Raulito y Santy
Santy y Raulito son dos pequeños primos que debido a sus juegos un hombre adulto los hará entrar en el mundo del sexo.
Raulito y Santy
Raulito y Santy son dos niños de 5 años de edad, ellos son primos y por dicha razón siempre están juntos, juegan y se divierten.
Raulito es el hermano menor de » La pequeña Masha » y por obvias razones el pequeño no tiene atención, ni cuidado de ambos padres.
Por el otro lado se encuentra Santy que al igual que su primo, su madre no le da los cuidados que se deben de tener con los menores.
Los niños siempre están juntos ya sea en la calle o en la casa de su abuela. Cuando ambos llegan del Kinder se ponen a jugar, corren por todos lados, pero lo que nadie se imaginaba es lo que los primos hacían a escondidas. En una ocasión los menores terminaron sus tareas se fueron a esconder abajo de una cama y comenzaron a besar uno al otro, eran besos de tres a cuatro minutos de duración sin despegar sus labios.
Cierto día la madre de Santy ( madre soltera de 23 años ) comenzó a buscar a su hijo, pues se le hacía raro que no hicieran ni un solo ruido siendo que los pequeños eran muy escandalosos. Ella buscó en el patio, en la recámara y en la cocina, pero antes de desistir en su búsqueda, se le ocurrió asomarse debajo de la mesa y cuál fue su sorpresa, vio a Santy besándose con su primo Raulito. Por instinto la madre les gritó fuertemente a los pequeños, diciéndoles que no fueran cochinos y que además les rompería su madre si no dejaban de besarse.
Así ocurrieron varias ocasiones en la casa de la abuela de Santy, en la casa de los padres de Raulito y hasta en la calle abajo de un árbol. Cuándo la madre de Santy contó lo que había visto toda la familia se echó a reír desenfrenadamente y de broma decían que se iban a casar.
Un sábado por la tarde ambos niños se encontraban solos y decidieron divertirse con su juego favorito, corrieron ambos agarrados de la mano y se metieron por debajo de la cama y comenzaron a frotar sus labios, se besaban y reían al mismo tiempo, acto seguido Raulito como era más inquieto bajo su short y le dijo a Santy que hiciera lo mismo, a lo que el niño obedeció, despegaron sus Bocas y se colocaron uno encima del otro simulando tener sexo entre los dos, no podían tener moviendo de un vaivén, debido a que era un espacio muy reducido entre el suelo y la cama, pero así se mantuvieron unos minuto hasta que entró el novio de la madre de Santy un hombre de edad adulta aproximadamente de 40 años, de complexión robusta, mucha panza y de color requemado por el sol ya que su profesión era la construcción. Al entrar a la casa el hombre gritó el nombre de su novia Teresa, Teresa dónde estás?
Los pequeños al oír la voz se quedaron en silencio.
El hombre al no oír la voz de su novia se acercó al cuarto y observó dos pares de tenis al lado de la cama y como Teresa ya le había contado las travesuras de los niños, le dio curiosidad se agachó, con una mano subió la cobija que tapaba el colchón y observó la imagen de los dos primos fingiendo tener relaciones. La reacción de los niños al verse descubiertos por este hombre fue echarse a llorar, pues intuían que les pegaría, pero el hombre solo volvió a dejar todo como estaba y salió de la recámara.
Unos minutos después llegó Teresa y su madre, saludaron al hombre y se dispusieron a comer olvidándose de ambos pequeños.
El hombre por la noche ya en su casa se recostó sobre su sala y de repente le llegaban las imágenes de los niños semi desnudos tratando de follar, esto le calentó las venas, se puso muy cachondo, sacó su verga, comenzó a masajearla, lentamente para después pasar a un movimiento más rudo, de pronto se corrió sobre su vientre, se fue a tomar una ducha y se durmió.
Ya en la mañana el hombre no podía trabajar bien, pues a cada rato recordaba esa escena porno de los pequeños y quería masturbarse de placer, pero por obvias razones no podía, pues si lo cachaban lo correrían. En su mente comenzó a elaborar un plan para poder llevar a los niños a su casa a solas, pero no se le ocurría ninguna idea fuerte y sólida.
Así pasaron unos cuantos días, hasta que un fin de semana se presentó sin avisar a Teresa, llegó a la casa, observó nuevamente que su novia y la suegra no estaban en casa, pero los pequeños Santy y Raulito si estaban. Inmediatamente empezó a buscarlos con una desesperación exagerada buscó por debajo de las camas, por debajo de la mesa y no los veía, imaginó que también habían salido, pero recordó que siempre los dejaban solos por horas. En seguida escuchó un ruido en el baño, corrió hacia el lugar y los encontró otra vez con el pantalón en sus tobillos y besándose.
