Pura fantasía
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Es mi primer visita a España estoy muy emocionada porque dentro de mi recorrido por esta país he dejado un fin de semana libre de visitas a lugares para encontrarme con él. Llevamos un tiempo viéndonos por messenger y hoy al fin a llegado el día en que podre sentirlo junto a mi, que podré escuchar sus palabras no por micrófono, el día en que podre recibir de sus manos el toque sensual de su dominación.
Estaba en mi cuarto de hotel me sentía nerviosa y muy excitada, llevaba puesto en vestido muy sensual quería darle a mi señor la mejor impresión de mi, deseaba que se sintiera orgulloso de llevar de paseo a su perrita, mi vestido era strapless blanco y corto, debajo del busto tenía una cinta roja que me hacia bonita figura y la parte inferior del vestido tenía flores negras y rojas, por debajo de mi vestido no llevaba nada así como le gusta a mi señor, mis pezones iban decorados por unos aros que hacían una presión deliciosa, mi sexo estaba totalmente rasurado. llevaba unos brazaletes de plata gruesos en las muñecas y arrracadas grandes pero mi cuello estaba desnudo, hoy mi señor me pondrá mi collar.
Era la hora pactada quedamos de vernos primero en mi cuarto de hotel me sentía nerviosa, cuando escuche un golpe firme en mi puerta mi corazón comenzó a palpitar fuerte mente, con rapidez fui a abrir, y allí estaba él aunque se que una perrita no debe mirar a su amo directamente no pude contenerme y lo mire descaradamente, se veía muy bien el era alto y tenia una expresión de satisfacción en sus rostro que me hizo mojarme.
Mi señor entró al cuarto y cerro la puerta, me miró como devorándome y con su sensual voz me dijo hola mi perrita me tomo de la nuca y me acercó a él, me dio un beso en los labios, me sentía en las nubes el beso era ardiente y demandante él llevaba el ritmo y yo trataba de seguirlo adecuadamente, mi señor me dijo perrita me complace tu apariencia pero ahora quiero examinarte ponte de rodillas con la piernas abiertas, tus manos por detrás de tu nuca y sacando el pecho; obedecí inmediatamente sin poder evitar sonrojarme mi señor me miro, me dijo endereza la espalda y baja tu mirada mi perrita, así lo hice se acercó a mi y con gran suavidad acaricio por encima de la ropa mis pechos, toco con gran cuidado mi rostro se y me dijo cierra los ojos; así lo hice él dejó de tocarme pero podía sentir su mirada sobre mi no se cuanto tiempo pasamos en esa pose yo trataba de guardar el equilibrio cuando sentí su cálida mano en mi cuello y seguido de esto un frió objeto sobre de el, luego sentí como mi señor me abrochaba mi collar.
Yo se que el collar es un gran compromiso tanto por parte del sumiso como del amo y que generalmente se hace todo un ritual pero debido a nuestra situación mi señor me lo concedió con todo el compromiso que este implica sólo por este fin de semana, en este momento robado yo sería toda suya y lo serviría de la mejor manera posible.
Perrita que bien te queda ese collar, ponte de pie quiero que te veas al espejo, así lo hice me mire y estaba sorprendida mi collar estaba precioso era una banda ancha negra de piel y en medio colgaba un hermoso dije con forma de mariposa y en medio de este tenía grabada la letra C, no pude evitarlo y abrace a mi señor, lo bese y le di las gracias el collar me encantaba así como todo lo que este implicaba, a pesar de que rompí protocolo mi señor estaba complacido con mi reacción y mientras lo besaba metió su mano por debajo de mi falda y toco mi sexo, me dijo que putita eres mi niña estas escurriendo, yo sólo solté un gemidito abrí más las piernas y seguí besándolo. acto seguido sentí una nalgada, brinque y mi señor me dijo perrita cuando te hable requiero una respuesta de tu parte, me sonroje y respondí si mi Amo tu perrita es muy Putita y esta muy mojada por que estas aquí con ella, él me sonrió y los besos continuaron así como su mano acariciando mi coño, sus manos comenzaron a tocarme con mayor intensidad y me metió dos dedos en mi vagina al sentirlos entrar gemí mas fuerte y mi señor me dijo, perra no te puedes correr lo entiendes, si mi señor -le respondí-
Me seguía tocando y besando mi señor tenía gran habilidad con los dedos y me tenia a punto del éxtasis le dije mi señor si sigue así me vendré por favor déjeme venirme. No mi perrita aún no, me dejó de tocar y le sonreí por que pensé que me daría un descanso pero me miro con cara traviesa y me dijo: perrita te tengo otra sorpresita, saco una mariposa y me dijo pontela perrita, así lo hice y él con una gran sonrisa en el rostro la encendió. Mi niña junta tus cosas vamos a comer, yo me sentí muy caliente la mariposa vibraba dentro de mi y después de las caricias de mi señor sentía que no podía mas, con dificultad fui por mi bolso y me pinte la boca nuevamente, mi señor me dijo: perrita no así no camina naturalmente disimula que traes la mariposa, si mi señor así lo haré.
