¿QUIERES JUGAR CONMIGO? (PARTE 3)
Tomy, siendo un niño de 3 años de edad, continuaba con su vida normal, por lo tanto, aquellos ricos secretos estaban muy bien guardados para la tranquilidad y disfrute de esos dos hombres adultos..
Así qué, Ismael no desaprovechaba de cualquier oportunidad que tenía para estar a solas con aquel pequeño niño, esté, rápidamente esperaba que su madre se distrajera e inmediatamente cargaba al pequeño Tomy y lo encerraba en su habitación.
Ahí, Ismael se desnudaba completamente de la cintura para abajo y disfrutaba lo más rápido posible del frágil cuerpecito de Tomy; pues, aquel hombre universitario sabía que no tenía mucho tiempo en eyacular, ya que, temía por la presencia de su madre, así que, colocaba abundante saliva en el culito del menor e intentaba penetrarlo.
Después de varios intentos aquel hombre siempre lograba su objetivo, pero no pasaba a más, ya que, al meter por completo la punta de su verga, Tomy se quejaba por el dolor que esté le provocaba, y por lo tanto, Ismael no le quedaba de otra, que masturbarse y descargar toda su leche de macho en pequeña garganta de ese indefenso niño, el cual, hasta ese momento, ya se tragaba buena parte de esa verga adulta.
Sin duda alguna, a Tomy le encantaba tragarse aquella rica leche y no cabe descartar, que también disfrutaba cuando Ismael le metía, aunque sea unos centímetros de su rica verga en su culito y se vaciaba, era evidente que ese niño si quería ser penetrado por Ismael, pero había algo que le incomodaba.
Ismael no media la fuerza de sus embestidas y siempre iba al grano para penetrarlo, quizás lo hacía por el tiempo limitado o por el miedo de ser sorprendido por alguno de los integrantes de su familia, así que, está era la razón por la cual siempre quería penetrarlo rápidamente y se corría lo más pronto posible.
Tomy siempre se sentía incómodo y por eso siempre se quejaba del dolor provocado abruptamente, así que apretaba con mucha fuerza su culito y no dejaba que aquella verga avanzará aún más adentro de sus pequeñas entrañas.
Cierta semana, al llegar el viernes y siendo el medio día, Ismael recibió la noticia, de que toda su familia estaría fuera de la casa por toda la tarde, pues ya se encontraban en casa de una tía abuela festejando su cumpleaños; en ese momento, Ismael se mostró entusiasmado por querer acompañarlos, pero nada podía hacer, ya que aún le faltaban varias horas de clases en la universidad.
Por otra parte, el pequeño Tomy hizo acto de presencia en aquella casa, pero al ver todo estaba cerrado y que no había nadie, se quedó en la banqueta a esperar la aparición de cualquiera de sus machos, pero para su buena fortuna, fue Cristóbal quien salió de casa.
Cristóbal: ¡hola mi niño! ¿Qué haces aquí?
Tomy: “solo jugaba señor”
Cristóbal: ¿y porque no entraste a la casa?
Tomy: ¡toque, pero nadie me escucho!
Cristóbal: ¿así? ¡es qué no hay nadie en la casa! ¡pero pasa un ratito si gustas! (sobándose la verga)
Tomy: ¡siiiii, vamos!
Cristóbal: ¡por supuesto bebé, me has caído como anillo al dedo!
Hombre y niño entraron a la casa y una vez dentro, Tomy le entregó un pequeño sobre a Cristóbal, el cual le preguntó ¿para qué era eso? pero el niño solo respondió que “su padre se lo había mandado”
Haciendo caso omiso al sobre, Cristóbal lo guardo en su billetera e inmediatamente cargo al niño entre sus brazos, pego su frente a la del niño y después beso aquellos pequeños labios con tal fervor.
Tiempo después, ambos cuerpos ya habían reaccionado al demostrarse demasiadas muestras de cariño, así que, Cristóbal bajo a Tomy al pisó y ahí el pequeño se percató de lo que ya había provocado en aquel enorme macho.
