PUERCA
Por primera vez en más de veinte años de vivir un estilo de vida homosexual, descubrí por que puede salir a relucir la palabra puerca o sucia.
jamás en todo el tiempo que llevo practicando el sexo gay, me había colmado de libido y me había vuelto una pieza de carne lasciva y entregada completamente al placer, y no fue por haberme entregado a un hombre dotado, o hacer un trió o ser el centro de una mini orgia no, ya he realizado todas esas cosas y jamás me había sentido así, como me sentí en esta ocasión, irónicamente me sentí así estando sola, en la intimidad de mi cuarto y solamente como incentivo mi calentura.
Por un problema físico tengo muy poca movilidad en mis piernas desde hace mas de dos años, por ende hace más de dos años que no he tenido sexo con nadie, para calmar mis calenturas he tenido que recurrir a la muy socorrida manuela, si, a darme placer con mi manita, lo he tenido que hacer en varias ocasiones en lo que va de este año y del anterior pero…¿Que fue lo que hizo la diferencia esta vez?
Antes de mi problema de movilidad, tenia sexo dos o tres veces por semana como mínimo, iba a buscar a los sitios donde yo sabía que lo iba a encontrar, sitios de ambiente, algunos públicos, algunos privados, o en ocasiones concertaba citas con tipos que llegaba a contactar de algún chat gay, me gustaba ir muy limpio cuando iba a tener sexo, me bañaba muy bien exteriormente y me lavaba minuciosamente el culo por dentro con un champú de frutas que me dejaba oliendo mi ano muy rico, además que me rasuraba todo el cuerpo, completito, solo me dejaba pelo en la cabeza por supuesto y en los antebrazos para disimular, el resto de mi cuerpo estaba totalmente liso y libre de vello, con mi problema de movilidad deje de hacerlo, porque ya no me puedo agachar ni abrir mucho el compas de mis piernas, y no recordaba lo velludo que soy en realidad, eso y la falta de movilidad hicieron que poco a poco me empezara conformar y a dejar de darme placer o de buscarlo.
El fin de semana pasado el sábado 17 de agosto para ser más precisos empecé a tener una de mis calenturas, llevaba ya días postergándola, pero ese día se incremento más, ya para el medio día del domingo 18 me sentía mucho muy excitada, tanto así que por primera vez en mucho tiempo, me empecé a rasurar el pene y los testículos, y haciendo un esfuerzo enorme me rasure el culo también, además de parte de mi vientre y mis muslos en la parte alta, ya no pude seguir por el dolor que empecé tener.
Ya por la noche, en la intimidad de mi cuarto no dejaba de pensar en encuentros pasados con tipos dotados y pervertidos que me hicieron sentir toda una puta a su lado, y mientras fantaseaba me empecé a tocar, y así paso el tiempo hasta que me dio la media noche, saque un dildo de tamaño regular de un cajón, y comencé a meterlo en mi boca y chuparlo de manera lasciva, imaginando que estaba haciéndoselo a uno de esos hombres que alguna vez me tuvieron , e incluso invente un dialogo con mi supuesto cogedor en turno, ¡Que rica verga tienes papi, me encanta como me follas la boca y me haces tu puta! mi boca empezó a producir una gran cantidad de saliva, por lo que escupí una cantidad generosa en mi mano y procedí a llevarla a mi culo, se sentía riquísimo, mi culo liso y rasurado, siendo lubricado por mi propia saliva, entonces procedí a
meterme el dilo en el culo, sabía que en esa ocasión no había tenido la oportunidad de lavarme el culo por dentro, pero tampoco había comido mucho en la tarde y en la noche no cene, por lo que creí que no habría problema, y mientras metía ese falo de goma en mi ano le decía a mi cogedor imaginario: «No te preocupes amor, si te ensucio la verga yo misma te la limpio con mi boca» Después de bombearme el culo de manera vigorosa por unos minutos me saque el dildo, y procedí a llevarlo a mi boca, claramente pude sentir rastros de mis propias heces fecales, no en gran cantidad pero si, partes pequeñas adheridas al dildo, una en la punta y dos a lo largo de la verga de plástico, mi primera reacción fue limpiarlo con mi lengua y mis dientes así lo hice, si detecte un sabor raro pero juro que no sentí asco ni me supo tan mal como imaginaba, por lo que seguí limpiando el dildo por completo hasta dejarlo limpio, esa secuencia la repetí en tres ocasiones, y cada vez que lo metía a mi boca después de haberlo metido en mi culo, me esmeraba por lamerlo y limpiarlo mejor, como si de verdad fuera un amante al que quería consentir y agradar, estaba por meterlo en mi boca por cuarta ocasión cuando sentí las mieles inequívocas de mi orgasmo, lleve mi mano a la punta de mi pene que empezó a chorrearse, y una vez que sentí haber recaudado una cantidad considerable de esperma, la lleve a mi boca de manera ávida y golosa, lo probé, lo saboree, y juro que me supo a la cosa más rica y más dulce que hubiera probado jamás, no lo sé, quizás fue mi calentura, pero seguí recogiendo semen con mi mano y llevándolo a mi boca hasta que deje de convulsionarme de placer.
Permanecí unos minutos derrumbada en la cama, totalmente relajada, completamente satisfecha, con mi ropa interior a las rodillas y completamente mojada por mis fluidos tanto de saliva como parte de mi orgasmo, después de un tiempo razonable como pude me quiete el bóxer y me puse un pants, tome mis muletas y me dirigí al baño, abrí la regadera y me lave con el agua fría sin que eso me molestara, creo que tal vez seguía caliente, a la mañana siguiente uno de mis primos me pregunto que por qué me había metido a bañar tan tarde la noche anterior, que si cuando menos había encendido el boiler porque justo antes había llovido mucho y la noche estaba muy fría.
Le dije que no, que no había encendido el boiler, que lo que había sucedido fue que tuve un accidente y no alcance a llegar al baño, y que como ya estaba ahí pues aproveche para asearme y lavar mi bóxer, pero no quise ir hasta al patio para encender el boiler, por mi problema de movilidad, me reprocho que me podría hacer daño, que para otra ocasión le hablara y que él podía encenderlo por mí, pero que me cuidara, que no me sintiera mal por pedirle favores que si quería ayuda él gustoso me apoyaría, le dije que lo tendría en mente y le agradecí la intención.
Por la noche pensé en lo que había hecho la noche anterior, me había sentido una puerca, una cerda, en otras ocasiones me había o me habían hecho sentir como una puta pero la noche anterior me había sentido como una perra sucia, ahora entiendo lo que es sentirse así, no me arrepiento, me gusto, y tal vez solo tal vez, una de estas noches de lujuria inquietante lo vuelva a repetir.
Aly
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!