Por una indiscreción de su madre, mi amigo se enteró que era yo quien se acostaba con ella.
Un joven se está acostando con la madre de su amigo, pero su amigo ignorando eso lo sodomiza, la madre comete una indiscreción y su amigo se entera y lo presiona para que le diga cuando se va a volver a acostar con su madre, para él aprovecharse de eso..
Por una indiscreción de su madre, mi amigo se enteró que era yo quien se acostaba con ella.
Desde bien jovencito, siempre tuve unas raras inquietudes, aunque me gustaban las chicas y me había acostado con las madres de dos de mis mejores amigos.
No sé por qué no dejaba de pensar en cómo sería el acostarme con otro hombre, y no precisamente para penetrarlo, sino más bien para dejar que me hiciera lo que él quisiera.
Comencé a pensar en eso, una noche que casualmente estaba visitando a la madre de uno de mis mejores amigos, sin que él se enterase.
Yo sabía que mi amigo regresaría al siguiente día, ya que había salido a pescar con su papá, de quien la señora se encontraba, como decía ella, felizmente divorciada.
Una vez que salí de la ducha, ella me esperaba completamente desnuda recostada en su cama, sin pérdida de tiempo nos dedicamos a besarnos, acariciarnos, y a tocarnos por todas partes.
Yo sabía que a ella le fascinaba que le mamase el coño, por lo que apenas lo tuve al alcance de mi boca, me dediqué a mamárselo.
Le chupaba sus labios vaginales, le mordisqueaba su inflamado clítoris, mientras que ella en medio de nuestro encuentro, daba gritos y profundos gemidos de placer.
Yo me encontraba de lo más concentrado, mamando su coño, aun después de que sentí un caliente chorro liquido saliendo de su vulva, al momento en que ella disfrutaba de un tremendo orgasmo que yo le había producido.
Cuando de momento, la madre de mi amigo se dedicó a mamar mi verga divinamente, prácticamente estábamos haciendo un glorioso 69, cuando al poco rato, ella dejó de chupar mi verga, y sentí su lengua deslizándose hasta mi culo.
Yo la verdad es que estaba tan excitado, que no me molestó que me estuviera haciendo eso, y cuando sentí sus dedos hurgando entre mis nalgas, y su boca había vuelto a posarse sobre mi verga, tampoco me preocupe, en lo más mínimo.
Así que a medida que mientras yo le continuaba mamando su coño, y ella chupando mi verga, continuó introduciendo alguno de sus dedos dentro de mis nalgas.
Al principio quizás fue uno, luego dos, y así continuó sucesivamente, hasta que, para mi propia sorpresa, ella prácticamente me tenía toda su mano dentro de mi culo.
Lo raro fue que lejos de dolerme, o molestarme, la manera en que ella continuó metiendo y sacando su mano de mi cuerpo, me excitó muchísimo más todavía.
Al grado en que terminé acostado bocabajo con mis piernas bien abiertas, mientras ella no dejaba de introducir y sacar su mano de mi culo, divinamente, al mismo tiempo que continuaba mamando mi verga, hasta que me hizo estallar.
Después de esa noche, no hubo ocasión en que la visitase, que sin que yo se lo pidiera o me negase, no me volviera hacer lo mismo, una y otra vez.
A pesar de mi relación tan especial con la madre de mi amigo, todavía no había llegado a pensar en dejarme hacer eso por otro hombre, hasta que un día que estando solo en casa, compré un par de videos porno.
En el primero lo que vi no me gustó, era simplemente un par de viejas, chupándose mutuamente sus peludos coños.
Pero el segundo video, apenas comencé a verlo, me di cuenta de que el vendedor seguramente me lo había entregado por equivocación.
Ya que esperaba ver a una pareja, teniendo sexo en la playa, y lo que salió en pantalla fueron dos hombres jóvenes besándose apasionadamente, en una playa desierta.
Por unos segundos estuve a punto de apagar el video, pero algo me llamó la atención, y continué observándolo con toda mi calma.
Al principio los dos chicos estaban vestidos, pero poco a poco, mutuamente mientras se besaban y acariciaban se fueron quitando la ropa, hasta quedar del todo desnudos.
Luego a medida que siguieron con los besos y caricias, mutuamente se comenzaron a masturbar, hasta que uno de ellos, introdujo el pene de su compañero dentro de su boca.
Yo ya en esos momentos ni pensaba en apagar el video, estaba de lo más concentrado viéndolos, cuando al que le mamaban la verga, se recostó boca abajo sobre la arena, su amante entonces se dedicó a acariciar sus nalgas, a lamerlas, y tocarlas, tal como la madre de mi amigo me lamía, y tocaba las mías.
Al poco rato, vi claramente como el que lamía y acariciaba las nalgas de su amante, le enterraba por el culo su parada verga.
Lo cierto es que a medida que fui viendo todo eso, lentamente comencé a masturbarme, con una mano mientras que con la otra acariciaba el esfínter de mi ano, introduciendo en la medida que podía alguno de mis dedos dentro de mi culo, hasta que ya no pude aguantar más y mi vine irremisiblemente.
A partir de ese instante fue que comencé a soñar despierto con tener relaciones con otro hombre, y aunque continué visitando a la madre de mi amigo, y dejando que ella hiciera conmigo lo que le diera la gana, incluso hasta llegar a introducirme un consolador por el culo, cuando manteníamos un sexo salvaje, no dejaba de soñar despierto el acostarme con otro hombre.
Había días en que salía a caminar, y reconozco que, de manera indiscreta, me le quedaba viendo fijamente la verga de algunos hombres, pero cuando alguno de ellos comenzaba a acercarse, yo lleno de miedo porque se hubiera molestado, salía huyendo.
