Precoz y pervertida niñez.
Este relato lo habia publicado en la pagina anterior..
Me llamo Ramiro, desde chiquito siempre me dijeron rama, ramita, rami.
Actualmente tengo 34 años y lo que les voy a contar son las primeras experiencias sexuales que tuve a corta edad.
Soy el hijo del medio de 3 varones que nacieron en un pueblo perdido de la provincia de Buenos Aires, Argentina.
Mi papá es panadero al igual que lo fue mi abuelo y el negocio familiar siempre fue suficiente para que dé niños no nos falte nada.
Mi mamá, ama de casa, siempre atenta a todo, pero yo siendo el del medio… les salí muy distinto.
Y no me refiero a masculinidad o femineidad, sino al hecho de que fui muy independiente y resolutivo desde muy chiquito.
Me las rebuscaba siempre solo y eso me hizo más “despierto” que mis hermanos, por lo que con menos años ya contaba con mayor confianza de mis papás y a su vez obtenía mayor libertad.
Era tranquilo y alegre.
Y a su vez muy tímido cuando quería.
Me considero un niño precoz, debido a que el despertar sexual fue antes que mi desarrollo hormonal, y considero que todas esas experiencias me formaron en lo que soy hoy en día.
Nada de lo narrado pasó en contra de mi voluntad.
No considero ninguno de los actos cometidos como violación o inducción.
Porque todas las situaciones vividas fueron prácticamente iniciadas por mí.
Lo primero que recuerdo pasó cuando tenía 4 o 5 años.
Estaba bañándome con mi papá y él estaba enojado conmigo porque en un descuido suyo me gano la curiosidad y agarre con mis dos manos su verga y sus huevos.
Debo decir que mi papá mide alrededor de 1.
82, es moreno y grandote, con algo de panza y con una verga negra trigueña, que en reposo debe medir unos 15 cm.
Imagínense el salto que pegó mi papá que recuerdo que se tuvo que sostener del caño de la ducha para no caer.
Pero yo tenía que agarrar esa cosa.
Cuando logró sostenerse para no caer me apartó de un empujón que hizo que quedara sentado en la tina y comenzara a llorar.
El, enojado me levantó tomándome por debajo de mis brazos y con facilidad me sentó en el borde, se agacho a mi altura, y enojado me decía lo mal que había estado que lo agarrara así.
Que podía haberse lastimado si se caía.
Se me pasó el miedo al entender que no le había molestado que lo agarre, sino más bien el susto que le dio que todo fuera tan repentino.
Entonces me calmé y le dije si me dejaba volver a tocarlo pero con cuidado.
No sé qué se le cruzo a mi papá por la cabeza, estaba con los ojos como perdidos pero asombrado, no era un tipo al que le faltara atención sexual.
Creo que más bien fue el querer dejarme hacer, y claro… la calentura y disposición de cualquier hombre que nota que hay atención puesta en sus genitales.
Mi papá se paró y quedo su verga a la altura de mi cara, yo lo miré a la cara mientras que con mis manitos se lo volví a agarrar y lo manoseaba todo.
El apagó el agua que caía de la ducha y me dejo jugar un ratito más con su verga hasta que alcanzó toda su erección.
Era enorme, como de 20 cm reales, gorda como un desodorante y llena de pelos y venas.
La cabeza cubierta por ese cuero que me divertía subir y bajar.
Luego mi papá me aparto de él y todo terminó ahí.
A partir de ese momento, cada vez quería repetir ese juego con papá con más frecuencia… por lo que todo el tiempo trataba de estar sobre el para rozarlo y hacerle saber que quería tocárselo de nuevo.
Mi papá vencido por mis insistencias a veces cedía y a veces me apartaba.
Pero las veces que me dejaba eran más y recuerdo que cuanto más tiempo pasábamos solos más me dejaba tocarle el bulto sobre el pantalón y esto lo hacía tomándolo de la mano y forzando el movimiento para hacer que mi mano rozara el costado de la bragueta de su pantalón.
Mucha curiosidad, mucho disimulo pero siempre lograba rozarlo con abrazos o corridas a sus piernas.
Cuando estábamos todo en familia por lo general me apartaba porque en el fondo sabía que no podía demostrar ese interés por su verga delante de los demás.
Sabía que no era algo bien visto, no me digan cómo, pero en el fondo ya sentía que era algo prohibido.
Pero los domingos a la tarde.
Cuando mi papá miraba los partidos y mi mamá dormía la siesta y mis hermanos jugaban en el patio de casa… yo siempre aprovechaba para ir a sentarme arriba de papá y tocarle muchas veces sin descaro directamente el bulto de su pantalón.
Primero se incomodaba pero luego me dejaba hacer… No la sacaba de su pantalón pero yo amasaba con mis manitos su gran bulto y me gustaba.
Todo esto pasaba con frecuencia durante mucho tiempo.
Cada vez fueron menos las veces que me dejaron bañarme con él.
Con la excusa de que ya estaba grande, con 6 años no volví a bañarme con mi papá, pero eso no impidió que un día la calentura lo llevara a dejarme avanzar un poco más con el juego que siempre terminaba cuando el alcanzaba su erección.