Tomy: “señor, señor Cristóbal”
Cristóbal: ¡no me digas señor, dime Tío Cristóbal!
Tomy: “ok, tío Cristóbal” ¿Te puedo decir algo?
Cristóbal: ¡sí, dime!
Tomy: ¿quieres jugar conmigo? (Tocando aquella verga erecta)
Cristóbal: ¡claro bebé! ¡me encantaría jugar contigo! (Dejando caer su Bermuda al suelo)
Tomy: “woooooooo” ¡tu juguete es enorme!
Cristóbal: ¡lo sé, y me dijo que le gusta jugar mucho contigo!
Tomy: ¿de verdad?
Cristóbal: ¡siiii, dale muchos besitos y veras que va a bailar de gusto!
Aquel niño estaba maravillado con lo que sus ojos veían y con lo que su manita derecha tocaba a través de la tela del bóxer, así que, sin demorar más tiempo, Cristóbal bajo su bóxer de un tirón y su enorme verga dio un salto y golpeo fuerte su abdomen.
Tomy: “woooooooo” ¡esto está muy grandote!
Cristóbal: ¿te gusta?
Tomy: ¡siiii! “pero” ¿le puedo dar un besito?
Cristóbal: ¡pero por supuesto bebé, cómetela que siempre será toda tuya!
Aquel pequeño niño tomó entre sus manos a esa enorme verga y lamió la punta como si fuera un helado, luego, abrió enormemente la boca y succiono aquella cabeza con fuerza, haciendo que, en ese instante, Cristóbal se estremeciera y dejara escapar un fuerte gemido de placer.
Cristóbal: “uuuhhhmmmmmmm” ¡que rico!
Pero en un segundo, aquel maravilloso momento se terminó abruptamente, pues de pronto, en la puerta principal se encontraba el padre de Tomy, el cual lo llamaba constantemente.
En ese momento Cristóbal, rápidamente se acomodó la ropa e inmediatamente salió a la calle con el niño para entregarlo con su padre, pues lo estaba buscando y no quería que se mal interpretaran las cosas.
Cristóbal: ¡buenas tardes vecino! “su niño está acá en la casa!
Agustín: ¡ya lo suponía vecino, pues siempre corre para acá cuando se escapa!
Cristóbal: ¡no debe de preocuparse, que nosotros aquí se lo cuidamos muy bien!
Agustín: ¡eso ya me lo dijo mi niño vecino! incluso hasta me pidió permiso para dormir acá!
Cristóbal: ¡pues mándelo que aquí se lo cuidamos! “no tiene que desconfiar de nosotros”
Agustín: ¡pues ya tomé la decisión vecino y pronto se lo estaré mandando!
Cristóbal: ¡cuando guste vecino!
Diciendo esto, padre e hijo partieron a su casa, pero Agustín no pudo evitar voltear a ver a su vecino Cristóbal, el cual, seguía parado afuera de su casa y se apretaba con una mano su aún erecta y visible verga.
Más tarde, aquel hombre universitario llegó a su casa y ahí se llevó la gran sorpresa de que su hermano Cristóbal se encontraba ahí, así qué le preguntó ¿Por qué no había Ido con el resto de la familia?
Cristóbal: ¡la verdad no tenía muchas ganas de ir, además todo el día he tenido la verga dura y aún no he descargarla esta noche!
Ismael: ¿y eso hermano? ¡si tú tienes muchas viejas para coger!
Cristóbal: “lo se hermano” pero no quiero eso, ¡a mí se me ha antojado romper un culito bien tiernito y eso me trae loco!
Ismael: ¿un culito tierno dices? ¿Quién es? ¿la conozco?
Cristóbal: ¡después sabrás hermanito, después sabrás! “jajaja”
Ismael: ¡Ok, hermano! ¡Luego me cuentas!
Cristóbal: ¿y tú qué vas a hacer este fin de semana?
Ismael: ¡hoy en la noche me iré al antro con unos amigos! ¡y ya después veremos que hacemos, porque esto de los exámenes estresan mucho!
