Profundizando en la relación (Ángel | parte 4)
Ángel se siente renovado, por fin sale con Álex y su vida cambia a mejor, llevando su relación al siguiente nivel..
(Hola! Llevo mucho tiempo sin publicar, pero por fin aquí estoy siguiendo la historia de Ángel, espero que os guste)
Esa noche me costó conciliar el sueño. Sentía muchas emociones al mismo tiempo, y ¡por fin tenía novio!
No podía parar de pensar en Alex, en los besos que compartimos, en cómo nos abrazamos, y en lo bueno que era siempre conmigo. En cierta parte pensaba que no me lo merecía.
Finalmente me acabé durmiendo bastante tarde, así que cuando me tocó despertarme al día siguiente para ir a clase casi no me levanto.
Apagué el despertador del móvil y arrastrando los pies me dirigí al baño para darme una ducha rápida y me puse lo primero que encontré por ahí. Mientras todo esto ocurría sólo podía pensar en una cosa, Alex era mi novio… todavía se me hacía raro pensarlo en mi cabeza, y me generaba algunas dudas, otra vez Ángel sobre pensando todo.
Cuando fui a la cocina ya estaba mi madre allí, bebiendo su café de la mañana. Me dió los buenos días, y yo me acerqué y le di un abrazo, dándole también los buenos días.
M: (entre risas) Vaya jaja estás enérgico, no sé qué ha pasado pero me alegro.
A: Ya te enterarás, lo importante es que me siento bien y es por tí, si no me hubieras cambiado de instituto estaría en la mierda.
Ella me miraba sonriendo mientras tomaba otro trago de su café.
M: Me parece genial Ángel, pero tienes unas ojeras que te hacen parecer un vampiro… Quieres café?
Yo no suelo beber café nunca, pero lo cierto es que a pesar de mi evidente felicidad y energía, me sentía agotado, y se venía un largo día por delante. Acepté el café, cosa que sorprendió a mi madre, pero mientras lo bebía me di cuenta de que no me daba tiempo de terminarlo, tenía que irme a clase.
Me lavé los dientes y me dispuse a salir de casa. Me despedí de mi madre con un besazo en su mejilla que le hizo reír de nuevo, y cuando abrí la puerta me asusté al ver a una figura algo más alta que yo, que también se asustó un poco.
Cuando la claridad que entraba por la puerta me dejó ver, vi que quien estaba al otro lado de la puerta de Álex, que se llevó un susto por mi parte. Le sonreí, pero no le respondí a sus buenos días. Verlo así, iluminado por la luz solar que entraba por la puerta desde su espalda, su sonrisa perfecta, sus grandes ojos azules… Parecía algo así como un sueño.
Al final volví en mí y le di los buenos días, y ambos nos dimos un beso, lo que confirmó lo que me temía, estaba enamorado.
Le grité a mi madre que me iba, y juntos fuimos de la mano hasta el instituto.
Según nos acercábamos y encontrábamos más gente, íbamos recibiendo más miradas, cosa que me ponía algo nervioso.
Al: Te puedo soltar la mano si quieres
Este Alex, siempre tan atento…
An: No, quiero seguir así contigo…
Eso le puso feliz, y se notaba en su sonrisa, y lo alegre que caminaba.
Cuando llegamos a la puerta vimos a Javier y Alejandra, que hablaban entre ellos y cuando nos vieron empezaron a hacer silbidos y boberías que nos hicieron reír a ambos.
J: Por fin! Pensaba que este idiota no iba a dar el paso nunca.
Yo andaba confundido, ¿A caso Javi sabía que yo le gustaba a Alex?
J: Se os notaba demasiado chicos, me alegro por vosotros.
Yo sólo alcancé a decir un breve «gracias» antes de entrar todos juntos.
Durante todo ese día recibí miradas y escuchaba a la gente murmurando. Todo ese ruido y esas miradas sobre mí me ponían nervioso, me hacían revivir cosas del pasado, pero Alex, siempre atento, se ocupó de estar a mi lado y ayudarme a calmarme. Siento que no me merezco a este chico, es demasiado bueno para mí.
En el descanso entre clases, Álex hablaba con mucha gente, pero nunca descuidaba el estar cerca de mí por si yo lo necesitaba, y en alguna de esas conversaciones lo escuché hablar abiertamente de que éramos novios. A mí escuchar esas palabras todavía me hacían ruborizarme, parecía que estaba en un sueño, sobretodo cuando escuchaba a compañeros decir que hacíamos buena pareja…
El tiempo pasó y ya llevaba saliendo con Alex de forma oficial 3 semanas, un tiempo en el que él fue el mejor novio del mundo, siempre me acompañaba a mi casa y todas las noches me llamaba. Mi madre lo adoraba como yerno y había muy buen rollo en general, pero no llegábamos a pasar a más en la parte física.
Siempre que nos empezábamos a besar me excitaba rápidamente, y él también, pero en cuanto empezábamos a ir a más, la ansiedad volvía. Alex siempre fue muy empático con ello y nunca forzó nada, nunca se mostró molesto y siempre me dió su apoyo.
Un día, poco antes de cumplir un mes de novio con Alex, mi madre me acorrala una mañana antes de ir a clase. Tiene que cubrir a una compañera y pasará toda la noche fuera, no volvería hasta mañana al mediodía.
Ella estaba preocupada por dejarme solo, pero yo la tranquilicé, no soy un niño y puedo cuidarme solo, además, tenía algo en mente.
