Por curioso!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Pero para mi todo eso era como un juego más. Durante el día eramos chicos normales, con nuestras travesuras, novias, relajos en fin cuando aún, no has conocido el dolor ni las preocupaciones de los adultos. En resumen eramos felices, pero ya por nuestras venas corría el deseo de sexo y más sexo, como fuera. Recuerdo de una muchacha muy bellaquita que había dónde viviamos y nos las mamaba, algunas veces a mi amigo Wilson y a mi. La metíamos por unos arbustos y hacíamos fiesta con ella, más nos daba miedo penetrarla, y nos obligaran a casarnos o algo así, mi amigo me decía, mejor lo hacemos tu y yo, que no salimos embarazados y nos reíamos a las carcajadas.
Estaba yo muy lejos de pensar, que en poco tiempo tendría una experiencia que acabaría de dejar salir de mi a un monstruo hambriento de buen sexo y placer. Pues resulta que en esos días llegó de visita a casa de unos vecinos un hombre como de unos 30 años, quien era esbelto, de buen físico y un hermoso rostro. Tan es así que las mujeres del vecindario, decían que era un macho atractivo y buen mozo. Yo como a mi eso no me importaba y no me interesaba, por que él no era de mi edad, escuchaba todas esas tonterías y me reía, en esa edad todo da gracia, todo es reirnos.
Modestia aparte yo tambien he sido un chico de buen ver, desde que llegué a mi adolesencia pues mis muslos, piernas y trasero, siempre han llamado mucho la atención, han sido mi carta de triunfo cuando alguien me gusta. En mis ajustados mahones (jeans) mi trasero sobresalía y aún sobresale bien firme y redondo. Todos en mi familia dicen que saqué las nalgas de mi querida mamá. Las pocas veces que había dejado a mi amigo Wilson poseerme, él se volvia como loco, besándome el trasero, masajeando mis nalgas y fue el primer chico en penetrarme, pero es su arrechura se venía rápido y me dejaba, que se yo incompleto, deseando más.
Esa tarde yo no había tenido clases y no sé, casi no se veían personas por dónde vivía, mi mejor amigo, sí tuvo clases y yo solo me aburría. Viene a mi mente el recuerdo de que me di un buen baño y luego me vestí con unos cortos muy sugestivos y una camisilla, hacía un poco de calor ese día y me fuí a caminar por ahí. Cuando pasé por casa de los vecinos, aquel hombre estaba allí, me vió y me sonrío, yo le conteste el saludo y la sonrisa. Hola le dije. Como estás chico, no tuvistes clases hoy? Yo le contesté que no. Nos pusimos a hablar boberías, me dijo que se llamaba Angel Luis, que venía a estar unos meses con su familia para ver si conseguía un mejor trabajo en mi pueblo, etc. etc., aunque yo estaba loco por cortar esa conversación e irme a relajar por ahí, si coseguía a otro de mis amigos, me comenzó a llamar la atención ese hombre, pues aparte de ser atractivo, ese día se le notaba un abultado montón en sus pantalones…eso me puso ardiendo. Mi curiosidad afloraba y no quitaba mi vista de aquella ricura.
Seguimos charlando y yo me puse en cuclillas, así tenía una hermosa vista panóramica de la entrepierna, que aquel hombre se le notaba. Creo que él lo notó por que comenzó a agarrarse ahí y aquello se abultó más. Me dijo que si quería pasar a dentro de la casita, que no había nadie, pues sus parientes estaban trabajando. Yo que estaba como hipnotizado por ese montón, que ese bello macho tenía entre las piernas, lo seguí al interior de la casa, dónde el me condujo a su cuarto. Me dijo que alli dormía y sin ningún reparo se agarró con las dos manos su paquete, apretándolo fuertemente y me dijo: Mira como lo tengo, tu no sabes el tiempo que hace, que yo no hago nada y aunque por aquí hay muchas mujeres que quieren conmigo, yo no quiero problemas, pues después son como lapas detrás de uno y yo estoy en casa ajena, aunque son mi familia. A todo esto yo lo oía, pero no apartaba mi vista de su paquetote. Te gusta verdad? Si te lo quieres comer con la vista me dijo. Yo muy abochornado y tragando saliva le dije, que no, que era que nunca había visto algo, a otro hombre, que se le notara así. Inmediátamente él se desabotonó los pantalones y se los quitó con todo y calzoncillos a la vez, dejando al aire libre la verga más grande y recta que yo hubiese visto hasta ese momento, con unas pelotas de bolas rosadas y casi sin vellos. Miralo, cógelo que no muerde…y yo caminé hacia él como un autómata y lo cogí con una de mis manos halándoselo para lante y para atrás y sin dejar de ver esa vergota le susurraba, de lo qué grande la tenía. Él comenzó a gemir y a tocarme el culo por encima de mi ropa, ya la leña se estaba echando al fuego!
