Quien pensaría que ese día sería diferente
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Para empezar me describo aquí me llamaré Andrés, tengo 38 años, 1.72 de estatura, 70 kilos, cuerpo algo trabajado por el gym, lampiño, dicen que no feo, con una verga de 18cm recta un poco curveada a la derecha, unos huevos de buen tamaño que me cuelgan bastante y un trasero duro y paradito por el ejercicio.
Enrique es blanco de 33 años, guapo con cara de macho caliente, 1.75 de estatura, cuerpo de gym ya que es instructor, abdominales definidas, un culo de campeonato totalmente depilado y una buena verga de 16cm pero muy gruesa y curveada a la izquierda y le encanta sentir que un buen macho lo domina.
Quien pensaría que ese día sería diferente, llegue como otras tantas veces dispuesto a pasarla lo mejor posible, Enrique salió a recibirme a la calle como se recibe a un amigo, una vez cruzando la puerta que divide de la calle, todo cambia, nos enlazamos en un rico y apasionado beso, como queriendo en ello comernos completos, a la vez que empieza a meter la mano por todas las partes de mi cuerpo llegando a sentir el efecto que ese beso estaba causando en mí.
Se hinca y con ansía y desesperación comienza a desabrocharme el pantalón dejando expuesto mi abultado paquete pegando su cara en él queriendo impregnarse de ese olor característico, dando pequeñas mordidas por encima de la ligera tela que me cubre, saboreando el líquido que ya emanaba evidenciando lo caliente que me tenía.
Sin esperar más saca mis 18cm, rectos, duros empezando a chupar cual niño a su paleta, acaparando mi glande, saboreando el líquido entre dulce y salado, haciendo que se me ponga más dura a lo cual lo sujete de la cabeza metiendo completamente mi verga hasta llegar a su garganta sin soltarlo haciéndole saber quién era el macho que le iba a hacer que se retorciera de placer.
Lo separó del delicioso dulce que esta saboreando, lo levanto y vamos directo a su habitación, lo empiezo a desnudar besando cada parte de su cuerpo deteniéndome en sus axilas, lamiéndolas extasiándome de ese olor a hombre, pasando enseguida a su gruesa verga curveada hacia la izquierda para corresponder a tan placentero acto proporcionado como bienvenida, empezando por unos deliciosos huevos que colgaban llenos de leche acumulada, siguiendo por el grueso tronco dando pequeñas mordidas sabiendo que esto le excitaba de sobremanera y llegando a ese glande que a gritos pedía ser devorado pasando primero mi lengua y poco a poco ir metiendo lo más posible hasta llegar a mi garganta haciéndolo retorcer de placer, sacando ese hermoso falo lo volteó para deleitarme de ese rico culito que se ofrecía ante mi cerradito pidiendo a gritos ser atendido a lo cual empiezo a pasar mi húmeda lengua haciéndolo que se contraiga aún más, chupandolo queriendo entrar a esa cavidad que pedía fuera ocupada por mi verga.
Pero ese día algo sería diferente, lo levanto y nos metemos a la regadera, el de espaldas ofreciéndome el delicioso culo que se cargaba pegado a mi verga sintiendo lo duro en la raja de su cerrado culito haciendo que desee más sentirse clavado por mi.
Lo hincó pegado a la pared haciendo que quede a la altura de mi verga, clavándosela de golpe haciendo que le falte el aire para seguir mamandomela en un vaivén sintiendo lo extenso de mi falo, en un momento lo retiro y lo empiezo a bañar con mis líquidos cosa que lo calienta más y se pega a mi, queriéndo sentir directamente los caliente de mi jugo, dejándomela limpia y lista para poder recibirla dentro de su cerrado culito.
Terminamos de secarnos nos vamos directamente a la cama empezando con el rico cachondeo montándose sobre mi dejando al alcance de mi boca su culito a la vez que él empezaba a comer ese dulce que sabia le encantaba.
Comiéndole el culo, saboreando el sabor a limpio, metiendo mi lengua lo más adentro posible haciéndolo gemir de placer, mismos gemidos que eras acallados con mi verga en su boca, alternando mi lengua con mis dedos haciendo que se abra y contraiga en señal de que está listo para sentirse clavado por mi verga.
