al asiento que estaba frente a nosotros y comenzó a sobarme a mí el pene. Era genial esa sensación. Ángel seguía provocando que yo diera sentones. El metro llegó a una estación antes de la que bajábamos. Ángel se zafó de mí, me senté y comencé a masturbarlo, por suerte no se corrió, pues en cuanto el metro freno más él se subió el pantalón y nos salimos.
Ya afuera del metro me tomó de la mano……
Ángel: ¿Qué fue eso mi amor? ¿Qué onda con el chiquillo ese?
Yo: Tranquilo baby, solo fu el momento, yo soy sólo tuyo, y tú sólo mío. Jejejejejejeje me encanta cuando te pones celoso.
Ángel: A mí no, pero bueno. Te amo.
Nuevamente nos besamos y llegamos al hospital, la mamá de Ángel se quedó en la sala de espera para aguardar a que llegáramos.
Nuestro sobrino se llama Kiryat, ya sabrán la historia que resta, eran casi las tres de la mañana, la suerte es que ya era sábado.
A las ocho de la mañana la tía de Ángel nos llevó a nuestra casa y llegamos a dormir.
Como a eso de las 12 pm nos despertamos, bueno Ángel me despertó con un beso en la frente. Preparé algo de desayunar y después tratamos de arreglar el carro, lo que pasaba es que ya no tenía batería. En fin, ambos estábamos a cierto punto llenos de aceite automotriz.
Ángel y yo comenzamos a jugar un poco, me encantaba verlo con su playera de tirantes color blanca con la que se marcaba su figura bastante estética, su abdomen marcado y dejaba ver su pecho ligeramente tapizado de vellos.
Comencé a besar a Ángel en el cuello y él me empezaba a acariciar el culo. Me encanta sentir su respiración en mi cuello, me pone al mil, y él lo sabe, por eso lo comenzó a hacer.
Subimos a nuestro cuarto y cuando él se estaba por quitarse el cinturón caminé hacia el cajón en el que guardo mi ropa interior y le dije – Me meteré a bañar-.
Vi la cara de Ángel, me encanta dejarlo con las ganas de coger. No tardé más de cinco minutos para salir de la regadera y ponerme la ropa que habíamos comprado un día antes.
Cuando salí del baño me encontré con la enorme sorpresa de que en el suelo había un camino de pétalos de rosa azul en el suelo que guiaban hasta la habitación en la que dormimos. Al entrar me encontré con Ángel vestido igual a como lo había dejado, pero con la diferencia de que en la cama había un corazón formado por pétalos y en el espejo que está pegado a la pared fotos que nos hemos tomado juntos acompañados de la frase “Gracias por tres años juntos. Te Amo”.
La emoción se apodero de mí y no pude evitar que me salieran algunas lágrimas. Ángel caminó hacia mí y nos comenzamos a besar, Ángel y yo comenzamos a besarnos cada vez más salvaje, él me estaba calentando demasiado, pero en el momento que supe que disfrutaría la noche como nunca antes fue cuando me tomó por el cuello de aquella playera, me beso como nunca antes y de un movimiento rompió aquella playera, la tela estaba partida hasta mi ombligo, aún faltaba un poco para que la partiera por completo.
Comenzó a besarme y a pasar su lengua por todo mi cuello y pecho, hasta que llego a mis pezones y subió a mis labios nuevamente para besarme, me tomó por el cuello y me tiró sobre la cama; en ese momento podía sentir como su mano intentaba entrar hacia mi pelvis
Ángel, aun besándome el cuello, comenzaba a acariciar mi abdomen y después a masturbarme lentamente sobre la delicada tela que cubría desde mi cintura hasta abajo.
Cuando yo sabía que no podía aguantar más mis brazos rodearon su cuello y mis piernas su espalda.
Yo: Métemela ya.
Él me volteó a ver con una risa pícara…
Ángel: Espera, haré algo que te gustará.
Enseguida, él se levantó de la cama y caminó hacia el closet donde habíamos guardado algunas cosas que compramos, solo alcancé a ver cuándo sacó el antifaz. La noche sería muy, pero muy entretenida.
En cuánto llego conmigo, me dio un beso y pude ver su cuerpo bien formado, con algunos vellos distribuidos en su pecho y en sus axilas. Aquella situación me estaba volviendo cada vez más loco.
Ángel: Cierra tus ojos amor.