Mira amigo yo nunca he besado a otro hombre, pero tu eres un jóvencito precioso y me gustas mucho, con esta calentura que tengo y dicho al hecho, me comenzó a besar por el cuello, las orejas, por mi frente y yo mismo busqué su boca, nunca yo tampco hasta ese momento había besado a otro hombre, ni siquiera a mi amigo Wilson. Eso me prendió, era fuego lo que sentía en mi sangre. Angel Luis al saberme así, me estrechaba entre sus brazos y él mismo se puso a desvestirme, me echaba toda su lengua y esos besos, yo jamás los he olvidado. Me empujó por los hombros hacia abajo quedando yo con su verga en mi cara, la que no tardé en meterme, la mitad a la boca. Empezé a mamarselo como un loco, como si alguien me la fuera a quitar,, él gemía, se retorcía y me folllaba la boca. Me daban arquiádas pues al ser un pene grande y gordo, más su fuerza al empujar me llegaba al paladar. Se fue echando hacía atrás y se tiró a la cama boca arriba, yo jamás me despegué de aquel rico pingo y seguí en mi labor, le pedí que abriera sus piernas para así yo deleitarme tambien con sus bolas. De vez en cuando le besaba los muslos y con mi lengua le lamía el culo, aquel hoyito virgen y cerradito, que lo hacía vibrar de placer. Para, para que me vengo y suspirando ondo me la sacó de la boca y me ordenó ponerme boca abajo en la cama, con mi culo levantado hacía arriba.
Dio inicio a su tárea besándome todas las nalgas, de vez en cuando me azotaba con su verga y subía por encima de mi a mi nuca, besándola y puntiándome con su lengua por toda la espalda…yo me creía morir, los escalofríos mas ricos que había sentido en mi corta vida, los estaba sintiendo en esos instantes. Yo gemía duro de placer y él me tapaba la boca y decía: suave mi amor que nos pueden oir, suave mi vida…sigue, sigue, le contestaba yo, bien caliente… y lo que faltaba!
Con sus dedos me empezó a dilatar y me preguntó si ya había habido visitas por ahí, le dije que un par de veces con un amigo, pero que jamás su verga era como la de él. Eso lo puso más bellaco y me la metió un poco más de la cabeza, yo grité, ayyyyyyy bruto, asi de duro no, ayyyyy me duele, aahhhh!! Y él me dijo, perdóname mi vida, voy más suavecito, y la sacaba y la entraba suavemente, sin meterla hasta adentro, hasta que mi esfínter se abrío como una flor en primavera, enterrándomela hasta el fondo. Yo gemía como poseído y ya me estaba acostumbrando a aquel tremendo sable de carne sólida.
Esto sí es un culo, me decía mientras yo le culiaba como podía, por que amigos, lo que tenía adentro de mi era un tremendo canto de carne y bien, bien dura. Siguió dándome y dándome y yo exigiéndole más con mi culeo, echaba mis brazos hacía atrás y lo agarraba por sus muslos, como queriéndolo apegar más a mi culo. De repente él grito como una bestia y me dejó todo su semen dentro de mi. Yo cruzaba mis piernas y las entrelazaba con las de él, en esa posición ( no se si ustedes lo han hecho así ) y me vine tambien, solo de darme par de jaladas con lo caliente que estaba. Este macho había sacado el monstruo de mi. Angel Luis se derrumbó encima de mi sin sacármela y estabamos ambos fátigados. Cuando se le puso flácida, que aún asi es grandísima, se acostó a mi lado, todo sudoroso y yo lo empezé a besar por toda su cara, su pecho y su boca, que gusto sentía al chuparle su labio inferior, era y es riquísimo. Amigo tú sí que eres ardiente y me has echo gozar como nadie, no he conocido mujer con unas nalgas como las tuyas, de aquí yo no me voy en buen tiempo me dijo, él respondiendo a mis besos, a mi pasión. Para más decir que como era temprano y faltaban horas para que sus parientes llegaran de trabajar, él me dio refresco (soda) y galletitas. Nos quedamos en calzoncillos que al rato volaron por los aires, para volver a comenzar a acometernos sexualmente como salvajes. Aquel sí es un hombre, que mucho placer me dio, aún siendo mayor que yo! Me senté en su pino, penetrándomelo yo mismo, subía y bajaba, él me abría las nalgas con sus dos manos para que no quedara un solo pedacito de esa verga fuera de mi cavidad anal. Buscabamos comernos a besos y si de momento se me salía la verga del culo, Angel Luis , me la volvía a clavar sin contemplaciones, me dolía pero lo soportaba, era más poderoso el placer que el mismo dolor. Hicimos otras posiciones y creía yo, que me iba a sacar ese pingo por la boca, uffff… que sabrosura. Luego me puso al filo de la cama (yo pensaba que esta se iba a romper en cualquier momento) y con mis piernas en sus hombros y él parado penetrándome bien duro, volvió a venirse dentro de mi cuerpo y yo a tener una tremenda eyaculación. Estaba agotado pero satisfecho.
Desde entonces me lo tiraba a cada rato, nos convertimos en amantes. Lo hacíamos entonces dos veces en el día, hasta que él consiguío trabajo. Fue lo mejor, ahora lo pienso, por que yo me descuidé en la escuela y a veces no iba o cortaba clases, todo para estar con él… a cada rato él conseguía un auto prestado y me llevaba a "pasear" para así cogerme a su gusto. Siempre le agradeceré que fue y ha sido un hombre discreto…que me hizo gozar un sin fin de placeres, sin nunca ofenderme, ni decirlo a nadie y más que eso en quererme y serme fiel. La vida siguió su curso y un día marchó, lo sufrí muchísimo…pero de vez en cuando vuelve y me da lo mío. Quien sabe si un día lo deje todo por él!
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