PRIMER DIA DE VACACIONES
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por hot_3814.
PRIMER DIA DE VACACIONES.
Esteban, su padre Miguel y yo, Gerardo ya oficialmente Padrino del pequeño, despertamos el primer día de vacaciones en Santiago.
Como ya señalé en mis relatos anteriores (Fiesta Costumbrista I, II Y III) conocí a ésta especial dupla padre-hijo y no solo me transformé en amigo sino en Padrino del chico, y como tal les invité a conocer y disfrutar de unos días de vacaciones en Santiago, lo que para mi suerte y placer traía asegurado mi disfrute de la relación incestuosa que ellos mantienen.
Aquella mañana ya tuve un grato despertar.
Normalmente me despierta la alarma horaria a las 6,30 pero en esta ocasión la “alarma” fue sentir como una ávida boquita estaba succionando mi pene con expertiz que la práctica le había dado.
Me tenía agarrado el pene a dos manos y chupaba y lamia mi sexo, incluidos mis huevos que alternaba en su boca dando un ligero apretoncito con su lengua que aumentaba el placer que me producía.
¡Vaya forma de despertar!
Miré al lado y vi a Miguel que me saludaba con una gran sonrisa.
Había despertado mucho antes, como todo hombre de campo y me dio un “buenos días” al que respondí con un “muy Buenos son” haciendo un gesto hacia abajo donde Esteban seguía en su labor que tan bien sabe realizar.
Lo deje un par de minutos y le dije que se moviera y me acomodé de espaldas invitándolo a sentarse en mi pene que ya estaba en su total esplendor.
Tome un tubo de lubricante que convenientemente mantengo a mano y me aplique abundantemente en mi sable y Gerardo empezó a acomodarse sobre él y lentamente se fue sentando, clavando en su huequito toda mi carne ansiosa hasta quedar sentado solo sobre mi pelvis, quedándose quieto en esa posición por algunos segundos mientras se dilataba plenamente que siempre a pesar de soportar grandes vergas, se cerraba nuevamente quedando casi virginal, por lo que cada nueva penetración igual le producía alguna molestia inicial, pero que rápidamente pasaba quedando entregado al morbo y el placer.
Una vez que el chico se sintió lo suficientemente cómodo con mis 18,5 cms en su interior, empezó a cabalgar en un sube y baja desde la punta y hasta el fondo, suave de inicio y poco a poco aumentando la intensidad acompañado todo de unos gemidos y sonrisas que mostraban claramente que estaba encantado.
Yo ni que decir, lo tenía agarrado de la cintura para ayudarlo en su labor y también para adecuar el ritmo a mi propia conveniencia, y también me salían algunas exclamaciones y gemidos que daban cuenta del gozo indescriptible que tenía.
Prontamente me di cuenta que no podía soportar mucho tiempo a dicho ritmo y placer, me acerque al borde de la cama y afirmando al chico me levante con él en la misma posición y lo puse de espaldas sobre la cama yo arrodillado al borde de ella, ubique sus pies sobre mis hombros y le empecé a bombear el culito mirando como mi pene salía y desaparecía hasta el fondo en aquel huequito placentero, el cual mostraba señas de la crema que me había aplicado antes y nada más extraño, lo que me indicaba que previamente se había aseado internamente como le había enseñado, con lo cual el placer siempre estaba asegurado sin consecuencias secundarias que siempre son desagradables.
Ya no soporté más y me fui dentro suyo entre exclamaciones, bufidos, suspiros e incluso groserías como muestra del placer recibido, y con la sonrisa cómplice y agradada de Miguel.
Perdí la cuenta de los chorros de leche que inundaron aquel culito, pero fueron varios como es lo normal que al final empezó a rebasar y salir expelido a todos lados.
Me acomode de nuevo en la cama, Esteban al medio mirándome y su padre a su espalda ya empezando a acomodar su vergota para darle otra ración, y nuevamente (como la noche anterior) en un envión llego al fondo de aquel culito ya convenientemente lubricado y dilatado, empezando un frenético mete saca en esa posición, mientras yo me acerque a la carita del niño y lo empecé a besar profusamente, introduciendo mi lengua en su boca mientras su padre introducía sus 20 cms de grueso pene en la grutita tantas veces profanada, con lo que recibía una doble follada, anal y bucal, pero esta vez con lengua y pene a diferencia de las anteriores que era pene/pene.
A poco de hacer sentí un fuerte gemido de Miguel y empezó a temblar en espasmos, dando a entender que estaba lanzando su leche caliente al interior de su hijito y mezclándola con la mía, chorreando por todos lados al pequeño y por cierto la cama, que me hizo comprender que debería comprar varios juegos de sabana para ir cambiando cada vez que le diéramos el uso distinto a dormir como es lo normal y que yo estaba ya seguro seria muchas veces.
Nos quedamos reposando en la cama, empecé a acariciar al niño, en especial su culito el cual estaba inundado de leche tibia, acaricié su huequito y quedé sorprendido que ya estaba semi cerrado, volviendo a su estado natural.
Por ello, no obstante que su padre lo penetraba desde tan tierna edad, seguía dando placer como si fuera su primera vez, sin importar la cantidad de veces penetrado e incluso que fuera más de una persona la que lo hiciera con penes de distinto grosor y tamaño.
Se me iluminó la mente de morbo al pensar en cuantos penes sería capaz de soportar en una sola sesión y me decidí a ir tocando el tema poco a poco y ver que podía resultar de todo ello.
Me fui a la ducha rápidamente, para preparar el desayuno y hablar de la programación para ese día y para los que venían, siempre dejando que el chico fuera quien diera las ideas de acuerdo con sus deseos, que mis deseos ya estaba siendo satisfechos y con creces…………(continuará).
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