Preñado con Veneno
Justo en lo que sentí el primer chorro chocar con mi hambriento culo mi putería volvió, el morbo se apoderó de mí de nuevo y le dije: mételo papi, préñame y cámbiame para siempre.
Lo que leerás de ahora en adelante es verídico. Por favor, si te gusta, puedes expresarlo por correo o con comentarios. Si no te gusta, te entiendo (porque es un morbo fuerte) y espero respeto de tu parte. Intenté publicarlo en otra web y duró sólo 12 horas, con muestras de amor y odio a la vez, por lo que espero que aquí sea aceptado y respetado porque es sexo SIN TABÚES.
Siempre supe que era gay aunque no lo decía a nadie. Mi primera experiencia sexual fue con un primo cuando era adolescente. En unas vacaciones en su pueblo, estuvimos varias semanas masturbándonos juntos, hasta que un día no se aguantó y me puso a chupársela y a tragarme su semen. Estuve por una semana tragando semen a diario unas tres o cuatro veces, pero las vacaciones llegaron a su fin y mi ración de leche nutritiva había terminado.
Supongo se preguntarán cómo soy y resulta que mi apariencia ha cambiado bastante con los años pero hay algo clave: soy un osito velludo. Pecho y panza velluda, culo velludo, barba y rapado, esa es mi apariencia actual en líneas generales, con ciertos rasgos árabes a nivel de rostro.
Durante 10 años estuve teniendo experiencias sexuales que fueron abriendo un abanico de posibilidades que me hicieran sentir satisfecho con cada encuentro hoy les relato como fui subiendo de escalón y llegar a una de las experiencias más extremas y excitantes de mi puta vida, y vaya en lo puta y promiscua que se estaba poniendo.
Entre los 18 y 28 años me convertí en lo que comúnmente se conoce como un gay promiscuo: no tenía pareja, tenía perfil en todo aquello donde pudiera contactar con otros hombres que sólo buscaban saciar su apetito sexual y que como yo, se excitaban con el hecho de cambiar de pareja sexual diariamente y tener un encuentro con un desconocido, aumentaba el morbo.
En esos tiempos empezaron mis aventuras. Estuve con hombres que se enamoraban de mi culo y querían cogerme a cada rato. Claro hay que admitir soy culón y eso a quien le gusta es punto a mi favor y todo activo quiere un buen culo que pueda coger, sea grande y duro. Yo feliz que me desearan y darlo, pero una de las cosas que más me excitaba era que fuesen varios los que me cogían, no quedarme con uno solo, sino comerme todo lo que tenía disponible. Al principio los encuentros fueron mayormente rápidos y todos, absolutamente todos, eran con condón. Tenía terror a coger a pelo y que me preñaran.
Sin embargo, a los 21 estudiando con un compañero de la universidad quedamos muy cerca el uno del otro y en un momento su mano tocaba mi pierna y de repente su boca se comía la mía, y más tarde, mi boca en su guevo y su guevo en mi culo… En fin, saben lo que paso pero eso no es el tema principal de este relato, aunque tengo que contarlo para llegar a donde quiero, este chico me cogió, se comió mi culo de oso velludo y metió sus 20 cm de verga negra gruesa complemente a rin pelao, a pelo, bareback, raw. Ese día por primera vez sentí lo maravilloso que se siente que te cojan a pelo y te dejen adentro una carga de leche de macho.
Lo anterior fue un antes y un después en mi vida. La verdad, inmediatamente me arrepentí y estaba muy asustado. Empecé a contactar amigos gays para conversar con ellos y sus experiencias sobre el sexo a pelo y hubo uno en particular que buscó tranquilizarme y me decía que estaba todo bien, que ya pasó y si lo disfruté, pues bueno. Estuve dándole vueltas al asunto por un tiempo y me excitaba de sobremanera, aunque me asustaba también.
Estuve unos dos meses sin sexo y se dio un trío con una pareja. Ahí validé que mi vida había cambiado. Empezaron cogiéndome con condón pero me irritaba el culo y al final terminó siendo un trío a pelo con preñada incluida. Recuerdo llegar a casa con muchísima leche dentro del culo que venía aguantando mientras iba en el taxi y pude resistir la tentación de evacuarla hasta el día siguiente cuando me desperté con una erección y mi culo aún húmedo de tanta leche.
