Quería metersela a un cabrón
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por morenomexicano.
Nunca creí que un hombre me fuera a gustar de esa forma, mucho menos que me iba a dar la cogida de mi vida, me llamo José, tengo 20 mi cuerpo es atlético con unas nalgas redondas que en pantalones se me ven bien paradas y en shorts ni se diga, conocí a Luis el primer día de clases de preparatoria, lo que me fascinó desde que lo vi, fue su caminar lento y ver debajo del pantalón gris sus nalgas como se movían de arriba abajo, siempre me he considerado fan de los culos de los hombres, y el de Luis, era el culo más delicioso que iba a probar.
Una mañana con el pretexto de que me enseñara unos ejercicios de matemáticas me acerqué a él y le pedí que me explicara, obviamente yo los sabía hacer a la perfección, pero necesitaba olerlo, sentirlo cerca, ver sus labios delgados como pronunciaban cualquier palabra, de verdad que Luis me traía loco, y él se comportaba de una manera tan amable conmigo que en realidad pensé que iba a haber algo, que quizá a escondidas de todos podríamos iniciar una relación, algo de lo que me hizo pensar eso fue cuando hicimos un trabajo en equipo y nos sentamos frente a frente fue ahí que entre platica y platica mi pierna rozó con su entrepierna y el dio un sobresalto pero no dijo absolutamente nada, por lo que me no me detuve y poco a poco seguí acercando mi pierna hasta que otra vez lo toqué, y dio otro sobresalto, pero una vez más no dijo nada, fue en ese momento que no importó lo que fuera a pensar, y acerqué más y más mi rodilla hasta que pude sentir sus testículos en ella, fue una sensación tan escalofriante la que me recorrió, sobre todo cuando Luis se quedó quieto, pues pensé que se molestaría, pero se quedó ahí, posteriormente comencé a mover lentamente mi rodilla, una y otra vez, sentía como sus testículos rosaban mi rodilla y como su verga iba creciendo, y solo veía como suspiraba y miraba hacia la ventana u otro lado donde pareciera distraído.
Esa fue la vez que supe que Luis en verdad era heteroflexible, y que me encantaba más, cada que pasaba cerca de las canchas y veía como brincaba y encestaba, como su cabello negro se acomodaba perfecto a su cara y como esa soberbia de estar bien bueno hacia que mirara con desprecio a todos y se sintiera orgulloso de ese cuerpo, de esos dientes perfectos de esos pechos bien trabajados a los que tantas veces soñé morder y chupar.
Fue hasta dos meses después que comenzaron los entrenamientos para elegir al equipo de basquetbol de la escuela y yo no era un gran jugador, pero debía estar ahí, ese año irían por tres días de viaje y era la oportunidad perfecta para estar con José.
Fue así como me presenté y obtuve un gran puntaje y comencé a entrenar como parte del equipo, era de verdad excitante cada que corría y me arrimaba cerca de un guapo musculado durante los entrenamientos, sentir su respiración en mi nuca o su polla en mis nalgas, y ni imaginar cuando íbamos a las duchas, era de verdad un espectáculo ver culos duros, bien trabajados que ansiaba por morder y una que otra verga colgante y ansiada por tocar.
Siempre esperaba a que José se duchara para hacerlo también pues era la oportunidad perfecta para ver esos 16 cm colgantes y gruesos que ansiaba tener en mi boca y ese culo tan rico que quería coger. Una de esas veces salía él de la ducha y me pillo mirándolo y con una sonrisa picarona que me dejó helado dijo…
Luis: Que onda men, ¿que ves?
Por supuesto no iba a dejarme intimidar…
Yo: Nada Luis, sólo me preguntaba ¿dónde guardarás todo eso?
Luis: Hermanito, quisiera guardarlo en otro lado…
Esas palabras hicieron que me sintiera frío, de emoción, de verdad me había quedado sentado sonriendo pues más directo no podría ser…
La semana siguiente el profesor de Ciencias nos dejó un proyecto en parejas, era la oportunidad perfecta para que sucediera lo que más anhelaba, por lo que quedamos de vernos en mi casa la cual no es muy grande y está ocupada hasta la noche que llegan mis papas del trabajo.
Estábamos investigando sentados en la sala, el vestía unos vaqueros azul despintado y una camisa manga corta que resaltaba su musculatura y hacia verlo tan sexy y apetecible, yo en cambio, traía un pantalón delgado que dejará entre ver mis buenas nalgas y mi buen paquete y una camiseta ligera.
Entonces el me pidió helado y asistí a su deseo, camine a la cocina, lo saqué del refrigerador y al abrir la puerta para volver a la cocina y que me lo topo de frente, él sonrió y me dijo…
Luis: Tardabas mucho y necesitaba venir a buscarte…
José: ¿Necesitabas? (pregunté demasiado asombrado)
Luis: Mira José, seré muy claro, me he dado cuenta como me miras, como me ves el culo y como siempre tratas de estar cerca de mi verga y créeme que yo no soy puto, pero siempre he querido metérsela a un cabrón…
Esas palabras me hicieron sonreír de inmediato, y me acerqué lentamente a él, hasta que sentí su respiración cerca y sin pensarlo dos veces nos besamos lentamente, el introdujo su lengua en mi boca buscando calor, y me empujó hacia la mesa, esa acción me puso al mil, y abrí mis piernas para sentir como su pene algo morcillón era acercado a mi cuerpo y como él seguía besándome con muchísima pasión… En ese instante se escuchó la puerta y nos separamos rápidamente y fuimos a nuestros lugares, era papá quien había llegado temprano.
