Primo paqueton
A los 11 años soy adicto al paquete de mi primo.
Mi nombre es Nicolás, me dicen Nico y el relato a continuación es una historia 100% real de mis primeros acercamientos al sexo gay. Por temas de discreción cambiaré los nombres de los protagonistas…
A mis 10 años yo era un niño bastante lindo, pelo con rulos castaños, ojos color miel, rellenito por lo que mi culo saltaba a la vista y bastante afeminado, sin saber porqué…
En mi familia practicaban fútbol, por lo que íbamos a la cancha todos los domingos, a mí me empezó a llamar la atención la entrepierna de los futbolistas y de vez en cuando inocentemente espiaba en los camarones con la intención de ver lo que ocultaban esos bultos en shorts deportivos.
Ya para mis 11 años había visto en los camarines muchos penes, pero nunca uno erecto, entre unos descuidos, algunos adultos me habían pillado mirando de más, pero hasta el momento solo eso…
Un domingo nos visitó un primo de mi papá (al que le diremos tatan)
El tatan era un joven 8 años mayor que yo, para ese entonces el tenía 19 años, a mí me llamaba mucho la atención ya que además de ser un trigueño de 1.80 CM, tenía una hermosa sonrisa, gran nariz, ojos cafés, grandes piernas por jugar a la pelota, guatita chelera y lo que más resaltaba era su enorme paquete, a mí me obsesionaba, y era tan grande que suponía que usaba algún tipo de relleno para acentuar su entrepierna…
En mi casa había piscina, por lo que en una actuada inocencia le dije al tatan que nos bañarnos en la piscina antes de ir a la cancha…
Tatan: pucha pelao (me decía pelao de cariño, el era un primo menor de mi papá, por los que es mi primo en tercer grado)
Mi papá lo escucha y dice «Nico, ve y pásale uno de los míos»
Yo: ven tatan. Y lo guíe a la habitación de mis padres, donde le pase un short deportivo.
Tatan: puedes buscarme uno con maya, así no mojo mi ropa interior.
El morbo me puso colorado y le busque uno con maya, a lo que el dice «me lo voy a probar»
Yo me emocioné cuando lo vi bajarse el pantalón, pero al instante se dio media vuelta, y rápidamente se baja los boxers y se pone el shorts dándome la espalda, solo pide ver por unos segundos su culo redondo, duro y peludo, se subió los pantalones, y fue directo a la piscina y yo lo seguí.
Se tiró un piquero y a continuación me lancé yo, al instante el se sale de la piscina para darse tirarse un segundo piquero. Al salirse puse confirmarlo…
El traje de baño me quedaba ligeramente grande, al salirse de la piscina le escurría el agua y el short se le bajaba hasta el pubis… Bajo su pequeña panza chelera se veían unos oblicuos y un pubis que definitivamente me llamaban la atención, la línea de bello le comenzaba desde el ombligo, pero a medio camino dejaba de haber pelo y podia apreciar que se depilaba la zona, el short se afirmaba precisamente de su enorme paquete que se mostraba con indecencia como si trajera escondida una pelota de tenis… Yo estaba embobado, estuvimos bañándonos y tirando nos piqueros en la piscina unos 30 minutos y cada vez que el tatan salía de la piscina, yo no despegaba los ojos de su paquete, el lo empezó a notar…
Mi mamá nos interrumpe y nos llama a almorzar…
Tatan: ya pelao, préstame una toalla (me dice acomodándose el paquete)
Yo sonriente de manera pícara e inocente y mirando desde sus ojos a su paquete, la pasé una toalla, se la amarró a la cintura, se sacó el traje de baño con la toalla puesta y así mismo se puso su ropa, por lo que no pude ver nada.
Almorzamos ligero ya que en la cacha harían carne asada…
Nos fuimos los hombres a la cancha, ya que mi mamá acostumbraba quedarse los domingos en casa en la piscina con alguna tía o primas (yo era hijo único para ese entonces)
El primero en jugar fue mi papá en «tercera», luego juega el tatan en «segunda» y yo no me perdí ni un minuto del partido de fútbol porque podía ver cómo le rebotaba el paquete al tatan mientras corría tras la pelota… Mientras el tatan jugaba mi papá prendía el carbón para el asado y tomaba chelas con sus amigos, los amigos de mi papá también eran guapos, pero ninguno me llamaba la atención como el tatan…
Al terminar el partido de «segunda» siguen «los viejos», se acostumbra darse una ducha al terminar el partido, pero el tatan no se duchó porque volvería a jugar en «primera», los de primera jugaban después de infantiles y infantiles jugaba después de los viejos (yo al tener 11 años aún jugaba en infantiles y debo admitir que no era el mejor futbolista, pero me emocionaba ser parte y me servía para correr, hacer deporte y jugar con otros niños de mi edad)
Mientras jugaban los viejos, mi papá en la parrilla le ofrece una chela al tatan y este la acepta, yo estaba ahí junto a ellos y discretamente me apoyaba en el tantan y como sin darme cuenta, al pasar cerca de el rosaba su paquete, el no se movía, se hacía el tonto como que nada pasaba… Yo ya no me conformaba con ver su paquete, quería tocarlo…
Luego de un rato llega la hora de prepararnos para jugar en infantiles y mi papá le pide al tatan que me ponga el uniforme. Yo corro emocionado al camarín con mi bolso deportiva y atrás de mi venía el tatan. Yo me cambiaba solo pero necesitaba ayuda para venderme (así no me torcía los pies y evitaba lesionarme, todos mis parientes lo hacían) el tatan solo me acompaño para que yo no fuera solo al camarín, para cuidarme, al terminar de vestirme el tatan me pone las vendas en los tobillos y al estar listo me da una palmada en las nalgas y me las aprieta ligeramente, yo lo miro sonriente, le agradezco y salgo a jugar…
A mitad del partido me llega un pelotazo muy duro en la cara y me sangra la naríz, mi papá fue a verme, yo lloraba, me saca del partido, me tranquiliza y me pone papel higiénico para papar el sangrado. El tatan por su lado estaba encabronado porque no pudo jugar en primera ya que habían muchos jugadores, el ya había jugado y no podían tener preferencias con el ya que jugaba por el club solo esporádicamente, resignado le dice a mi papá que se va a bañar para irse, «no te vayas weon, como te vas a ir enojado si aún falta comer asado y quedan chelas, anda a bañarte y vuelves a comer y chelear» le indica mi papá.
Tatan: ya, voy entonces, ¿Pelao te quieres ir a bañar también?
Yo aún tenía los ojos llorosos, tenía la cara embarrada de tierra, sudor y sangre, por lo que mi papá me siguiere que vaya con el tatan.
Yo triste y algo avergonzado, voy al camarin con el tatan, hasta que me doy cuenta que VOY A BAÑARME EN EL CAMARIN CON EL TATAN!
Al llegar al camarin me quitó la ropa rápidamente y entro a la ducha desnudo dejando ver mis pronunciadas nalgas y mi infantil pene.
Acto seguido el tatan se desnuda y al fin pude ver lo que tanto me llamaba la atención…
Continúa…
Segunda parte
gran relato como sigue