En resumen, a partir de ese momento me convertí en un osito pasivo que empezó a culear mucho a rin pelao (a pelo). Cuando me preguntaban dónde quería que me echaran su leche, les decía que adentro de mi culito, sin condón, y así se se dio muchísimas veces desde entonces. Evidentemente había un cierto temor y cuando veía que el tipo era demasiado puto o promiscuo lo evitaba.
Cada año la putería iba incrementando y cada vez más aplicaba menos filtros. Mientras menos supiera de quien me iba a preñar me excitaba más. Cuando tenía 28 años apareció un tipo que me daba muchísimo morbo y empezó a convertirse en una pesadilla con sueño erótico, un carajo que se le notaba muchísimo que debía haber tirado con medio país sin condón, lo veía y empezaban a circular las películas porno por mi cabeza. Un tipo alto, negro, tatuado, atlético, con un guevo de 22cm, grueso y lechero, quería cogerme y de una me dijo que sin condón y que iba a acabarme adentro del culo. Empezaron mis dolores de cabeza y mis indecisiones morales porque algo me decía que no debía darle mi culo a este maromo negro.
Este tipo me daba muchísimo morbo. Sabía que debía ser tremendo puto y buscaba saciar mis ganas de sexo con otros para evitar caer con él, aunque lo deseaba. Tipos iban y venían a darme guevo y llenarme el culito de leche, pero aún nada que se lo daba y él quería, él sabía que yo quería y que era un oso putico ideal para su guevo preñador.
Un día en el que estaba salido le dije a un vecino que me diera guevo. Él se llegó y empezamos en lo nuestro de una. Es promiscuo como yo y sabe lo que quiere: descargarse dentro de mí. Se lo mamé y luego empezó a cogerme. Yo ese día estaba muy excitado, pero por alguna razón él iba excitado de más y terminó corriéndose dentro de mi culo antes de lo que esperaba y me entró la furia. Quería más guevo, estaba picado y con mi culo dilatado y lleno de leche, necesitaba que alguien más me cogiera.
Estuve buscando por grindr, twitter, manhunt, instagram, facebook, tinder, todas las redes que existieran y no conseguía alguien que viniera por mi culo. Sólo había una persona interesada en hacerme su puto y preñarme: el maromo negro morboso. Esperé unas dos o tres horas y no encontraba nada, y como no tuve respuesta, le dije al negro que viniera por mi culo y así hizo, en media hora ya estaba entrando por mi casa, me puso de rodillas para que le mamara la verga hasta el fondo y después me sacó de la casa y me cogió en pleno porche (frente). Podían vernos pero no me importó, estaba pasándola rico, él batiendo leche y yo llevando guevo a rin pelao como buen putico. Cuando iba a acabar me lo dijo, que me iba a preñar y que nunca me olvidaría de él y empezó la explosión dentro de mi culo. Muchos chorros de leche me inundaron y pude dormir feliz bien preñado.
Después de ese encuentro tuve un cierto temor, pero se me fue pasando rápido porque el morbo que le tenía al negrote era mayor, aparte de que me encantó su cogida y la tremenda preñada. Él y yo empezamos a tener una conexión que sólo se da entre tipos putos y promiscuos, ustedes saben cuál es, la de: desde cuando no preñas, cuantos llevas, te tiraste un desconocido, hiciste cruising donde… A él le encantaba saber que tipos me llenan el culo de leche y a mí me encantaba saber que él anda preñando culos sin protocolos.
Entre tantas conversaciones morbosas que tuvimos decidí en algún momento consultarle si no le daba miedo estarse exponiendo tanto. Personalmente me daba miedo pero como nunca había tenido alguna experiencia negativa no le daba tanta importancia a culear sin condón. Él me dice que no le daba miedo, que simplemente culeaba a pelo y ya. Su respuesta me dejó con curiosidad y me lancé en el barranco preguntándole si era positivo… y me dijo que sí, que la leche que dejó en mi culo estaba envenenda, tóxica, piche y llena de bichos.
