Putito desde chiquillo – Parte 1 (Todo queda en familia 1)
En ese entonces mi hermano y yo compartimos cama y la habitación se encontraba aún muy oscura. Yo empezaba a sentir el deseo sexual propio de la pubertad y en medio de la oscuridad sentí que mi verguita se ponía dura y chocaba contra algo caliente. .
Hola a todos, mi nombre es David después de leer muchos relatos en esta página por fin me animé a contar mis primeras experiencias sexuales. Estas historias sucedieron ya hace mucho tiempo cuando con mi despertar sexual me abrí a todo un mundo de sensaciones desconocidas hasta entonces. Por cuestiones de privacidad los nombres de los personajes fueron cambiados.
Antes que nada me gustaría describir como es mi familia, mi padre es conductor de autobús por lo que se encuentra fuera de casa todo el día y mi madre es maestra, por lo que siempre está muy ocupada. Yo soy el mayor de seis hermanos; mi única hermana es dos años más chica; le sigue mi hermano Martín cuatro años menor que yo; y le siguen Alan, Gael y Ulises que son cinco, seis y siete años menores que yo, respectivamente.
Aunque soy el mayor de mis hermanos, siempre fui bien delgadito y más chiquito que los chicos de mi edad, pero mis deseos de probar verga eran más grandes que mi cuerpo. Sin embargo antes de sentir una verga en mi entonces culito estrecho, fue el apretadito, pequeño y calientito culo virgen de mi hermanito Martín lo que probé primero. Yo tenía doce años y lo que voy a contarles sucedió una mañana, cuando mi abuela que nos cuidaba, salió temprano de casa. En ese entonces mi hermano y yo compartimos cama y la habitación se encontraba aún muy oscura. Yo empezaba a sentir el deseo sexual propio de la pubertad y en medio de la oscuridad sentí que mi verguita se ponía dura y chocaba contra algo caliente. Conforme despertaba notaba que era la espalda baja de mi hermano, pues solíamos dormir abrazados. Mi verga comenzó a ponerse más dura, mientras un líquido transparente mojaba mi short, fue entonces cuando el calor de mi verga se confundía con el de la espalda de mi hermano. Sin siquiera pensar, saqué mi verguita, haciéndola chocar contra su espalda. Sentía un placer enorme al rozarla y pelarla, y que la cabecita diera vueltecitas sobre su piel.
No sé qué pasaba por mi mente, pero sin dudarlo mucho bajé un poco su calzoncito, y froté mi verga sobre la rayita de sus nalgas. El líquido transparente y viscoso brillaba sobre su traserito, fue entonces cuando decidí poner mis manos para separar sus suavecitos y lisos cachetes, para ver su hoyito. ¡Ufff!, era lo más rico que habían visto mis ojos hasta el momento, era calientito, se movía, parecía abrirse y cerrarse, y no tenía pelitos. Eso me desconcertaba, pues había visto varias veces la verga y el culo de mi papá cuando se bañaba y eran peludos. Yo aún pequeño, no sabía de saliva y lubricantes, entonces movía mi verga para sentir la fricción con el hoyito de mi hermano. Estaba durísimo, y ví entonces sus pequeñitos huevos asomándose por detrás de sus nalgas, se movían mucho.
En ese momento sentí ganas de que él tocara mi verga, y le moví la mano para que lo hiciera aunque continuaba dormido. Entonces, puse mi verga dura y ya lubricando entre sus vírgenes e inocentes labios, fue entonces cuando se levantó desconcertado, y le hice señas de que se quedara callado, y me siguiera chupando la verga. Él obedeció y continuó, no había mamado una verga antes, ni yo, pero recuerdo empujarla hasta la garganta provocándole arcadas. Martín me pelaba la verguita y le ponía el orificio de la uretra para que pusiera la lenguita. Le pasé la mano por su pene y no se le paraba, quizá aún no tenía erecciones. Pero su culito me seguía calentando tanto, pero tanto, que recuerdo moverme entre la cama para ponerlo en posición de perrito, y fue ahí cuando un calor me recorrió la espalda. Deslicé mi lengua sobre su hoyito, chupe, se sentía calientito, y se había hecho más grande. Puse el dedo en su ano y vi como poco a poco iba entrando, escuchaba que le dolía. Le pregunté si le gustaba y me dijo que sí. Fue entonces cuando intenté meter mi verguita, y sentí que su culo la devolvía, intenté más fuerte. Él me dijo que sí podía parar, que le dolía, pero ya era muy tarde, yo estaba caliente, y le dije que era su hermano y lo cuidaría, que no pasaba nada. La empujé más fuerte que las dos veces anteriores, y se abrió paso entre su estrecho culo.
Sentí las contracciones de su culito recién desflorado que intentaban sacar a aquel intruso que le estaba metiendo yo. Sentía como su culito apretaba fuertemente mi penecito, y empecé a moverme hacia delante y hacia atrás guiado por el instinto. Martín empezaba a jadear, y yo a acelerar el movimiento, sentí como un líquido quería salir por mi verguita. Pensé en salirme de su culito porque pensaba que era pipí, pero no podía salir porque era tan estrecho y apretado que era difícil retroceder y renunciar a tan delicioso manjar. Cuando sentí que no podía más, me metí en sus entrañas hasta llegar al tope. La cabecita de mi verga tocó fondo, y fue ahí cuando se me salió aquel líquido, viscoso y caliente. Yo asustado, se la saque rápidamente a pesar de que le dolió que saliera tan rápido. Mire como un líquido blando cubría mi verga al mismo tiempo que se regaba por su hoyito. Ahora que recuerdo esa escena me parece super excitante aunque en ese entonces me asusté, tomé mis sábanas, y lo limpié. Le dije que no se asustara, besé sus labios y mordí su lengua, y él me correspondió aquel tierno beso de hermanos.
Después de aquella única ocasión ya no sucedieron más cosas entre nosotros, pero sé que a mi hermano Martín le encantó tanto esta experiencia que fue luego él quien también a sus doce años inició sexualmente al resto de nuestros hermanitos (Alan, Gael y Ulises). De esto último me enteré hace poco cuando me lo contó mi hermano Gael, ya que ellos siguen durmiendo en una misma cama (porque no hay mucho espacio ni dinero) y por las noches se divierten. Al final de cuentas creo que a todos los hombres de la familia nos encanta la verga, pues como yo actualmente estoy fuera del closet fue justo Gael quien me empezó a preguntar sobre mis primeras experiencias. Le conté sobre unas con mi profesor favorito (de la misma escuela de nivel medio a la que él aún asiste) y al parecer le encantó tanto que me dijo buscará el modo de que también lo haga su putita. Pero en fin, mi experiencia con este profesor se las contaré en uno de mis próximos relatos.
que ganas de leer ese relato
comos igue este relato
mmm que rico comerse un culito asi! sigue contando
barcelona 22 yo tambien estoy en barcelona te gustaria jugar a los hermanitos?
Que buen relato
Conta tu experiencia como tu profesor. Me encantaria leerla.
Enserio wuuauuu, que rico y excitante tu relato amigo, enserio que me corrí leyéndote, y deja de eso, a tus hermanitos también les gusta la verga uffffff, oye me hubiese encantado que me prestarás a tus hermanitos, muy buen relato, leeré el otro, saludos…. 😁 😁