Primera vez con mi mejor amigo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Bialex.
Carlos y yo nos conocimos en nuestra oficina nos asignaron un puesto de trabajo juntos y desde el comienzo hubo una gran amistad entre los dos, amigos a primera vista, si se puede decir así! Carlos, esalto, muy atractivo y muy apetecido por las mujeres en La Oficina, los dos habíamos conocido a nuestras novias allí en el trabajo, así que era común que los cuatro saliéramos constantemente después del trabajo a celebrar los pagos, a cenar etc.
Pronto empezaron los viajes de trabajo y Carlos y yo decidimos compartir la habitación en el hotel donde estábamos hospedados.
Esa noche mientras yo observaba el panorama desde el balcón de la habitación el entró y me pasó el brazo por el hombro, eso me sorprendió porque fue un contacto más cercano al que normalmente teníamos en la oficina.
Yo respondí, pero al ser él más alto que yo, lo tomé por la cintura, el me estrechó a su cuerpo, yo lo permití y quedamos así por unos minutos en silencio observando el bosque que teníamos frente a nosotros, yo sentí algo muy extraño en mi cuerpo, lo disfrute y se que el también.
No dijimos nada, nos soltamos después de 5 o 1o minutos y entramos de nuevo a la habitación como si nada, nos acostamos cada uno en su cama y conversamos de muchas cosas hasta muy entrada la madrugada.
Al día siguiente yo veía a Carlos diferente, el abrazo en el balcón cambió mi manera de ver y sentir a los hombres.
Desde ese día la relación entre Carlos y yo fue mucho más cercana, la amistad más fuerte y el contacto físico también! En plan de juego y chiste, siempre buscábamos oportunidad de tocarnos las manos, la pierna, pronto nos escribíamos mensajes por messenger todo el día.
En muchos otros viajes que tuvimos yo empecé a disfrutar mucho el verlo en ropa interior caminar por la habitación, me gustaba verle el culo marcado en sus bóxer, sus piernas, su paquete que anunciaba un gran tamaño se veía muy varonil y eso me gustaba.
Estoy seguro que el lo hacía a propósito para excitarme y lo lograba! Yo era más tímido pero trataba de hacer lo mismo y se que el también me miraba y lo disfrutaba.
Una de esas noches, tuve que hablar con el, le tuve que contar que me iba del país.
Había encontrado un nuevo trabajo que era el sueño de mi vida y tenía que hacerlo.
Cuando se lo conté, noté su tristeza, me abrazó muy fuerte, me dió un beso en la frente, me abrazó de nuevo y me dijo cuánto me iba a extrañar.
Yo también le dije que lo extrañaría mucho pero mi viaje iba a ser en algunos meses.
Hubo mucho contacto esa noche.
Al ser verano solo estábamos en bóxer, no teníamos camisa y estuvimos mucho tiempo abrazados, nos tomábamos las manos.
el roce de su piel con la mía me excitaba cada vez más, pero no me atrevía a ir más allá, éramos simplemente dos "heteros" expresándose cariño mutuo.
aún abrazados me dijo Carlos al oido "quiero que duermas conmigo esta noche".
Era lo que estaba deseando tanto.
obviamente le dije que si y nos acostamos en mi cama, Carlos me abrazó, sus piernas rozaban las mías, mi cabeza encontró la parte alta de su pecho desnudo muy cerca de su cuello, yo oía su respiración cada vez más fuerte, más intranquila, más descontrolada, él me estrechaba cada vez más a su cuerpo.
Y ahí estábamos abrazados en la misma cama, yo temblaba y cada segundo sus labios estaban más y más cerca de los míos, el pulso cada vez más rápido, la excitación siempre creciendo en alma y cuerpo.
Era lo que estaba esperando inconscientemente desde hace tanto, desde ese primer viaje.
no se quien llegó primero a los labios del otro, pero ese segundo en que lo besé, en que me besó, duró para siempre.
Perdimos el control, el beso tembloroso y frágil, fue creciendo cada vez más.
Su lengua jugaba sin cesar con la
la mía, gemíamos de placer.
nuestro cuerpos fueron buscando impacientes el miembro del otro.
lo sentí! Era su pene grande erecto, de macho rozando el mío en un vaivén sin fin, estábamos muy editados.
Sin pensar más busque entre sus bóxer su verga, grande húmeda y lo masturbe, el no dudó en hacer lo mismo conmigo, no éramos más delicados.
Éramos dos machos pajiandose sin piedad cada vez más profundo.
Nuestro precum inundaba nuestras manos, nuestros gemidos silenciosos pero intensos llenaban la habitación caliente del verano, ardiente del sexo que estábamos teniendo.
Carlos empezó a presionar con su culo recóndito hasta que sentí como mi
Mano se llenaba de su semen.
semen de hombre, caliente.
Fueron 5 o 6 contraciones que dejaron a Carlos caer en el más hermoso de los orgasmos .
yo no podía más.
quería venirme.
entonces el bajo a mi verga y empezó a mamarmela como nunca nadie lo hizo antes: jugó con su lengua de la cabeza al tronco, se metió mis huevos en la boca y poco a poco con mi verga metida hasta su garganta, empecé a aumentar el ritmo, me estaba comiendo su boca y el empezó a sobar mi ano, no aguante más.
ahhhh ahhhh eran mis gemidos interminables me vine en su boca en un orgasmo que aún siento.
Solo la almohada pudo callar mis gritos, Carlos y yo quedamos unos minutos en silencio, solo oíamos nuestras respiraciones agitadas, los jadeos de dos hombres que morían de sexo.
Luego subió, Carlos volvió a mi y me besó.
tenía aún mi semen en su boca.
bebimos nuestro romance, fundimos nuestro deseo y compartimos en un beso increíble el fruto de mi orgasmo.
esa noche dormimos y despertamos juntos, abrazados.
amándonos.
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