No sé cómo pueden reaccionar ustedes a esto, pero a mí en lo personal que lo viví me pasaron dos cosas: la primera es que me asusté, empecé a sentir una presión en el pecho atribuida a los nervios que me produjo su confesión y sentí cómo la adrenalina estaba dándo vueltas por mi cuerpo; la segunda sensación fue excitación, mi guevo se puso tieso y el culo se me dilató, no lo esperaba, la verdad, pero saber que él era positivo, me cogió y me preñó me dio mucho morbo.
Seguíamos chateando y él empezó con una campaña en alborotar mi morbo para preñarme de nuevo y yo estaba indeciso. No sabía que hacer. ¿Le daba o no el culo nuevamente para que me llenara de leche? Si lo volvía a hacer, seguro me iba a dar tan duro que iba a terminar infectado, pero seguro iba a ser una cogida demasiado morbosa, no sabía qué decidir. Estuvimos morboseando por unos meses más, y cada vez la tentación era cada vez mayor pero trataba de esquivarlo cuadrando con otros tipos, pero un día no pude más y le dije que mi culo era suyo.
Era un viernes en la noche. Me fumé un porro de marihuana y me tomé unos tragos de ron. Los necesitaba para lo que estaba a punto de pasar. Me puse el suspensor negro con la parte frontal en cuero, abrí las puertas de afuera y de la casa, y me apoyé en el mueble en posición de perrito, habiendo evidentemente preparado mi culo previamente para lo que iba a pasar: la limpieza interna, lubricante y una cremita para minimizar el dolor, porque sabía que me iba a coger muy duro y no me iba a preñar hasta romperme.
Sentí un carro llegar, un portazo, la puerta de afuera moverse y yo estaba cada vez más excitado. Ya mi negro venenoso estaba en casa y mi culo estaba en oferta para él. Se arrodillo junto a mi culo y empezó a comérmelo con fuerza, como si se le fuera la vida en ello, como si fuese el último culo que le quedaba. Aprovechó la oportunidad para nalguearme durísimo y dejarme marcas en las nalgas, meter sus dedos con uñas largas en mi culo y romperme. Él sabía cual era su objetivo y yo lo dejaba hacer, estaba en un estado de total sumisión.
Cuando se cansó de comerme el culo se subió en la cabecera del mueble, cuestión de que su guevo quedara a la altura de mi cara y empezó a cogerme por la boca. Me cacheteaba y me escupía, y yo se lo agradecía. Me sentía muy puto y estaba excitado, quería que ese momento fuera inolvidable para mí y para él. Me encantaba el sabor de su guevote negro, era perfecto para mi garganta y mi culote.
Me subió y empezamos a besarnos fuerte y meternos mucha mano. A él le gustaba lo grande de mi culo y a mí lo grande de su guevote, aparte de que está muy rico. Me nalgueaba y metía dedos lastimándome más. Me escupía en la boca y me decía «prepárte putico que ya pronto te daré tu veneno por puta».
Para empezar la penetración me dejó maniobrar la experiencia. Cuando estábamos listos se acostó con la espalda apoyada en la cabecera de la cama y puse lubricante en su guevo, bastante, para subirme encima y empezar a matarme yo solito con ese guevote. Al principio siempre me dolía, pero en esa posición dilataba muy rico y disfrutaba cómo empezaba a romperme. Me fui penetrando poco a poco hasta llegar a tenerlo todo dentro de mí y empecé a relajarme mientras él me metía mano y nos besábamos, hasta que fui capaz de empezar a subir y bajar, poco a poco, hasta agarrar un buen ritmo que lo hacía gemir de puro placer y llenaba el cuarto de mucho ruido al chocar mi culo con sus piernotas. Estaba cabalgando un guevo venenoso y me estaba gustando la sensación.
