Primeras mamadas a Liam
Lu, mira como me tienes así todo el día, mira, mira Lu. Liam se sujetaba la polla haciéndola que se notara bajo la tela..
A Liam le llevan los demonios ver a su padre que me besa y me acaricia, y no puedes figurarte en el momento en que me carga en sus brazos para llevarme a la cama.
Supongo que eso le duele, pensar que su padre me esté montando en la habitación debe ser terrible para él, pero está en su derecho no?, para eso me trajo a vivir con él y seguro que Eis considera su derecho verme como su mujer.
Tanto debió ser su frustración y cabreo que se levantó de improviso, y con un seco “buenas noches”, subió a su habitación, y claro que eso levantaría suspicacias, no era normal en él, ya que antes era Eis quien terminaba la tertulia de la noche y los mandaba para arriba a sus habitaciones.
Es todo tan delicado y extraño, Liam no se da cuenta de que su padre es lo primero, le guste o no, soy su pareja, se supone, porque a estas alturas ni se lo que soy ni para lo que estoy aquí. Me armo un tremendo lío cariño. Tampoco se da cuenta de que él mismo es mas exigente que Eis, porque, claro que se marchó de forma inadecuada para no presenciar lo que vino después, pero claro, él no renuncia ni piensa en los demás.
Egoísmo de la juventud? Quizá sea eso, y en parte lo entiendo, por su calentura y que siempre se siente excitado, pero debe guardar las formas, comportarse como un chico mayor, ya que el mismo se considera así, y así se lo hice saber a la tarde cuando llego del colegio, pero vamos, que me siento entre dos fuegos aunque sean fuegos amigos.
Ahora, como no tienen actividades y se limitan a lo imprescindible en las clases, llegan mucho antes a casa. Miles, su primo solo tienen algunas clases presenciales, y trabaja casi todo desde casa.
Ese lunes nada más llegar se presentó en mi sala de trabajo y cerró la puerta con pestillo, algo que no es normal ya que a mi me gusta estar siempre con las puertas de par en par. El no me hizo caso y rápido me levantó del asiento para empezar a besarme como poseído, me apretaba con tal fuerza que enseguida noté el abundante bulto en su entrepierna, llegaba desbocado.
En un momento que dejó libre mi boca le pedí que abriera la puerta o su hermano y primo sospecharían, entre besos me explicó que ya estaban en la sala de gimnasio dos pisos más abajo, que él se había quedado porque esperaba la llegada de su amigo Jace para hacer un trabajo juntos.
Como huir de sus brazos mi Pablo? él no me lo permitiría y tampoco era mi intención, sus besos sabían a miel, yo mismo estaba ya poseído, él besaba y mordía mi cuello, metía las manos por la cintura del pantalón hasta llegar a mi culo, Dios! me abría los cachetes y con su dedo trataba de traspasarme y meterlo.
-No Liam, es muy peligroso. Le suplicaba, pero sin ganas, realmente deseara que siguiera.
-No puedo aguantar Lu, llevo todo el día empalmado pensando en ti. Yo estaba abrazado a su cintura para no caer por que sus manos sostenían mi cara para que nuestros labios no se separaran, me rendí y, a mi vez, empecé a a acariciarle, pasaba las manos por su ancha espalda hasta bajar a su culo, Liam tiene un culito pequeño, respingón, muy duro, creo que más bonito que el mío que es más grande, y luego busqué su virilidad sujetándola.
Cómo no entender su necesidad si yo mismo me sentía enloquecido de deseo, sobre todo al sentir su verga en mi mano le bajé los pantalones junto con el slip y allí le tenía, ya desnudo su largo pene, lo agarré y solté un gemido en su cuello.
Liam seguía hurgando en mi ano sin dejar de besar lo que podía, hasta que me deslicé y caía arrodillado a sus pies, coloqué la cara pegada a su verga, la tenía muy caliente y dura y lentamente empecé a lamerla, primero con largos lametones a lo largo del tronco, luego sentí la necesidad de beber el flujo de líquido que le salía, cuando lo metí en mi boca miré hacia arriba, Liam se había subido la camisa mostrando el pecho, tenía los ojos cerrados, la cabeza girada al techo y se acariciaba los minúsculos pezoncitos que tiene.
Piensa el momento amor, me sentí arrobado, seducido por tanta belleza juvenil, deje de pensar en todo, solo me interesaba el muchacho en aquel instante y me centré en mamar aquella delicia de mil maneras.