Cristóbal: ¡qué bien hermano, diviértete! ¡solo avísame dónde vas a estar!
Ismael: ¡claro hermano, pero hoy no me esperen que no llegare a casa! “jejeje”
Cristóbal: ¡sí, lo sé! ¡nada más cuídate!
Las horas fueron pasando, entonces Ismael se despidió de su hermano Cristóbal y se fue a la casa de uno de sus mejores amigos, pues más tarde pasarían por otras amigas.
Cristóbal se quedó solo en casa, así que continúo viendo el televisor en la sala, pero al cabo de un rato, fugazmente recordó que el pequeño Tomy le había entregado un sobre, el cual, había guardado en su billetera y se había olvidado de ver su contenido.
En ese instante, Cristóbal fue por aquel sobre, lo abrió con mucho cuidado y entonces observó que tenía una pequeña nota la cual decía.
¡Vecino, esta noche tengo un compromiso muy importante para mí y no podré cuidar de mi pequeño hijo, me haría favor de cuidarlo solo esta noche por favor! ¡si no es mucha molestia lo espero a las 9 de la noche, gracias!
Inmediatamente el cerebro de aquel hombre proceso está información y entonces rápidamente comprendió que tenía una gran oportunidad para terminar lo que aquel niño había dejado
pendiente por la mañana, así que, sin ver la hora en el reloj, esté de inmediato corrió a la casa del vecino.
Tan pronto como llegó, Cristóbal rápidamente empezó a tocar la puerta principal, para que alguien le respondiera, así que, después de un minuto la puerta se abrió.
Agustín: ¡ya voy, ya voy! ¿Quién es?
¡Soy tu vecino Cristóbal! (hablando algo fuerte)
Agustín: ¡hola, Cristóbal! ¿cómo te va?
Cristóbal: “bien, bien” ¡disculpa, apenas vi lo que decía el sobre que me entrego tu pequeño hijo! “dime” ¿es cierto lo que dice aquí?
Agustín: ¡claro que sí! ¿podrías cuidarlo hoy? ¡por favor!
Cristóbal: ¡por supuesto que sí, no hay problema!
Agustín: “ok, entonces en un momento te lo llevo a tu casa”
Cristóbal: ¡no es necesario, yo me quedo aquí a cuidarlo para mejor seguridad y confianza de tu hijo, solo voy por unas cosas y regreso!
Después de unos minutos, Cristóbal regresó con una pequeña maleta, tocó nuevamente la puerta y entonces Agustín se despidió de su pequeño hijo.
Agustín: ¡muchas gracias por cuidar de mi pequeño hijo! ¡vuelvo mañana!
Cristóbal: ¡será un placer cuidarlo y no te preocupes, tu hijo queda en buenas manos!
Agustín: ¡lo sé, trátalo bien y disfruta tu noche!
El pequeño Tomy se despidió de su padre e ingreso a su casa, la cual conocía perfectamente, así que, unos minutos después, aquel pequeño niño quedó observando por unos segundos a Cristóbal y entonces recordó lo que su padre le había indicado, por lo que rápidamente, se puso manos a la obra.
Tomy: ¡hola, tío Cristóbal! (Tiernamente)
Cristóbal: ¡hola pequeñín! ¿Cómo estás?
Tomy: ¡muy bien gracias! (Sonriendo)
Cristóbal: ¡me alegra saber eso! “Pero sabes una cosa”
Tomy: ¡dígame, tío!
Cristóbal: ¿Dónde está el baño? “porque necesito ducharme”
Tomy: ¡así, es por acá! ¡sígame!
El niño rápidamente guio a aquel hombre hacia una de las 4 habitaciones, una vez ahí, esté le enseñó la regadera para que Cristóbal hiciera uso de ella.
Cristóbal: “gracias bebé” ¡ahorita me baño!
Tomy: ¡está bien tío!
Aquel hombre lanzó su maletita en la cama, luego y sin más preámbulos, esté se desnudó completamente delante del pequeño niño y enseguida se metió a la regadera.
