Porqué me gusta tanto?
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por BillySilvina.
Comencé a los 12, siendo hembra de un primo de 15. Después lo cambié por otro primo que la tenía más grande.
Les cuento el comienzo: Comencé con Carlos, mi primo mayor, al anochecer junto a un arbusto. Me empezó a sobar el culo y frenético me bajé el pantalón y el calzoncillo. Me pasaba su pija bien parada por mi raja, me di vuelta y de un solo envión me la tragué, comenzando a chupar ese riquísimo caramelo. Carlos se enloqueció y agarrándome la cabeza me la metió hasta que me dio un arcada. Me la sacó y me puse como perrito, sobre el cesped. Me metió el dedo mayor con saliva, le rogaba que me metiera ese hermoso pene de macho. Se mojó la pija con saliva y me la metió en mi hambriento culo. Para que no me quejara me tapó la boca con la mano y arremetió como un salvaje hasta el fondo. Yo sentía que moría, no se si por el dolor o por el placer. Acabó dentro de mis tripas, llenándolas de ese rico, caliente y pegajoso semen. Por esa noche no hicimos otra cosa, salvo la paja que me hice cuando estaba solo. Encontramos una cañería de desagüe de agua, bien grande, parecía un túnel e hicimos de esa cañería nuestro nido diario. Tragué tanta leche, tanto por la boca como por el culo y estaba feliz.
Pero un día vi a otro primo culeándose una ovejita. Vi su verga, grande, gruesa, recta, con un glande glorioso y me enamoré de esa pija. Comencé a frotar mi mano sobre su bragueta y mirarlo con una sonrisa de verdadera puta. Me invitó a encontrarnos en el arbusto que yo ya conocía. LLegó con su hermano de 10, al que culeaba desde que el menor tenía 8 años. Comencé a pajearlo mirando y acariciando esa verga que era mi sueño. Me dijo que mientras teníamos sexo se la chupara a su hermanito, cosa que hice sin chistar. Me metió ese garrote en el culo y me largué a llorar, tanto no podía aguantar. Mi primo, sin prestar atención a mis sollozos, me culeó todo lo que quiso y a causa de eso me dolió el culo como 15 días. Eso fue el comienzo de nuestra aventura de sexo, que duró como 2 años, mientras, se hizo costumbre chuparle la verga a mi primo menor. El primo Carlos se puso celoso pero tuvo que aguantar que lo dejara por quien tenía la pija más grande y cabezona. Además cojía mejor. Fue toda una aventura compartirlo con los animales de la granja de la familia, ya que se culeaba todas las hembras zoo que tenía.
Pero mi amor no terminó así.
Ya que seguí dando y recibiendo verga. Me casé a los 24 años y de entrada mi mujer me contó sus aventuras lésbicas.
Qué mejor que eso?
Comenzamos a tener tríos y orgías donde mi mujer era cojida por mis amigos por todos sus orificios y yo también, aunque también teníamos sexo hetero, los dos. Vieran a mi mujercita con dos pijas a la vez en su conchita de diosa, mientras yo abierto de piernas, panza arriba era clavado hasta las bolas por un amigo que tiene un pene descomunal.
Si nos vieran compartiendo las acabadas que nos tiran en las bocas. Lo bueno de todo es que las mujeres de nuestros machos son tan degeneradas como nosotros y reciben sexo hasta llenarse. Mi mujer chupando tres vergas a la vez, con su boca, su cara y su pelo llenos de leche. Si vieran a mi mujer y a sus amigas, en gloriosos 69, donde además de jugos y leche beben orinas de sus hembras amantes. Todas están sedientas de fluídos.
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