RECUERDOS DE PIRUCHA. Por Ruizy
Recuerdos… Re-locos de mis andanzas. Soy Pirucha y estos son mi re-locos andares por el mundo del sexo…homosexual. Con cariño para todos los reprimidos y todos aquellos que no se atreven.
Recuerdos… Re-locos de mis andanzas. Soy Pirucha y estos son mi re-locos andares por el mundo del sexo…homosexual. Con cariño para todos los reprimidos y todos aquellos que no se atreven.
-Quiero que me lo metan por el culo. Acto seguido, me bajé el pantalón con todo y slip y le ofrecí mi trasero a Fernando.-Bueno, a mí me gusta que me la chupen primero, pero reglas son reglas. Se acercó con su verga en ristre y sin decir agua va, me la metió hasta el fondo. Creo que era su manera de decirme que sin chuparla, era ese mi…premio.
UN buen rato de sexo en el comedor, Fernando que oficiaba de dueño de casa, nos invitó a su dormitorio.
Fernando deshizo el trío inicial con Alfonso y el profe y nos invitó a su dormitorio. Era una recámara modesta, pero limpia y muy iluminada por luz natural con visillos que protegían la intimidad. Un suave aroma se percibía y una música de supermercado daban el ambiente para lo que nos iba a proponer el dueño de casa y de la movida.
-En primer lugar, los vencedores eligen el lugar.
Ni un segundo me demoré en pedir ser la máquina que encabezaba el convoy sexual. El segundo, o sea el que me clavaría su herramienta y a su vez sería enculado por el tercero, que lo sería por el cuarto.
Alfonso, el periodista español quiso ser él quien me lo introdujera y el profe le clavó su verga dura y bastante apetitosa. Fernando quedó en el último lugar culeando al profe que dio un alarido cuando el huésped le introdujo con ímpetu inusitado su deliciosa pichula que me tocaría después para culminar la noche.
Fernando aprovechó de empujar el convoy y su ola llegó a mí con la penetración del español. Me vinieron ganas de moverme al compás de una melodía que sonaba en mi cabeza. Mis lascivas movidas encendieron el deseo y los integrantes del grupo se contagiaron con mis provocaciones de putita zafada. Acompañé mis gestos con suspiros y gemidos salidos de mis recuerdos cuando era la nena del cura.
-¡Ahora a mamar traseros! Es la orden del patrón. Se sale del culo del profe y se pone en primer lugar y me da su culo velludo para que lo mame. Siento como el periodista, a su vez, me lame…
Del cura son muchas las veces que sentía mi cuerpo infantil arder del deseo de ser sometido y obligado a hacer lo que al experimentado varón se le ocurriera… Estoy en cuatro en la cama. MI culo se levanta hacia el agresor. Pero no es su miembro , ni sus dedos los que ingresarán abruptamente. Siento la húmeda tibieza de una caricia. Es la lengua del cura que lame la palpitante entrada de la lascivia. Pujo para abrirla y la lengua ha cambiado de forma y se ha convertido en un pene que pugna por ingresar mientras el goce me hace ayudarle en su tarea…
-¡Círculo de fuego! Es la nueva orden. Nos miramos extrañados. Fernando me lame el pene, entonces me doy cuenta de que debo mamar a Alfonso quien debe mamar al profe. Se cierra el círculo cuando es Fernando a quien debe mamar el profe.
-¡Hasta tragar leche! Las mamadas se volvieron frenéticas. El primero en tragar sería el ganador. Me esmeré en dar lo mejor de mi repertorio en la verga del español. Intentaba retener los impulsos de eyacular. Para acelerar la explosión del semen en mi boca, usé una maniobra que daba resultados instantáneos: le hundí un dedo en el trasero hasta el último nudillo. Las corridas fueron abundantes y levanté la mano en señal de victoria mientras saboreaba el semen dulzón y espeso de mi pareja.
Fernando intentó en vano hacerme venir y fue él quien llenó de leche la boca del profe: Saboreaba su segundo lugar y el abundante jugo viril del huésped mientras sonreía porque él tampoco se había corrido.
El relajo sobreviniente fue interrumpido por la aparición de una perrita de raza indefinida que se acercó al dueño de casa y con su lengua limpió las últimas gotas del licor derramado. Levantándole la colita, Fernando se dirigió a nosotros:
-¿Alguien quiere esta colita? La vagina de la perrita se veía húmeda y rosada.
El profe de matemáticas, con su verga dura aún, se acercó y con cautela rozó los labios de la canina vagina y optó por metérsela suavemente en principio. Aceleró las metidas y con fuerza hasta lograr vaciar sus cojones dentro del extraño recipiente de su lujuria.
Eso me llevó a la iniciación en la zoofilia empujado por las aberrantes ocurrencias del fraile…
Pero eso será el tema de la próxima entrega.
Recuerden dejar sus comentarios en la web o hacerlos directamente a mi mail. Siempre contesto a sus inquietudes. Soy Ruizy o su putita Pirucha.
Re ¿cuerdos? Muy locos y no trepidé en llamarlos re-locos. Esas andanzas se vuelven a presentar ante mi y revivirlas es sentir de nuevo esa alta temperatura que provoca la lujuria. Espero comentarios de los lectores para tener el incentivo de seguir…con el mayor placer si es compartido.