Cerré mis ojos y sólo sentí el momento en el que me puso el antifaz, seguido a esto, me puso posición de perrito y la sensación y ruido invadieron por completo mi cuerpo, Ángel había roto la parte que da a mi hoyo de la prenda que llevaba en ese momento, para posteriormente sentir su lengua en todo mi culo, lubricándome y poniéndome al 100.
Suavemente, comenzó a meter lo que creo era su dedo y lo movía de una manera muy rica para estimular mi culo. Cuando mi ano se re acostumbraba a su dedo, metió el segundo, y así hasta que en mi interior tenía tres dedos suyos. Después comenzó a chocar su pene contra mis nalgas y lo comenzó a frotar por toda la línea que se encuentra entre ellas.
Cuando estaba a punto de pedirle que me penetrara en ese momento, pareció que había leído mis pensamientos, pues puso algo de lubricante en mi hoyo y poco a poco metió su verga a mi interior, acompañado de un gran suspiro por su parte.
Comenzó a bombear lento, pero conforme mi culo dejaba de imponer resistencia se iba haciendo más ágil y rápido su ritmo.
Me tomó por el abdomen, y aun con su pene en mi interior, me dio una media vuelta a tal modo de quedar al filo de la cama, el con sus piernas hacia abajo y sosteniendo las mías en el aire, juntas. Esto causaba que la penetración fuese mucho más placentera.
Oía sus testículos golpear con mis glúteos, su respiración en mi cuello esa algo que mejoraba cada segundo, pero la bomba fue cuando comenzó a masturbarme. Yo ya estaba bastante caliente, sabía que no duraría mucho en esa posición y con él masturbándome.
Hice un pequeño movimiento dándole a entender que necesitaba cambiar de posición, así que apoyó mi espalda sobre el colchón y antes de volverme a penetrar rompió lo poco que quedaba de la playera que había comprado, así como del “pantalón” de tela super delicada (repito que se podía ver mi cuerpo, eran únicamente para “provocar” esas prendas”).
Ángel: Bebé si quieres puedes masturbarte, eso dará otras sensaciones.
Así que aun con él en mi interior, comencé a masturbarme rápido, él me tomó de los pezones y comenzaba a jalarme hacia él para meterme su trozo entero. Sabía que él se estaba agitando un poco, pero también que estaba por venirse. Así que me masturbe tan rápido como pude. Hasta que salieron únicamente tres chorros de leche de mi interior.
Ángel no aguantaba más, lo sabía, hasta que apreté un poco mi hoyo para que la resistencia fuera mayor, así como su placer. Hasta que se vino dentro de mí.
Me quite el antifaz y lo vi sudado, rojo de la cara y del pecho. Recargue mi cabeza en la almohada y él recargo la suya en mi hombro, para que me volteara a ver y me dijera….. – Te amo- y nos besáramos.
Así estuvimos unos 5 o 7 minutos hasta que le dije que nos metiéramos a bañar, y como de costumbre nos bañamos juntos, esta vez no se la mamé de nuevo, pues era suficiente por un día pues le podría llegar a doler el pene si lo forzaba.
Salimos del baño con la toalla en la cintura, caminé al refrigerador para sacar un poco de agua, cuando menos me había dado cuenta mi toalla estaba en el suelo, al igual que la de Ángel.
Tomé agua y me maree un poco, le dije a Ángel, a lo que él respondió bastante tierna, pues me dijo “estamos embarazados” y se hincó a darme un beso en el vientre (podrán imaginarse mi cara de WTF)
Yo: Hay bebé, eso es imposible jejejejejejejeje.
Ángel: Pues que feo. Oye ¿Y si tenemos un bebé?
Yo: -_- No creo que se pueda-
Ángel: Pero lo podemos volver a intentar como hoy, hasta que quedes embarazado.
(Lo sé somos algo cursis pero ¿Qué tiene de malo XD?)
Ángel y yo nos quedamos dormidos en la cama, abrazados.
Éste fue otro relato mis queridos amigos, espero que haya sido de su agrado, nuevamente les digo que pongo todos estos detalles “cursis y románticos” porque quiero contarles las cosas como fueron.
Bueno, pues yo creo que les volveré a escribir hasta después de Halloween, pues va a haber una fiesta de disfraces y ya se podrán imaginar, aparte que aprovechamos esa fecha para celebrar mi cumpleaños ( 2 de noviembre). Yo les estaré contando mi próxima experiencia.
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