Recuerdos de un encuentro placentero
Mientras la noche entraba en la ciudad mi pene entraba en su boca.
Muchos años atrás, segunda parte de la década de los 80 trabajaba en un servicentro y cuando me tocaba el turno de noche sacaba a mi colega a las 20:00 hrs. Por lo que trabajaba hasta el otro día a las 7 dónde llegaba mi relevo. Las noches en invierno eran duras, solo en una estación de servicio donde ya a media noche apagaba las luces y colocaba las barreras para que nadie entrará. A esa hora me dedicaba a contar el dinero de lo vendido y hacer un arqueo. Me acompañaba un café y los cigarrillos indispensables para pasar la noche. Una de esas noches se acercó a conversar conmigo un hombre un poco mayor que yo, en ese entonces yo tenía 20 años y el unos 30, era abiertamente gay pero no de las locas, tenía tema de conversación. Rubio ojos verdes y un poquito entrado en carnes. Ya cómo era tarde apague las luces y solo quedaba encendido el sector donde estaba la caseta donde nos refugiabamos al fondo del recinto y desde ahí podía ver todo hacia la calle sin que me vieran. No sé cómo fuimos pasando de conversación en conversación y hablamos de sexo. Me pidió que se lo mostrará y ahí estaba yo con mi pene al aire mientras esté extraño me lo tocaba, poco a poco se fue endureciendo y con la otra mano acariciaba mis bolas. Para estar un poco más comodos nos metimos al asiento trasero se uno de los autos que quedaban estacionados durante la noche ya que me dejaban las llaves. Sentados un al lado del otro siguió tocamdome hasta que no aguanto más se agachó a chuparmela, recostado hacia mi toda su cabeza hundida en mi pene, sabroso se sentía, tenía mis manos libres por lo que tomaba su cabeza haciendo que chupara más profundo, con mi mano derecha desabroché su pantalón y meti mi mano buscando su pene, erecto y blanco como toda su piel se sentía bien tocarlo, masturbarlo, con cada chupada que me daba más intenso eran mis movimientos sobre su pene. Luego de un rato me dice «no pensé que querrías tocarme» . Tu me das placer y yo te lo doy a ti le dije. Fue el primero de varios encuentros que tuvimos, hasta una vez fui a su casa donde nos dimos al sexo desenfrenado, totalmente desnudos en su cama me hizo penetrarlo hasta que eyacule en su interior, no sin antes experimentar placeres sublimes como el que me hiciera sexo oral con su lengua en mi ano, me devoró el culo con su lengua haciendo que mi erección fuera más intensa y todo lo caliente que me tenía no dude en hacerle lo mismo, ese blanco culo, redondo de nalgas firmes me hizo lamerlo con ganas dejando un sabor rico en mi paladar. Ya en total embriaguez de la calentura no aguante más y le chupe su pene, pase mi lengua por su glande, lo metí en mi boca mientras lo masturbaba, y antes que acabará me detuve, lo di vuelta y le metí mi pene en ese redondo culo. Mientras se lo metía con mi mano izquierda lo masturbaba. Aceleré mis embestidas hasta que finalmente solté toda mi leche en su interior, 3 o 4 expulsiones con fuerza mientras de su pene brotaba su semen con tal fuerza que se le hacía hasta dolorosa su eyaculación. Ya sin fuerzas nos recostamos uno al lado del otro fumando un cigarrillo.
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