En tal punto de exitación me pide que lo haga mío, que necesita sentirse lleno de mi, acostándose boca arriba sujetando sus piernas y dejando a mi disposición el culito que pedía a gritos verga de su macho, pasándole el glande por la entrada de su culito presionando poco a poco para que se fuera acostumbrando, con lo caliente que estaba agarrandome de las caderas y clavándose la mitad de mi verga emitiendo un grito de dolor y placer al sentir como poco a poco clavaba el resto de mi verga hasta sentir mis huevos pegar en sus nalgas empezando a gemir pidiendo que lo cogiera como solo yo sabia.
Iniciando un mete y saca ya con su culo acostumbrado, la sacaba y metía completamente dejando ese culo totalmente abierto esperando nuevamente mi verga, alternando mi verga con mi boca y lengua delicioso era sentir ese culo abierto, Estando en plena faena se abre la puerta del cuarto tomándonos por sorpresa e intentando cubrirnos con lo primero que encontramos a a la mano, y en la puerta estaba Luis el roomie de Enrique, Luis es moreno claro, barba de días, guapo de 1.
78 de estatura no es musculoso pero sí de buena constitución física, ancho de hombros, unas piernas fuertes y una verga que después comprobaría su gran tamaño.
Estando en la puerta, debajo de la ropa de deporte se veía una ereccion de campeonato tocándosela con ambas manos y acercándose a la cama empieza a sacársela diciendo que continuemos que tiene rato escuchando como Enrique se queja de la rica cogida que le estoy dando y sin más le acerca su verga de 22cm con grosor normal pero sí muy venuda a la boca de Enrique para que empiece a mamarsela y pidiéndome que siga cogiendolo que le íbamos a dar placer a este putito que le encanta la verga.
Era caliente la vista que tenía, por una parte mi verga abriendo nuevamente el culo de Enrique y por delante como Luis le clavaba hasta la garganta sus 22 cm, así estuvimos por un buen rato hasta que Luis se acuesta boca arriba pidiéndole a Enrique que se monte sobre él, el cual encantado se sale de mi verga para cumplir con la orden de Luis, ya montado sobre el tomo en mis manos esos 22 cm y empiezo a chuparlos como si no hubiera mañana dejándolo mojado de mi saliva y ayudando con mi mano a meterlos al culo de Enrique era espectacular ver en primer plano cómo iba abriéndose camino por ese estrechó culo hasta quedar sus huevos pegados al culo.
Volteando hacia mí me pide qu quiere también mi verga dentro, empiezo a hacer presión para meterla a lo cual se queja diciendo que le duele, queja que no atendí y se la deje ir de un jalón emitiendo este un grito de dolor mismo que fue transformándose en gemidos de placer sintiéndose cogido por dos machos.
Era delicioso sentir el roce de otra verga sobre la mía dentro de un mismo culo, empezamos a bombearlo con fuerza, yo sacando y metiendo completamente mis 18cm sintiendo en cada embestida como apretaba su culito de placer hasta hacer que mi verga se pusiera más dura en señal de que pronto depositaria mi leche en ese rico culo, al intentar salir me dice que no, que quiere que le llene el culo de leche, que quiere sentir lo caliente a lo cual empecé a explotar de placer llenando de leche ese delicioso culo hambriento de verga y leche de su macho, casi al tiempo Luis empezó a venirse de una manera generosa sacando su verga aún dura y del culo de Enrique empezó a salir la leche de ambos, misma que empecé a recoger con mi boca directamente de su culo para posteriormente dársela a tomar a Enrique que ansioso empezó a beberla al tiempo que Luis lo masturbaba hasta hacerlo explotar y la leche cayéndole en la cara que también empecé a lamer para dársela a beber a nuestro putito goloso.
Cansados nos quedamos recostados con Enrique en medio de nosotros tocándonos la verga con cada mano diciendo que le encanto ser nuestro putito y que le gustaría repetir de manera continua y que si lo queríamos compartir con nuestros amigos el obedeciera como un puto obedece a su macho.
La historia continua, espero les guste, es la primera vez que publicó un relato aunque llevo tiempo escribiendo mis experiencias.
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