Al día siguiente Luis me miraba y sonreía, casi no hablábamos pero sabíamos que algo había quedado pendiente y que no íbamos a descansar hasta quitarnos la calentura que nos traíamos.
Los días pasaron y casi no volvimos a hablar, hasta que llegaron los días de partido, y partimos tres días a la capital, en el viaje dormí y casi no crucé palabra con Luis, fue hasta cuando el entrenador estaba asignando las habitaciones cuando pasó a mi lado y me dio un papel, lo abrí y decía “PIDE LA 217” sólo sonreí y ví como se perdía con su cabello despeinado y ese pantalón delgado que le marcaba toda la verga por el elevador…
Tuve demasiada suerte al poder elegir esa habitación, era una habitación doble y cuando llegué no había nadie, así que opté por descansar, mañana muy temprano tendríamos el primer partido y pensaba descansar, por lo que me di una ducha y bajé a cenar, me extrañó no ver a Luis por ninguna parte, pero aún había dos días para estar con mi macho.
Cuando procedía a dormir empecé a preocuparme pues Luis aún no llegaba, empezaba a dormir cuando sentí unos brazos por la espalda y suspiré de alegría pues dí la vuelta ya ahí estaba mi hombre…
Luis: Estaba contando las horas para tenerte perrita
José: al fin maldito, llevaba tanto deseándote..
Nos besamos frenéticamente mientras sentía como su pene comenzaba a crecer y a su vez el mío, se subió encima de mí y besaba mis labios, yo se los mordía y acariciaba su cabello, su espalda, bajé mis manos por toda su espalda y las metí en su playera, sentí lo caliente de su piel y su musculatura la apreté, el metió sus manos bajo mi bóxer y apretó mis nalgas mientras me retorcía como una perra de placer y deseo, bajé entonces y con los dientes y lentamente comencé a bajarle su short y su bóxer, hasta que pude ver unos 19 cm en erección de una verga blanca y velluda, me metí entonces a la boca un huevo y luego dos, los succionaba mientras mi hombre gemía y se tomaba la cara de placer…
Después proseguí con su glande y me introduje todo a la boca, hasta el fondo y comencé a chupar como si en ello se me fuera la vida, chupaba y mordía lentamente su glande, era salado porque tenía líquido preseminal en abundancia, pero saboreaba ese líquido de mi hombre, el me dijo que ya no aguantaba más y que parara porque quería metérmela, yo paré y volvía besarlo y el a mí, estaba caliente de sus labios y su rostro, sus piernas peludas abrazaban mi cuerpo repegandolo hacia mí, sentía como se frotaba queriendo buscar donde penetrar, y fue ahí donde sin pensar puse mi verga parada en su cara y se la dí a mamar, él se rehusó al principio pero era tanta su calentura que acabó chupándosela toda, era un sueño hecho realidad tener a Luis chupando mi glande y metiéndose mis 18 cm de verga hasta la garganta, sentí que en cualquier momento vomitaría me pero no me importaba porque yo disfrutaba ese placer indescriptible.
Ninguna novia me había chupado así la verga, empezaba a creer que ya tenía mucha experiencia mi querido Luisito, después violentamente, convertido en un animal, me tomó de la cintura y me dio la vuelta, se subió encima de mi comenzó a bajar con besos y mordiscos por toda mi espalda, yo estaba que no aguantaba tanto placer y sentía que en cualquier momento me vendría, fue hasta que llegó a mis nalgas que comenzó a besar y a morder, hasta que introdujo su lengua y comenzó a chupar como un loco mi orificio que sentí como lo apretaba y como el metía su lengua que de verdad era tan delicioso que quería que nunca acabara.
Así estuvo un buen rato hasta que me dejó y vi como me miraba con lujuria y deseo, supe que me iba a hacer demasiado feliz, cuando vi que tomo su verga y me puso su glande en mi entrada, uff sentí que me desmayaba de placer..
Luis: ¿lo quieres papi?
José: Damelo rey, dame tu verga, métemela toda…
Luis: ¿Lo quieres chiquito?…
José: Meteme tu verga mi amor, toda, hasta el fondo….
Luis me hizo esperar un poco, pero después lentamente metió su verga, sentí cada cm introducirse y disfrute como lentamente comenzó a darme embestidas, como metia y sacaba primero lento y comenzaba a pujar, de una forma deliciosa que me exitaba cada vez más, de verdad que sabía muy bien lo que hacía, sabía que me estaba cogiendo de una manera magistral, y yo disfrutaba, apretaba el culo cada que lo sentía adentro y el gemía y me apretaba las tetillas, era demasiado placentero, así siguió dándome placer, me puso patitas al hombro y sentí que me llegaba a la garganta su verga, pero la quería dentro, no quería que me dejara, me hacían cosquillas sus vellos en mi culo, empecé a sentir como empezaba a gemir y a moverse cada vez más rápido y comencé a apretar cada vez más el culo, de verdad no podía aguantar más y me vine en mi pecho y salpiqué su abdomen, estaba tan caliente que solté demasiada leche y estaba en pleno orgasmo cuando Luis gimió y apretó mis nalgas cuando sentí el culo caliente caliente y sentí como su semen resbalaba por mis nalgas, estaba perdido en placer cuando el cayó encima de mí y quedamos abrazados y dormidos…
A la mañana siguiente despertamos, abrazados, enpiernados y solo me dio un beso y me dijo, al rato me toca a mí…
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO MI RELATO, ESCRIBANME, QUEJAS SUGERENCIAS… PROPUESTAS, LO QUE GUSTEN.
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