Ahora la gloriosa verga, luego los huevos que aunque no eran tan grandes se sentía delicioso tenerlos en la boca, acariciarlos con mi lengua, le separé las piernas, no podía mucho ya que tenía los pantalones en los tobillos, lo suficiente para meter mi mano y abrirle el dulce valle donde su ano se fruncía.
Me mojé el dedo índice con saliva y le acaricié su virgen culito, pienso que es virgen, no hay motivo para que piense lo contrario, Liam dio un pequeño respingo y cerró los muslos apresando mi mano, enseguida se relajó y pude maniobrar con mis caricias.
Para mi no era sencillo mantener mi postura, arrodillado ante él, con mi mano acariciándole los testículos, a veces tenía que soltarlos para sujetarme a su pierna, la otra mano dedicada a darle placer en el ano, mi boca ocupada y llena de verga, volví a mirarle, él ahora me miraba expectante, esperaba mi siguiente maniobra, sus manos estaban quietas sobre su pecho, oprimí mi dedo y su ano se abrió para recibir la pura puntita de mi índice, Liam gimió y otra vez se contrajo, ahora apresando con fuerza mi dedo con su ano, inconscientemente forzó al pantalón con los tobillos para permitirse abrir más las piernas.
Sabía que le había gustado lo que le hacía, me daba permiso para que siguiera y le metí la primera falange rotando el dedo. No me lo esperaba pero en ese momento bajó las manos del pecho y me sujetó la cabeza, agarrando mi pelo con fuerza, comenzando a follarme la boca, a veces me hacía daño, cuando metía toda su polla y me golpeaba en la glotis queriendo abrirse camino, y así duró unos segundos, cuatro o cinco metidas más y se contrajo con mi dedito en su culo, el pene dentro de mi boca, los huevos pegaban en mi barbilla y comenzó a llenarme de leche, los dos primeros disparos los soltó en el fondo y no puede sentirlos y degustarlos, bajaron directos al estómago, por suerte sacó un poco la verga y el resto me llenó la boca, estuvo unos segundos brincando en el suelo hasta que dejó de salirle la leche, entonces me la volvió a empotrar consiguiendo casi ahogarme.
No sentía mis rodillas aunque no me dolían, pero continué en esa postura lamiendo y limpiando el pene del chico, luego tuvo que ayudarme para que me pusiera de pie.
Jope! como me abrazaba, sus besos sabía tan ricos. Gracias! Gracias Lu! me decía entre besos y tirándome el aliento en mi boca completamente agotado.
Tuvo el tiempo justo de subirse el slip y el pantalón cuando tocaron en la puerta, Era Luis Enrique con Jace.
Repararían en la rojez y sudor que aún cubría la cara de Liam? En el olor tan pronunciado a semen que inundaba la habitación? Yo escapé como pude y bajé a la primera planta para lavarme la boca, porque el olor realmente lo llevaba yo conmigo.
Intenté no volver a encontrarme a solas con Liam y cenó sin notársele molesto o preocupado, normal hasta el momento de levantarse de improviso para marcharse.
A la mañana siguiente, cuando Eis se levantó yo me hice el dormido para no tener que hablar, así continué hasta que los muchachos marcharon, sin salir de mi habitación, dando vueltas en mi cabeza a todo lo que había pasado estos cuatro días atrás, cuatro días que me habían cambiado la vida.
Debía de hablar con Liam, convencerle de que así no podíamos seguir y que peligraba la estabilidad familiar, también tenía que sondearle a Luis Enrique y saber lo que conocía o sospechaba.
Confiaba en el sirviente, ya me había contado sobre la situación de su familia en Perú, confidencias muy simples pero que me hacían pensar en la enorme necesidad que pasaban al no tener recursos pero sí muchos hermanos, además del aprecio que sentía por Liam, tanto como si fuera su hermano pequeño.
Quizás me equivocara en mi decisión pero necesitaba saber lo que opinaba y si contaría con su silencio. Así que después de pasar por mis obligaciones en el baño pasé a la cocina. El hombre ya estaba picando verduras para la comida, se volvió para saludarme con una sonrisa muy grande, enseñando los dientes inmaculados de blanco.
-Buenos días patroncito. Había cogido la costumbre al hablarme en español y de llamarme “patroncito” estando solos, con esa voz dulce y melosa que sacaba al emplear nuestro idioma, lo demás tenía que ser en ingles ya que el francés no lo domina.
-Buenos dias Luis, ha parado de nevar?
