Raulito en el colegio
Raulito ya no luchaba, tenía los ojitos en blanco y las patitas al aire que se le sacudían con la follada de campeonato que le estaban dando..
Golpearon dos veces la puerta y la abrieron.
-Madre superiora -dijo el jardinero.
La mujer estaba sentada con las piernas abiertas, los pies apoyados en el escritorio.
Tenía la parte inferior del hábito subida hasta la panza y la parte de arriba se la había bajado para que las tetas quedaran expuestas. Entre las piernas había un pequeño de alrededor de 4 o 5 años y otro parado a un costado, chupándole un pezón.
-Qué? -preguntó agitada, guiando la cabeza del niño que le chupaba la concha.
Con una mano se abrió bien la concha y empujó la cabeza del chiquito para que le entrara hasta la naricita.
-Terminé de podar el jardín izquierdo. Quedó en que hoy me pagaba.
-Quieres alguno de estos o de los más grandes? los más grandes están en clases.
-Con uno de estos ando bien -respondió tocándose la verga transpirada por sobre el pantalón sucio.
El jardinero era un gordo pelado de unos 40 años.
La madre superiora tiró hacia atrás la espalda en la silla, empujó con los pies y elevó la cadera, abriéndose los cachetes del culo.
-Chupame el agujerito -ordenó y el chiquito, con toda la cara empapada por los jugos de la concha, se dispuso a obedecer.
-Puedo elegir cual? -preguntó el jardinero sacando la verga gorda y dura.
-Este. Se llama Raulito y todavía llora cuando le abren el culo. Me encanta que me llenen de mocos la concha -jadeó y el chiquito volteó asustado. La madre superiora lo agarró con ambas manos de la cabeza y lo obligó a meterla entre la concha.
El jardinero se arrodilló detrás, le bajó el pantalóncito, se escupió los dedos y comenzó a dedearlo.
-Nooooo -chilló el chiquito y cuando abría grande la boca para chillar, la vieja aprovechaba para refregarlo en toda la concha.
El jardinero sonreía de manera morbosa, el pequeño que le chupaba la teta lo miró asustado.
-Ponete para aquí -dijo el hombre y el chiquillo obedeció, ya sabía lo que quería. Sin soltar la teta, se bajó el pantaloncito y puso el culo para que el hombre pudiera dedearlo a él también.
Cuando se cansó de meterle los dedos y batirles la mierda, se escupió dos veces la verga y la encaró para el culo de Raulito. El ojete lo tenía cerradito, hizo esfuerzo y le entró la cabeza. Raulito pegó un alarido y se escapó por debajo de la pierna de la madre superiora.
El jardinero corrió por detrás de él. Raulito logró abrir la puerta pero el gordo lo agarró, lo elevó por los aires, lo apoyó en la pared y le metió la verga entera.
El chillido de Raulito se escuchó en todo el primer piso.
-Vení, chupame la concha -dijo la madre superiora al que le chupaba la teta y el chiquito cambió de lugar. La vieja se metía los dedos mientras el chiquito le metía la lenguita.
Raulito pataleaba cada vez que la verga se le hundía en las tripas.
-Te ayudo? -preguntó el cura apareciendo en el lugar.
El jardinero, todo transpirado, asintió.
El cura tomó al niño que seguía forcejeando, lo acostó en el escritorio, se subió encima y levantándose la sotana, le metió la verga en la boca.
Raulito ahora zapateaba intentando respirar, tenía el culito al borde del escritorio, listo para que le limaran el ortito.
La boca y el ortito de raulito se le llenaron de vergas que le entraban y salían a una buena velocidad.
Se lo culiaron los dos como locos, a lo bestia.
Raulito ya no luchaba, tenía los ojitos en blanco y las patitas al aire que se le sacudían con la follada de campeonato que le estaban dando.
El cura terminó primero, le enchufó la verga hasta la base y le llenó de mecos directamente el estómago. Salió agitado, transpirado. Se acomodó la sotana y se fue.
Raulito respiraba agitado, había tragado lo que pudo y lo demás le caía por las comisuras.
El jardinero se tiró sobre él y mientras parecía querer meterle hasta las bolas por el culo, le chupó la boca y le metió la lengua para tomarse toda la leche del cura.
Cuando acabó, el culo de Raulito le quedó como flor, hinchadito y abierto, chorreando leche por los costados.
Por suerte ya había escuchado a la madre superiora pegar grititos histéricos de satisfacción. Cuando bajó del escritorio con el culo roto, miró a su compañerito con la cara llena de los fluidos de la vieja, se tomaron de la mano y regresaron a clase.
Excelente relato. Como sigue?
Como sigue?