Pasado unos segundos y al sentirse un poco solo, Tomy rápidamente fue en dirección a donde se encontraba Cristóbal y entonces ahí encontró la puerta abierta, así que, inspirado por la duda, el lentamente se fue acercando al baño.
Tomy fue asomando la cabeza muy cautelosamente y ahí, el niño quedo azonzado con la figura de aquel hombre desnudo, pero en ese momento, Tomy temió ser visto y regañado por Cristóbal, así que, se escondió detrás de la pared y continuó admirando ese enorme y hermoso cuerpo masculino de ese hombre, el cual se estaba duchando tranquilamente.
La presencia de aquel niño se hizo notar, así que, Cristóbal, al percatarse que el niño lo estaba observando, fingió no haberlo visto y entonces se giró para que el pequeño travieso contemplara aún mejor su hombría, ya que, eso era lo que en realidad anhelaba ver.
Tomy observó detenidamente aquel gran pedazo de carne en reposó y veía como el agua jabonosa escurría por toda su longitud, mientras aquel hombre lo masajeaba suavemente para lavarlo y dejarlo limpiecito.
Aquel niño en verdad que estaba embobado con ese enorme trozo de carne, pero al percatarse de que Cristóbal lo estaba observando, él sonrió dulcemente y se fue del lugar, ya que se sintió incómodo por tan penosa situación.
Varios minutos después, Cristóbal regresó nuevamente a la sala, así que, en ese instante, el pequeño Tomy quedó nuevamente y totalmente sorprendido por lo que estaba viendo; pues ante su presencia había llegado aquel hombre completamente desnudo y esta vez la toalla la estaba usando para terminar de secar su cabello mojado.
Tomy estaba maravillado con lo que estaba viendo, sus ojitos le brillaban al recorrer aquel cuerpo desnudo, el cual le parecía demasiado hermoso y no era para más, pues a sus 32 años, Cristóbal se mantenía en forma y aunque no tenía cuerpo de gimnasio, el arrancaba demasiados suspiros y era deseado por más de una mujer.
Tomy lo veía muy atento de arriba hacia abajo, pues le era imposible dejar de ver aquellos fuertes brazos, ese duro pectoral y aquellas gruesas y fornidas piernas, pero eso no era todo, pues muy rápidamente, aquel pequeño niño fijo su mirada en la entrepierna de aquel hombre adulto e inmediatamente admiró esa gran mata de pelos y junto con aquellas enormes bolas.
Tiempo después, Cristóbal ya había terminado de secarse el cabello, así que, bajando un poco la cabeza, él descubrió que el pequeño niño tenía la boca abierta y que además estaba babeando por lo que estaba viendo; en ese instante, aquel hombre no quiso desconcentrar a Tomy, así que sonrió y dejó que siguiera admirando su aun flácida verga, la cual, aun estando en reposo sobresalía por su gran tamaño.
Cristóbal: ¡listo, ya terminé de ducharme! ¿te gustaría ducharte también?
Tomy: ¡no señor, mi papito me baño y me dejo muy limpiecito antes de irse!
Cristóbal: “ok” ¡está bien pequeñín!
Tomy: ¿y se va a quedar así desnudo? “jijiji”
Cristóbal: ¡claro, aquí solo estamos tú y yo, y los dos somos hombrecitos! ¡además hoy hace mucho calor! “jejeje”
Tomy: ¿y ya vamos a ir a dormir?
Cristóbal: “eh, no” ¡si quieres mejor vemos la televisión en la cama! ¡y te duermes conmigo! (Apretándose las bolas)
Tomy: ¡sí, esa es buena idea!
Cristóbal: ¡Ok, entonces vámonos a la cama!
Tomy: ¡sí, está bien!
Aquel niño salió corriendo hacia la cama, así que, Cristóbal fue de tras de él hacia la habitación; una vez ahí, aquel hombre observó que el pequeño niño había prendido el televisor y lo esperaba parado en medio de la cama mientras se desvestía.
Cristóbal: “woooo” ¿y que estás haciendo niño?
