Que los gemelitos duerman con su primo mayor ¿Qué podría pasar?
Lo que paso es que volví a mi pequeños primitos, en dos buenos mariconcitos a los que les encanta recibir la verga de su primo mayor en las boquitas y culitos..
Las últimas semanas de diciembre, siempre son especiales. Pero desde hace tres años, esas noches, para mí, son fantásticas.
Son las doce y media de la noche y en casa todo mundo duerme, o casi, en su cuarto, mis padres descansan, en el sofá cama de la sala, duermen mis tíos que vienen de visita todos los años en las vacaciones de diciembre.
Pero mientras que en el resto de la casa todo es calma y ronquidos, en mi cuarto hay mucha acción, sudor, gemidos y mucho placer. Pero eso sí, sin hacer mucho ruido.
Estoy acostado en mi cama, sobre mi costado derecho, desnudo, mi cuerpo entero está perlado de sudor, y sufre convulsiones de placer, respiro pesadamente con la boca abierta. Mantengo la pierna izquierda levantada y flexionada, ayudada por mi brazo. Estoy en medio de un éxtasis de placer, enorme.
No estoy solo, hay dos personitas más en mi cama, uno está frente a mí, y el otro detrás. Pero están más abajo en la cama, sus caritas están a la altura de mi cadera y ambas miran hacia mí.
Ambos tienen las boquitas ocupadas en la dulce tarea de darme placer oral al mismo tiempo. Él que está adelante se come mi verga despacito, con cariño y avidez, introduce más de la mitad en su cálida boquita y la succiona con amor, mientras que su lengüita se mueve por todos lados acariciando la cabeza hinchada de mi verga.
Él que está detrás, mantiene mis nalgas abiertas con una de sus manitas, tiene la carita entre ellas y su suave lengua no para de hacer círculos en el contorno de mi culo, para después ponerla dura y entrar y salir de mi orificio trasero, mientras que la otra mano me acaricia los huevos con mucho cariño.
Son los hijos de los tíos que duermen en la sala, mis adorados primitos, Martin y Julián, que además son un par de gemelitos, dos dulces nenes de diez añitos. La situación no podría ser mas perversa y deliciosa.
El cuarto está sumamente caliente, apesta a sexo, solo se escuchan mis callados gemidos de placer y los ruidos que provocan sus dos boquitas chupa que chupa, mi verga y mi culo al mismo tiempo.
Tras unos veinte minutos de ese enorme placer que me tortura y me vuelve casi loco, mi pierna se cansa, así que sin decir nada la bajo, ellos entienden que va a pasar y se separan momentáneamente de mí, aprovechando para descansar sus boquitas mamadoras.
Me giro sobre la cama, de tal forma que ahora Martincito, que estaba detrás, queda enfrente, antes me chupaba el ojete, ahora engulle la cabeza de mi verga en su boquita, mientras que su manita me estira el pellejo moviéndose arriba y abajo del tronco.
Por otro lado, Juliancito, que antes mamaba mi verga, baja un poco en el colchón, y abriendo bien grande la boquita, cobija mis huevos desde atrás, para sorberlos con cuidado, mientras que me mete un dedito en mi ensalivado ojete y juega con él.
Me quedo quieto y los dejo hacer, gozo de esas deliciosas caricias que ambas boquitas me proporcionan. Pero nadie es capaz de aguantar por mucho tiempo de semejante placer, tristemente, por más que me esfuerzo en aguantar, siento que mis huevos están por explotar.
– esperen, princesitos, ya no aguanto más… ¿A quién le toca tomarse la lechita de su primo mayor?
– a mí, a mí, dice muy contento Martincito, que es el más putito y travieso de los dos, ayer se la diste a Julián.
Veo que Julián pone carita triste, a los des les gusta tomarse la leche de su primo mayor. Pero lamentablemente solo a uno le toca beberla por noche. Y es que con todo lo que haremos esa primera descarga es siempre la mas abundante y espesa.
