Primera vez de un maduro
Aquel viaje en autobus nunca lo olvidará.
Manel nunca imaginó lo que le deparaba aquél viaje en autobús hacia su trabajo
Como cada día a las 8 de la mañana desde hace un montón de años Manel cogió el autobús para ir a su trabajo en aquella gran Ciudad, le esperaban 45/50 minutos de viaje incómodo, a esa hora el autobús siempre iba lleno, estudiantes y trabajadores lo llenaban hasta los topes. Aquella mañana de primavera había una luz hermosa y la temperatura a esa hora era ya muy agradable, Manel vió un buen sitio para situarse y realizar un viaje tranquilo en la trasera del vehículo.
Se colocó delante de unos estudiantes, parecían universitarios, Manel calculó que tendrían entre 20/23 años, e iban, como todos los de su edad, mirando sus teléfonos y los cascos puestos, no les concedió demasiada importancia y se agarró a la barra vertical que tenía delante para hacer más seguro el viaje, en la siguiente parada entró otra buena cantidad de pasajeros y empezaron los apretujones y Manel sintió como se pegaba a su cuerpo el muchacho que llevaba detrás, olía muy bien a una marca de perfume que Manel conocía bien, le resultaba agradable notar aquel perfume y sentir aquel cuerpo joven que con el movimiento del autobús se pegaba y se separaba, se pegaba y se separaba, hasta que ya solo se pegaba…
Sintió el cuerpo del joven pegado al de él, hacía mucho tiempo que no sentía ese calor que produce la cercanía de otro cuerpo, su mente se trasladó al recuerdo de su esposa, fallecida hacía tres años y medio y desde entonces no tuvo ninguna relación sexual con otra mujer, a sus 62 años se «relajaba» con alguna masturbación esporádica, de repente volvió a la realidad al sentir una mano apoyarse más tiempo del debido en su trasero, fué como si un calambre recorriera su cuerpo, sintió que su polla reaccionaba ante aquel contacto inesperado, una voz aniñada le dijo al oído:
– No te preocupes te haré pasar un buen rato y nadie notará nada.
Manel miró hacia atrás y vió por primera vez la cara del muchacho, tenía la tez morena y el pelo largo y un arito en el lóbulo de la nariz, sintió que una mano le abrazaba a la altura de la cintura y desabrochaba un botón de la camisa, y luego otro, solía llevar la camisa por fuera del pantalón para que no se le notase tanto su barriga, sintió que aquel muchacho la acariciaba e iba subiendo su mano derecha hacia su pecho mientras la izquierda se movía en círculos por encima de su pantalón.
Manel noto la erección inmediatamente y echó un vistazo alrededor para ver si alguien les miraba, todo el mundo iba a lo suyo y no vió que nadie estuviese pendiente de ellos.
-Me gustas mucho, llevo tiempo viéndote en el autobús, pero nunca te ponías cerca de mi, me pones muy cachondo, ¿lo notas? Dijo el muchacho que de repente arrimó su polla y Manel dió un respingo:
-Te gusta eh! le dijo, al tiempo que comenzaba a acariciarle los pezones, le agarró la mano que llevaba libre y se la llevó a su polla, Manel noto como la polla de chaval estaba dura como una piedra y le pareció enorme.
Mientras tanto el chico fué metiendo la mano por debajo del pantalón y apartando el calzoncillo acarició las nalgas de Manel al tiempo que iba tratando de llegar a su agujero, sobaba las nalgas de manel apretándolas y soltándolas, tenía unas manos suaves y al mismo tiempo expertas que hacían gozar a Manel de una manera nunca experimentada.
Él no soltaba aquella polla e intentaba mover sus manos adelante y atrás, y notaba la respiración agitada del muchacho, que acabó por llegar a su agujero y poco a poco, luego de humedecerlo en su boca fue metiendo un dedo en el agujero, lo que transportó a Manel a sensaciones nunca experimentadas, nunca imaginó que aquello le fuese a gustar tanto.
El muchacho, que seguía acariciando el pecho y pellizcando suavemente los pezones, fue bajando su mano lentamente, haciendo grandes círculos en el pecho y la barriga de Manel, desabrochó su cinturón y metió su mano, para agarrar la polla de Manel y comenzar a acariciar su miembro con delicadeza antes de comenzar el sube y baja, lento, de la masturbación.
Manel, a su vez, seguía con el movimiento en la polla del joven y notaba como el chico se arrimaba más y más a él, empujándolo con su polla como si quisiese penetralo y ala vez seguía masturbando la verga de Manel, al tiempo que comenzó a besarlo por la parte de atrás del cuello, le decía palabras obscenas que ponían a Manel a mil, de pronto Manel noto que la polla del joven se ponía como más hinchada y dura, sintió la punta de aquella polla echar chorros de un líquido caliente, se estaba corriendo a chorros, aquel adonis que intentaba follarlo, se estaba corriendo en su mano y sus pantalones.
Después de correrse, el muchacho siguió sin parar de jalarle la verga Manel estaba en el cielo del placer, aquella mano suave recorría su polla con movimientos alternos, un poco suavemente y luego aceleraba, le tocaba con un dedo la punta y extendía el líquido preseminal por toda la polla, de repente sintió como un calambre subía por sus piernas, noto como se movía el dedo dentro de su culo, haciendo movimientos de mete y saca y no pudo aguantar más, se corrió, vaya si se corrió, y tuvo que morderse los labios para no gritar de placer, ni en los mejores momentos con su mujer había sentido tanto placer, sintió correr su semen por sus piernas, acto seguido el muchacho llevó su mano llena de su semen a la boca de Manel que chupó por primera vez su leche aún caliente.
Se dió la vuelta y besó a aquel chaval que le había llevado a un cielo que desconocía, ya le daba lo mismo que le vieran besarle, se limpió lo que pudo y en la parada siguiente se bajó sin despedirse siquiera, notando como aquél líquido pastoso hacía pegarse sus pantalones a sus piernas y su culo…
Espero que les guste este mi primer relato, opinen en instagram @mbp6.591
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