Tomy: ¡hace mucho calor y además quiero estar como está usted! “jijiji”
Cristóbal: ¡perfecto, así me ahorrarás el trabajo! “jejeje”
Tomy: ¿Qué dijo tío Cristóbal?
Cristóbal: ¡nada! “jejeje” ¡solo dije que esta habitación está muy bonita! ¿de quién es?
Tomy: ¡verdad que sí! ¡es de mi papa y aquí duermo con el!
Cristóbal: ¡qué bien! ¿entonces aquí es donde juegas con tu papá?
Tomy: ¡sí, aquí jugamos varias veces! ¡y ahí, es donde el guarda algunos juguetes! (Señalando el buro)
Cristóbal: ¡ah, mira! ¡eso no sabía!
Tomy: ¿puedo escoger la película?
Cristóbal: ¡claro, elige la que más te guste!
Aquel hombre ya tenía malas intenciones con ese pequeño niño, pero debía ser muy cuidadoso, pues, aunque Cristóbal suponía que no lo habían delatado, el pequeño podría hacerlo y esté se vería involucrado en un gran problema, así que, en ese momento, ayudó al niño a buscar un canal de caricaturas y empezó a formular su plan para aplicarlo con Tomy.
Al encontrar un canal de caricaturas, Cristóbal llamó al pequeño niño para abrazarlo y así poder ver la película juntos, pero el niño al sentir el contacto de ambas pieles y los enormes brazos de ese gran hombre, Tomy inmediatamente recordó lo rico del sexo que había vivido apenas unos días atrás y entonces en ese instante, el deseo que aquel hombre lo volviera a penetrar.
Tomy: ¡señor Cristóbal, ya no quiero ver la película!
Cristóbal: ¿ya no? ¿entonces ya vas a dormirte?
Tomy: “noooo” ¡yo solo quiero jugar con usted!
Cristóbal: ¿quieres jugar conmigo? ¿de qué?
Tomy: ¡sí, yo quiero jugar con su trailote ¿me deja jugar?
Cristóbal: ¡pues ahorita está muy cansadito, pero si le das besitos y lo chupas, creo que si despierta!
Tomy: ¡sí, ya se cómo hacer para que despierte y juegue conmigo! “yupi, yupi”
Cristóbal: ¿oye bebé? ¿puedo ver los otros juguetes que tiene guardado tu papito?
Tomy: ¡claro, ahorita traigo todos!
El pequeño trajo consigo unas esposas, antifaces, consoladores de diferentes tamaños, condones, lubricante y un tarrito con crema, ante todos aquellos objetos, Cristóbal sonrió y rápidamente se dio cuenta de lo que Agustín hacía con su pequeño hijo, así que, inmediatamente se olvidó de cualquier culpa o miedo que pudiera tener por cogerse a ese niño.
Con las pruebas en las manos, Cristóbal pregunto al pequeño niño ¿para que usaba esos objetos su padre? así que, este niño sin pena alguna le contesto “que los usaba para jugar con él y en su culito, mientras lo veían en la pantalla del televisor”
Ante esta respuesta, Tomy rápidamente se acomodó entre las enormes piernas de Cristóbal y una vez que tuvo la posición correcta, tomó entre sus pequeñas manitas aquel pedazo de carne aún en reposo y empezó a jugar con el como si se tratara gatito con su bola de estambre.
Cristóbal inmediatamente separó las piernas y se concentró en observar detenidamente lo que ese niño estaba a punto de realizar; el pequeño Tomy, llevo sus manitas a esa peluda bolsa escrotal y empezó a acariciarla para darle un suave masaje a esas dos enormes bolas, las cuales estaban cargadísimas de mucha leche.
Como acto seguido, Tomy fue acercando su nariz y la enterró directamente en aquella gran mata de vello púbico, ahí, él inhalo muy fuerte y por primera vez sintió aquel rico aroma de su nuevo macho recién bañado, jugó con sus deditos aquel pelo rizado y posteriormente se abalanzó directamente hacia su verdadero objetivo.