– bueno, pues acomódense, que ya va a salir la leche, y no te preocupes Juliancito, ahorita te voy a dar a ti otro premio.
A Juliancito le brillan los ojos, pues ya sabe bien cuál es el premio que le toca al que no le doy a beber mi semen.
Me acuesto boca arriba, ambos gemelitos, se abrazan a mi cuerpo, Martincito abre la boca y empieza a mamar verga de nuevo, esperando que le llene la boquita con mi semen. Juliancito le ayuda a hacerme acabar. Pues ambos son unos nenitos bien obedientes y putitos, y saben perfectamente que cosas hacerle a su primo mayor. Son expertos en hacerme gozar.
Así mientras que Martin chuparla cabeza, Julián me masturba el tronco y acaricia los huevos. Yo me tengo que poner una almohada en la cara y morderla, para no despertar a todo mundo con mis gritos de placer.
No tardo ni medio minuto en explotar en la boquita de Martin. Los chorros son tan potentes, que lo escucho toser, pero aun así lucha por recoger hasta la última gota dentro de su boquita, mientras que yo siento que mi alma se me sale por la uretra, de tan fuerte que es el orgasmo.
Me quito la almohada y los vuelvo a ver, Martin muy contento, me enseña con la boquita abierta, como tiene ahí toda mi descarga. Mientras que Julián lame mi verga, esperando recoger algún resto de leche, que se le haya escapado a su hermanito.
Nos quedamos viendo, descansando en silencio, yo les acaricio las cabecitas y sus caritas con ambas manos, ellos me pasan las manitas por todos lados, pero sobre todo se centran en mi verga y huevos.
– los amo mis hermosos princesitos.
– y yo a ti, me dice uno.
– yo te amo más, dice el otro. Y los tres reímos
Me levanto de la cama, ellos se quedan acostaditos, viéndome muy sonrientes. Abro la ventana y dejo que el frío viento de la madrugada me refresque, mientras enciendo un cigarro y los veo, los admiro, son tan hermosos mis primitos, de verdad creo que los amo con locura. Fumo mientras que siento como de mi verga y culo, aun escurre la salivita caliente de los gemelitos.
Si alguien tiene la culpa de que esto haya ocurrido, son mi madre y mi tía. Pues tienen la extraña idea de que yo aún soy un niño.
– No te preocupes hermana, ustedes se quedan en la sala y que los gemelitos duerman con su primo ¿Que podría pasar? Dijo mi madre el primer año que se quedaron a pasar las vacaciones de diciembre. Y desde entonces, Martín y Julián duermen conmigo todos los años.
» pues lo que acabo pasando, mamá, es que tú hijo, que es un adolescente calenturiento de 16 años, fue tentado por esos dos nenitos ricos, y los acabo convirtiendo en unos buenos putitos adictos a la verga y leche de su primo mayor»
……………………………………………..
La verdad es que ni yo me creo lo pasmosamente sencillo que fue volverlos tan putitos, de forma rápida y sin complicaciones hice que les encantará la verga.
No tuve que seducirlos, ni hacer planes complicados, ni nada así, es más, francamente era algo que ni siquiera se me había ocurrido.
Todo empezó tres años atrás, mientras que ellos dormían junto a mí, yo estaba haciéndome una rica paja, viendo porno en mi teléfono. Era algo que había hecho muchas veces antes. Pero esa noche, Martincito, por alguna razón del destino, se despertó y me descubrió.
Ni él, ni yo, nos espantamos ni nada así, actuamos de forma bastante tranquila, como si fuera de lo más normal. Es más, yo ni siquiera deje de jalarme la verga mientras hablábamos.
– ¿Qué haces? Me preguntó intrigado, bajando la voz para no despertar a su hermano.
No me anduve con rodeos de ningún tipo, le dije la verdad, me estaba acariciando el pene, por qué eso se siente muy rico. Y ya, sin cuentos ni nada parecido.