Esa misma mañana, mientras caminaba con Alex a clase le propuse mi idea. Quería que se quedara a dormir en mi casa. Quería pasar mi primera noche con él, dormir juntos y poder hacerle el desayuno por la mañana.
Él dudó un poco, pero finalmente aceptó, y esa tarde tocó a mí puerta.
Yo le abrí y como siempre le recibí con un beso. Pasamos toda la tarde haciendo el tonto, repasamos algunas cosas de clase, muy a pesar de Alex, y cuando anocheció nos duchamos por separado y nos preparamos para ver una peli juntos. Pedimos una pizza y lo teníamos todo listo, estábamos en el sofá abrazados bajo una manta, con mi cabeza en su hombro y su brazo sobre los míos.
La película avanzaba mientras nosotros, dejamos de prestarle atención. Nos besábamos como locos, como si no nos hubiéramos besado en años. Nuestras lenguas danzaban juntas en mi boca, y su mano me acercaba más a él desde mi cadera.
Nuestras erecciones eran bastante obvias, y noté cómo su mano se movía a mi entrepierna, agarrando mi bulto suavemente antes de quitarla de golpe, separándose de inmediato.
Al: Joder Ángel lo siento, disculpa es que me he puesto bastante…
Yo le corté antes de que terminara la frase.
An: Alex no te disculpes, no has hecho nada malo… Yo también estoy bastante… Ya sabes.
Él sólo me miraba y sonreía, esa mirada me derretía por dentro, y de nuevo volvimos a besarnos.
Los besos fueron a más y en un minuto estábamos igual que antes, pero esta vez decidí tomar algo de iniciativa y me senté sobre él, teniendo mejor posición para besarnos de nuevo. Álex se veía algo sorprendido, pero no puso objeción y seguimos besándonos mientras mi mano bajó a su bulto. Ahí fue cuando Alex puso su mano sobre la mía para pararme.
Al: No tienes por qué hacerlo Ángel, podemos esperar hasta que estés preparado, de verdad.
An: Estoy preparado, quiero hacer esto contigo.
Al: En ese caso déjame a mí.
Álex sonrió con algo de picardía y se levantó, levantándome a mí con él, y esta vez poniéndose él por encima de mí. Yo sólo miraba sorprendido mientras él me besaba, y cuando sus labios bajaron a mi cuello cerré los ojos, dejándome llevar por el placer.
Al: (susurrando) Sólo relájate y disfruta mi amor.
Sus manos se metían debajo de mi camiseta y tocaban mi cuerpo mientras él besaba mi cuello. Poco después me la quitó para besar mi pecho y mi vientre, y antes de darme cuenta lo tenía de rodillas delante de mi besando mi bulto.
Me pidió permiso de nuevo, para confirmar que de verdad estaba preparado para dar el siguiente paso, y acto seguido sacó mi polla de mis shorts, agarrándola con su mano derecha y masajeándola suavemente.
Yo lo miraba sorprendido, jamás me imaginé ver a un chico tan guapo de esta forma. La forma en que me tocaba me hacía sentir en el cielo, y levantando un poco mis caderas le ayudé a quitarme el resto de la ropa, quedando totalmente desnudo.
Quise hacer lo mismo con él, pero sólo me dijo de nuevo que me relaje y disfrute, y cuando decidí hacerlo sentí la humedad de su boca en mi polla, cosa que me hizo soltar un gemido.
Miraba hacia abajo mientras Alex me la chupaba, Dios qué bien se sentía, era increíble el calor y la humedad que emanaban de su boca. Se metía casi todos mis 15cm en su boca y se movía suavemente, masajeando mis huevos con su mano.
An: Hmmm Alex… Dios…
Él seguía con su movimiento suave pero firme, pasando su lengua por mi glande y succionando. Mi mano acariciaba su pelo y su mano libre acariciaba mi vientre. Estaba en el cielo.
La mamada prosiguió por unos dos o tres minutos hasta que, entre gemidos, le dije que iba a correrme, pero Álex, en vez de apartarse, empezó a mamar más rápido, haciéndome gemir más alto mientras sentía mi orgasmo llegar. Agarré su pelo por puro reflejo mientras despedía varios chorros de semen algo líquido dentro de su boca. Álex paró de moverse y sólo recibía ese néctar y tragaba, sin separarse de mi polla, que palpitaba de placer.
Cuando terminé de correrme, Álex me la chupó un poco más hasta dejarla limpia, y me volvió a besar.
Al: ¿Qué tal? ¿Te ha gustado?
An: Ha sido lo mejor que he sentido nunca…
Se sentó a mí lado y me abrazó mientras yo me arrimaba a él, apoyando mi cabeza en su pecho y sintiendo el latido de su corazón algo rápido, y con mi mano le acariciaba el pecho.
Estuvimos así unos minutos, sin decir nada, sólo sintiendo la compañía del otro, pero yo no podía evitar ver que su erección seguía intacta bajo sus shorts, y sentía que debía hacer algo al respecto. Miré a Álex a la cara y le di un beso suave en sus labios, mirándolo a los ojos…
An: ¿Quieres que te devuelva el favor?
Y hasta aquí el relato de hoy, intentaré continuar pronto la historia de Ángel. No ha habido mucha acción, pero prometo que pronto pasarán cosas. Dejen su opinión en los comentarios y díganme qué creen que debería pasar próximamente. Un saludo!
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