Cuando no aguantaba más ya tener las piernas en flexión, empezamos a cambiar las posiciones. Me cogió en cuatro, de pie, conmigo acostado en la esquina de la cama de mi cuarto y en el reposa brazos del sofá, hicimos de todo, pero me encanta para acabar estar acostado boca arriba con mis piernas rodeando a mi macho mientras éste me da full guevo con ganas y así poder ver su cara de excitación. Él me escupía y yo tragaba. Estábamos excitadísimos. Me estaba dando guevo durísimo y yo tenía el morbo a millón, mi culo estaba recibiendo un tremendo guevo y yo estaba feliz.
Cuando ya era media noche y no había nadie en la calle me sacó de la casa y me puso contra el portón. Estaba lloviendo y eso me excitaba más. Si los vecinos salían sería mi fin, pero ahí estaba yo sumiso aguantando guevo mientras él me daba duro y el portón sonaba con el movimiento. Luego me metió en el carro y me hizo cabalgarle un rato en el asiento trasero. Me decía cosas sucias como: te gusta mi guevo venenoso putica, sabes que te dará veneno y te cambiará por siempre.
Después del entretenimiento afuera ya estábamos excitados de más y volvimos a la cama a la posición del misionero, pero antes de que me metiera el guevo me di cuenta de que el suyo tenía unas manchas rojas. Me había roto por dentro y estaba botando sangre. Seguro por la excitación y las cremas que usé no me dolía, pero él lo que hizo fue poner una sonrisa de sádico y enseguida me dijo: llegó la hora de preñarte con veneno.
Empezó el miedo, yo no sabía qué hacer pero él sí, apoyó de nuevo su glande en mi culo y de un solo golpe lo metió todo, dejó la culeada excitante y morbosa por una dura y fría, pero igual seguía excitado y no quería que parara. Me estaba dando con todo y sentía arder mi culo. Le pregunté que dónde me iba a echar la leche y me dijo que me iba a preñar y que me preparara porque ya venía, que me iba a dejar una carga de leche positiva y venenosa dentro del culo y yo estaba excitadísimoo, se me subió la adrenalina a millón y el miedo también se apoderó de mí, tenía dentro de mí la verga de un tipo positivo y yo voluntariamente me estaba dejando infectar.
No sé cómo, pero mis cabales volvieron y justo antes de que empezara a botar su leche le pedí que lo sacara y así hizo, sacó su guevo y empezó a echar la leche justo en la entrada de mi culo, pero justo en lo que sentí el primer chorro chocar con mi hambriento culo mi putería volvió, el morbo se apoderó de mí de nuevo y le dije: mételo papi, préñame y dame tus bichos, inféctame y cámbiame para siempre; y así pasó, enterró toda su verga y empezó a descargar una cantidad descomunal de leche dentro de mí y cayó encima exhausto y yo no lo podía creer.
Nos quedamos dormidos así, con su verga descargando leche dentro de mi culo y él encima de mí. Nos despertamos porque su guevo se erectó de nuevo y empezó a darme más cogidas pero rápidas. Me preñó unas seis veces esa noche y de mi culo salía su semen con un color rosado por la mezcla con mi sangre. Dormimos juntos abrazados y me dijo que me iba a proteger si me infectaba, que con él iba a estar bien.
Después de eso repetimos varias veces porque quería siempre garantizar que tuviese el culo lleno de leche y de su virus. Como en mi país no se conseguía tratamiento a esa fecha y él ya llevaba varios meses sin recibirlo, terminó yéndose a Colombia y yo tenía la duda de si realmente me había infectado o no. Tuve una gripe después de que tiramos a las semanas y pensé que sería mi seroconversión pero no fue así. Cuando me hice los exámenes salí negativo y tres años después lo sigo siendo, aunque ahora soy más promiscuo que nunca y los tipos positivos me dan mucho morbo.
Que loco.!!!!
Super loco jejeje… buen relato amigo… 🙂 😉 🙂 😉
Q rico.
He leído este tipo de relatos en una página «especialista» en estos temas, y créeme, el tuyo es muy suave en comparación con lo que leer por esa página.
Donde puedo encontrarlos?
Me encanta tu relato. Me encanta coger con lenguaje poz. Yo feliz de que me dejen su veneno.
Me encanto tu relato.
No hay nada más lindo que un mochote viril preñandote