En las noches no podía llegar a dormir, sin antes llegar a masturbarme soñando despierto con sentir la verga de otro hombre entre mis nalgas, hasta que un día, mi amigo, me invitó a salir de pesca, junto con su padre.
Yo desde luego que no le había comentado nada de lo que sucedía entre su madre y yo, y mucho menos la tortura por la que estaba pasando, soñando despierto constantemente con ser penetrado por otro hombre.
Al llegar a su bote, fue que me enteré de que su padre, no nos acompañaría, ya que a última hora tuvo que salir de viaje.
Nos hicimos a la mar, y apena pudimos nos pusimos a pescar y a beber cerveza, fue en uno de esos momentos en que mi amigo después de sacar un pez del agua, y mientras lo limpiaba en la cubierta, se manchó la ropa con la sangre del pescado.
Para mi sorpresa, después de limpiarlo, mi amigo se quitó el pequeño pantalón que cargaba puesto, quedando completamente desnudo, ante mis ojos.
Luego se dio un chapuzón en el mar y regresó al bote, pero sin volverse a poner su pantalón, continuó pescando y bebiendo.
Mientras que yo sufría viéndolo así, completamente desnudo, con su buen pedazo de carne colgado entre sus piernas.
Hasta que muy a pesar mío, finalmente se dio cuenta, de que yo no podía apartar mis ojos de su verga.
Por lo que, en cierto momento, cuando ya había comenzado a oscurecer, ofreciéndome una cerveza, se me acercó tanto que prácticamente su miembro rozaba mi cuerpo.
Acepté la cerveza, sin dejar de mirar su miembro, cuando de momento poco a poco esté comenzó a parársele y ponérsele bien duro, frente a mis sorprendidos ojos.
Fue cuando mi amigo, sin quitarme los ojos de encima, y colocando una de sus manos sobre mis hombros, me dijo. “¿Te gustaría darle una mamada antes de que me des el culo?”
Yo me quedé petrificado por unos segundos, tácitamente había aceptado que lo dejase darme por el culo, al no reprocharle su comportamiento.
Así que, tras darme un trago de cerveza, me arrodillé frente a mi amigo, abrí mi boca, y sentí como su verga la fue introduciendo dentro de ella, hasta mi garganta.
A pesar de estar mamando su erecta verga, no dejaba de preguntarme a mí mismo que era lo que estaba haciendo, fue cuando él me comentó, para qué están los amigos, sino para hacernos uno que otro favorcito.
Yo tras escucharlo, continué mama que mama con más fuerza, hasta que el mismo me ordenó que me detuviera.
Sumisamente lo obedecí, y dándole la espalda mientras me quitaba el pequeño pantalón que carga puesto, le ofrecí mis nalgas.
Mi amigo me introdujo sus gruesos dedos dentro de mis nalgas, y por un corto rato me los estuvo introduciendo, llenos de su propia saliva, hasta que comencé a sentir esa cosa dura y caliente que se abría paso dentro de mi culo.
Realmente ni idea tengo de todo el tiempo que mi amigo pasó metiendo y sacando su gruesa verga de mi apretado culo, lo que sí sé a ciencia cierta, es que me quedé prendado de él.
Durante el resto de la noche, él continuó clavándome su sabrosa verga, cuando no era que yo voluntariamente se la estaba mamando.
A la mañana del siguiente día, al darnos el sol en la cara nos despertamos, fue cuando me dijo que, desde hacía cierto tiempo, venía pensando en comerme el culo, y yo le confesé que desde hacía ya cierto tiempo que estaba deseando que lo hiciera.
Mis relaciones con su mamá continuaron normalmente, hasta que él se enteró, por una indiscreción de su madre, que yo era quien se acostaba con ella.
Fue cuando me ordenó que la próxima vez que eso fuera a suceder, se lo dijera, así lo hice, y estando yo en la cama clavándome a su madre, él entró en la habitación sigilosamente, y nos sorprendió a los dos en pleno acto.
Su madre trató de explicar lo sucedido, cuando mi amigo al tiempo que se fue quitando la ropa, se metió en la cama con nosotros.
Su madre se quedó callada, apenas él comenzó a mamar sus grandes tetas, y a los pocos minutos, mientras yo le daba por el sabroso culo de ella, mi amigo le comenzó a dar a su madre por el coño.
Esa noche ella, nos mamó la verga a los dos, y dejó que tanto yo como su hijo hiciéramos con ella lo que nos diera nuestra real gana, para al final, mientras que yo desesperadamente le mamaba su chorreado coño, él sin pisca de vergüenza, me enterraba toda su verga entre mis apretadas nalgas, para sorpresa de su madre.
En las siguientes ocasiones en que me volví acostar con la madre de mi amigo, ella a pedido de mi amigo me ordenó que yo me vistiera de mujer.
Quizás por lo morbosa de la situación y lo mucho que eso me excitaba acepté sumisamente.
Así que me acostumbré a tener relaciones con la madre de mi amigo, en varias de esas ocasiones, después de que ya estábamos descansando, aparecía su hijo, y a mí o me ponía a mamar su verga, o descaradamente me daba por el culo frente a su madre.
Mientras que ella o me mamaba mi verga o la de su hijo, o dejaba que alguno de nosotros dos la penetrase por donde se nos antojase.
Lo cierto es que, en la mayor parte de las ocasiones, yo era el centro de atención tanto de mi amigo como de su madre.
Al grado que un buen día él se presentó con un juguete, que su madre usó desde ese día para penetrarme por el culo, mientras su hijo se la clavaba a ella por el culo de ella.
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