Salimos del cuarto y fuimos a un lindo restaurante nos sentamos y sentía que sudaba mi señor iba poco a poco aumentando la velocidad de la mariposa al sentarnos a la mesa me dijo, recuerda mantener las piernas abiertas en todo momento mi perrita no me importa si pasa alguien y te ve tu coño chorreando y con la mariposa ¿te queda claro? si mi señor.
Nos trajeron la comida y nuestras bebidas y justo cuando el mesero dejaba todo en la mesa mi señor puso al máximo mi mariposa no pude evitar que se me escapara un gemido y me sentía abochornada y roja, mi señor me sonreía con una expresión picara y yo sólo pensaba en aguantar y no venirme, en el instante en que el mesero se fue comencé a suplicar -Mi Amo y señor por favor permite que tu perrita se venga- él me dijo córrete perrita, quiero verte gozar aquí frente de todos, me sentía muy avergonzada por que allí en pleno restaurante me deje ir, tome fuertemente con mis manos la orilla de la mesa y cerré mis ojos y tratando de no hacer nada de ruido me dedique a sentir.
Mi coño palpitada y estaba muy mojado mi señor apago la mariposa yo le di las gracias con el rostro encendido nunca me había venido en un lugar público y me sentía deliciosa, si sentía pena por lo sucedido y a la par me sentía muy bien porque mi señor tenía una expresión llena de orgullo en su rostro.
Mis pezones estaban muy duros y se notaban por debajo de mi vestido junto con los aros que los decoraban, al salir del lugar mi señor me abrazó y me beso, suavemente me dijo al oído perrita has estado magnifica y te ves preciosa, yo lo mire a los ojos y le dije, mi señor esta perrita disfrutó muchísimo me siento mu feliz de estar aquí contigo y de poder servirte, nos tomamos de la mano y caminamos un poco.
Caminamos un rato mientras platicábamos sobre nosotros, durante ese tiempo nuestros roles se relajaron un poco nos hablábamos sin formalidad pero eso si las miradas llenas de complicidad seguían junto con los besos y las caricias fugaces. Después de un rato mi señor me dijo en tono serio perrita hoy iremos a un club BDSM, quiero que el día de hoy sea memorable en tu vida de sumisa, dime si quieres ir, inmediatamente respondí: mi señor sabes que me encantaría ir contigo.
Él me regalo una gran sonrisa mi rápida y emotiva respuesta le complacía, repasamos las reglas del lugar que visitaríamos y hablamos durante el trayecto a este sobre mis limites y lo que allí haríamos juntos.
Llegamos al lugar sentía mucha ansiedad y a la par mucha excitación jamás había asistido a un lugar así; el lugar era genial había muchas parejas, pagamos la entrada se ve que aquí ya conocían a mi señor ya que saludo a varias personas al entrar me dijo, perrita observa como se comportan todos, primero miraremos y más tarde iremos a la mazmorra ¿esta bien? -por supuesto mi señor- le respondí.
Note que mi señor se ponía serio muy en su rol y note que l@s sumis@s no caminaban junto a sus Amos y aunque esto me hacía sentir un poco incomoda así lo hice que quería hacer quedar mal a mi señor.