Él veía mi verga con mucho interés, sus ojitos brillaban bajo la luz de mi teléfono.
– ¿Me lo quieres hacer tu? Dije sin pensar.
Y el solo asintió. Pocos minutos después, Martincito ya me estaba dando unas buenas jaladas de verga. Yo estaba más que feliz, disfrutando de esa manita suave e inexperta recorriendo mi verga, pensaba que no había nada más rico y morboso que tener a un nenito pequeño y hermoso masturbándome, pero la vida me tenía una hermosa sorpresa. Pues al poco Juliancito despertó, de nuevo, como por cosa del destino.
Él era más callado y tímido que su hermano, pero igual de putito, le basto escuchar unas pocas explicaciones de que es lo que estaba ocurriendo, y con solo ver mi verga dura entre los dedos de su hermanito, quiso imitarlo.
Esa noche esos angelitos aprendieron como machacar bien rico mi verga, les enseñe como agárrala, como mover sus manitas y a qué ritmo hacerlo.
Ambos nenitos estaban fascinados con mi verga, les gustaba su forma, su tamaño, la dureza, el calor, hasta dijeron que les parecía que era muy linda y que olía bastante rico. Divertidos descubrieron que mientras más la movían, más dura se ponía, más se le marcaban las venas y que empezaba a soltar jugos.
Sabía que esa sería la primera de muchas noches de placer al lado de mis gemelitos hermosos. Así que decidí que, por ahora, los dejaría experimentar mi verga solo con las manitas, ya habría tiempo de gozar con ellos de otras formas.
Primero uno y luego el otro, sus manitas tomaban turnos en mi verga, jalando de arriba a abajo, haciéndome suspirar y mover las caderas. Primero lo hacían con una mano, pero luego les indique que usarán las dos.
Ahí descubrí que, si hay algo más rico que tener a un nenito pequeño masturbándome, era tener a dos nenitos masturbándome. Deje que primero uno me hiciera acabar, para después hacer lo mismo con el otro hermano.
Claramente les encantó ver cómo mi verga escupía el semen o » la lechita de primo mayor» como les dije que se llamaba.
La tercera paja que me hicieron esa noche, fue la mejor, pues esta vez les di indicaciones para que ambos me trabajarán la verga juntos. Esos gemelitos hermosos, se coordinaron bastante bien. Uno me trabajaba el tronco, mientras que el otro acariciaba la cabeza bien hinchada de mi verga con sus deditos. Para luego intercambiar lugares. También hice que unas manitas estuvieran en mi verga y las otras en mis huevos, les hice acariciar mi pecho, mi espalda y mis nalgas.
En un momento yo estaba tan caliente de tantas caricias, que empecé a comerles las boquitas. Y así, de paso ambos aprendieron a besar de lengua y eso les encantó.
Me hicieron acabar una tercera vez, cada uno tenía una manita en el tronco y las movían al mismo tiempo. Tras eso nos dormimos abrazados, había sido delicioso, pero mis princesitos estaban por darme placeres más maravillosos todavía.
Durante el día siguiente los tres nos moríamos de ganas de repetir, pero les dije que teníamos que esperar a la noche.
– ya queremos jugar con tu vergota otra vez primo, me decían muy sonrientes, usando los términos que yo mismo les había enseñado.
Esa noche fue un verdadero despelote, en cuanto nuestros padres durmieron, nos desnudamos y rodábamos por la cama, mientras me subía a uno para comerle la boquita, el otro me acariciaba todo el cuerpo y besaba mi espalda, para luego intercambiar. Así estuvimos por horas, disfrutando del roce de nuestros cuerpos desnudos.
Mi verga se tallaba por sus ricos cuerpecitos tiernos, buscando algún orificio donde introducirse, pero eran aún muy pequeños, todavía no lo soportarían, y a mí me interesaba que también disfrutarán, no quería lastimarlos.