-Hoy nieva menos, y para, y vuelve a empezar, momentito, le preparo el desayuno. Trasteó con la sartén, el café ya estaba listo y rápidamente le acompañaban tres sabrosas tortitas que a todos nos gustan. Me costaba decidirme pero tenía que hacerlo.
-Verás Luis, es sobre lo que paso ayer con Liam en el cuarto de estudio… No me permitió seguir y me interrumpió sin más…
-Tranquilo patroncito, yo no he visto nada, usted no se preocupe por Luis, yo solo estoy para servirles. Y sin más comenzó a contar que su padre le había llamado, que el gobierno había arreglado algunas ayuditas para aliviar la crisis de los pobres, que el hambre también era buena algunas veces si no era mucha y mataba…
Creo que me escuchó el hondo suspiro de alivio que dejé salir de mi boca. Podíamos contar con la discreción del buen Luis como yo sospechaba.
Estuve alegre y contento esa mañana, lo veía todo de color de rosa, como si lo hablado con Luis Enrique hubiera sido la solución a todos mis problemas. Lo cierto es que dos horas las pasé en videoconferencias, cuando tenía tanto trabajo que hacer, tantos cuadros que calcular y rellenar datos, en fin, podía darme por contento ya que pude sacar tiempo para llamar al salón, concertar un masaje general, arreglo de pelo y alguna otra cosita, tome buena nota: miércoles 11:00 horas.
Comí acompañado de la cantinela de Luis, todo el día estando solo, debía sentirse aburrido, aunque a veces escuchaba a lo lejos la radio con la música que le gustaba. El brócoli con otras verduras estaba delicioso, filete a la plancha y fresas con nata, para chuparse los dedos.
Antes de que los muchachos llegaran entró una llamada de Oliver, quería, necesita verme, claro pensé, había pasado ya un tiempo de la última vez, le dije que no podría ser esta semana, el miércoles tenía la cita del salón y para el jueves había programadas conferencias, él enseguida se dio cuenta de que mi salón quedaba cerca de su hotel, me preguntó la hora de la cita y afirmó que podría tener algún tiempo libre si se daban prisa en atenderme. Así quedamos, tenía cierto gusanillo de cosas pendientes con Oliver que me carcomía y sería una buena ocasión para sacarlas.
Esta vez estaba pendiente de la llegada de los chicos, oido alerta para que Liam no me cogiera por sorpresa, pero no fue él quien se asomó por la puerta, fue su primo Miles con la mochila aún cargada al hombro
-Esta mañana se te pegaron las sábanas, tenéis suerte los que no hacéis nada. Sabía que lo decía en broma.
-Seguro que durante la mañana he hecho más operaciones que vosotros, los tres juntos. Le tiré una bola de papel y retrocedió haciendo aspavientos y riéndose. Unos minutos más tarde aparecía Liam, llegaba sin la mochila y haciendo gestos con las manos, se acercó y me dio un beso en la mejilla. Luego en voz alta, para que los demás le escucharan dijo:
-Bajamos a comer algo antes de hacer ejercicio, me guiñó el ojo y volvió a darme un beso más largo pero en la mejilla también añadiendo: Enseguida vuelvo Lu…
Un rato después los escuchaba cambiándose de ropa entre risas y como bajaban las escaleras Miles y Ryan, por el contrario Liam apareció en la puerta, sonreía y pleno de travesura los ojos le brillaban. Se acercó a mi silla a grandes zancadas y me levanté para que no me agarrara.
-No juegues Lu, sabes que te voy a coger, además no tenemos mucho tiempo, ayer no pudimos acabar el trabajo y va a venir Jace.
-No es juego, es que no va a pasar nada Liam, vamos a hablar de todo.
-De todo qué, no puedo esperar más, estoy que exploto Lu, mira como me tienes así todo el día, mira, mira Lu. Liam se sujetaba la polla haciéndola que se notara bajo la tela.
-Pero Liam, esto no puede ser, soy el novio de tu padre, no te das cuenta? debías verme como un amigo, un hermano…, y mira como hemos acabado, aunque ya se que es culpa mía por no saber decir no desde el principio. Me detuve agotado.
-Yo te quiero a ti Lu, no que me des lecciones, venga, no digas más tonterías, además a ti también te gusta, no? Ayer bien que la gozabas cuando te dejé la leche en la boca, parecías extraviado y tenías los ojos en blanco, te gustaba eh,? no lo niegues.