Ordenamos unas bebidas y mi señor me sacó a bailar un rato, esto fue muy erótico la música del lugar se prestaba para realizar movimientos sensuales y cuando menos me lo esperaba mi señor encendió nuevamente mi mariposa, me beso y con fuerza apretó mis pezones, yo sólo cerré mis ojos y solté un gemido, seguimos jugando así a la vista de todos me sentía muy prendida y mi respiración cada vez estaba más agitada mi señor me dijo: no tienes permiso de correrte perrita, yo lo mire suplicante me sentía muy caliente, el ambiente del lugar me hacia sentir a mil y eso combinado con las atenciones de mi señor me tenía al borde del orgasmo aún así resistí sabia muy bien que a mi señor le gusta tenerme caliente y mojada que eso le da placer así que resistí.
No se cuanto tiempo seguimos así el subía y bajaba la velocidad de la mariposa hasta que me dijo: perra vamos a la mazmorra que quiero usarte, no se de donde saco una correa que ajusto a un aro debajo del dije de mi collar y así me llevó hasta la mazmorra del club, la sensación de ir de una correa me parecía un tanto humillante pero me excitaba muchísimo.
Entramos a la mazmorra me vendó los ojos y me desnudo me dijo perrita ponte en cuatro patas, obedecí y así con la correa me llevó con cuidado me dijo ponte de pie, y al hacerlo coloco en mi muñequeras y tobilleras y me amarró en una cruz de San Andrés.
Me sentía muy excitada no veía nada y sólo podía escuchar como se movía mi señor e imaginar que es lo que haría, repente sentí como azotaba mi pecho se sentía como una fusta, golpeaba ritmicamente un pecho primero y luego el otro, los golpes eran suaves al principio pero poco a poco iba subiendo la intensidad, me sentía saturada y muy excitada el sentirme inmovilizada sin poder ver que sucedía y el sentir los deliciosos golpes de la fusta así como las vibraciones en mi coñito que no paraban me tenía al borde, le dije casi sin voz -mi Amo su perra le suplica que le permita venirse-, la voz de mi señor estaba llena de deseo cuando me dijo Cariño córrete, yo me sentía en la gloria los espasmos eran muy intensos y sentía que mis piernas flaqueaban, cuando me venia le dije entre gemidos de placer -que rico mi señor-
Él dejo la fusta y me quito la mariposa y metió sus dedos en mi vagina -perra estas muy mojada, me encanta sentirte así- me beso duro y demandante saco sus dedos de mi coño y los metió en mi boca -limpialos- me dijo en un tono muy sensual, yo gustosa lamí sus dedos hasta remover cada gota de mis jugos.
Mi señor me soltó y me llevo de mi correa hacia otro lugar me doblo hacia enfrente en una especie de mesa y ató mis muñecas de manera que mis tetas y mi estomago chocaran con la mesa y no pudiera levantarme me dijo: perrita abre las piernas, cuando las abrí a su satisfacción las amarro a las patas de la mesa; me dijo perrita ya sabes lo que viene ¿cual es tu palabra de seguridad? rosa mi señor, muy bien recuerda solo úsala si sientes que es más de lo que puedes soportar inmediatamente después de decir esto me dio una nalgada los golpes eran rítmicos como para calentarme y los iba alternando con caricias, la azotaina fue muy placentera mi señor sabia donde golpear y me tenia chorreando me dijo mi perrita te puedes venir todo lo que quieras y siguió con los azotes, me sentía deliciosamente cada golpe dejaba un cosquilleo punzante placentero que me tenia a mil, de repente las nalgadas se detuvieron y después de los que sentí hora y que probablemente fueron minutos y sentí como mi señor me penetraba de un sólo movimiento me la metió hasta el fondo mi señor gemía me complementaba diciéndome cosas como: mi perrita que rica estas, estas tan mojada tu coñito esta bien apretadito, me cogió y me cogió duro me sentía como nunca deseaba tocarlo deseaba besarlo pero me tenia totalmente inmovilizada, él marcaba el ritmo de nuestro encuentro, él me hacia sentir un placer inimaginable, mis nalgas aún estaban sensibles por la azotaina y cada vez que su cuerpo chocaba con mi culo lo sentía punzante quería moverme y no podía y eso me tenía a mil, me vine y me vine y cuando escuche a mi señor mas agitado y excitado le dije: Señor por favor dale el honor a tu perrita de que te corras en ella, él siendo el hombre generoso que es así lo hizo.
Me soltó, me beso, su cara se veía luminosa y muy complacida, yo me sentía en una nube nos fuimos del club y al llegar al hotel nos acostamos desnudos y nos dormimos abrazados.
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