Mientras me besaba con uno, dejaba que el otro me masturbara y así mi boca iba de uno al otro, y mi verga recibía las caricas de los dos pares de manos. Era una vorágine de deseo sexual y placer increíble.
Yo acariciaba sus cuerpecitos tan suaves e inmaduros, su piel era tersa como la ceda y muy cálida. Me gustó agarrar y apretujar sus pequeñas nalguitas.
– ¿De quién son estos ricos culitos? Les preguntaba y ellos contestaban que míos, que eran solo míos, aunque seguramente aún no sabían bien que significaba eso.
Yo jugaba con esas cuatro nalguitas hermosas, ellos me jalaban la verga, a veces juntos, a veces por turnos. Y mientras tanto mi boca iba de una a otra de las suyas.
Una vez más me mataron a pajas, no sé cuántas veces me vine. Supe que ya eran unos expertos en jalarme la verga, así que decidí que la siguiente noche, empezaríamos a usar sus lengüitas.
………………………….
– ¿Ya estás listo? Me preguntó Juliancito impaciente, pues estaba esperando su premio.
Su pregunta me saco de mis pensamientos, si, ya estaba listo para seguir gozando de esos nenitos. Apagué el cigarro y les dije que tomarán posiciones.
– pónganse como perritos, amores, les indique con amor.
Mi verga se endureció al máximo de nuevo, cuando vi a esos culos gemelitos en cuatro. Dos hermosos pares de nalguitas me esperaban desde mi cama. Los dos putitos bien sabían cómo calentarme, pues sin necesidad de que se los dijera, ellos mismos se abrieron las nalguitas, para enseñarle a su primo mayor, sus hermosos ojetes cerraditos.
Me ensalive los dedos medios de ambas manos y con mucho cuidado, fue metiéndolos en esos dos ojetes pequeñitos.
Los dos culitos apretaban mis dedos maravillosamente, empecé a moverlos, mientras que estrellaba la cabeza de mi verga, primero contra las nalguitas de Martin y luego las de Julián, a los dos les gustaba esa caricia pues reían y pujaban por el mete y saca de mis dedos.
En definitiva, el culito de Martincito era más tragón que el de su hermano, se dilataba más rápido, por lo que era más fácil hundirle todo el dedo.
Pero en su defensa, Juliancito era mejor mamador que su hermano, podía tragar más verga y sus succiones y movimientos de lengua eran más hábiles.
Aunque lo realmente delicioso era gozarlos a los dos al mismo tiempo. Pese a que cada uno se destacaba en darme placer de forma distinta, Martin con el culo y Julián con la boca. A los dos les encantaba mi verga, mi semen y eran unos buenos putitos que se dejaban hacer lo que fuera.
Cuando sentí que el culito de Julián estaba listo apunte con mi verga, mientras que ya tenía dos dedos dentro del ojete de Martin.
Juliancito se preparó y suspiró al sentir la cabeza de mi verga contra su ojete, relajo el cuerpo y dejo que le diera su premio. Desde el año pasado, cuando al fin los creí lo suficientemente grandecitos para ser enculados. Lo habíamos decidido así, cada noche uno bebería mi leche de primo mayor y el otro recibiría la recibiría en su culito. Y a la noche siguiente, intercambiaríamos.
Mi verga empezó a entrar en el delicioso culito de Julián.
Esa noche apenas empezaba……
Esta es una historia que desde hace años quería escribir, pero nunca lo había hecho. Originalmente los primos menores, eran niño y niña, pero me parece que quedo muy bien planteando que ambos son nenes. Espero saber sus comentarios, gracias por leer
Delicioso 😋
Como sigue??
WOW que exquisito relato nos has entregado. Esperemos haya más relatos igual de entretenidos qué este!?
Qué rico relato has creado. Y tu forma de narrarlo está genial. Espero sigas contándonos más cosas con los gemelitos.
Algo similar me pasó Ami. Con gemelos