Tomy tomó con sus dos manitas aquella verga flácida, la sacudió un par de veces hacia los lados, pero seguía igual, así que empezó a masturbarlo, pero tampoco quería responder, entonces pregunto.
Tomy: “señor” ¿por qué no se despierta?
Cristóbal: ¡es que está bien dormida! “jejeje”
Tomy: ¿A caso está enojada conmigo por eso no despierta?
Cristóbal: ¡no está enojada, solo tienes que jugar más con ella y chúpala, así veras que rápidamente va a jugar contigo! ¡jijiji!
Tomy: “oh” ¡ya entendí!
Tomy rápidamente hizo lo que acaba de escuchar, olió aquel rico aroma a jabón e inmediatamente atrapó con su pequeña boquita la cabeza color rosa de aquella verga flácida.
Sin perder el tiempo, esa pequeña boquita empezó a engullir cada vez más de aquel gran trozo de carne, el cual, ante este estímulo y el rico calor que emanaba esa pequeña cavidad, muy rápidamente empezó a despertar y fue adquiriendo su verdadero tamaño.
Poco a poco aquella boquita se fue estirando y ahora, aquel pequeño niño ya se le dificultaba tragar más de aquella enorme verga, la cual, ahora estaba completamente erecta y lista para llevar a cabo su fechoría con aquel no tan inocente niño.
Tomy: ¡oh por Dios, otra vez esta enorme! (Muy sorprendido)
Cristóbal: “jajaja” ¡si, es que tiene mucha leche!
Tomy: ¡tío Cristóbal la tiene muy grande!
Cristóbal: ¡no te creas, hay otras más grandes que esta! (haciendo mover su verga por si sola)
Tomy: ¡aay, se mueve! (Observándola)
Cristóbal: ¡pues claro que se mueve, ya la has despertado y ahora si quiere a jugar contigo!
Tomy: ¿puedo seguir jugando con ella?
Cristóbal: ¡por supuesto que sí, nada más déjame acomodarte, para que puedas estar más cómodo! (Sonriendo maliciosamente)
Aquel hombre mintió, porque en realidad acomodo al pequeño niño en posición de 69 y lo dejó actuar por su cuenta, pero después de un par de minutos, Cristóbal se acomodó en una mejor postura y entonces sin decir nada, abrió aquellas redonditas nalguitas e inmediatamente se abalanzó sobre aquel cerrado culito.
Al sentir esto, el pequeño Tomy se estremeció e intento gemir de placer, pero esta vez no pudo hacerlo, ya que su pequeña boquita estaba completamente ocupada succionando a una tercera parte de aquella enorme y deliciosa verga.
Eso a Cristóbal no le importo y entonces no se detuvo ni un solo segundo, así que separaba a esas pequeñas nalguitas y continuó profanando con su lengua aquella rica cuevita, la cual estaba muy limpiecita y ya empezaba a aflojarse ante el estímulo de ese gran hombre.
El pequeño Tomy solo se estremecía y se le erizaba la piel ante tal estímulo de aquella lengua juguetona, la cual no estaba perdiendo el tiempo en querer abrir y lubricar muy bien aquel apretado culito y para este momento, aquel pequeño niño gemía ahogadamente, pues en el interior de su garganta, ya se había alojado completamente la punta de aquella enorme verga.
En un segundo, Tomy pudo sentir como aquella enorme lengua entro completamente en él, así que de inmediato no tuvo más opción que aflojar todos sus esfínteres y se dejó llevar por los múltiples orgasmos que le estaba proporcionando ese enorme hombre.
Aquella rica sensación era demasiado placentera, así que, ese pequeño niño estaba súper excitado por tan majestuoso acto sexual que estaba sintiendo a su corta edad; en ese instante, aquel niño volvió a sentir un delicioso orgasmo y entonces perdió su cordura, pues inmediatamente cerro los ojos y se dejó llevar por aquel hombre adulto, el cual a sus 32 años sabía muchas cosas sobre el sexo.