Los miró fijamente y les dijo con una voz de macho.
- Cabrones ¿Qué están haciendo?
Los pequeños solo lo voltean a ver y agachan sus miradas al suelo, pero seguían abrazados. Entonces el hombre les dijo que se subieran los pantalones y que salieran de inmediato del baño.
Al salir ambos del baño el hombre les preguntó la hora en que había salido Teresa y ellos le respondieron que tenía poco tiempo.
Entonces el individuo les volvió a preguntar
- Sus padres saben lo que ustedes están haciendo?
Los niños dijeron que sí
- Y también saben que se desnudan y frotan sus pitos contra las nalgas?
Los niños empezaron a sollozar y dijeron que NO.
- Quieren que les cuente a sus papás y a su abuela?
Los pequeños dijeron que no les contara a nadie porque ahora sí les iban a pegar fuerte.
- Ok vamos a hacer un trato. Si ustedes me acompañan a mi casa les juro que no le contaré a Teresa y a nadie. ¿Aceptan el trato?
Santy y Raulito se voltean a ver y dijeron Sí.
Siendo así el hombre salió de la casa con ambos primos y subieron a una camioneta tipo pickup con dirección a la casa del adulto.
Ya en casa hizo que pasarán Santy y su primo les ofreció un vaso de coca cola y unas galletas que tenía en su cocina. Los pequeños emocionados comieron sus galletas y bebieron su refresco ( pues al parecer no habían ingerido ningún alimento ). Cuando terminaron el hombre les dijo.
- ¡A ver ahora si vamos a divertirnos! Ustedes pinches putitos van a comenzar a besarse como lo hacen en su casa y si no lo hacen en este momento hablo con sus padres y les cuento lo que vi hoy. ¿Sí o No?
Los primos juntaron sus Bocas e iniciaron sus besos inexpertos.
- Ahora quítense su ropa y empiecen a follarse uno al otro. Apúrense!.
Los pequeños no sabían exactamente a qué se refería el individuo y lo voltearon a ver al rostro.
- ¿Qué no entienden cabrones? Tú Santy bájate los pantalones y los calzones y tú haz lo mismo Raulito. Ahora acomódate Raulito encima de Santy. Así como estaban abajo de la cama.
Santy y Raulito se acomodaron así como les había ordenado. Se levantó el hombre y tomó por la cintura a Raulito e hizo movimientos hacía arriba y hacia abajo simulando el vaivén. Para ese momento la calentura del novio de Teresa estaba al 100% y en un instante se despojó de su ropa quedando sólo en un ajustado bóxer que remarcaba su bulto rígido en su entrepierna.
Con sus manos abría las nalgas del pequeño Raulito y acariciaba el diminuto hoyo, se levantó el hombre y fue en busca de un frasco de vaselina y lo colocó a un lado de la cama.
El hombre se sentó al borde de su camastro bajo sus bóxer y dejó ver su verga gorda y erecta que apuntaba hacía el techo. Acariciaba su pija mientras veía a los niños jugar.
- A ver niños en este momento se van a levantar y van a venir aquí ( señalando con su dedo su pija ) rapidito.
Los pequeños se levantaron y se acomodaron entre las piernas del hombre robusto.
- Vamos a comenzar un nuevo juego, que al parecer les va a gustar.
Van a mamar mi verga ambos como si fuera un helado o una rica paleta, eso sí, sin morder porque les reviento el hocico con un madrazo.
Inexpertos comenzaron a mamar aquella descomunal y palpitante verga de macho, primero uno y enseguida el otro. Al parecer no les desagradaba a los pequeños, pues lo hacían entre risas. La lujuria subió de tono cuando el individuo tomó de los cabellos a uno de los niños, mientras le mamaba la verga, este empujaba la pija en la boca del pequeño y con las manos sostenía su cabeza para que no se despegara de su chota morcillona.
Al pequeño solo le escurrian lágrimas y mucha baba. Lo mismo hizo con el otro pequeño follaba por la boca a los dos pequeños. Pero aún no saciaba sus instintos. Acomodó a Santy y a Raulito encima de la cama en posición de perrito y les dijo que no se movieran.
Acariciaba las diminutas nalgas de los infantes y con un dedo trataba de introducirlo por sus virginales anos.
Los niños sentían molestia debido a las caricias ásperas que les hacía ese hombre y al tratar de moverse para escabullirse, el adulto les dio una fuerte palmada en sus nalgas, molesto y furioso les dijo.
- ¡No se muevan cabrones! Ya les dije que les voy a partir su madre si lo hacen. Más vale que no se muevan o van a ver.
Los voy a iniciar en el juego que al parecer quieren aprender, pero ahora sí va a ser con una verga de macho que les llegue hasta las pinches tripas.