No sabía porque, pero conseguía que mi cara se pusiera roja.
Venga Lu, no seas malo solo será una mamada aunque sabes lo que me gusta más. Y otra vez me di por vencido, o deseaba ser derrotado.
-Esta bien, te la chuparé. Me deje coger, que más daba ya si estaba vencido, me besaba a la vez que me bajaba los pantalones.
-No Liam, hemos dicho que solo mamaré tu polla. Pero no paró hasta que tuvo mi ropa en el suelo, entonces se quitó su pantalón y el bóxer, con prisa, y los tiro a un lateral, volvió a la puerta, la cerró con pestillo para volver a sentarse en mi sillón.
Ahora empieza Lu, así te será más cómodo. Vaya…, hasta había pensado en mi, y si estaría mejor ya que podía ponerme de cuclillas o arrodillado. Volvía a tener ante mis ojos su preciosa herramienta, y era cierto que la tenía roja para explotar.
Se la agarré con la mano para bajarle todo el prepucio y que estuviera la cabecita al aire, creo que ya te lo he dicho pero lo repetiré, es una belleza de polla, digna de admirar, antes de meterla en mi boca, y huele tan bien que se me hace la boca agua antes de comenzar a chuparla.
-Como ayer Lu, hazlo como ayer. Se corrió el culo en el sillón dejándolo justo en el filo, y ahora entendí que deseaba que le metiera el dedo. Le sonreí a la vez que abrazaba la polla con mis labios.
Volví a sacarla para decirle, peguntarle:
-Te gustó eh?
-Sí, no sabía que daba tanto gusto tener tu dedo en mi culo, pero empieza de una vez, va a llegar mi amigo antes de terminar.
Y como me lo pedía con tanta ansiedad, mi boca y todo mi ser se centró en darle placer. Pronto sus gemidos se confundían con el sorbeteo de mi boca chupando sin parar la rica verga, intentaba que mi boca metiera ruido, me parece muy erótico que se escuche el sonido de la polla entrando y saliendo de mi boca, mis aspiraciones tan fuertes donde le hacía temblar, para al final sacar el capullo de la boca y que sonara el plof del aire al entrar.
No me era fácil acceder a su ano y él se dio cuenta, pasó las piernas, cada una en el brazo del sillón para quedar sentado como una nena en el paritorio, con su culito a mi disposición, aunque ahora tenía que arrodillarme para seguir mamando la polla a la vez que le acariciaba el ano, un culito que ardía de ganas por que se lo abrieran, por un segundo pensé que Liam alguna vez dejaría que un macho lo llenara, estaba empezando a sentir el placer que le podía dar su ano y ya no pararía, porque esto no se le olvidaría nunca.
Mamé poniendo lo mejor de mi, lo mejor que se hacer para darle placer hasta que, volvió a anunciar la llegada del semen dejando salir un sordo rugido de placer, bajó las pierna de donde las tenía, mi dedo salió disparado de su ano y se sujeto a los brazos mientras saltaba su cuerpo en el aire botando sobre su culo.
En esta ocasión no tenía la verga tan dentro de mi y todo el semen me llenó la boca, lo dejé salir y que resbalara por el tronco de la verga hasta el pubis y sus huevos, luego lo fui recogiendo con la lengua, paladeando la leche de mi pequeño, y tenía toda la razón, me gustaba mucho su semen, terminé dejándosela limpia, pero roja aún y seguía dura.
No hubo tiempo para mucho más, nos arreglamos la ropa y pase al baño de su habitación para enjuagarme la boca.
En esta ocasión Luis Enrique me llamo para avisar de que Jace había llegado y preguntando si lo dejaba subir.
El muchacho debió subir las escalaras corriendo, debía tener muchas ganas de encontrarse con su amigo, esta vez me dio la mano como todo un caballero, el chico no dejaba de mirarme sorprendido, algo tenía que haberle hablado Liam de mi. Es un muchacho moreno, guaperas, la verdad es que a mi todos los jóvenes me parecen guapos, sorprendente que tuviera los ojos azules siendo de pelo moreno y no es más alto que yo, quizá 1,65, pequeño al lado de Liam, pero los dejé para que hicieran el trabajo que les faltaba.
Creo casi seguro que a Liam no lo podré contener, tarde o temprano nos descubrirán.
Besitos para ustedes y gracias por leerme.
Mi correo:
[email protected]
Por si alguno de ustedes quiere hablarme sobre cualquier cosa que se les ocurra.
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