Ese niño, a su corta edad, solo había hecho objeto sexual, así que, al sentir este delicioso estímulo por parte de Cristóbal, sintió por segunda vez algo muy distinto y placentero a lo que le hacía su padre e Ismael, quienes nada más tenían el objetivo de penetrarlo y satisfacer su lujuria sexual como hombre.
Ante el tremendo placer que el pequeño Tomy estaba sintiendo, Cristóbal ya había aprovechado el momento para abrir el frasco de lubricante que había tomado de entre las cosas de Agustín, entonces, sin que el niño lo notará o se diera cuenta, ahora su dedo medio ya se encontraba completamente dentro y estaba preparando ese culito para recibir un segundo dedo.
En poco tiempo, Cristóbal empezó a deslizar su dedo índice junto con el dedo medio, este acto se hizo presente en el pequeño niño, ya que sintió un leve dolor al notar como su esfínter se abría un poco más y daba paso completamente a otro dedo invasor.
Tomy: “mmmmm”
Cristóbal: ¡se siente rico verdad!
El pequeño niño solo asintió con la cabeza, ya que aún tenía una tercera parte de aquella gran verga dentro de su boquita; entonces, sin perder más el tiempo, Cristóbal separó sus grandes dedos en forma de tijera y dejó caer abundante lubricante dentro del culito de Tomy y entonces empezó a rotarlos firmemente para que este se fuera amoldando a su grosor.
Tocando su pequeña próstata y succionando su penecito junto con sus diminutas bolitas, Cristóbal hizo que el pequeño Tomy tuviera un rico orgasmo de mayor intensidad, así que, sin pensarlo dos veces, aquel hombre rápidamente clavo un tercer dedo y abrió completamente el culito de ese pequeño niño tan travieso.
El pequeño niño intento apartarse, pero le fue inútil, ya que, en ese instante, Cristóbal empezó a empujar su pelvis a un buen ritmo y le traspasó su pequeña garganta, Tomy, como acto de reflejo intento vomitar e inmediatamente sujeto con ambas manitas a ese gran pedazo de carne y evitó que siguiera avanzando, pues en ese momento y por instinto temió, que fuera a quedar sin aire y no pudiera respirar.
Ante este hecho, Tomy lentamente fue retirando aquella enorme verga de su boquita y entonces, muy rápidamente llenó de aire sus pequeños pulmones, luego giró un poco la cabeza y con los ojos llorosos dijo.
Tomy: “eso me dolió” (con carita triste)
Cristóbal: “discúlpame bebé” (Sin dejar de mover sus grandes dedos)
Tomy: ¡me enterró mucho su verga aquí! (señalando su garganta)
Cristóbal: ¡perdóname, ya no lo voy a volver hacer!
Tomy: ¡ya no quiero jugar!
Cristóbal: ¿Por qué? ¡déjame jugar contigo otro ratito!
Tomy: “mmmm” “no” ¡me lastimo mi garganta!
Cristóbal: ¡anda! ¡mejor déjame jugar con tu culito!
Tomy: ¡no, ¡su trailer es muy grande y me va a doler mucho otra vez!
Cristóbal: ¡intentemos un ratito y si te duele ya no jugamos! ¿Te parece?
Tomy: “nooo”
Cristóbal: ¡si me dejas, voy a comprarte muchos dulces y todo lo que tú quieras! ¿te gustaría eso?
Tomy: ¡síiiiiiii! ¡quiero muchos dulces! ¡me gustan mucho!
Cristóbal: ¡está bien, yo te comprare todos los que quieras! ¡pero solo déjame jugar con tu culito!
Tomy: “mmmmmm” ¡ok, pero no me lo vaya a hacer fuerte como su hermano Ismael! “porque eso me duele mucho”
Cristóbal: ¡no bebé, yo te lo voy a hacer bien despacito y veras que te va a gustar! “jejeje” ¿te gustaría hacerlo tú mismo?
Tomy: ¡yoooo! ¿y cómo? ¿Qué tengo que hacer?
Cristóbal: ¡ven y acomódate aquí arriba, que yo te voy a ir guiando!
CONTINUARA…
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