Los primos solo cerraron sus ojos y trataron de no moverse ni un centímetro.
Fue en ese momento que el individuo adulto agarró el frasco de vaselina, tomó una gran porción y la embarró en los orificios de los niños y otra gran parte la frotó sobre su descomunal verga.
Tomó por la cintura al primer niño que era Raulito y le dijo.
- Ahora sí Raulito ya te cargó la chingada, te va a doler sólo un poquito, pero te tienes que aguantar, porque si lloras o gritas te lo voy a hacer más fuerte.
En ese instante el hombre trató de introducir su miembro en el culito del niño, pero no podía por más que lo intentaba. El pequeño solo pujaba.
Nuevamente le unto la pomada al niño y de un golpe introdujo el glande dentro del agujero de Raulito, al sentir esa invasión el niño gritó, pero el hombre golpeó la cabeza del infante y le tapó la boca con la otra mano.
- ¿Qué te dije pendejo? Que si llorabas te iba a romper el hocico, aguantate cabron que esto apenas va a comenzar. Además ya está casi adentro solo un poco más y la vas a tener toda en tu culito.
El hombre comenzó a sacar un poco la punta de su verga de aquel inocente ano y lo metía, lo sacaba suavemente, así lo hizo en repetidas ocasiones hasta que él creyó que el culito ya estaba listo para recibir toda la bestia que cargaba entre sus piernas.
Contó uno, dos y tres ahí te va.
Y le clavó su gran mástil completo, el infante trataba de despegarse, pero la fuerza que poseía el macho lo rebasaba. Comenzó el vaivén, introducía y sacaba su polla de aquel orificio antes virgen, una y otra vez, en repetidas ocasiones, fue hasta que el hombre adulto sintió que se corría y le dejó todos sus mecos dentro del culo del pequeño.
Aunque la faena sexual había durado uno 15 minutos y el hombre había eyaculado a chorros, su verga aún se mantenía rígida y dura como un fierro. Con su mano empujó al niño recién abusado a un lado de la cama y agarró al pequeño Santy.
- Ahora es tu turno Santy, ¿querías verga no? Pues ahora aquí tienes una de verdad. Y también a ti te digo que si gritas y lloras te rompo tu madre. ¿Me estás oyendo?
El novio de Teresa aplicó la misma táctica con Santy, penetró ese pequeño orificio en unos cuantos intentos hasta lograr meterlo por completó, el pequeño Santy solo sollozaba y pujaba al sentir que dentro de él había un gigantesco pito que lo atravesaba de par en par. El hombre cogía como un loco desesperado al pequeño para estas alturas ya no le importaba si lo lastimaba o no, su deseo excesivo del placer sexual nublada su conciencia, cuando el novio de Teresa se había cansado de penetrarlo en cuatro, él se recostó boca arriba y sentó al niño sobre su monstruosa verga. Con sus fuertes brazos subía y bajaba el diminuto cuerpo del infante, no duró más minutos cuando sintió que convulsionaba y se corrió por segunda ocasión ahora en los intestinos del Santy.
Se quedó el hombre unos minutos recostado abrazando a ambos pequeños, su sonrisa no se le borraba del rostro y recordaba esos sucesos anteriores, los cuales le provocaron otra erección de su miembro que al parecer quería seguir satisfaciendo a su dueño.
Se levantó y colocó a Santy y Raulito de rodillas frente a él, comenzó a masturbarse lentamente. Los niños solo veían cómo le rebotaban el par de guevos que le colgaban a ese macho. Al sentir que se venía por tercera vez. Les dijo
- Acérquense y abran su boca que les voy a echar toda mi leche que aún me queda en los guevos.
Se corrió en las caras y bocas de los infantes, demasiado semen para ser una tercera corrida. Sus rostros quedaron blanqueados de los mecos de ese adulto.
- Ahora cabrones quiero que se besen y se traguen todos mis mocos que tienen embarrados.
Los pequeños obedeciendo se besaban y pasaban sus lenguas sobre los chorros de semen salpicado en sus caritas.
- Vayan y lávese la cara porque ya nos vamos a su casa!
En el trayecto a su casa los amenazó diciéndoles que si contaban algo de lo que habían hecho la iban a pasar muy mal, antes de llegar a él domicilio de Teresa les compró en una tienda paletas, dulces, botanas y les dio 50 pesos.
Los pequeños al darles dinero se alegraron mucho, pues nunca les daban ni un solo peso en sus casas.
Al bajarse de la camioneta el hombre maduro se sorprendió sin medida de lo que ambos niños le dijeron.
- ( NIÑOS ) Y cuándo vamos a ir otra vez a tu casa? Y si vamos mañana nos vas a dar más dinero?
como sigue
Como sigue?
ufff estuvo buena el relato