El no me tocaba en absoluto… nunca… solo me dejaba a mi manosearlo.
Un día que habíamos ido al campo de unos amigos de mi papá a comer un asado y a pasar el día.
Mis hermanos y yo insistimos en andar a caballo y a mí me tocó ir con mi papá y a mi hermano mayor con el amigo de mi papá.
Mi hermano más chico se tuvo que quedar a esperar su turno y yo sin pensarlo comencé a saltar arriba del caballo como si ya galopara haciendo que mi papá se acomodara para que no lo golpee con mis saltos y tratando de contenerme para que me quede quieto, me rodeo por la cintura con su brazo y me pegó a su entrepierna sujetándome para que deje de saltar y diciéndome al oído “acá no”.
De todas formas al iniciar su caminata el caballo inevitablemente mi colita rozaba con su bulto, y cuando nadie miraba disimuladamente soltaba una de mis manos y la pasaba por la parte baja de mi espalda para apretarle la verga a mi papá.
Esto lo puso caliente y me dejo amasársela más cuando nos apartamos de su amigo y mi hermano ya que se quedaron atrás haciendo que mi hermanito dejara de llorar subiéndolo con ellos al caballo.
El día siguió normalmente.
Recuerdo haberme divertido mucho y a la noche cuando volvimos, tocaba bañarse.
Yo dije que no quería bañarme que quería dormir y bajo los gritos de mi mamá tuve que ir derechito al baño sin chistar y sin darme cuenta que era mi papá el que se estaba bañando entré al baño, me desnudé y mi papá me dice “no la hagas renegar a tu mamá y bañate” todo esto completamente en bolas y saliendo de la ducha para que yo me meta.
Al pasar por al lado suyo lo miré y le dije “puedo?” y no tuvo respuesta para mi… solo siguió secándose la cabeza sin mirar… y sin apartarse…
Yo lo agarre y esta vez quería probarlo.
Sabía que si llegaba a metermelo en la boca, de alguna manera a mi papá le iba a gustar… porque sentía que el tenia ricas sensaciones cuando lo tocaba… no conocía la palabra PLACER, pero sabía que él lo sentía y que yo de alguna manera también disfrutaba.
Me encantaba retirarle el cuero hacia atrás y ver salir esa cabeza grandota que de a poco se iba poniendo más babosa.
Sabía que en cualquier momento el juego se terminaba así que sin pensarlo me la acerque a la boca y antes de metérmela, lo mire como pidiéndole permiso… y me dejó seguir.
Recuerdo que me invadió una sensación muy rica tener la cabeza de su verga contra el paladar y apretándome la lengua.
Mi papá sin decir ni una palabra soltó la toalla de sus manos y me tomo por la nuca y suavemente hacía presión para meter más su verga en mi boca.
Yo con mis mano sujetaba sus dos grandes pelotas y el comenzó a sacarla y meterla de mi boca cada vez con más rapidez y yo en el intento de que no me la quite me acercaba más a su pelvis contrarrestando su vaivén con el mío.
Se la chupaba con dificultad pero con desenfreno y con solo 6 años comencé a notar que en ese momento mi pitito estaba duro también.
Mi papá me estaba cogiendo la boca y a mí me gustaba lo que estaba pasando.
El ruido del agua tapaba los sordos gemidos que daba mi papá.
Recuerdo que me gustaba mirar la cara que ponía cuando me la sacaba de la boca y le pasaba solo la lengua por la cabeza como si fuera un perrito tomando agua.
Qué fue lo que me llevo a seguir haciéndolo? No sé.
Sabía que me gustaba, sabía que estaba prohibido, sabía que a mi papá le gustaba ese juego, no sé cómo pero lo sabía.
Y ahí estaba yo curvando un poco mi espalda para estar de parado chupándole la verga a mi papá, cuando el poniendo su mano en mi hombro hizo que me agache y agarrándose la verga se la jalo 3 veces y un líquido blanco espeso y caliente me cubrió el pecho y la cara.
Recuerdo que pensé que se estaba haciendo pis y quise apartarme, pero estaba contra la pared del baño y sus piernas atrapado.
Por instinto me agache y me cubrí.
Cuando mi papá se relajó me ayudo a levantarme del piso y me abrazo diciéndome que no me asuste y le pregunté por qué su pis era blanco, y me explico que no era pis, sino leche.
Y cuando dijo eso instintivamente junte un poco de mi cuerdo con los dedos y me lo lleve a la boca.
No recuerdo si me gustó o no, pero me lo comí y mi papá me revolvió el pelo y me dijo “dale báñate que es tarde” se envolvió la cintura con la toalla y salió del baño.
Si les gusto les sigo contando recuerdos.
Saludos.
Fue un gran relato y me gustaría leer más. Espero que continúes subiendo anécdotas
Hermoso relato, me encanta todo lo que hacia ese papi morboso
compa me hice una buena paja en honor a este relato ojalá yo pudiera hacer eso con algun niño espero la segunda parte y poder contactarnos cuidate
De dónde eres?
Sigue contando me imagino que le seguiste mamando la verga a tu padre ya despues te rompio el culo te gusto como te cogia y nadie supo lo que hacian los dos continua contando
Buen relato espero puedas seguir contando.
Buena historia, muy personal